Inicio / Romance / Planos de Venganza / 4 Cegada por el amor
4 Cegada por el amor

Cegada por el Amor

El amanecer bañaba la ciudad con tonos dorados cuando Anahir Montes llegó a la obra. El esqueleto de acero del futuro hotel se alzaba imponente, y ella lo contempló con una sonrisa orgullosa. Ese proyecto era su sueño hecho realidad. Cada línea, cada ángulo, cada espacio había nacido de su mente y sus noches de insomnio. Pero en su corazón, no solo palpitaba el amor por la arquitectura, sino también por el hombre que había sido su apoyo incondicional, Fabricio Castiglioni desde que lo conoció

Ajustándose el casco blanco, Anahir respiró hondo, emocionada. “Hoy será un gran día”, pensó. Fabricio le había enviado un mensaje la noche anterior, diciéndole que tenía una sorpresa para ella. Anahir no pudo evitar imaginar que quizás, finalmente, le pediría matrimonio. Llevaban casi 3 años juntos y aunque a veces Fabricio parecía más concentrado en su carrera que en su relación, ella nunca dudó de su amor.

—¡Arquitecta Montes! —la llamó un obrero, sacándola de sus pensamientos. —¡Buen día, Mateo! ¿Cómo va la colocación de los pilotes? —preguntó ella con una sonrisa cálida.

—Todo en orden. Pero no sé si el ingeniero Castiglioni estará conforme —respondió el obrero con cierta incomodidad.

Anahir sonrió con ternura. Sabía que Fabricio podía ser exigente, pero lo admiraba por eso. Era perfeccionista, al igual que ella.

—No te preocupes, Mateo. Si hay algo que corregir, lo haremos. —Su voz era calmada, segura.

Caminó hacia la zona donde Fabricio estaba rodeado de inversionistas. Su presencia destacaba entre todos, con su camisa blanca impecable y su casco plateado, un símbolo de su estatus. Anahir lo observó con admiración. Él era perfecto, carismático, brillante y sobre todo, suyo.

A su lado, como siempre, estaba Fátima Lombardi, una de las inversionistas más influyentes. Fátima se reía con coquetería ante cada comentario de Fabricio, tocando su brazo con familiaridad. Pero Anahir no sentía celos.

Fabricio le había dicho tantas veces que Fátima solo era “una amiga con demasiado interés en los negocios”. Y ella confiaba en él.

—¡Aquí viene la mente maestra detrás de este proyecto! —anunció Fabricio al verla, extendiendo su brazo para atraerla hacia él. La besó en la mejilla frente a todos, y ella sintió mariposas en el estómago.

—Anahir es la arquitecta más talentosa que he conocido —dijo Fabricio, pero su sonrisa parecía más una pose que una verdadera declaración. Los inversionistas asintieron, pero no la miraban a ella; miraban a Fabricio.

—Tienes suerte de contar con un equipo como este, Fabricio —comentó uno de ellos.

Anahir no pudo evitar sentir un pinchazo en el pecho. ¿Equipo? ¿No era ella la creadora del proyecto? Pero se obligó a sonreír. Fabricio siempre decía que estaban juntos en esto. Y si él brillaba, ella también lo haría….

—Amor, ¿por qué no les muestras el diseño de la piscina? —sugirió Fabricio con dulzura, pero su tono tenía un dejo de instrucción.

—Claro —respondió ella, desplegando los planos con entusiasmo. Explicó cada detalle, desde la circulación del agua hasta la integración con el paisaje urbano. Sin embargo, mientras hablaba, notó que los inversionistas no la escuchaban realmente. Sus ojos volvían a Fabricio, quien sonreía con esa seguridad que tanto la enamoraba.

—¡Espectacular! —dijo uno de ellos—. Fabricio, sin duda este será un éxito gracias a ti.

—Y a Anahir —agregó él rápidamente, dándole una palmadita en la mano. Pero no sonó sincero. Parecía más un gesto para mantenerla en su lugar.

A pesar de la incomodidad que sentía, Anahir sonrió. Fabricio la amaba, ¿verdad? Él siempre había estado a su lado. Desde la universidad, cuando ella ganó el concurso para diseñar el hotel, Fabricio se había acercado a ella,se hicieron novios poco después de que ella ganara el concurso donde plasmó este gran proyecto ,“Eres brillante”, le había dicho entonces, con esos ojos verdes que parecían hipnotizar su alma.

Y ella había caído rendida. Nunca imaginó que alguien como él se fijaría en ella, una simple estudiante de arquitectura.

—Voy a revisar el área de la piscina, amor —dijo Fabricio al terminar la reunión—. Algo no me convence. ¿Vienes conmigo?

—Sí, claro —respondió ella de inmediato. Siempre quería estar cerca de él, trabajar juntos, compartir cada momento.

Mientras caminaban, Fabricio pasó un brazo por sus hombros y la miró con una sonrisa encantadora.

—¿Sabes que te amo, verdad?

—Lo sé —respondió ella, sonrojándose—. Yo también te amo.

—Por eso confío en ti para que revises los detalles. —Su tono era suave, pero sus palabras tenían un peso sutil. Anahir sintió un nudo en el estómago. ¿Había cometido un error?

—Revisaré todo de nuevo —dijo rápidamente, sin querer decepcionarlo.

Fabricio se acercó a su oído y le susurró con voz aterciopelada:

—Nadie entiende este proyecto como tú, amor. Pero sabes cómo son… Necesitan verme seguro para confiar en nosotros. Lo estamos logrando. Eres mi inspiración.

Su corazón se derritió. Fabricio siempre sabía qué decir. Todas sus dudas se disiparon al escuchar esas palabras. “Lo hace por nosotros”, pensó. “Todo esto es por nuestro futuro.”

Fabricio sonrió satisfecho y la dejó sola en la zona de la piscina. Anahir se inclinó sobre los planos, buscando desesperadamente el error que Fabricio mencionó. Todo parecía perfecto, pero si él lo decía, debía haber algo mal hecho ¿no?.

Mientras ella se perdía en su trabajo, Fabricio observaba desde lejos, su sonrisa transformándose en una expresión fría y calculadora. Él sabía exactamente lo que hacía. Anahir era brillante, demasiado brillante. Y aunque le convenía su talento, no podía permitir que eclipsara su propio éxito. Poco a poco, había apagado su luz, tomando el crédito por su trabajo, dejándola siempre un paso detrás.

A su lado, Fátima se acercó, rozándole el brazo con coquetería.

—¿No tienes miedo de que ella descubra lo que haces?

—¿Anahir? —se rió Fabricio—. Está demasiado enamorada de mí como para sospechar. Ella hará todo el trabajo, y yo me llevaré todo el crédito. Tal como debe ser.

(Fin de flashback)

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP