—Lo sé, pero solo quiero que mi amiga se vea más irresistible —dice Sam ahora colocando brillo labial.
—Sam, Holly tiene novio —le advierte Mónica y se acuesta boca abajo.
—Sí, pero es un idiota, no entiendo porque sigues con él, y porque tenga novio, no significa que no pueda ponerse más linda de lo que ya es —responde Sam comenzando a molestarse, ya que el tema del novio de Holly no era de su agrado.
Holly se levanta al darse cuenta que su amiga Sam había terminado de maquillarla.
—Ustedes saben porque... —Holly fue interrumpida por sus dos mejores amigas.
—Porque me ha ayudado demasiado y se lo agradezco muchísimo —dijeron al unísono fastidiadas imitando a Holly, el cual, la morena volteo los ojos algo irritada por aquella reacción de sus amigas.
—Yo sé que él a veces se pone como loco y me trata mal, pero yo lo entiendo, tiene ciertos problemas con su familia y a pesar de todos sus problemas, los deja de lado para ayudarme a mí —dijo Holly algo cansada de explicarle este tema siempre.
—Como sea. —Voltea los ojos, mira a la rubia quien ahora se arreglaba y dice—. Sam, estos chicos... ¿Dónde estudian? —pregunta Mónica, apoya los codos en la cama, la cabeza en sus manos e inclina la cabeza hacia un lado.
—No lo sé, solo sé que van por el último año —dice Sam agarrando su cabello rubio en una coleta de caballo.
—Y a nosotras nos falta otro año para terminar. —Holly se altera un poco.
—¿Y? Así es mejor —dice Mónica parándose y caminando hacia el espejo tamaño cuerpo completo que está al lado del ropero de Sam, para verse el conjunto que traía puesto.
Mónica llevaba una blusa blanca manga corta, algo transparente viéndose un poco su sostén blanco, más una falda con ondas color negra, el corto es de cinco dedos por arriba de las rodillas y unos botines negros con tacón.
—Gracias por prestarme esta ropa Sam —dice Holly también observándose.
Tenía una blusa color rosada escotado en el espaldar con tiras cruzadas, junto con unos shorts negros y sandalias blanco con negro trenzadas en las piernas.
—No hay de que Holly, te queda muy lindo, ¿sabes qué? Te lo regalo —dijo Sam acomodando su sencillo vestido azul con sandalias plateadas.
—¡¿Qué?! No es... —Holly fue interrumpida.
—No me queda Holly, en serio te lo regalo —dijo Sam sonriéndole.
—Está bien. —No insistió más—. Gracias —respondió Holly devolviendo la sonrisa.
***
—Se están tardando mucho ¿No crees Jack? —dice el pelirrojo viendo su reloj frustrado.
Ya se encontraban en la fiesta, estaban sentados en el sofá de la sala de aquella casa.
—Cálmate Trevor —responde Jack. El rubio se ríe por su actitud—. Son mujeres, se deben estar arreglando o nosotros llegamos muy temprano —dice obviando lo último y mirando mal a Trevor.
—Hay que ser puntual, prefiero llegar diez minutos antes que tarde —dice Trevor en un tono sabio.
—¡Wouh! Así no te agrade el lugar te gusta llegar temprano —se burla Jack y el pelirrojo lo mira mal.
—Una cosa es el sitio. —Sus ojos pasean por el lugar con asco—. Y otra cosa es cambiar mi forma de ser. —Finaliza Trevor, Ascher voltea los ojos y se ríe levemente.
—Si quieres, las busco —ofrece Ascher, ya que habían venido en su auto.
—No, ya deben estar por llegar. —Jack observa la puerta inicial de la casa buscando con la mirada a ver si su chica se dignaba a llegar.
—Pues ya es muy tarde —dice Trevor estresado cruzándose los brazos.
—Deberíamos tomar algo mientras llegan, ¿no? —Ascher trata de sugerir para calmar el ambiente con el estresante Trevor.
