Cinco Días Después…
Sí, todo puede cambiar de un momento a otro, las lágrimas no dejan de correr por mis mejillas, mis manos tiemblan y el corazón lo siento tan destruido que no sé cómo lidiar todo esto.
Estábamos de regreso a casa, después de unos días lejos de todos. Estábamos felices en Paris, visitamos tantos lugares, las noches eran nuestras en la habitación, la sala o la piscina. Me sentía tan llena de vida junto a Bajhor, pero al poner un pie en la pista de aterrizaje para regresar, Bajhor recibió una llamada, una llamada que era para mí y que me esfumo la sonrisa con la que pretendía volver.
El vuelo se me hizo eterno, no dejaba de llorar en el hombro de Bajhor, era muy claro el enojo con el que él se encontraba, llamadas aquí y allá. Al llegar ya su coche esperaba, subimos y este tomo el camino lo más rápido que pudo al hospital.
Es mi tía Catia, mi tía ha sufrido la maldad de Abdón,
Frida Kayenston.Todos nos observamos, nadie dice nada, minutos, minutos, minutos y yo me estoy desesperando, ¿Qué es lo que ocultan? ¿Qué es eso que mis abuelos no me han dicho?– ¿Y bien? ¿Quién comenzara? –enarco una ceja, me cruzo de brazos.–Frida... –es mi abuela paso a mirarla. –Siento que no es el momento, pero tu madre nos pidió que fuera en el necesario y creo que es ahora –arrugo mis cejas, esta me toma de la mano, ambas tomamos asiento. –A lo que... tu padre se refiere es que... –la abuela baja la mirada. –Tu madre no murió del todo debido a él, aunque su abandono si le afecto mucho –mi abuela vuelve a mirarme. –Frida, tu madre nunca quiso que supieras esto, no hasta que llegara el día y ha llegado.–Ok... –le miro fijo. –Te escucho...–Mi amor, tu madre fue diagnosticada con cáncer... –el aliento se me esfuma. –Estaba en una etapa muy terminal, y no tenía la oportunidad de luchar por vencerla, ella nos hizo prome
Balián me dejo en la puerta de mi apartamento, este se disculpó y se fue con prisa. Yo por mi lado comienzo a ver todo el apartamento, está un poco desordenado, hay rastros de sangre en el suelo, fue limpiada, pero no del todo, un nudo se forma en mi garganta, la rabia comienza hacer partícipe, tengo esas ganas de tomar mi cabello y jalarlo con fuerza, me quiebro ante todo esto, desahogo todo lo que me abarca, mi llanto es silenciado de pronto, mi respiración se corta de tajo.–Shhh, ni se te ocurra gritar, ¿Ok? –siento en lo bajo de mi espalda algo presionándose. –Yo no quería y tu hiciste que fuera capaz de ello... –Abdón suelta mi boca, pero me es imposible moverme, ahora tiene la pistola clavada en la cien, este se planta delante de mí. – ¿Comprometida? –sonríe. –Tú no puedes estar comprometida, ni con él, ni con nadie.– ¿Por qué esta obsesión conmigo, Abdón? –le miro fijo. – ¿Tan difícil era darme el divorcio? ¿Dejarme tranquila? ¿Hacer tu vida con la ma
Fabian caminaba de un lado a otro, su mano izquierda, esa donde lleva un vaso lleno de licor tiembla, suspira una y otra vez, se da un sorbo tras otro, afloja nuevamente su corbata, se da un más sorbo.–Deberías tomar asiento y pensar las cosas con más calma –la calmada voz de Tabatha se escucha desde la puerta. –Nada logras con estar de ese modo, si actúas impulsivamente las cosas resultaran peor.–Una semana... –dice Fabian. –Una semana desde que mi hija fue secuestrada –Fabian enfoca su mirada en Tabatha. –Y en este momento me siento el peor padre de este mundo –por fin esté toma asiento y Tabatha entra en su totalidad a su despacho. –No he hecho las cosas bien, pero quiero remediar todo.– ¿Por qué tu hija ha sido secuestrada? ¿En serio? –Tabatha toma asiento dándole el frente. –Debiste cambiar y remediar desde hace un buen tiempo –Fabian quiere hablar y ella no se lo permite. –Qué vergüenza, que vergüenza sentí cuando
