Es precioso admirar los alrededores de la nueva ciudad en la que me encuentro, pero siento que soy la única turista en el país. Nadie observa ni por un instante lo que hay sobre su alrededor. Es angustiante que solo sigan con su vida como si nada.
"Probablemente, estés loca," responde, mi conciencia.
¿Es normal hablar con la voz de tu cabeza? Bueno, tampoco tengo como probarlo.
Tengo unas cuantas semanas trabajando en el restaurante de Penny y ha sido bastante complicado para mí. He roto vasos y platos, a la hora de llevar comida a una mesa se la he tirado encima a los clientes y la última vez que hice entrega a domicilio, no sé cómo, pero la comida llego en mal estado. Soy una princesa con un sueldo bastante ajustado. He tenido que pagar por todo lo que he roto.
El dinero no me alcanza.
«¿Cómo las personas logran vivir con tan poco en su bolsillo?», pensé intrigada.
¡Casi ni pagan!
—Emili, ve a esta dirección a entregar este almuerzo. Lleva dinero para el cambio y que esta vez todo llegue bien —me pide sonriente la señora Penny.
Asentí y comencé mi camino al lugar anotado en el papelito que me dio. Gracias a Dios que tengo a G****e Maps, si no ya me hubiese perdido también. El vikingo salió de viaje, lo vi hace un par de semanas y las cosas terminaron raras. Creo que ahora me odia con más pasión, pero es porque le falta diversión a su vida.
Aburrido.
—¡Emili! —me grita desde el baño, sonrío, ya me descubrió—. Eres una inmadura, niñata e infantil mujer —si soy niña no puedo ser mujer, decídete. Llega a la sala tan molesto y me empiezo a reír cuando lo veo.
—Eres azul —digo riendo al mirarlo. Se coloca frente a mí gruñendo palabras a las que no preste atención—. ¿Oh, qué le ha sucedido? Creo que se ha manchado —pregunté.
—No te hagas la inocente, Emili. ¡Mira lo que hiciste! —señala su escultural cuerpo. Hecho un vistazo rápido y me detengo en la toalla que se sostiene en su cintura por un pequeño nudo que le hizo. Gotas de agua caen por su cuerpo y...—. ¡Deja de verme el cuerpo! Y dime más bien ¿cómo mierdas me saco esta cosa del cuerpo? ¡Pensé que era jabón! —gruñe furioso.
Me encojo de hombros sin saber cómo responder. Sinceramente, no sé cómo se quita, pero no se lo diré por precaución.
Desde ese día no me volvió a dirigir la palabra y tampoco fue que me importó mucho. Puede que me haya pasado un poco con mis juegos, pero se lo merecía. Fue él quien empezó con eso de la bañera. Siempre fui reprendida por todo, pero no entiendo, soy la tercera en heredar la corona y jamás en la vida tocaré el trono.
¿Por qué debo fingir ser una princesa perfecta?
Regresemos al tema del vikingo.
Esa tarde se iba de viaje y tenía que llegar temprano a no sé dónde. Lamentablemente, el joven, llego tarde y su intachable asistencia ahora tiene una falta.
Gracias, gracias, por favor basta con los aplausos. Sí, todo fue por la pequeña travesura de la princesa aquí presente.
Regreso a la realidad y recién me acabo de dar cuenta que el restaurante de Penny y la compañía de custodios está a una cuadra de diferencia.
«Así que este era el enorme edificio que se veía cuando salía de trabajar», pensé.
—Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarla, señorita? —me pregunta el mismo joven que me atendió la primera vez que vine.
Es tan educado, me encanta como es.
Le contesté amablemente diciendo hacia dónde me dirigía y el hombre que habla bonito, me observaba descaradamente hasta detener sus ojos en mi busto.
¡Ya no eres tan educado!
Después de cuatro carraspeos de mi parte y unos eternos e incómodos minutos, reacciona haciendo una llamada y al finalizar me informó que podía subir al piso 16.
"No te vieran tanto si parecieras más normal,"comenta mi conciencia.
Me río ante ella y niego con la cabeza.
Llego al piso, hablo con una secretaria muy hermosa que anunció mi gran llegada y ahora estoy esperando el —adelante—. Ay, siempre quise saber como era trabajar en un lugar así.
El problema es que nací princesa.
—Pase —una ronca voz me indica que entre. Ay, otro hermoso, aquí todos son así. Abro la puerta y entrego el almuerzo al hombre—. Gracias, espere un momento.
