Lucero llego a Nueva York sin que nadie pudiera evitarlo, cuatro meses alejada de Eros le suponían la superación del amor que nunca fue, de ese enamoramiento juvenil tonto y sin sentido, pero solo le basto con que Dulce le dijera que Eros intento matarse y nada ni nadie pudo evitar que regresara, claro que a todos les dijo que era por el próximo matrimonio de Neri, aun cuando subió a la camioneta blindada se lo preguntó ¿hubiera regresado para la boda de Neri? Ni ella sabía la respuesta, no quería ver a Eros, pero soñaba con él cada noche, debería odiarlo, pero no podía, sentía la boca de Eros recorrer su cuello, tomar sus labios, y no sentía asco, sino deseo, recordaba el roce de sus cuerpos y el sonido de estos al chocar y se le hacía imposible no sentir el calor recorrer su cuerpo, pero lo que más recordaba eran sus ojos, esos que parecían esmeralda
Lucero y Neri reían al ver el video que Dulce había llevado a la mansión Bach, a su lado Tiago acariciaba el vientre de la joven Bach y veía con ojos de borrego a medio morir a Dulce, la cual negaba una y otra vez.— Felicidades, aunque debo decir que lo supuse desde el primer día, ustedes acabarían juntos. — Dijo Lucero, que terminaba de ver como su amiga aceptaba ser la esposa de Tiago, ese video se convertiría en su favorito desde ese día.— Siempre acabamos juntos princesa. — Neri hizo un gesto de horror con su rostro y Lucero comenzó a reír junto con Dulce y Tiago, jamás dejarían de molestar al ruso con su sentido del humor, tan descarado y de doble sentido.— Ustedes… son de lo peor. —dijo Neri, pero aun así sus labios dibujaron una sonrisa.— Entonces, ¿c
El Castillo Boldt en la región de las 1000 Islas de Nueva York, guardaba una de las historias de amor y tristeza más grandes conocidas.George Boldt, un inmigrante alemán que subió del lavaplatos al propietario del elegante hotel Waldorf-Astoria de Nueva York, visitó por primera vez las 1000 islas con su amada esposa Louise hace más de un siglo. Fue allí donde vio y quedó encantado con la romántica Heart Island de cinco acres en el río San Lorenzo.Boldt prometió regresar a la exuberante isla en forma de corazón. Después de varios viajes, decidió encargar un estudio de arquitectura para crear un castillo de tamaño completo como tributo a su amor y matrimonio. Lo imaginó como una réplica de los majestuosos que había visto a lo largo del río Rin cuando visitó Alemania cuando era niño.Boldt instruyó a los ingenie
— No definitivamente no, Lucero debe estar en la mansión Bach, ese es su hogar y nunca saldrá de allí. — dijo Liam luego de escuchar la propuesta de Dulce, quien lo veía con asombro por su reacción desmedida.— ¿Es su hogar o una prisión? — el comentario de Neizan lo hizo girar, solo para hacerle ver que lo mejor que podía hacer era cerrar la boca.— Neri tiene razón, además solo será un par de noches, no es como que Lu se quedara a vivir aquí. — dijo la pelinegra enfrentando la cara furibunda del señor Simons.— Vaya, solo unas horas como “familia” y su lealtad con Lucero desaparece. — revertió más molesto aun el mayor.— Te equivocas Liam, nuestra lealtad siempre será con la princesa, es por eso por lo que te aconsejo que dejes que ella decida que hacer, después de todo y
Lucero casi no pudo pegar ojo en toda la noche, ni cuando Neri llamo en la mañana, para avisar que habían llegado bien, lo atribuyó al cansancio y las diversas emociones del día, también sopesó la idea que ella nunca en sus 19 años de vida se había imaginado perder a sus padres, por más que sus abuelos murieron de forma trágica y que sobre su familia pesaba una maldición, ella nunca había tomado en cuenta que un día podría estar realmente sola, por más familia que tuviera, sus padres jamás podrían ser remplazado.— Buenos días. — dijo Eros y solo entonces se dio cuenta que su esposo estaba a su lado, viéndola como si fuera lo más bello del mundo, cuando ella estaba segura de que su cara debía estar hinchada y su cabello todo revuelto.— Buenos días. — respondió, pero no pud
