Fabian caminaba de un lado a otro, su mano izquierda, esa donde lleva un vaso lleno de licor tiembla, suspira una y otra vez, se da un sorbo tras otro, afloja nuevamente su corbata, se da un más sorbo.
–Deberías tomar asiento y pensar las cosas con más calma –la calmada voz de Tabatha se escucha desde la puerta. –Nada logras con estar de ese modo, si actúas impulsivamente las cosas resultaran peor.
–Una semana... –dice Fabian. –Una semana desde que mi hija fue secuestrada –Fabian enfoca su mirada en Tabatha. –Y en este momento me siento el peor padre de este mundo –por fin esté toma asiento y Tabatha entra en su totalidad a su despacho. –No he hecho las cosas bien, pero quiero remediar todo.
– ¿Por qué tu hija ha sido secuestrada? ¿En serio? –Tabatha toma asiento dándole el frente. –Debiste cambiar y remediar desde hace un buen tiempo –Fabian quiere hablar y ella no se lo permite. –Qué vergüenza, que vergüenza sentí cuando
Tomamos un taxi y de pronto me encontraba bajando en su dirección, entrando al edificio, su apartamento y su habitación.Al despertar al otro día ambos nos dimos cuenta de lo ocurrido, ella prometió olvidarlo y yo también. Pero era una extraña necesidad cuando la tenía cerca, era verla y atacarla, era como si atacarla de una manera muy cruel me llevaría de nuevo a su habitación, y así era, ella me buscaba, yo la buscaba, noches de sexo sin descanso y a la mañana siguiente simples despedidas.Grace un día me confeso lo que sentía por mí, y yo simplemente calle, porque yo si estaba claro de lo que quería, y yo solo quiero tenerla desnuda y nada más. Tener sexo y nada más, hacerla mía y nada más, yo no busco sentir por ella, ni siquiera me lo permito, siento que las traiciones están en cualquier abrir y cerrar de ojos y lo menos que quiero es volverlo a experimentar.Aparco en una calle de pronto y me quedo con la mirada fija al frente, pensamientos van y p
Es algo ilógico, es muy ilógico el hecho de que el frio sea muy intenso cuando está saliendo el sol por la mañana. Pero en esta ocasión ha cambiado un poco el frío, en este momento no lo siento tan intenso, gracias a la manta que Aurora me dio por la noche. Otra cosa que me sorprendió, fue el hecho de que ella dejara la carpa abierta para quizás darme un poco de compañía. ¿Qué le creo? No en su totalidad, este momento lo menos que debo hacer es confiar, pero si ella tiene un plan para escapar espero sea cierto, porque no aguanto más, no soporto ya tanto dolor en mi cuerpo. Mis piernas duelen, mis muñecas arden, mis pies, mis pies no soportarían una caminata más. Abdón se ha aprovechado de todo este secuestro para hacerme saber que él es el poderoso en esta ocasión. Sus golpes han sido brutales, han si
Mi hermano me mira fijo y pasa agachar la mirada.–Tengo eso jodida mierda llamada, dependencia, y dependo tanto de ella –suspira. – ¿Arrepentirme? –chasquea y niega. – ¿Cómo podría arrepentirme de conocer al amor de mi vida, Balián? –sus hombros comienzan a temblar, este agacha la cabeza, su llanto brota. –Eres un hombre fuerte, tan fuerte hasta que llega una mujer que te enseña a ser lo contrario, que te hace sentir maravillas, que te hace vivir la vida a flor de piel, una mujer que rompe todo hielo en ti y te vuelves un jodido sentimentalista de un momento a otro –vuelve a mirarme. –Eso me ha pasado, y no tienes la jodida idea de cómo no quiero llorar, de cómo quiero dejar de tomar y centrarme en buscarla, pero me desquicio de tan solo pensar como la está pasando, y me derrumbo.–Pues déjame decirte que estás haciendo
