—¿Sin música? —pregunta azorado—. Porque si me das chance, puedo poner una en la camioneta ahora. —Señala hacia atrás con su pulgar.
—No la necesitamos, ¡ven! —insistió y él le tomó la mano.
Comenzaron a bailar, pero de forma respetable, iban de un lado a otro como un vals, estaban sonrientes y calmados, él la sostenía por la cintura mientras que ella tenía sus brazos alrededor de su cuello, esto podría ser un poco confuso, a los dos les agradaba la situación, pero de cierta forma solo se ven como amigos, pues ella tiene novio y él simplemente es muy amable como para pensar que le gusta ella, cosa que a él no le ha pasado por la cabeza pensar eso, solo se deja llevar.
Pasaron toda la noche así, después de bailar, se juntaron con los demás y comenzaron a charlar, cuando amaneció terminaron la velada y comenzaron a recoger las cosas.
—Creo que me van a regañar, no pedí permiso para quedarme al día siguiente —le comenta Holly a Ascher preocupada.
—Hablaré con ella, me echaré la culpa si es necesario para que no te digan nada. —No era una pregunta, él quería componer las cosas, ella se negó, pero él sabía que no le haría caso.
Todos subieron al auto y dejaron a cada chica en su casa, Holly era la última en llevarla a casa y la madre se encontraba afuera muy enojada esperándola en la puerta, la morena salió del auto y Ascher también lo hizo.
—¡¿Por qué llegas a estas malditas horas?! —Estaba histérica, Holly caminaba hacia ella con la cabeza baja.
—Señora yo le puedo explicar. —Ascher iba detrás de Holly a paso rápido para llegar primero su mamá.
—Holly, ¿quién es este? —La morena ya se encontraba al frente de su madre, pero no se atrevía a mirarla—. Yo te doy permiso hasta cierta hora y amaneces con un chico, quién sabe haciendo que como si te mandaras sola, aun tienes dieciséis jovencita —dice colocando sus manos a la cintura, al rubio no le gustó ese comentario.
—Señora... me disculpa por traerla a esta hora, se me paso, no hicimos nada malo, yo soy muy respetuoso, no la reproche tanto, la fiesta termino tarde y en el momento que estuve disponible me ofrecí a traerla, por lo menos agradezca que no se fue caminando y que está bien. —La señora lo mira odiosa.
—¿Así que fuiste a una fiesta? —Le lanza una bofetada a Holly, a Ascher no le agradó eso así que se interpuso colocando a Holly detrás de él, mientras que ella se sobaba la mejilla rojiza.
—¡¿Pero que le sucede?! —Trata de proteger a Holly—. Yo debería ser maltratado, no ella, fue mi culpa su tardanza. —Él estaba molesto, ¿cómo podía ser posible que su novio y ahora su madre la pisotearan de esa manera? La vida de esta chica parecía un infierno.
—Ella es mi hija, ella tiene la culpa, así que no se entrometa. —Lo mira seria.
Tomó a su hija como pudo haciéndola entrar a la casa y cerrando de portazo la puerta en la cara del rubio para que este no pasara. Ascher no se rendiría, dejaría pasar esta situación, pero luego iría a ver como estaba la chica, su vida era un poco injusta y él odiaba lo injusto. Mientras les comentaba lo sucedido a sus mejores amigos, colocó el auto camino casa. Antes de llegar a la mansión, Ascher le había avisado por mensaje a su mayordomo que iban para allá y que si por favor Tamara podría hacerles el desayuno, es por eso que ahora lo han recibido con el desayuno listo.
Al llegar al hogar de Ascher, sacó un control de la guantera y presiona un botón azul para abrir el gran portón de oro con la letra «B» en el medio, este se abrió y Ascher manejó hasta la mansión estacionando el auto al frente de la redoma, el centro de la redoma había una estatua fuente familiar de oro, se bajaron del vehículo y Ascher le dio las llaves al valet personal así llevándose el auto a la cochera. Los tres subieron los escalones para llegar a la puerta principal, la cual está fue abierta por el mayordomo.
—Buen día joven Basquin, joven Thorner y joven Stone, ¡bienvenidos! —Se hace a un lado en casi reverencia para dejarlos entrar.
