Naiara El territorio estaba fuertemente custodiado por soldados. No me quedaba duda que esta familia realmente vivía entre los bosques, los campesinos, las casas pequeñas que ellos albergaban, los animales, todo el mundo parecía estar excesivamente cómodo en el bosque, tal cual cómo mi caballero. En cuanto me quité el sombrero y el paño que tenía en mi cabeza, los soldados Haggard automáticamente, se pusieron de rodillas. —Princesa, princesa —me decían. El que parecía tener mayor rango se dirigió hacia mí, pero sin verme directamente, con voz clara y precisa. —Sea bienvenida princesa, futura Emperatriz al territorio Haggard, la estábamos esperando con anhelo. Cuente con nosotros, la defenderemos con nuestra vida, si es necesario. Nuestras espadas y escudos son de su majestad— me decía, y su voz era tan solemne, y tan magnífica, y lo que decía tenía un tinte tan serio que sentí un temblor en mi cuerpo. —Muchas gracias, mis señores, me siento contenta y honrada de estar aquí. Y su
Brock —¿Qué te ha parecido la princesa, mi prima?— me pregunta ella contenta —¿Acaso no es maravillosa, inteligente, agradable y sensata?— Ha estado desde hace días sumamente emocionada por fin conoce alguna de sus familiares que no deja de estar intranquila. Por noches no ha podido dormir y la he visto despertarse y asomarse, simplemente la ventana esperando que mágicamente Naiara se materializara en las afueras del castillo. Yo estaba feliz de que ella tuviera por fin a alguien de su familia y ahora tendríamos la nuestra. No puedo decir que lo haya planeado, pero tampoco que no lo haya querido. Por la Diosa… yo amaba a mi esposa con locura, y le hubiese dado lo que ella quisiera, pero el que ella estuviese un estado tan delicado, hacía que mi necesidad de protegerla fuera cinco mil veces peor. Temía que si se me escapaba por un momento de la mirada y algo le ocurriría y me necesitaría y yo no pudiera ayudarla. Cuando ella dormía, me quedaba viéndola acostada en nuestra cama,
Naiara —Y así bueno, me di cuenta de que estaba embarazada justamente después de la batalla aquí en Haggard. Donde pasó de todo... — indica mi prima mientras tiene una serpiente en su cuello que duerme placidamente. — Yo espero secretamente que sea como mi esposo, un niño o una niña rubia, con ojos como los de él, fuerte y atrevido— dice mi prima acariciando su vientre con cariño sobre su vestido. Muy cerca está su zorrito Till que es la criatura más adorable que vi, pero que es férreo protector de mi prima. También conozco a los lobos de los Duques y a los otros cachorros. Roldán ha tomado uno, y los gemelos primos de Azaleia, otros. Son dos chicos fantásticos. —¿Puedo hacerte una pregunta querida prima?… y no quiero que te sientas obligar a responder si no quieres... — Le digo de repente, pero ella me da una sonrisa amable —Puedes preguntarme lo que quieras, no tengo muchos secretos— dice sonriente, acariciando a mi lobo Ónix, que también ha quedado prendado de ella. —¿Cómo fu
Layne Siento que ni en un millón de años podría sacarme la expresión de mi princesa al momento en que pasó todo en esta cena, había dolor, miedo, desespero. Se suponía que era su cena más importante, su gran presentación. Naiara no salía del castillo, y no era vista por casi ninguna persona fuera del mismo. Hasta que no tuviésemos certeza e información de la situación actual, no dejáramos que nadie se acercara. El equipo de criados de Haggard había sido el mismo desde hace más de una década, toda la elección se había realizado en un proceso importante y detallado. Aún no entendíamos como esto había sucedido. Nos habían atacado de la forma más vil, y prácticamente cobarde, pero lo que era aún peor, era que había sucedido dentro de nuestra propia casa, en el salón, a la hora de nuestra comida, con todos los señores reunidos, nuestros grandes aliados. Yo honestamente no creía que hubiese un golpe más bajo que ese. Esta acción había desubicado totalmente todo mis pensamientos, y co