—Vayan ustedes si quieren. —Jack se queda sentado aun viendo la puerta esperanzado.
—Bueno. —Los dos amigos se pararon y fueron directo a la cocina—. ¿Crees que lo plante? —pregunta Ascher.
—Ojalá, así nos vamos de este asqueroso lugar. —Trevor estaba repugnado y el rubio lo miro mal.
Gracias a esa mirada que le hizo a su amigo, no vio el camino y se tropezó con alguien haciendo que esta persona se le derribara el trago encima.
—¡Pero que idiota! —Se le veía furioso y pasado de copas—. Me hiciste derramar mi trago imbécil.
—Fue un accidente, de verdad lo siento hermano —dijo Ascher algo avergonzado, sacó un pañuelo de su bolsillo para limpiarlo y la otra persona se alejó extrañado.
—No soy tu hermano... ¿qué te sucede? —Lo mira como si fuera un raro.
—Limpio mi desastre —responde Ascher algo obvio.
—No seas marica, yo puedo limpiarme, solo no te acerques a mí. —Le hace un mal gesto a Ascher.
—Por tener educación no significa que sea marica. —Ascher está algo serio y ofendido, creo que al insultarlo de esa manera le había quitado su paciencia para llevar la fiesta en paz.
—No sé de dónde vienes, pero aquí de nada te sirve la educación —se burla.
—El lugar de donde vengas no define tu educación —dice Ascher algo ya molesto por su actitud.
—Ajá si, como digas. —Se da media vuelta y el rubio también lo hace.
—Idiota —susurra detestable.
Pero el castaño lo escucho, dado que se volteó con su puño cerrado, con la otra mano tomo al rubio por el hombro y lo giró para luego impactar su puño en la quijada de Ascher, este retrocedió por el golpe y Trevor lo sostuvo para que no se cayera.
—¿Escuche bien? —pregunta muy furioso.
—No, disculpe... No somos de aquí, todo bien —dijo Trevor alejando a Ascher de ese lugar.
Lo arrastró a la parte trasera de la casa donde había una piscina, el jardín, una parrilla, una mesa con las bebidas, personas bailando y bañándose. Trevor sienta a su amigo cerca de la piscina en una camilla playera y lo regaña.
—¡Ves! Por esta razón nuestros padres no nos dejan salir a fiestas como estas, son escandalosas y nadie es educado —decía Trevor revisando el labio roto a su amigo—. Primera fiesta callejera y ya peleas.
—Sabes que odio a las personas incultas. —Ascher se remoja un poco el labio roto—. ¡Aaah! —Se queja.
—Lo sé, yo también las detesto, pero este es otro ambiente, así que debemos ser más cuidadosos, no vaya a ser que nos den un tiro... buscaré un botiquín de primeros auxilios, si es que hay uno aquí en este lugar tan descuidado. —Trevor observa el lugar nuevamente como si fuera peligroso—. No te muevas y evita pelear. —Le advierte antes de irse y Ascher alza su pulgar para hacerle saber que le hará caso.