—¡Buen día! —dijeron al unísono cuando entraron a la mansión.
—Gracias Fredycsen... Mis padres, ¿aún no llegan? —Ascher lo mira extrañado.
—Alfred salió hace un rato al aeropuerto, no deben tardar en llegar, y la señora Tamara les ha servido el desayuno joven Basquin... ¿algo más? —pregunta esperando otra orden.
—No Fredycsen, gracias... Puedes retirarte —responde Ascher amablemente, el mayordomo asiente, cierra la puerta y se va.
Los chicos se fueron al comedor, el salón era color azul claro en las paredes con cuadros de pintura familiares, un piso de cerámica, la mesa del comedor era demasiado larga, en el centro de la mesa guindaba un candelabro cristalizado. Se sentaron en las sillas del comedor para luego comer el plato servido en la mesa, un plato inglés, el favorito del joven Basquin; panceta, huevos, tomates fritos, champiñones fritos, pan tostado, salchichas y una taza de té.
Se adentraron al jacuzzi después de haber desayunado la comida inglesa que les había preparado la cocinera.
—¿Y les gustó? —pregunta su amigo Jackson sentado enfrente de él.
—No, no es mi tipo, solo fui por ti —se explica Ascher sin ninguna expresión, Jack entrecierra sus ojos en forma de aprobación.
—Ok... Lo siento por eso. —Jackson asume que no fue buena idea y Ascher le da media sonrisa.
—Tranquilo, valió la pena. —Ascher está sonriente y ni él mismo sabe porque.
—¿Ah sí? —Arquea una ceja—. ¿Por qué? —Jack lo mira curioso.
—¡¿Acaso no es obvio?! Él y la otra chica estaban bailando muy tranquilos, mientras que yo estaba solo con la pordiosera —comenta Trevor amargado recordando lo sucedido.
—Espera... ¿Estaban bailando? —Ascher se muerde el labio aguantando una sonrisa de felicidad recordando el momento—. ¿Por eso valió la pena? ¿Te gusta? —Jackson esboza una sonrisa al ver la cara de su amigo que aún sonreía.
—¿Quién le gusta a quién? —Una voz femenina los asustó, estos no respondieron la pregunta y la sonrisa de Ascher se había esfumado—. ¿Ascher? ¿Chicos? Les hice una pregunta. —Se cruzó de brazos alzando una ceja, esta mujer vestía unos tacones blanco con un vestido color beige y el cabello rubio recogido.
—Jack nos comentaba de que le gusta una chica madre —responde el rubio sereno.
—Ah okey... ¿Y es linda? —Le animó el tema.
—Sí que lo es. —Finge una sonrisa de bobo enamorado.
—Te ves tierno... ¿Y cómo están? —pregunta formando una sonrisa amigable en sus labios rojos.
—Estamos bien Señora Basquin, ¿qué tal su viaje? —pregunta Jack, y Trevor solo le sonríe.
—Me alegro, estuvo bien, gracias por preguntar. Ascher, ¿podrías ir a nuestra oficina? Tenemos asuntos que comunicarte. —La Señora se da media vuelta y se adentra a su hogar.
Ascher sale del jacuzzi, camina hacia la mansión, toma una toalla preparada por su mayordomo quién lo esperaba en la puerta, se seca completamente y, al terminar, coloca su toalla alrededor de su cuello, entró a su hogar para luego caminar a la oficina de sus padres, cuando llega toca la puerta.
—¡Pase! —Eleva el tono una voz masculina a través de la puerta, el rubio suspira y la abre—. Siéntate. —Ascher hace caso inmediatamente sentándose en frente de él, mientras que la mujer rubia se encontraba detrás del señor.
—Hola padre y madre, ¡bienvenidos! —Les sonríe.
—Gracias hijo, ¿qué te sucedió en el labio y en tu ojo? ¿te golpearon? —Se acerca a su hijo muy preocupada—. ¿Cómo no me di cuenta hace un momento? —Toma el rostro de Ascher entre sus manos.—Tranquila mamá. —Aparta la mirada—. Solo practicaba defensa personal —dijo nervioso.—Pero es tu entrenador personal, le pagamos para que te enseñe, ¡no para que te mate! —Se altera—. Hay que despedirlo. —Está muy enojada.—Elizabeth relájate, no exageres, el chico debe aprender a ser golpeado, seguro le está enseñando como es estar en una pelea de verdad y eso está bien, en una pelea de verdad nunca saldrá bien, siempre habrá algún rasguño —dice el padre súper relajado con la situación.—Exacto, aparte, yo sé lo pedí, le gané, este es mi trofeo y recuerdo. —Señala su rostro con el dedo índice de forma circular.—Está bien —La rubia no está de acuerdo, pero lo dejaría pasar—, bueno, vayamos al punto del porque te llamé. —Mira a su esposo, quién estaba sentado al frente de ellos con un escritorio
Ella asintió asustada y salió del auto, él arrancó muy veloz dejando a Holly en su casa con lágrimas resbalarse por sus mejillas, se sentía culpable, pues tal vez era verdad, corrió entrando a su casa y encorreándose en su habitación. Algo era muy cierto, su novio podía hacerla sentir mal muy rápido, por su culpa no saldrían juntos esta semana, por culpa de ella, por estar castigada, todo es cuando ella puede, pero el tiempo de él es más valioso que el de ella, Holly se hizo castigar, desobedeció y mintió, ya lo había hecho varias veces para poder estar con sus amigas, a diferencia que llegaba temprano para cubrir la mentira.Pasaron algunos días y Holly aún seguía castigada, su día a día era de la casa al colegio, del colegio al trabajo y del trabajo a la casa, esa semana había comenzado a trabajar para ayudar a sus padres y también porque su madre la había obligado, veía menos a sus amigas, llegaba a su casa triste encerrándose en su cuarto, ya que Tim no se comunicaba con ella, a
—No sé, dime tú qué no sabes, ya que por lo visto buscaste información sobre mí —bromea con el tema y él ríe.—No es lo mismo investigarlo que escucharlo de ti, pero buen punto... ¿Que deseas estudiar? ¿cuál es tu sueño? —pregunta un poco pensativo, realmente no sabía por dónde comenzar.—Buena pregunta, es un tema profundo de que hablar... Tal vez estudiaría literatura, no tengo muy claro lo que quiero estudiar, pero sí sé que mi sueño es ser escritora y muchas carreras te conllevan a ella... Tengo unas historias que quisiera publicar, sencillamente viviría de eso, siento que tengo mucho que transmitir y hacerlo con lo que amo, sería genial, me haría muy feliz —dice con un placer en su rostro.—Me encanta... Tus ojos brillan al hablar sobre tus pasiones y eso me encanta. —Admira cada parte de su rostro y Holly mira a otro lado—. No ocultes tu belleza, no te avergüences conmigo. —Él le toma el mentón para que se vean.—Mis padres llegarán en cualquier momento. —Mira de reojo la puerta
—Un gusto. —Sonríe amable y se sienta—. ¿Comenzamos? —Holly asiente. Pasado treinta minutos ella sale del lugar y entra al auto, pero su cara está triste.—Lo siento mucho... —dice y él le soba el hombro tratando de consolarla—. ¡Por haber sido contratada! —Contagió esa repentina alegría al rubio.—Eres mala. —La mira gracioso.—Quería hacerte una broma, ¿te la creíste? —admite divertida.—Claro que sí, casi que me salgo del auto y los mató a todos por no haberte contratado. —Ella ríe y él la abraza—. ¿Qué área te asignaron? —Se sentía orgulloso de lo que había logrado.—Por el momento solo le leeré a niños. —Sonríe y se separan un poco—. Y me agradan los niños.—Lo sé, ¿cómo celebraremos esto? —pregunta pensando en algo divertido.—¿Qué? No Ascher, es suficiente con lo que me das, estoy muy agradecida que me hayas conseguido está entrevista —dice apenada.—Voy a fingir que no escuché eso... Busquemos a tus hermanos y salgamos juntos. —Holly no está segura de ello, pero hay algo de l