Naiara— Tenemos que llegar al fondo de esto princesa, lo primero que tenemos que hacer es constatar de que el castillo es un lugar seguro para ustedes y para todos— dice mi caballero Fidela. Al menos no me van a hacer salir de aqui corriendo.— Sin embargo, princesa, luego de asegurar el castillo, creemos que esto es una oportunidad para saber a qué nos enfrentamos— señala Layne luego de mirar a los otros caballeros. Pareciera ser que me va a mencionar un tema complicado. — ¿A qué se refiere mi señor?— pregunto.—Creemos que el criado encontrado ha podido entrar a las tierras y hacer lo que hizo con ayuda desde afuera. Esta parece ser una buena oportunidad para entender a nuestros enemigos— me explican.—¿Tienen algún punto dónde comenzar?— pregunto, con autoridad. — Sí, princesa, estamos considerando ir un pequeño grupo mañana al mercado y consultar de dónde provinieron algunos de los alimentos utilizados en la cena, de ahí vino la planta de la que se preparó el veneno. Y luego de
Layne Naiara tiene la particularidad de trastocar mi pensamiento, generalmente organizado y consciente en una mezcla, un revoltijo que yo mismo no sé controlar. Aún más cuando se me acerca, cuando me ve con esos ojos hermosos, y yo me debato entre tocarla y no dejarla nunca más. Nunca pensé que ella fuera una persona que intentara ir contra las reglas todo lo contrario. Mi princesa siempre había sido consecuente, considerada y responsable. Y, sin embargo, parece que al llegar al imperio, al pisar la tierra, su tierra había cambiado, quizás bajo mis ojos, sin yo darme cuenta. Abajo, todo se ve bastante oscuro, el lugar es lúgubre, pesado y francamente opresivo. Simplemente, porque no puedo dejar de evitar protegerla, me colocó frente a ella, tapándola un poco mientras damos unos pasos hacia ese pequeño cubículo enrejado. — Prisionero...— digo yo con voz alta y clara — Hay más preguntas para usted— índico. El hombre flaco levanta su cara lentamente y nos ve de reojo, como si ese s
Brock— ¿Sabes que no tienes que hacer esto, verdad? — me pregunta ella tranquila mientras me ve atentamente.— Lo sé... pero quiero hacerlo, me encanta hacerlo— le indico, depositando un beso en su hombro y ella sonríe contenta mientras la ayudo con su baño.Mi esposa había estado teniendo unos días complicados, luego de la felicidad de conocer a su prima, había caído en un estrés luego del atentado, y por nada del mundo deseaba verla así menos en su estado. Habíamos pasado los meses más largos de mi vida como para que justo llegáramos aquí y todo se complicara.Para ser sincero, no quería pensar en el futuro todavía, me conformaba
Naiara Recibí un llamado de uno de los criados y me fui corriendo. En lo que llegue al piso dónde estaban nuestras habitaciones, me di cuenta de que algo malo estaba pasando. Mi prima era extremadamente querida y podía ver la angustia de todos. —¡Azaleia!— dije en voz alta y me arrodillo a su cama. —Naiara, por favor, busca a mi esposo— me decía ella con voz trémula, y luego sollozaba de dolor. Cuando de repente un señor se me acerco y luego hacer una reverencia se presentó como uno de los curanderos y me dice llamándome aparte. — La señora ha tenido dolores y un poco de sangrado, pareciera estar en trabajo de parto y estamos muy preocupados, aún le faltan un par de semanas… no sabemos si está bien del todo— yo hablo con él en susurros y escucho los sonidos desesperados de mi prima de fondo. —¿Cree que están en peligro ella y el bebé? — siento cómo mi corazón late apresuradamente mi pecho. — Lo siento princesa, es difícil de saber… pero a la Duquesa le espera una larga noch