Qué educado caballero, te nombraré: —barón de la comida rápida.
Miro a mi alrededor y es una oficina blanca con verde, un escritorio marrón oscuro, una silla giratoria negra, una computadora muy plana y lámpara de lava lo acompaña. A la derecha tres sofás beige y una mesa de café. En ellos están sentados mirándome Liam, un vikingo y...
—¿Edward? —se levanta de donde está y se dirige hacia mí—. ¡Te juro que te mato! Te escribí y jamás me respondiste. ¡Me engañaste! —se echa a reír mientras nos abrazamos.
Edward es el mejor amigo de mi hermano mayor. Él antes era el guardia real de mi madre, pero decidió dejarlo porque estaba enamorado de ella. Ahora es un apuesto guardaespaldas. Fue quien le pidió a mi abuela para que me dejara venir a Noruega. La monarca quería enviarme a vivir a África, pero él logró traerme hasta aquí.
—Emili, no seas exagerada nos vimos en Edimburgo la noche antes de tu viaje —golpeo su hombro y comienzo a sentir ciertas miradas en nosotros. No voy a voltear, no voy a voltear—. Estás hermosa. Oye, Rachel me comentó que estás encantada viviendo aquí —ironiza.
—No te pases, mira que estás en mi lista real negra —estallamos en una carcajada.
—Con él es diferente —gruñe entre dientes el vikingo—. A él lo llamas por su nombre y a mí nada —ríe sin ganas el joven.
¿Y a este qué bicho le picó? Aparece después de una semana donde las últimas horas antes de salir del apartamento fue de silencio puro y ahora habla así.
«Pues te aguantas, bonito. Estamos en guerra», pensé molesta.
—Disculpe mi ofensa, señor —me fulmina con la mirada y suspira fuertemente—. Edward es una persona especial para mí, en cambio, usted es... un adulto en andropausia —todos ser ríen y él se levanta molesto.
—Sigues siendo una infantil y eres molesta —se acerca hasta mí—. Toma, aquí está el pago que Sean debía darte. Ahora te puedes retirar y si quieres te llevas a Edward. Él terminó aquí.
¿Por qué está molesto ahora? Si fue por decirle viejo, le falta más clase de controlar la ira.
Me despedí de todos y salí molesta de esa oficina. No entiendo qué le pasa. Él si me puede tratar mal, pero yo no puedo responderle de la misma manera. Lo admito, lo de la pintura fue completamente innecesario, y sí, estuvo muy mal, pero él se lo buscó por ser tan cruel conmigo cuando llegué y la cosa con la bañera y hoy solo saludé a mi buen amigo.
¡No hice nada más que eso!
Llegué a la casa al terminar mi turno y vi que ya estaba ahí. Lo ignoré y fui directo a tomar un baño. Me sentía agotada y sudada. Quería solo liberarme del estrés de la calle. Al salir del proceso que es bañarse en este lugar, me di cuenta de que él seguía en la cocina. Eso quiere decir que debo esperar mi turno para hacer la cena. Es su casa y eso, pero estaba cansada y quería comer para irme a dormir.—He encontrado a una persona para que limpie el apartamento cuando no estemos. Lo hará una vez a la semana —me habla mientras me siento en el sofá, asentí y encendí la televisión—. Edward es mayor que tú, debes tener cuidado si desean tener una relación —me volteo y lo miro horrorizada—. No quiero que venga protección social a meterme a la cárcel por ser cómplice de un asaltador de menores y tú tienes ese tipo de aspecto que grita problemas por todos lados.Por un momento pensé que él podía hablar sin ser tan sarcástico o responderme así. Ay, todo un vikingo sin razonamiento lógico. D
Cuando sales de un país ya sea por tu bien o por obligación, dejas en tu tierra la mitad de tu corazón. No soy una excepción, dejé mi corazón en mi país, mi familia, a las personas que ayude y también, deje a las personas que han manchado mi reputación. Nunca me dieron la oportunidad de explicarme, para ellos siempre fui la culpable de todo.Cuando se es de la realeza muchas cosas debemos callar. Debemos guardar la compostura aunque por dentro estemos por estallar. Aprendí a sonreír con ganas de llorar, a fingir una sonrisa cuando por dentro estaba por reventar de la rabia. A ser un ejemplo para los demás cuando nadie era un ejemplo para mí. Como princesa siempre fui marginada, a pesar de tener todo, y como plebeya he conseguido tanto, a pesar de no tener nada.«Qué ironías tiene la vida», pensé.No me considero alguien especial y mucho menos creo ser mejor que los demás."Solo que no te sientes orgullosa de tu sangre real", conciencia mía, como deseo que por unos segundos te calles.
