Edimburgo, Escocia.18 de diciembre de 20XX.Hoy cumplo catorce años. No sé si eso es algo bueno o malo. Supongo que depende del cristal con que se mire. A pesar de que mi vida no ha sido perfecta, tengo dos razones que me hacen sonreír aunque llueva por dentro: mi abuelo y mi hermano. Ellos son mi refugio. Mi hogar. Mis pilares cuando el mundo parece quebrarse. Aunque mi abuela me odie y mi madre sea más reina que mamá, tengo el cariño de mis padres, o eso quiero creer. A su manera... ellos me aman.Esta mañana, en lugar de abrazos, recibí una nota. Decía que llegarían tarde. Lo habían olvidado. Otra reunión diplomática, esta vez con el rey de España. Como si mi cumpleaños pudiera posponerse.—Cameron, creo que mi niña no quiere ir por su regalo —la voz de mi abuelo retumbó desde la puerta como un rayo de sol rompiendo la tristeza—. Mejor vamos por la pizza y el helado nosotros.—¡Tato! —corrí hacia él sin pensarlo, saltando a sus brazos—. ¡No me dejes por irte con Cameron!—Su altez
Palacio Dalkeith. Dalkeith, Escocia. En la actualidad.Todo está revuelto en el palacio desde que el maldito ruso tuvo la osadía de enviar una amenaza directa a la reina. Iluso. Cree que por mostrarle un vídeo donde la bastarda es golpeada va a someterla. Qué estupidez. El último que intentó chantajearla terminó con una rama incrustada en el pecho y su cuerpo desperdigado por un barranco tras una explosión. Si mi padre tan solo no se hubiera enamorado del asqueroso rey… Si Emili no me hubiera robado su amor… Si el rey no hubiese amado a mi padre con esa ceguera enfermiza, todo sería distinto. La reina aún no sabe que soy pariente de Cameron. Qué ironía. La muy desgraciada me contó emocionada cómo disfrutaba hacerlos sufrir. Mi padre la enfrentó… y esa tarde murió. La explosión fue rápida, pero no suficiente para borrar el eco de su grito. Desde ese día, lo juré. Me vengaría de Emili. Le robaría todo lo que me fue arrebatado. Todo es su culpa. Se hacía la amable, fingía humil
MisaelTenía demasiadas emociones encontradas. Primero, no esperaba que sus cicatrices fueran producto de un accidente. Segundo, no esperaba que su abuela quisiera matarla por eso y tercero, aunque lo deseara… no lo esperaba. Que la mujer que amas te diga que puede que seas padre no tiene comparación alguna.Me siento ridículamente feliz y el hombre más afortunado de la tierra. Eso es en caso de que Emili esté embarazada. Esta vez haré las cosas bien.—Aunque no está confirmado todavía, puede que tengas un hermanito —le cuento a la lápida de mi hijo—. Serás el hermano mayor, Mark —pongo unas flores de colores olorosas en un jarrón—. Encárgate de cuidarlo mientras es un angelito y, cuando llegue a la tierra, me encargo yo.Me levanto de la grama y siento mi corazón partirse. Siempre me pasa esto cuando me toca marcharme de aquí.—Como desearía que estuvieses aquí —suspiro y veo al cielo—. Te amo, campeón.Empecé a salir del cementerio. Pasaría por Emili después de su clase para irnos a
Palacio Real.Edimburgo – Escocia.27 de diciembre de 20XX.La noche anterior a mi partida fue un suspiro eterno, una despedida silenciosa entre caricias y promesas que no podíamos garantizar. Le pedí una última noche juntos. No quería un adiós frío ni palabras que se llevara el viento. Quería que, si ese era el final, al menos quedara grabado en la piel.Misael me miró con los ojos brillantes, como si supiera que estábamos cruzando una línea invisible. No dijo nada, solo me abrazó, como si pudiera detener el tiempo con la fuerza de sus brazos. Cada roce fue un intento desesperado de retenernos, de fundirnos en uno solo antes de que la distancia se impusiera.No fue solo deseo. Fue amor en su forma más pura y más triste. Su frente tocó la mía y nos quedamos así, respirando el mismo aire, escuchando nuestros latidos acelerados. Sus manos recorrieron mi espalda con una dulzura reverente, como si me memorizara, como si no quisiera olvidar ni un centímetro de mí. Y yo hice lo mismo. Lo be
