—Un gusto. —Sonríe amable y se sienta—. ¿Comenzamos? —Holly asiente. Pasado treinta minutos ella sale del lugar y entra al auto, pero su cara está triste.—Lo siento mucho... —dice y él le soba el hombro tratando de consolarla—. ¡Por haber sido contratada! —Contagió esa repentina alegría al rubio.—Eres mala. —La mira gracioso.—Quería hacerte una broma, ¿te la creíste? —admite divertida.—Claro que sí, casi que me salgo del auto y los mató a todos por no haberte contratado. —Ella ríe y él la abraza—. ¿Qué área te asignaron? —Se sentía orgulloso de lo que había logrado.—Por el momento solo le leeré a niños. —Sonríe y se separan un poco—. Y me agradan los niños.—Lo sé, ¿cómo celebraremos esto? —pregunta pensando en algo divertido.—¿Qué? No Ascher, es suficiente con lo que me das, estoy muy agradecida que me hayas conseguido está entrevista —dice apenada.—Voy a fingir que no escuché eso... Busquemos a tus hermanos y salgamos juntos. —Holly no está segura de ello, pero hay algo de l
—Me pones nervioso al mirarme así... Ya veo cómo se siente —comenta rompiendo los pensamientos de Holly.—Lo siento, sólo recordé algo —se explica un poco avergonzada.—Pude darme cuenta, pues te reíste demasiado, ¿Algún chiste bueno pasó por tu mente? —Le pregunta divertido, ella asiente graciosa—. ¿Podrías contármelo? Ha de ser muy bueno como para reírte así.—Mejores que los tuyos sí… eres tú —dice y se muerde el labio para aguantar la risa, él detiene el auto en su casa.—¿Acaso soy un chiste? —La mira y hace una cara graciosa, ella asiente—. Que cruel eres. —Él se acerca a ella y le hace cosquillas.—Ya... ¡Para! Tengo que buscar a mis hermanos —dice entre risas.—¡Excusas! Sólo para que el chiste no te haga reír. —Se detiene.—Gracias chiste —dice divertida y sale del auto antes de que la vuelva a agarrar. Él la ve alejarse, se muerde el labio sonriendo, su teléfono suena y él inmediatamente contesta.—Hola Susan —responde.—Hola joven Basquin, ya hice lo que me pidió —dice del
Él miraba a un lugar fijo, tenía la mirada pérdida sonriendo, recordando lo hermosa que es.—¿Ascher? —Su amigo Trevor trata de hacerlo reaccionar mientras detiene el carrito de golf.—¿Si? —Está algo desorientado.—¿Estás bien? —El pelirrojo lo ve extrañado.—Sí. —Le sonríe—. Pensé que cuando dijiste que querías que pasáramos tiempo juntos, haríamos algo divertido —le bromea al castaño.—El golf es divertido, es mi favorito y lo sabes. —Jack se ve alegre.—Déjalo, ya le aburre nuestra clase —comenta el pelirrojo odioso.—No empieces. —Ascher voltea sus ojos. Pasaron todo el día jugando, cae la noche y comienzan a recoger las cosas para tomar el camino a casa de Jack, no era muy lejos, pues el campo de golf era parte de su propiedad, suena el celular de Jack y este lo atiende alejado de ellos, mientras que los dos chicos recogen las cosas para irse.—¡Chicos! —Los llama y se acerca a ellos, su respiración está un poco entre cortada porque había corrido hacía ellos.—¿Sucedió algo? —p
¿Cómo alguien puede verse bien siempre? Obvio su comentario no le subió el ánimo, pero igual no les prestaría atención a las personas, pues ellos no saben por lo que ella estaba pasando, así que no tenían derecho de mirarla así. Al llegar al restaurante, se sentaron en una mesa al aire libre, pidieron su plato y de inmediato fue servido en la mesa. Ascher observa las palmas de Holly, quienes estaban marcadas con sus uñas, una herida profunda, fue como si se enterrara las uñas a sí misma, Holly se da cuenta y las oculta, le sonríe tímida, él solo junta sus labios en una línea fina y trata de entenderla.***—Déjame ayudarte —dice entre risas.—No. —También está riendo.—Estás remando en círculos, déjame ayudar. —Trata de quitarle uno de los remos.—Puedo solo, tú necesitas descansar —responde algo testarudo.—No seas terco... Estoy bien, necesitas mi ayuda, para que funcione, hay que ser un equipo. —Trata de entrarlo en razón y él no se rinde.—Podemos ser un equipo y si tú no puedes