—Me pones nervioso al mirarme así... Ya veo cómo se siente —comenta rompiendo los pensamientos de Holly.—Lo siento, sólo recordé algo —se explica un poco avergonzada.—Pude darme cuenta, pues te reíste demasiado, ¿Algún chiste bueno pasó por tu mente? —Le pregunta divertido, ella asiente graciosa—. ¿Podrías contármelo? Ha de ser muy bueno como para reírte así.—Mejores que los tuyos sí… eres tú —dice y se muerde el labio para aguantar la risa, él detiene el auto en su casa.—¿Acaso soy un chiste? —La mira y hace una cara graciosa, ella asiente—. Que cruel eres. —Él se acerca a ella y le hace cosquillas.—Ya... ¡Para! Tengo que buscar a mis hermanos —dice entre risas.—¡Excusas! Sólo para que el chiste no te haga reír. —Se detiene.—Gracias chiste —dice divertida y sale del auto antes de que la vuelva a agarrar. Él la ve alejarse, se muerde el labio sonriendo, su teléfono suena y él inmediatamente contesta.—Hola Susan —responde.—Hola joven Basquin, ya hice lo que me pidió —dice del
Él miraba a un lugar fijo, tenía la mirada pérdida sonriendo, recordando lo hermosa que es.—¿Ascher? —Su amigo Trevor trata de hacerlo reaccionar mientras detiene el carrito de golf.—¿Si? —Está algo desorientado.—¿Estás bien? —El pelirrojo lo ve extrañado.—Sí. —Le sonríe—. Pensé que cuando dijiste que querías que pasáramos tiempo juntos, haríamos algo divertido —le bromea al castaño.—El golf es divertido, es mi favorito y lo sabes. —Jack se ve alegre.—Déjalo, ya le aburre nuestra clase —comenta el pelirrojo odioso.—No empieces. —Ascher voltea sus ojos. Pasaron todo el día jugando, cae la noche y comienzan a recoger las cosas para tomar el camino a casa de Jack, no era muy lejos, pues el campo de golf era parte de su propiedad, suena el celular de Jack y este lo atiende alejado de ellos, mientras que los dos chicos recogen las cosas para irse.—¡Chicos! —Los llama y se acerca a ellos, su respiración está un poco entre cortada porque había corrido hacía ellos.—¿Sucedió algo? —p
¿Cómo alguien puede verse bien siempre? Obvio su comentario no le subió el ánimo, pero igual no les prestaría atención a las personas, pues ellos no saben por lo que ella estaba pasando, así que no tenían derecho de mirarla así. Al llegar al restaurante, se sentaron en una mesa al aire libre, pidieron su plato y de inmediato fue servido en la mesa. Ascher observa las palmas de Holly, quienes estaban marcadas con sus uñas, una herida profunda, fue como si se enterrara las uñas a sí misma, Holly se da cuenta y las oculta, le sonríe tímida, él solo junta sus labios en una línea fina y trata de entenderla.***—Déjame ayudarte —dice entre risas.—No. —También está riendo.—Estás remando en círculos, déjame ayudar. —Trata de quitarle uno de los remos.—Puedo solo, tú necesitas descansar —responde algo testarudo.—No seas terco... Estoy bien, necesitas mi ayuda, para que funcione, hay que ser un equipo. —Trata de entrarlo en razón y él no se rinde.—Podemos ser un equipo y si tú no puedes
—¡¿Por qué le contaste a todo el mundo lo que te sucedió?! —gritó molesto en el cuarto de ella.—Pero no entiendo de qué me hablas papá, yo no hice nada. —Se queja en el suelo llorando y limpiándose el labio roto.—Sé que fuiste tú. —Levanta su mano para darle una bofetada.—¡Papá! —Dan patadas a la puerta—. ¡Fui yo! ¡Yo llamé a Samantha y ella les dijo a todos! —grita Harry llorando desde el otro lado afuera de la habitación.—¡No te metas Harry! —grita Paul y agarra a Holly por el cabello para impactar su cabeza contra el piso varias veces.—¡Déjala en paz por favor! —dice el pequeño en sollozos. Los hermanos de Holly trataban de entrar, pero la puerta tenía seguro, mientras que Paúl golpeaba a Holly con todas sus ganas, estaba furioso con ella, por su escape, casi todo el mundo sabía y él odiaba los chismes. Verla así, tan débil, le daba placer, lo ponía tan duro, ella no podía más, ni moverse, estaba tirada en el suelo de tantos golpes que recibió y hasta quedó inconsciente, Paúl