Palacio Real de Holyrood.Edimburgo, Escocia.Meses después...23 de octubre de 2025Hoy es un día crucial para la realeza escocesa. Después de casi setenta años, mi abuela ha decidido abdicar. Su sucesora será mi madre y, aunque ha estado muy nerviosa en estos últimos meses, espero que esté preparada para lo que se viene. En el palacio se encuentran los reyes y futuros monarcas de todos los países. La atmósfera es densa, solemne.Han sido meses caóticos para mí, sin un solo respiro. Misael y yo apenas hemos tenido tiempo para vernos, pero nuestro amor sigue en pie. Le confesé que no estaba embarazada y, aunque fue un golpe duro, no se desanimó. Seguimos juntos… y le prometí que hoy sabría toda la verdad.Hoy es el día en que, por fin, puedo ser libre.Sé que no debería expresarme así, pero no quiero ser parte de la realeza mientras mi abuela y mi madre sigan en el trono. No me permiten renunciar, por eso estoy aquí. Dejé atrás los principios reales para abrazar unos más humanos, más
Aclaratoria importante antes de seguir leyendo este libro; el país en el que se basa esta historia es Edimburgo, Escocia. No se tomará en cuenta la verdadera nobleza que todos conocemos. Se toma en cuenta los títulos, palacios y cualquier información sobre reyes, príncipes y princesas. Solo que el resto será ficción.Gracias.☆☆☆☆☆☆Obra registrada bajo el número: 2410299952238Con fecha: 10/28/2024Prohibida su reproducción total o parcial de ella.☆☆☆☆☆☆☆☆☆No sé como iniciar esta historia. Creo que puedo hacer el intento de comentar mi situación actual de vivienda. Normalmente, los padres nos abren las alas para que volemos y vivamos fuera de casa al cumplir cierta edad. En muchas ocasiones, tenemos mala relaciones con ellos y somos echados de la casa materna y después, están las personas que son como yo. Gente que son echados por caprichos de una reina.Digamos que no tuve una mala vida cuando era pequeña. Creo que mientras estuvo vivo la persona que realmente me miró durante mi i
Palacio Real de Holyrood.Edimburgo, Escocia.23 de octubre de 2025Es el día más especial para la realeza de cualquier país. El fin de un reinado lleno de muchas cosas raras internamente, para darle inicio a otro, que se espera que sea mucho mejor. Pero teniendo a mi madre de reina, lo dudo mucho. Solo deseo que las cosas que mi abuela hizo, no lo repita mamá en el interior del castillo. Ahora estamos aquí, rodeados de muchas naciones con gente de sangre real.¿A quién engaño? Realmente son como tres países, más el poco de pubertos en proceso de príncipes y princesas de diez años que abundan por estos lados sin mirar más allá de su frente.Es medio indignante la situación, si nos ponemos a analizar la falta de respeto de los niños de hoy en día que tienen con los adultos.Se supone que no debería expresarme así, pero yo no quiero ser de la realeza mientras mi abuela y madre sigan en el trono, pero renunciar no me dejan y por eso estoy aquí. Deje de tener principios reales y ahora ten
Taker CompanyOslo - Noruega.Varios meses atrás.Desde que tengo uso de razón siempre he odiado todo lo que esté ligado a la realeza. Nadie hizo nada cuando perdí a la única persona que me amó sinceramente después de mi hermano mayor. No crecimos juntos a pesar de vivir en el mismo palacio y obviamente, los tratos fueron diferentes. Él fue más liberal y yo más aislada. Nunca tuvo problemas con nadie, pero yo fui otra historia.Soy la tercera en la línea de sucesión al trono. Ni siquiera voy a heredar y bueno...Reglas del palacio:1) No hables si no te lo piden.2) Siempre está de acuerdo en todo.3) Respira lento.4) No mereces ser princesa si no sufres.5) Sonríe sin importar que te escupan la cara.6) Todo es tu culpa.Intenté escaparme miles de veces del palacio, pero fue en vano. Los castigos de la reina eran los más crueles cuando se enteraba de que eran para mí.Ella da miedo.Ella es hipócrita.Engaña a su pueblo y lastima a quien no la obedece.Me envió a vivir fuera de mi p