Hola a todos! Layne que siempre ha sido un hombre del deber, parece que ahora está en problemas, ¿no creen? Bso Kika
Naiara Mi caballero oscuro se había tomado casi a modo personal buscar una solución. Digamos otra, a la que ya teníamos que era casarme. Lo único que tenía de ventaja era mi linaje, el cual también estaba en duda por varios, especialmente por los nobles del imperio de Aveyron. Pero, aun así, si mi linaje fallaba, mi aspecto, mi físico, qué extrañamente no tiene que ver nada con la belleza femenina, en mi caso; me ayudaba. De tal forma que, en teoría, muchos candidatos se ofrecerían a casarse conmigo. Simplemente por estar, por un lado, emparentados con la familia imperial, con el gran y antiguo linaje Caelum, y si a eso le sumamos con la hija de la diosa en sí... pues mucho mejor. Idealmente en otros tiempos, si yo hubiese sido criada en el palacio imperial de la ciudad de Halia, mi matrimonio se hubiese negociado desde pequeña con los hijos de los grandes nobles, las casas se pelearían por mí. Sin embargo, los nobles actualmente eran un caos y no se sabía cuáles eran enemigos. S
Layne ¡Es ridículo! ¿Cómo se atreve? ¡Es una blasfemia! ¡Una bajeza inclusive para él! Es lo único que se escuchaba en el templo, una y otra vez en todas partes, de parte de los señores y señoras que se habían enterado de la noticia. Honestamente jamás imaginé. Mi princesa había sido desacreditada incluso antes de ser aceptada, antes de siquiera aceptaran que ella existía. Con este comunicado el emperador se deshacía de ella, no solo negaba sus rumores de su existencia, de la posibilidad de que ella fuera una contrincante por el trono. Al decretar su muerte había enterrado también su imagen, y a la vez había fortalecido la suya, cómo el pobre hermano que había perdido a su pequeña hermana, si es posible, hasta podría generar simpatías, sin mencionar que entonces estaba sin discutir, el hecho de que él era el último Caelum sobre la faz de la tierra. La princesa tenía que casarse, odiaba la idea, no podía empezar a explicar cuánto. Es una hipocresía, ¿no lo creen? Yo fui el pr
NaiaraSindri se había quedado en el templo con el resto de las sacerdotisas, algunos soldados se habían quedado también para resguardarlas. Mis señores y caballeros me acompañaban, junto con Mer la sacerdotisa, íbamos en grupos separados, unos adelantes, otros hacia atrás y yo en el medio.Me di cuenta de que este templo, este lugar, con estas personas, que sin dudar a mi familia, había sido todo lo que yo conocía, pero a la vez, todos ellos se habían movido hasta acá, habían trastocado sus vidas, habían dejado todo lo que conocían solamente por mí. Con una emperatriz y una recién nacida sin tener a dónde ir… Sindri recordó este templo y esta zona y nos trajo hasta acá, mis caballeros estuvieron un tiempo conmigo y luego enviaron a sus hijos o sobrinos a cuidarme, a continuar su juramento. Este valle olvidado con estos ríos, con ese templo ahora sagrado, fue su hogar, de todos los que vivían conmigo… solamente porque yo requería estar segura y cuidada. Afortunadamente, Azaleia y l
Naiara El territorio estaba fuertemente custodiado por soldados. No me quedaba duda que esta familia realmente vivía entre los bosques, los campesinos, las casas pequeñas que ellos albergaban, los animales, todo el mundo parecía estar excesivamente cómodo en el bosque, tal cual cómo mi caballero. En cuanto me quité el sombrero y el paño que tenía en mi cabeza, los soldados Haggard automáticamente, se pusieron de rodillas. —Princesa, princesa —me decían. El que parecía tener mayor rango se dirigió hacia mí, pero sin verme directamente, con voz clara y precisa. —Sea bienvenida princesa, futura Emperatriz al territorio Haggard, la estábamos esperando con anhelo. Cuente con nosotros, la defenderemos con nuestra vida, si es necesario. Nuestras espadas y escudos son de su majestad— me decía, y su voz era tan solemne, y tan magnífica, y lo que decía tenía un tinte tan serio que sentí un temblor en mi cuerpo. —Muchas gracias, mis señores, me siento contenta y honrada de estar aquí. Y su