Tomamos un taxi y de pronto me encontraba bajando en su dirección, entrando al edificio, su apartamento y su habitación.Al despertar al otro día ambos nos dimos cuenta de lo ocurrido, ella prometió olvidarlo y yo también. Pero era una extraña necesidad cuando la tenía cerca, era verla y atacarla, era como si atacarla de una manera muy cruel me llevaría de nuevo a su habitación, y así era, ella me buscaba, yo la buscaba, noches de sexo sin descanso y a la mañana siguiente simples despedidas.Grace un día me confeso lo que sentía por mí, y yo simplemente calle, porque yo si estaba claro de lo que quería, y yo solo quiero tenerla desnuda y nada más. Tener sexo y nada más, hacerla mía y nada más, yo no busco sentir por ella, ni siquiera me lo permito, siento que las traiciones están en cualquier abrir y cerrar de ojos y lo menos que quiero es volverlo a experimentar.Aparco en una calle de pronto y me quedo con la mirada fija al frente, pensamientos van y p
Es algo ilógico, es muy ilógico el hecho de que el frio sea muy intenso cuando está saliendo el sol por la mañana. Pero en esta ocasión ha cambiado un poco el frío, en este momento no lo siento tan intenso, gracias a la manta que Aurora me dio por la noche. Otra cosa que me sorprendió, fue el hecho de que ella dejara la carpa abierta para quizás darme un poco de compañía. ¿Qué le creo? No en su totalidad, este momento lo menos que debo hacer es confiar, pero si ella tiene un plan para escapar espero sea cierto, porque no aguanto más, no soporto ya tanto dolor en mi cuerpo. Mis piernas duelen, mis muñecas arden, mis pies, mis pies no soportarían una caminata más. Abdón se ha aprovechado de todo este secuestro para hacerme saber que él es el poderoso en esta ocasión. Sus golpes han sido brutales, han si
Mi hermano me mira fijo y pasa agachar la mirada.–Tengo eso jodida mierda llamada, dependencia, y dependo tanto de ella –suspira. – ¿Arrepentirme? –chasquea y niega. – ¿Cómo podría arrepentirme de conocer al amor de mi vida, Balián? –sus hombros comienzan a temblar, este agacha la cabeza, su llanto brota. –Eres un hombre fuerte, tan fuerte hasta que llega una mujer que te enseña a ser lo contrario, que te hace sentir maravillas, que te hace vivir la vida a flor de piel, una mujer que rompe todo hielo en ti y te vuelves un jodido sentimentalista de un momento a otro –vuelve a mirarme. –Eso me ha pasado, y no tienes la jodida idea de cómo no quiero llorar, de cómo quiero dejar de tomar y centrarme en buscarla, pero me desquicio de tan solo pensar como la está pasando, y me derrumbo.–Pues déjame decirte que estás haciendo
Tomo asiento junto a Valentín Hunther, no veía a mi abuelo desde que ocurrió lo de Frida, este de inmediato toma mi mano y acaricia el dorso de esta, mi abuelo es todo lo contrario a mi padre y tíos, es el más cariñoso y de un modo u otro, tengo eso de él.–Todo va a estar bien hijo –comenta, yo asiento levemente. –Clayc te ayudara en todo, ya lo veras, solo por favor, no tomes más, ¿Bien? –sonrió de lado asiento.– ¿Dónde está Timothy? –la puerta se escucha y aparece.–Aquí, primo.–Bien, estamos todos, ¿No?–No, aun no –observo a Balián, entrecierro mis ojos confundido. –Falta otra persona, esperemos unos segundos, ya está por llegar.Todos nos quedamos en silencio, incluso Bahil y Varsha que cuando están juntos no dejan de discutir y de
Frida Kayenston.Correr, correr, correr, era lo único que hacía en este momento, por mi parte yo no podía más, pero Aurora me alentaba y retomaba fuerzas que no tenía y continuo la andada.Y era cierto, la condenada de Aurora sabía muy bien qué camino tomar, le hizo una jugada sucia a Abdón mientras este me llevaba arrastras. La peli oscura fue haciendo diminutos tallados al pie de los árboles que solo ella podía entender, por lo que me contó, solía irse de excursión con su padre y lo aprendió de él.Hemos corrido tanto que sé que estamos muy alejados del lugar donde nos encontrábamos, pero de pronto ambas nos detenemos en seco al escuchar el sonido de un disparo. Ambas nos vemos, no decimos nada, de seguro es Abdón quien viene pisándonos los pasos.–Mierda –susurra Au