—¡¿Por qué le contaste a todo el mundo lo que te sucedió?! —gritó molesto en el cuarto de ella.—Pero no entiendo de qué me hablas papá, yo no hice nada. —Se queja en el suelo llorando y limpiándose el labio roto.—Sé que fuiste tú. —Levanta su mano para darle una bofetada.—¡Papá! —Dan patadas a la puerta—. ¡Fui yo! ¡Yo llamé a Samantha y ella les dijo a todos! —grita Harry llorando desde el otro lado afuera de la habitación.—¡No te metas Harry! —grita Paul y agarra a Holly por el cabello para impactar su cabeza contra el piso varias veces.—¡Déjala en paz por favor! —dice el pequeño en sollozos. Los hermanos de Holly trataban de entrar, pero la puerta tenía seguro, mientras que Paúl golpeaba a Holly con todas sus ganas, estaba furioso con ella, por su escape, casi todo el mundo sabía y él odiaba los chismes. Verla así, tan débil, le daba placer, lo ponía tan duro, ella no podía más, ni moverse, estaba tirada en el suelo de tantos golpes que recibió y hasta quedó inconsciente, Paúl
—¿Cómo no? Así es más respetuoso. —Y también ríe—. Ya creo que hasta me gusta. —Ella lo mira mal.—Deberías irte, para que descanses. —Se levanta y él también.—Está bien. —Sonríe amablemente—. Pero tú eres la que debe descansar. —Y se dirige a la ventana.—¡Oye! —Llama su atención—. Siempre te cuento de mí, pero no hablas mucho de ti. —Lo mira de forma desconocida.—Mi vida no es muy interesante, me gusta escuchar a los demás... Pero algún día con gusto, que tenga buenas noches señorita Ryan. —Le guiña el ojo y sale por la ventana.—Buenas noches amigo mágico —susurra para sí misma. Claro que era un amigo mágico, como podía ser posible que cuando él estaba presente todo estaba bien, pero cuando se iba, todo se volvía de la mierda.***—Llega tarde Señorita Ryan —reclama el profesor.—Lo siento. —Se siente apenada, todos la miraban como si fuera un monstruo.—¡Holly estas horrible! —comenta su amiga mientras Holly se acercaba forzada.—Gracias por el cumplido, yo también te quiero Mó
—Es una escuela pública, cualquiera puede entrar y pensarían que es un estudiante. —Ríe algo obvio.—Que gran seguridad tenemos, horita entran secuestradores. —Mira a la escuela con desaprobación y él ríe levemente.—No soy un secuestrador y si así fuera, ni te avisaría que vengo por ti, vives trauma con los secuestradores... —Niega riendo, ella acepta el ramo.—Algo... Responde la otra pregunta y acepto los chocolates. —Lo espera.—Pues vine a buscarte. —Está decidido, ella acepta los chocolates.—¿Cuándo me avisarás con un día de anticipación? —Espera una explicación.—Cuando aprendas a saludarme. —Le guiña el ojo.—Yo sé saludar, solo que no me apetece hacerlo contigo. —Se pone odiosa.—¡Holly! —dicen sus amigas al unísono en forma de regaño, él solo se ríe y se acerca sensualmente al oído de Holly.—¿Esa será tu forma de tratarme siempre? —susurra con voz ronca—. Porque solo logras seducirme más... —La morena traga saliva.—¿Por qué no me pides salir como las personas normales? —T
—Ponte de ánimos, porque yo no voy a permitir que ese idiota te esté haciendo favores y dando regalos. —Ella se sienta y lo mira mal.—Entonces préstame más atención cómo tu novia. —Él se acerca a ella y le toma el mentón para besarla.—Eso haré, no te arrepentirás. —Ella aparta la mirada.—Estoy cansada, por favor Tim. —No quiere mirarlo. Él gruñe y se va, Holly agradece a Dios que lo tomo un poco bien y no formó un escándalo, tal vez sería un paso para cambiar y no perder a su novia por la actitud que tiene.***—¿Así que últimamente su novio quiere remediar todo? —Asiente sin poder creerlo.—Si joven Basquin, lo hemos investigado, va al psicólogo para estar bien con Holly, por los momentos se ha portado bien con ella, le lleva detalles y ella se le ve alegre, va casi todos los días a visitarla. —Le entrega una carpeta y el rubio la recibe.—¿A qué se debe ese cambio? —Ascher se coloca pensativo.—No lo sé Joven Basquin... ¿Quiere que intervenga? —propone.—No. —Raspa levemente sus