Capítulo 30

Una pequeña sonrisa surge en mis labios al despertar, me remuevo en mi lugar esperando sentir un cuerpo pegado al mío. Frunzo el ceño al instante al comprobar que no siento a Roy por ninguna parte, por lo que no me queda más que abrir mis ojos para dar un vistazo.

— ¿En qué momento llegué a la cama? —no puedo evitar preguntarme mientras traslado mi mirada alrededor de la habitación—. ¿Será que camine dormida hasta acá?

Me volteo en la misma buscando una posición cómoda en la cual estar, abrazo la almohada que tengo a mi lado, justo como hago cada noche al dormir. Es algo instintivo que hago sin darme cuenta. Comienzo a buscar en mi memoria el cómo llegue aquí, pero lamentablemente no soy capaz de encontrar absolutamente nada.

— ¿En serio me dejaste sola aquí Roy? —mis ojos se humedecen por el conocimiento de haber sido dejada aquí—. ¿Qué te costaba despedirte?

Suspiro con pesar para luego cerrar mis ojos. Hago esto para intentar dormirme nuevamente, después de todo por la luz que aún
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