Capítulo 5

—¿Sin música? —pregunta azorado—. Porque si me das chance, puedo poner una en la camioneta ahora. —Señala hacia atrás con su pulgar.

—No la necesitamos, ¡ven! —insistió y él le tomó la mano. 

Comenzaron a bailar, pero de forma respetable, iban de un lado a otro como un vals, estaban sonrientes y calmados, él la sostenía por la cintura mientras que ella tenía sus brazos alrededor de su cuello, esto podría ser un poco confuso, a los dos les agradaba la situación, pero de cierta forma solo se ven como amigos, pues ella tiene novio y él simplemente es muy amable como para pensar que le gusta ella, cosa que a él no le ha pasado por la cabeza pensar eso, solo se deja llevar. 

Pasaron toda la noche así, después de bailar, se juntaron con los demás y comenzaron a charlar, cuando amaneció terminaron la velada y comenzaron a recoger las cosas.

—Creo que me van a regañar, no pedí permiso para quedarme al día siguiente —le comenta Holly a Ascher preocupada.

—Hablaré con ella, me echaré la culpa si es necesario para que no te digan nada. —No era una pregunta, él quería componer las cosas, ella se negó, pero él sabía que no le haría caso. 

Todos subieron al auto y dejaron a cada chica en su casa, Holly era la última en llevarla a casa y la madre se encontraba afuera muy enojada esperándola en la puerta, la morena salió del auto y Ascher también lo hizo.

—¡¿Por qué llegas a estas malditas horas?! —Estaba histérica, Holly caminaba hacia ella con la cabeza baja.

—Señora yo le puedo explicar. —Ascher iba detrás de Holly a paso rápido para llegar primero su mamá.

—Holly, ¿quién es este? —La morena ya se encontraba al frente de su madre, pero no se atrevía a mirarla—. Yo te doy permiso hasta cierta hora y amaneces con un chico, quién sabe haciendo que como si te mandaras sola, aun tienes dieciséis jovencita —dice colocando sus manos a la cintura, al rubio no le gustó ese comentario.

—Señora... me disculpa por traerla a esta hora, se me paso, no hicimos nada malo, yo soy muy respetuoso, no la reproche tanto, la fiesta termino tarde y en el momento que estuve disponible me ofrecí a traerla, por lo menos agradezca que no se fue caminando y que está bien. —La señora lo mira odiosa.

—¿Así que fuiste a una fiesta? —Le lanza una bofetada a Holly, a Ascher no le agradó eso así que se interpuso colocando a Holly detrás de él, mientras que ella se sobaba la mejilla rojiza.

—¡¿Pero que le sucede?! —Trata de proteger a Holly—. Yo debería ser maltratado, no ella, fue mi culpa su tardanza. —Él estaba molesto, ¿cómo podía ser posible que su novio y ahora su madre la pisotearan de esa manera? La vida de esta chica parecía un infierno.

—Ella es mi hija, ella tiene la culpa, así que no se entrometa. —Lo mira seria. 

Tomó a su hija como pudo haciéndola entrar a la casa y cerrando de portazo la puerta en la cara del rubio para que este no pasara. Ascher no se rendiría, dejaría pasar esta situación, pero luego iría a ver como estaba la chica, su vida era un poco injusta y él odiaba lo injusto. Mientras les comentaba lo sucedido a sus mejores amigos, colocó el auto camino casa. Antes de llegar a la mansión, Ascher le había avisado por mensaje a su mayordomo que iban para allá y que si por favor Tamara podría hacerles el desayuno, es por eso que ahora lo han recibido con el desayuno listo.

Al llegar al hogar de Ascher, sacó un control de la guantera y presiona un botón azul para abrir el gran portón de oro con la letra «B» en el medio, este se abrió y Ascher manejó hasta la mansión estacionando el auto al frente de la redoma, el centro de la redoma había una estatua fuente familiar de oro, se bajaron del vehículo y Ascher le dio las llaves al valet personal así llevándose el auto a la cochera. Los tres subieron los escalones para llegar a la puerta principal, la cual está fue abierta por el mayordomo.

