29 Él no lloro.

Lucero casi no pudo pegar ojo en toda la noche, ni cuando Neri llamo en la mañana, para avisar que habían llegado bien, lo atribuyó al cansancio y las diversas emociones del día, también sopesó la idea que ella nunca en sus 19 años de vida se había imaginado perder a sus padres, por más que sus abuelos murieron de forma trágica y que sobre su familia pesaba una maldición, ella nunca había tomado en cuenta que un día podría estar realmente sola, por más familia que tuviera, sus padres jamás podrían ser remplazado.

— Buenos días. — dijo Eros y solo entonces se dio cuenta que su esposo estaba a su lado, viéndola como si fuera lo más bello del mundo, cuando ella estaba segura de que su cara debía estar hinchada y su cabello todo revuelto.

— Buenos días. — respondió, pero no pud

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