Tomo asiento junto a Valentín Hunther, no veía a mi abuelo desde que ocurrió lo de Frida, este de inmediato toma mi mano y acaricia el dorso de esta, mi abuelo es todo lo contrario a mi padre y tíos, es el más cariñoso y de un modo u otro, tengo eso de él.–Todo va a estar bien hijo –comenta, yo asiento levemente. –Clayc te ayudara en todo, ya lo veras, solo por favor, no tomes más, ¿Bien? –sonrió de lado asiento.– ¿Dónde está Timothy? –la puerta se escucha y aparece.–Aquí, primo.–Bien, estamos todos, ¿No?–No, aun no –observo a Balián, entrecierro mis ojos confundido. –Falta otra persona, esperemos unos segundos, ya está por llegar.Todos nos quedamos en silencio, incluso Bahil y Varsha que cuando están juntos no dejan de discutir y de
Frida Kayenston.Correr, correr, correr, era lo único que hacía en este momento, por mi parte yo no podía más, pero Aurora me alentaba y retomaba fuerzas que no tenía y continuo la andada.Y era cierto, la condenada de Aurora sabía muy bien qué camino tomar, le hizo una jugada sucia a Abdón mientras este me llevaba arrastras. La peli oscura fue haciendo diminutos tallados al pie de los árboles que solo ella podía entender, por lo que me contó, solía irse de excursión con su padre y lo aprendió de él.Hemos corrido tanto que sé que estamos muy alejados del lugar donde nos encontrábamos, pero de pronto ambas nos detenemos en seco al escuchar el sonido de un disparo. Ambas nos vemos, no decimos nada, de seguro es Abdón quien viene pisándonos los pasos.–Mierda –susurra Au
– ¿No es agradable? –comento, volteo a mi lado, Aurora hacia lo mismo miraba al techo. –Nos ayudara, estamos cerca de salir de esta pesadilla.–No te quiero dejar sola –comenta, voltea a verme. –Que, si Abdón llega a esta cabaña, Frida, podría acabar contigo.–Seamos positivas, todo saldrá bien, sé que Lord cuidará de mí.–No es suficiente –Aurora se acomoda de lado en su totalidad, me mira fijo. –Dejare un arma que llevo conmigo debajo del colchón, ¿Bien?– ¿Qué? –digo casi sin aliento. – ¿Tienes un arma? ¿Cómo Abdón no se dio cuenta?–Nunca reviso mis cosas –se encoge de hombros. –Pero la dejare para ti, así te protegerás y yo me iré más tranquila con ese tal Daniel ¿Bien?–Es guap
Quedamos un momento en silencio, la familia de Frida procesa la información que recién les he dado, me acerco a Mark, coloco mi mano en su hombro este me mira.– ¿Cómo esta ella? ¿Tu madre? Con todo esto de Frida, lo olvide por un momento.–Está bien, señor, aun no acepta el que no pueda movilizar unas partes de su cuerpo, pero dice estar feliz porque está viva.– ¿Sabe lo de Frida? –Mark niega. –Es lo mejor, no podemos preocuparla, merece recuperarse, buscare los mejores especialistas para que reciba terapias, ¿Bien? –Mark niega y sonríe.–Descuide señor, Gareth se le adelanto –sonrió ante ello. –No se ha despegado de nosotros.– ¿O de ti? –Mark sonríe y asiente. –Gareth es un gran hombre, y sé que ambos sea lo que sea que tienen, les resultara muy bien
Annie la observaba fijamente y cada cierto momento una sonrisa se formaba en sus labios. Una mano se entrelaza a la suya y al voltear observa a su padre, mirando en la misma dirección que ella hace un momento observaba. – ¿Por qué sonríes, hija? –su padre voltea y le mira fijo. –Desde hace un momento solo le miras y sonríes. –Verla me pone feliz, papá –Annie se encoge de hombros, continua. –Frida sonríe y le alegra la vida hasta la persona más amarga del mundo, su risa es estruendosa, su cabello rubio brilla como si se tratara de un campo de trigo, Frida será feliz papá, mi hija será feliz junto a un hombre que valorara sus sentimientos y el hecho de como ella es. – ¿Y cómo es Frida? –Annie lleva la mirada a su hija y una vez más sonríe. –Hermosa tanto por