—¡Tim suéltame! Estas pasado de copas. —Ascher ve una morena tratando de zafarse del mismo tipo que lo había golpeado, la pareja estaba en frente de él al otro lado de la piscina haciendo una escandalosa escena.—Pulguita... solo quiero que bailemos —dice Tim tomándola del brazo y haciendo un puchero.—No quiero en este momento, estas mal —dice la morena un poco asustada, su novio al pasarse de trago se volvía más loco de lo que ya era.—No estoy mal... —Ella intentó alejarse de su agarre que le hacía daño en el brazo—. ¿Te avergüenza estar conmigo? —Ella agachó su rostro apenada pues se estaban volviendo el centro de atención de esa fiesta—. ¿Es eso? ¿no quieres estar conmigo? ¿por eso no me dijiste que vendrías? —Tim estaba molesto y la empujo.—No puedo creer que vaya a hacer esto —se dijo Ascher a sí mismo levantándose y yendo a tal escena.—Después de todo lo que he hecho por ti, ¿prefieres irte a fiestas a conocer a otros chicos? —Se acercó más a ella y la tumbó cayendo al suelo
—Jack, en mi bolsillo están las llaves, ve y enciende el auto. —Su amigo hace caso y Samantha lo persigue, nadie quería objetar en esa escena.—¡Auxilio! ¡me están secuestrando! —Holly estaba indignada y él niega con su cabeza riendo.—Deja de ser tan bulliciosa, compórtate, estamos en público —dice rodando los ojos y algo desconcertado.—Lo dice el chico que golpeó a mi novio, eso sí fue escandaloso —comenta con ironía.—Eso fue para ayudarte —respondió colérico.—No necesitaba tu supuesta ayuda. —Él comenzó a recoger su ropa como pudo.—¡Mierda! Porque eres tan difícil, ¿qué te cuesta aceptar la realidad? —Ella suspiro tratando de calmarse y rendirse, pues tal vez... solo tal vez exageraba un poco—. ¿Me ayudas a llevar mi ropa? —le acerca la ropa.—¿Eres mocho o qué? —dijo ella irritada a sus espaldas y él ríe.—Podrías hacerlo como parte del agradecimiento —propone.—Pensé que ya te había agradecido —bufa y él suspira.—Necesito las dos manos para llevarte —dice algo obvio.—Te ten
—¿Sin música? —pregunta azorado—. Porque si me das chance, puedo poner una en la camioneta ahora. —Señala hacia atrás con su pulgar.—No la necesitamos, ¡ven! —insistió y él le tomó la mano. Comenzaron a bailar, pero de forma respetable, iban de un lado a otro como un vals, estaban sonrientes y calmados, él la sostenía por la cintura mientras que ella tenía sus brazos alrededor de su cuello, esto podría ser un poco confuso, a los dos les agradaba la situación, pero de cierta forma solo se ven como amigos, pues ella tiene novio y él simplemente es muy amable como para pensar que le gusta ella, cosa que a él no le ha pasado por la cabeza pensar eso, solo se deja llevar. Pasaron toda la noche así, después de bailar, se juntaron con los demás y comenzaron a charlar, cuando amaneció terminaron la velada y comenzaron a recoger las cosas.—Creo que me van a regañar, no pedí permiso para quedarme al día siguiente —le comenta Holly a Ascher preocupada.—Hablaré con ella, me echaré la culpa s
—Gracias hijo, ¿qué te sucedió en el labio y en tu ojo? ¿te golpearon? —Se acerca a su hijo muy preocupada—. ¿Cómo no me di cuenta hace un momento? —Toma el rostro de Ascher entre sus manos.—Tranquila mamá. —Aparta la mirada—. Solo practicaba defensa personal —dijo nervioso.—Pero es tu entrenador personal, le pagamos para que te enseñe, ¡no para que te mate! —Se altera—. Hay que despedirlo. —Está muy enojada.—Elizabeth relájate, no exageres, el chico debe aprender a ser golpeado, seguro le está enseñando como es estar en una pelea de verdad y eso está bien, en una pelea de verdad nunca saldrá bien, siempre habrá algún rasguño —dice el padre súper relajado con la situación.—Exacto, aparte, yo sé lo pedí, le gané, este es mi trofeo y recuerdo. —Señala su rostro con el dedo índice de forma circular.—Está bien —La rubia no está de acuerdo, pero lo dejaría pasar—, bueno, vayamos al punto del porque te llamé. —Mira a su esposo, quién estaba sentado al frente de ellos con un escritorio