Lucero abrió los ojos y aunque en un principio la desorientación la molesto, muy pronto la deseo con desespero, pues cada vez que recordaba las voces de los doctores y los ojos de Eros cubiertos de lágrimas la agonía se desataba en su interior.— Eros. — dijo en un susurro y el mencionado levantó con rapidez su cabeza, esa misma que tenía apoyada en una de las manos de su esposa.— Lu. — el joven no lo soporto, el entendimiento bailaba en esos ojos celestes casi azules, la princesa lo sabía, lo intuía, la maldición de los Bach la había alcanzado.— Él no lloro, Horus ni siquiera dio un respiro en este mundo, ¿verdad? — necesitaba confirmarlo, tenía ese derecho.— … No lo hizo. — Lucero no quito sus ojos de los de su esposo, en silencio ambos lloraron la muerte de su hijo, uno más resignado q
Eros era su esposo, estaban casados ante la ley y ante Dios, él era suyo, siempre lo fue, como ella le pertenecía, no permitiría que sus miedos o pasado se interpusieran, ella era Lucero Bach y solo quería ser feliz, algo que solo podría hacer con aquel rubio de ojos verdes.Llevo sus manos alrededor del cuello del alto hombre, y colocándose en puntas de pies lo beso, suave y lento, al tiempo que sus ojos se cerraron para darle paso a solo poder sentir, su corazón se aceleró aún más cuando Eros envolvió su cintura y la presiono contra su cuerpo, y cuando sintió que los brazos del joven la elevaban, de manera automática abrió sus piernas para de esa forma poder enredarlas en la cintura de su esposo, Eros lejos de llevarla a la comodidad de la cama, la empotro en una de las pocas paredes que allí habían, ya que el lugar en su mayoría estaba cubier
Lucero no perdió tiempo y luego de hablar con Mateo regreso a su mansión, Eros aún estaba en la oficina, necesitaba tranquilizarse, no podía creer que su esposo le ocultara cosas, no quería discutir con él, no ahora que por fin parecía que todo iba de maravilla, habían comenzado con los trámites para postularse para adoptar a un niño, o niña, claro que desde el anonimato, ya la prensa había filtrado que la gran heredera de los Bach estaba embarazada, corrían con la suerte de que desconocieran todo, incluso en su boda su gran abdomen fue ocultado por el hermoso vestido de novia que llevo, no sabían de cuantos meses estaba, mucho menos la horrible y dolorosa verdad, eso le daba tiempo, sabía que cundo todo saliera a la luz no la dejarían tranquila hasta saber y tener la primicia de su dolor, porque conocía como eran los periodistas, peores que carr
Neri escucho las palabras de Hades, mientras Zafiro llegaba a su lado.— Está segura, está en la camioneta.— ¿Dónde la déjate? ¿Cómo se te ocurre dejarla sola? — Neri vio como el lateral izquierdo de Tiago sangraba, el lobo no había asegurado bien el chaleco antibalas, tenía ganas de golpearlo.— Ella me pidió venir por ti, es mi hermana, no pude decir que no.En su mente pudo ver tan claro como el agua como el fin de Dulce era sellado, pero no lo permitiría, su madre se lo dijo, el futuro puede cambiar, no le fue necesario preguntar donde había dejado a las jóvenes, su visión fue fuerte y clara, lo que quería decir que los sucesos pasarían en escasos segundos, si tenía suerte en minutos, los suficientes como para llegar a ella, a Dulce, su amiga, porque esa era la verdad y lo que siempre dec&i