—Buen día joven Basquin, joven Thorner y joven Stone, ¡bienvenidos! —Se hace a un lado en casi reverencia para dejarlos entrar.

—¡Buen día! —dijeron al unísono cuando entraron a la mansión.

—Gracias Fredycsen... Mis padres, ¿aún no llegan? —Ascher lo mira extrañado.

—Alfred salió hace un rato al aeropuerto, no deben tardar en llegar, y la señora Tamara les ha servido el desayuno joven Basquin... ¿algo más? —pregunta esperando otra orden.

—No Fredycsen, gracias... Puedes retirarte —responde Ascher amablemente, el mayordomo asiente, cierra la puerta y se va.

Los chicos se fueron al comedor, el salón era color azul claro en las paredes con cuadros de pintura familiares, un piso de cerámica, la mesa del comedor era demasiado larga, en el centro de la mesa guindaba un candelabro cristalizado. Se sentaron en las sillas del comedor para luego comer el plato servido en la mesa, un plato inglés, el favorito del joven Basquin; panceta, huevos, tomates fritos, champiñones fritos, pan tostado, salchichas y una taza de té.

Se adentraron al jacuzzi después de haber desayunado la comida inglesa que les había preparado la cocinera.

—¿Y les gustó? —pregunta su amigo Jackson sentado enfrente de él.

—No, no es mi tipo, solo fui por ti —se explica Ascher sin ninguna expresión, Jack entrecierra sus ojos en forma de aprobación.

—Ok... Lo siento por eso. —Jackson asume que no fue buena idea y Ascher le da media sonrisa.

—Tranquilo, valió la pena. —Ascher está sonriente y ni él mismo sabe porque.

—¿Ah sí? —Arquea una ceja—. ¿Por qué? —Jack lo mira curioso.

—¡¿Acaso no es obvio?! Él y la otra chica estaban bailando muy tranquilos, mientras que yo estaba solo con la pordiosera —comenta Trevor amargado recordando lo sucedido.

—Espera... ¿Estaban bailando? —Ascher se muerde el labio aguantando una sonrisa de felicidad recordando el momento—. ¿Por eso valió la pena? ¿Te gusta? —Jackson esboza una sonrisa al ver la cara de su amigo que aún sonreía.

—¿Quién le gusta a quién? —Una voz femenina los asustó, estos no respondieron la pregunta y la sonrisa de Ascher se había esfumado—. ¿Ascher? ¿Chicos? Les hice una pregunta. —Se cruzó de brazos alzando una ceja, esta mujer vestía unos tacones blanco con un vestido color beige y el cabello rubio recogido.

—Jack nos comentaba de que le gusta una chica madre —responde el rubio sereno.

—Ah okey... ¿Y es linda? —Le animó el tema.

—Sí que lo es. —Finge una sonrisa de bobo enamorado.

—Te ves tierno... ¿Y cómo están? —pregunta formando una sonrisa amigable en sus labios rojos.

—Estamos bien Señora Basquin, ¿qué tal su viaje? —pregunta Jack, y Trevor solo le sonríe.

—Me alegro, estuvo bien, gracias por preguntar. Ascher, ¿podrías ir a nuestra oficina? Tenemos asuntos que comunicarte. —La Señora se da media vuelta y se adentra a su hogar. 

Ascher sale del jacuzzi, camina hacia la mansión, toma una toalla preparada por su mayordomo quién lo esperaba en la puerta, se seca completamente y, al terminar, coloca su toalla alrededor de su cuello, entró a su hogar para luego caminar a la oficina de sus padres, cuando llega toca la puerta.

—¡Pase! —Eleva el tono una voz masculina a través de la puerta, el rubio suspira y la abre—. Siéntate. —Ascher hace caso inmediatamente sentándose en frente de él, mientras que la mujer rubia se encontraba detrás del señor.

—Hola padre y madre, ¡bienvenidos! —Les sonríe.

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