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Capítulo 3. La Diosa debe odiarme

DAVID

Tomo mi cena como de costumbre en compañía de mi familia, conversamos de cosas de trabajo y del próximo cumpleaños número 15 de mi hermana, que por supuesto planea celebrarlo a lo grande.

Noto que mi padre se encuentra más animado que de costumbre y siento que me perdí de algo; últimamente trabajo demasiado y no he prestado suficiente atención a mi familia.

Tengo una extraña sensación de estar fuera de mi cuerpo; como si observara la escena desde el techo y, mi yo sentado a la mesa solo fuese un robot que actúa mecánicamente.

Seguimos cenando entre charlas y risas, pero algo no está bien. Arturo y Alicia juguetean entre ellos cariñosamente. Mis padres ríen de algo que dijo mi hermana Vicky, cuando no se de donde salen cinco enormes lobos que no había visto antes, estoy seguro de que no pertenecen a nuestra manada.

De repente uno de los lobos se me viene encima mordiendo mi cuello. La sangre inunda mi pecho y el dolor es agonizante; siento cómo me desvanezco y mis ojos pesan demasiado. Alcanzo a ver cuando el resto de los lobos atacan a mis padres, Vicky yace en el suelo cubierta de sangre y su pecho ya no se levanta.

De un momento a otro me veo amarrado de pies y manos observando cómo las personas que amo son brutalmente masacradas, no soy yo quien se desangra en el piso; es mi hermano...

Un sonido estridente me aturde y agobia mis sentidos, cuando despierto en mi cama cubierto de sudor, toco mis mejillas y siento las lágrimas que derramé. La garganta la siento seca e irritada como si hubiera estado gritando. Tal vez lo hice.

Ha sido una pesadilla.

Desde aquella noche tengo pesadillas muy a menudo. En parte, esa es una razón por la que prefiero no dormir, y elijo concentrarme en el trabajo. Mientras más cosas ocupen mi mente, es más probable que mi cuerpo se rinda ante el cansancio y pueda conseguir unas horas de "descanso".

Apago mi alarma, son las 6:00 a.m. y es uno de esos días en que desearía quedarme en la cama hasta tarde, pero no es posible. Tengo muchos compromisos importantes.

El primero de ellos no lo es tanto, debo dar un jodido discurso motivacional a los alumnos que están por egresar de preparatoria.

«Como si fuesen a prestar atención a mis palabras»

Comienzo mi rutina como siempre. Salgo a correr por el camino deshabitado que colinda con mi propiedad. Avanzo tratando de despejar mi mente de los problemas y los malos recuerdos. Me concentro en mi respiración agitada por el ejercicio y observo mi alrededor, disfrutando de la tranquilidad que brinda el bosque.

Escucho a las pequeñas criaturas escabullirse a mi paso y mi naturaleza me exige prestar atención ante cualquier amenaza. El aire puro llena mis pulmones y me hace sentir despierto. Sigo la vereda que baja hasta la laguna donde pasé la mayor parte de mi niñez divirtiéndome y los recuerdos me atacan. Es uno de mis lugares favoritos en el mundo.

***

Cuando estoy de nuevo en mi cabaña, cruzó el umbral de la puerta llegando a la sala de estar que se encuentra en un espacio abierto, conformado por amplios sillones de cuero marrón y gamuza color marfil. En el medio una mesita de centro de madera pulida, que se ubica frente a la chimenea cubierta de piedra laja con puertecillas de hierro.

Los amplios ventanales dan una vista maravillosa del bosque que baja hasta la laguna; en invierno es todo un espectáculo.

Sigo el camino hasta mi habitación, abro la puerta y observo el conjunto: a la izquierda mi enorme cama casi me convence de volver a recostarme, un sillón de piel blanco en el alfeizar de la ventana y dos puertas de cristal que dan a una pequeña terraza.

Es una cabaña que combina lo rústico con las necesidades modernas. Me gusta el lujo sin llegar a ser excéntrico y en verdad agradezco los diez minutos de privacidad que me separan del pueblo donde vive el resto de la manada.

Una vez vestido y listo para salir de casa, tomo lo que necesito y me dirijo hacia mi auto que me llevará a mi destino.

***

-¿Qué pasa Marco? Espero que no sea algún inconveniente en la empresa, voy con el tiempo justo para llegar al colegio -respondo la llamada de mi asistente, quien no se supone que me moleste a esta hora. Algo debe andar mal.

-Lo siento señor, lo que pasa es que uno de los clientes lo espera en su oficina, reportó un error en el pedido que solicitó. Al parecer está mal etiquetado.

-¿Y qué puedo hacer yo? Dile al encargado de esa área que lo solucione, no entiendo por qué me molestas por algo así. Hagan su maldito trabajo que para eso se les paga carajos -siseo furioso.

Me exaspera la gente que tiene sólo una tarea a su cargo y no es capaz de cumplir con ella.

