"Cuando por fin encontré algo que me importa...No lo perderé a la primera"Estoy en mi cuarto, acostado en la cama, con un brazo sobre los ojos y el otro apoyado en mi abdomen. Mi respiración es tranquila, pero mi mente está lejos de encontrar paz.No puedo dejar de pensar en ella.En lo dulce que saben sus labios.En la manera en que su cuerpo se amoldaba al mío cuando la tenía cerca, en cómo su respiración se mezclaba con la mía.En lo jodidamente perfecta que se sintió esta madrugada.Cierro los ojos, dejando que los recuerdos me arrastren de nuevo. Puedo verla ahí, con esa mirada desafiante, esa actitud de “no me importa” que me saca de quicio... y que, sin embargo, me tiene completamente atrapado.Lo supe desde hace tiempo, pero ahora es diferente. Ahora es real.La quiero.Y no pienso rendirme tan fácil.El sonido de mi teléfono rompe el silencio del cuarto, sacándome de golpe de mis pensamientos.Frunzo el ceño y estiro la mano para tomarlo de la mesa de noche.Pantalla ilumina
Ya estamos en la última clase, solo faltan unos diez minutos para que termine.—Bien, eso es todo por hoy —dice el maestro, saliendo del salón.—Al fin —murmuro, levantándome de la silla. Adeus ríe, y yo no puedo evitar rodar los ojos. A veces no entiendo qué es lo que me hace sentir tan extraña cuando está cerca de mí. Es como si hubiera algo más que la simple amistad o la rivalidad, pero no quiero pensar demasiado en ello.—Vámonos —le digo mientras salgo del salón, y él sale detrás de mí. Lo siento en mis pasos, su presencia está tan cerca que mi respiración se acelera sin quererlo. Lo ignoro y trato de concentrarme en lo que tengo que hacer.Llegamos al estacionamiento y subo a mi moto, tomando un momento para ponerme el casco. No puedo evitar notar cómo sus ojos siguen mis movimientos, como si cada gesto mío lo observara con una intensidad que me hace sentir vulnerable.—Yo te seguiré —dice el puberto mientras entra a su auto, y me recuerda lo mucho que me irrita su actitud confia
La veo entrar a su clóset y me quedo inmóvil, con la mirada fija en el punto donde estaba hace un segundo. La realidad de todo me golpea de golpe: soy importante para ella. No es solo mi imaginación o un deseo sin fundamento. Ella realmente se preocupa por mí, y eso es suficiente para que mi pecho se llene de una calidez que no puedo explicar.Pero no es suficiente. Quiero más.Desde que la conocí, Valery ha sido un misterio, una tormenta de emociones escondidas tras una fachada de indiferencia. Pero yo la he visto sonrojarse, reír cuando cree que nadie la mira, mirarme con esa intensidad que me hace cuestionar todo lo que creía saber sobre el amor. Y ahora lo entiendo.No puedo seguir callando lo que siento.Cuando sale del clóset, con su pijama rosa y el cabello desordenado, siento que el aire se vuelve denso. Es tan hermosa que duele. Me observa con curiosidad, sin saber lo que estoy a punto de decir.—Valery… —su nombre sale de mis labios antes de poder detenerlo.Ella frunce liger
"Yo no olvido a la gente que ha sido buena con migo...Pero a la que ha sido cabrona, menos"La calidez de su cuerpo es lo primero que siento al despertar.Su respiración es pausada, tranquila, un ritmo sereno que se mezcla con el suave latir de su corazón. Permanezco quieta por unos segundos, disfrutando la sensación de estar entre sus brazos, protegida, como si el mundo entero no existiera fuera de este momento.Pero algo en mi interior se remueve.Me giro con cuidado, sin querer despertarlo. Quedamos frente a frente, a centímetros de distancia. Su rostro relajado, con esas facciones que tantas veces he observado, me hace sonreír.Llevo una mano a su mejilla y la acaricio con la punta de mis dedos, con la suavidad de quien toca algo demasiado preciado. Él suspira levemente en sueños, como si mi tacto llegara hasta sus pensamientos.Me inclino, dejando un beso ligero en sus labios.Pero la inquietud sigue ahí.Siento el peso de lo desconocido oprimiéndome el pecho. Algo me dice que de
''Nocreoenelamorimposible,porquesinceramentecreoimposibledejardeamarte" ♠ExtraII♠ Narra
"Ya ves que intentar mantener las distancias contigo no cambio los sentimientos en mi"El rugido del motor de mi moto se mezcla con el frío de la mañana mientras me acerco a la mansión de Bechet. La carretera es solitaria, Acelero un poco más, intentando dejar atrás la sensación de ansiedad que se ha instalado en mi pecho desde que tomé la decisión de venir aquí.Bechet es el único que puede ayudarme. Él siempre ha estado ahí, cuidándome como si fuera su hija, enseñándome a sobrevivir en este mundo. Y ahora, necesito su protección para alguien más.Cuando llego a la gran reja de hierro forjado, los guardias me reconocen al instante y abren sin hacer preguntas. No es la primera vez que vengo, pero esta visita tiene un propósito distinto.Cruzo el portón y me adentro en el terreno de la mansión. A ambos lados del camino, los jardines están perfectamente cuidados, con rosales y arbustos recortados al detalle. A lo lejos, las luces de la casa principal brillan a través de los ventanales,
Tras mi conversación con Bechet, la seguridad de Adeus y su hermano quedó completamente asegurada. No escatimé en precauciones. Le pedí que pusiera a sus mejores hombres a cargo, asegurándome de que fueran los más leales y eficientes. La orden es clara: vigilancia las veinticuatro horas del día los siete días de la semana, sin margen de error.Si salen de casa, los seguirán. No habrá excepciones. Solo si Adeus está conmigo y yo hago la señal acordada, las “aves” se retirarán y nos dejarán solos. Pero incluso en esos casos, estarán atentos a cualquier movimiento sospechoso. Me informarán sobre con quién se encuentran, qué hacen y si hay alguna amenaza rondando cerca. Y si algo pone en peligro sus vidas, no dudarán en actuar.No me gusta la idea de que estén bajo vigilancia constante, especialmente Adeus. Él es fuerte y puede defenderse. Pero el peligro acecha en todas partes, y no puedo darme el lujo de confiar en el azar. No esta vez.El rugido de mi moto rompe la monotonía de la maña
Pasé la mayor parte de la mañana intercambiando mensajes con mi hermano, asegurándome de que arreglara el jardín de nuestra casa para la cita con Valery. Quería que todo saliera perfecto, sin ningún tipo de contratiempos. Sabía lo importante que era este momento y no iba a permitir que nada lo arruinara.Ahora íbamos de camino y solo esperaba que Mikhail hubiera terminado con todo antes de que llegáramos. Conociéndolo, seguro se habría tomado su tiempo para dejar cada detalle a la perfección.Después de varios minutos conduciendo, vi cómo Valery pasaba frente a mi auto y, de repente, tomaba un desvío inesperado. Fruncí el ceño, siguiéndola sin cuestionarlo demasiado. La conocía lo suficiente para saber que si hacía algo así, tenía sus razones.Llegamos a su casa y observé cómo aparcaba su moto con rapidez antes de bajarse. Yo salí del auto y me acerqué a ella, pero antes de que pudiera decir algo, se giró hacia mí con prisa en su expresión.—Me voy a cambiar y dejaré la moto. Iré cont