Ella asintió asustada y salió del auto, él arrancó muy veloz dejando a Holly en su casa con lágrimas resbalarse por sus mejillas, se sentía culpable, pues tal vez era verdad, corrió entrando a su casa y encorreándose en su habitación. Algo era muy cierto, su novio podía hacerla sentir mal muy rápido, por su culpa no saldrían juntos esta semana, por culpa de ella, por estar castigada, todo es cuando ella puede, pero el tiempo de él es más valioso que el de ella, Holly se hizo castigar, desobedeció y mintió, ya lo había hecho varias veces para poder estar con sus amigas, a diferencia que llegaba temprano para cubrir la mentira.Pasaron algunos días y Holly aún seguía castigada, su día a día era de la casa al colegio, del colegio al trabajo y del trabajo a la casa, esa semana había comenzado a trabajar para ayudar a sus padres y también porque su madre la había obligado, veía menos a sus amigas, llegaba a su casa triste encerrándose en su cuarto, ya que Tim no se comunicaba con ella, a
—No sé, dime tú qué no sabes, ya que por lo visto buscaste información sobre mí —bromea con el tema y él ríe.—No es lo mismo investigarlo que escucharlo de ti, pero buen punto... ¿Que deseas estudiar? ¿cuál es tu sueño? —pregunta un poco pensativo, realmente no sabía por dónde comenzar.—Buena pregunta, es un tema profundo de que hablar... Tal vez estudiaría literatura, no tengo muy claro lo que quiero estudiar, pero sí sé que mi sueño es ser escritora y muchas carreras te conllevan a ella... Tengo unas historias que quisiera publicar, sencillamente viviría de eso, siento que tengo mucho que transmitir y hacerlo con lo que amo, sería genial, me haría muy feliz —dice con un placer en su rostro.—Me encanta... Tus ojos brillan al hablar sobre tus pasiones y eso me encanta. —Admira cada parte de su rostro y Holly mira a otro lado—. No ocultes tu belleza, no te avergüences conmigo. —Él le toma el mentón para que se vean.—Mis padres llegarán en cualquier momento. —Mira de reojo la puerta
—Un gusto. —Sonríe amable y se sienta—. ¿Comenzamos? —Holly asiente. Pasado treinta minutos ella sale del lugar y entra al auto, pero su cara está triste.—Lo siento mucho... —dice y él le soba el hombro tratando de consolarla—. ¡Por haber sido contratada! —Contagió esa repentina alegría al rubio.—Eres mala. —La mira gracioso.—Quería hacerte una broma, ¿te la creíste? —admite divertida.—Claro que sí, casi que me salgo del auto y los mató a todos por no haberte contratado. —Ella ríe y él la abraza—. ¿Qué área te asignaron? —Se sentía orgulloso de lo que había logrado.—Por el momento solo le leeré a niños. —Sonríe y se separan un poco—. Y me agradan los niños.—Lo sé, ¿cómo celebraremos esto? —pregunta pensando en algo divertido.—¿Qué? No Ascher, es suficiente con lo que me das, estoy muy agradecida que me hayas conseguido está entrevista —dice apenada.—Voy a fingir que no escuché eso... Busquemos a tus hermanos y salgamos juntos. —Holly no está segura de ello, pero hay algo de l
—Me pones nervioso al mirarme así... Ya veo cómo se siente —comenta rompiendo los pensamientos de Holly.—Lo siento, sólo recordé algo —se explica un poco avergonzada.—Pude darme cuenta, pues te reíste demasiado, ¿Algún chiste bueno pasó por tu mente? —Le pregunta divertido, ella asiente graciosa—. ¿Podrías contármelo? Ha de ser muy bueno como para reírte así.—Mejores que los tuyos sí… eres tú —dice y se muerde el labio para aguantar la risa, él detiene el auto en su casa.—¿Acaso soy un chiste? —La mira y hace una cara graciosa, ella asiente—. Que cruel eres. —Él se acerca a ella y le hace cosquillas.—Ya... ¡Para! Tengo que buscar a mis hermanos —dice entre risas.—¡Excusas! Sólo para que el chiste no te haga reír. —Se detiene.—Gracias chiste —dice divertida y sale del auto antes de que la vuelva a agarrar. Él la ve alejarse, se muerde el labio sonriendo, su teléfono suena y él inmediatamente contesta.—Hola Susan —responde.—Hola joven Basquin, ya hice lo que me pidió —dice del