-Me disculpo de nuevo, el señor Carvajal exige hablar con usted; dice que no es la primera vez que sucede -murmura y siento ganas de ahorcarlo pero sé que él solo cumple con informarme.

-¡Me lleva el diablo! -Golpeo el volante haciendo sonar la bocina-. Juro que alguien va a ser despedido por esto. 

«Odio llegar tarde a mis compromisos»

Me regreso a la oficina mientras llamo al director del colegio para avisar sobre mi retraso.

***

¡Ha sido un día de m****a!

Después de atender al señor Carvajal y, recompensar el error de mis trabajadores con un cargamento de productos con un obsceno descuento en su precio; además de tener una "amigable" charla con el empleado responsable. Regreso al colegio cuando está por concluir el evento.

Una vez que pronuncio el discurso que llevaba preparado, me despido del personal educativo y de algunas jovencitas curiosas que se acercaron a expresarme lo mucho que mis palabras las motivaron.

«Mis "palabras" sobre todo»

Camino hacia el estacionamiento del colegio. Voy distraído respondiendo algunos correos de trabajo, cuando un olor exquisito como nunca he percibido antes inunda mis fosas nasales llamando mi atención.

«Huele a fresas y a algo dulce... vainilla»

Volteo desesperado sin saber realmente hacia dónde buscar, cuando la veo. Una hermosa jovencita de piel tan blanca como la porcelana, cabello negro corto hasta sus hombros, ojos azules como el cielo y unos labios preciosos que sin duda moriría por besar. Es ella, la persona que tanto he esperado encontrar, mi pareja.

Me acerco con la intención de reclamarla como mía, empujo a los que se cruzan en mi camino, voy decidido y tan feliz de haberla encontrado por fin. Cuando me encuentro a punto de llegar a ella, no puedo evitar escuchar la conversación que tiene con sus amigas.

-¡Feliz cumpleaños amiga! Hoy tenemos doble motivo para celebrar, tus 17 y nuestra graduación -dice una de las jóvenes que la acompañan y yo me detengo dónde estoy. 

17 años, es apenas una niña. No es que yo me sienta un viejo a mis 22, pero es una notable diferencia cuando ella aún no cumple ni la mayoría de edad. Por un momento olvidé dónde me encuentro, y que estoy rodeado de adolescentes recién graduados.

«¿Qué haré ahora, le confieso que es mi pareja?»

Lo haré, tiene que saberlo. De seguro se pondrá tan feliz como yo, y no habrá diferencia de edad que pueda interponerse.

Sigo mi camino confiado hacia ella, cuando...

-Azul, sé que no estás de acuerdo con todo el asunto de las parejas destinadas, pero se acerca la lunación y, algo me dice que por fin encontraremos a nuestros compañeros.

Comenta la rubia a su lado y yo no puedo estar más de acuerdo con su observación.

«Azul»

Saboreo el nombre tan singular que tiene y me agrada al instante, es perfecto para ella.

-Dany, tú siempre tan romántica, ¿cuántas veces necesitas que te diga que eso no es para mí? no creo que dos personas puedan llegar a "amarse"sin conocerse -pronuncia haciendo comillas-. Me parece de lo más absurdo y fantasioso. Sabes que creo en el amor, pero, cuando eso me pase, será con una persona a quien yo elija y sea compatible conmigo.

Termina de hablar y yo no sé por qué la diosa Luna me ha puesto esta prueba. De todas las mujeres que hay en el mundo, tenía que enlazarme con la única que no cree en el destino.

«La Diosa Luna debe odiarme»

-Amiga, no puedes simplemente decir que no amarás a tu compañero, tienes que darte la oportunidad, eso lo sabrás cuando te suceda. Hasta ahora no he conocido a nadie que rechace a su pareja en cuanto la ve por primera vez.

Responde de vuelta su amiga Dany, y desde este momento puedo decir que me agrada esta chica.

-Pues me presento ante ti. Hola, mi nombre es Azul y, soy la mujer que rechaza a su compañero aún sin conocerlo.

Estrechan sus manos a manera de saludo y su declaración hace que mi corazón caiga a mis pies.

«¡Joder! No se supone que fuese de este modo»

-No tienes remedio, eres una necia. -Ríen, mientras se abrazan y caminan lejos de mi.

-Solo hay una persona a la que aceptaría ahora mismo como mi pareja y esa eres tú, amiga ¿Quieres ser mi compañera? -pregunta haciendo un puchero que en otro momento me parecería adorable.

-Lo siento, sabes que no me van las chicas -responde Dany y ambas ríen cada vez más lejos.

«Tengo mucho en qué pensar»

Me regreso hacia mi auto, pensando en una mejor estrategia para llegar a mi pareja. No me daré por vencido, esto es un reto y me gustan los retos. Solo espero que ninguno salga dañado en el proceso.

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