Aclaratoria importante antes de seguir leyendo este libro; el país en el que se basa esta historia es Edimburgo, Escocia. No se tomará en cuenta la verdadera nobleza que todos conocemos. Se toma en cuenta los títulos, palacios y cualquier información sobre reyes, príncipes y princesas. Solo que el resto será ficción.Gracias.☆☆☆☆☆☆Obra registrada bajo el número: 2410299952238Con fecha: 10/28/2024Prohibida su reproducción total o parcial de ella.☆☆☆☆☆☆☆☆☆No sé como iniciar esta historia. Creo que puedo hacer el intento de comentar mi situación actual de vivienda. Normalmente, los padres nos abren las alas para que volemos y vivamos fuera de casa al cumplir cierta edad. En muchas ocasiones, tenemos mala relaciones con ellos y somos echados de la casa materna y después, están las personas que son como yo. Gente que son echados por caprichos de una reina.Digamos que no tuve una mala vida cuando era pequeña. Creo que mientras estuvo vivo la persona que realmente me miró durante mi i
Palacio Real de Holyrood.Edimburgo, Escocia.23 de octubre de 2025Es el día más especial para la realeza de cualquier país. El fin de un reinado lleno de muchas cosas raras internamente, para darle inicio a otro, que se espera que sea mucho mejor. Pero teniendo a mi madre de reina, lo dudo mucho. Solo deseo que las cosas que mi abuela hizo, no lo repita mamá en el interior del castillo. Ahora estamos aquí, rodeados de muchas naciones con gente de sangre real.¿A quién engaño? Realmente son como tres países, más el poco de pubertos en proceso de príncipes y princesas de diez años que abundan por estos lados sin mirar más allá de su frente.Es medio indignante la situación, si nos ponemos a analizar la falta de respeto de los niños de hoy en día que tienen con los adultos.Se supone que no debería expresarme así, pero yo no quiero ser de la realeza mientras mi abuela y madre sigan en el trono, pero renunciar no me dejan y por eso estoy aquí. Deje de tener principios reales y ahora ten
Taker CompanyOslo - Noruega.Varios meses atrás.Desde que tengo uso de razón siempre he odiado todo lo que esté ligado a la realeza. Nadie hizo nada cuando perdí a la única persona que me amó sinceramente después de mi hermano mayor. No crecimos juntos a pesar de vivir en el mismo palacio y obviamente, los tratos fueron diferentes. Él fue más liberal y yo más aislada. Nunca tuvo problemas con nadie, pero yo fui otra historia.Soy la tercera en la línea de sucesión al trono. Ni siquiera voy a heredar y bueno...Reglas del palacio:1) No hables si no te lo piden.2) Siempre está de acuerdo en todo.3) Respira lento.4) No mereces ser princesa si no sufres.5) Sonríe sin importar que te escupan la cara.6) Todo es tu culpa.Intenté escaparme miles de veces del palacio, pero fue en vano. Los castigos de la reina eran los más crueles cuando se enteraba de que eran para mí.Ella da miedo.Ella es hipócrita.Engaña a su pueblo y lastima a quien no la obedece.Me envió a vivir fuera de mi p
Por mi mente nunca pasó que al salir del palacio viviría otro infierno. Sigo estando en Europa, pero las cosas no cambiaron mucho que digamos. Pasé de normas de la monarquía de mi abuela, a normas de un vikingo dictador.Pero si podemos verle el lado bueno a esta especie de convivencia, nos daremos cuenta de que también llevo las de perder. El tipo es un idiota y quiero golpearlo cada día más. Lamentablemente, no puedo hacerlo.El supuesto caballero amable que me dijeron que era, término siendo un vikingo sin modales. El caballero de la armadura oxidada pasó directamente a ser un vikingo ignorante. Esta mañana antes de ir a la entrevista de trabajo limpié el baño como me lo pidió. Me sentí tan humillada. Tuve que buscar en internet como se hacía porque no sabía.¡Y es una bañera que se podía secar sola! —No es tan malo. Misa tiene una agradable personalidad —el comentario sarcástico de Rachel me saca de mis pensamientos.—¿Agradable? —asiente—. Ese tipo no conoce de eso. ¿Por qué tie