Brock —¿Qué te ha parecido la princesa, mi prima?— me pregunta ella contenta —¿Acaso no es maravillosa, inteligente, agradable y sensata?— Ha estado desde hace días sumamente emocionada por fin conoce alguna de sus familiares que no deja de estar intranquila. Por noches no ha podido dormir y la he visto despertarse y asomarse, simplemente la ventana esperando que mágicamente Naiara se materializara en las afueras del castillo. Yo estaba feliz de que ella tuviera por fin a alguien de su familia y ahora tendríamos la nuestra. No puedo decir que lo haya planeado, pero tampoco que no lo haya querido. Por la Diosa… yo amaba a mi esposa con locura, y le hubiese dado lo que ella quisiera, pero el que ella estuviese un estado tan delicado, hacía que mi necesidad de protegerla fuera cinco mil veces peor. Temía que si se me escapaba por un momento de la mirada y algo le ocurriría y me necesitaría y yo no pudiera ayudarla. Cuando ella dormía, me quedaba viéndola acostada en nuestra cama,
Naiara —Y así bueno, me di cuenta de que estaba embarazada justamente después de la batalla aquí en Haggard. Donde pasó de todo... — indica mi prima mientras tiene una serpiente en su cuello que duerme placidamente. — Yo espero secretamente que sea como mi esposo, un niño o una niña rubia, con ojos como los de él, fuerte y atrevido— dice mi prima acariciando su vientre con cariño sobre su vestido. Muy cerca está su zorrito Till que es la criatura más adorable que vi, pero que es férreo protector de mi prima. También conozco a los lobos de los Duques y a los otros cachorros. Roldán ha tomado uno, y los gemelos primos de Azaleia, otros. Son dos chicos fantásticos. —¿Puedo hacerte una pregunta querida prima?… y no quiero que te sientas obligar a responder si no quieres... — Le digo de repente, pero ella me da una sonrisa amable —Puedes preguntarme lo que quieras, no tengo muchos secretos— dice sonriente, acariciando a mi lobo Ónix, que también ha quedado prendado de ella. —¿Cómo fu
Layne Siento que ni en un millón de años podría sacarme la expresión de mi princesa al momento en que pasó todo en esta cena, había dolor, miedo, desespero. Se suponía que era su cena más importante, su gran presentación. Naiara no salía del castillo, y no era vista por casi ninguna persona fuera del mismo. Hasta que no tuviésemos certeza e información de la situación actual, no dejáramos que nadie se acercara. El equipo de criados de Haggard había sido el mismo desde hace más de una década, toda la elección se había realizado en un proceso importante y detallado. Aún no entendíamos como esto había sucedido. Nos habían atacado de la forma más vil, y prácticamente cobarde, pero lo que era aún peor, era que había sucedido dentro de nuestra propia casa, en el salón, a la hora de nuestra comida, con todos los señores reunidos, nuestros grandes aliados. Yo honestamente no creía que hubiese un golpe más bajo que ese. Esta acción había desubicado totalmente todo mis pensamientos, y co
Naiara— Tenemos que llegar al fondo de esto princesa, lo primero que tenemos que hacer es constatar de que el castillo es un lugar seguro para ustedes y para todos— dice mi caballero Fidela. Al menos no me van a hacer salir de aqui corriendo.— Sin embargo, princesa, luego de asegurar el castillo, creemos que esto es una oportunidad para saber a qué nos enfrentamos— señala Layne luego de mirar a los otros caballeros. Pareciera ser que me va a mencionar un tema complicado. — ¿A qué se refiere mi señor?— pregunto.—Creemos que el criado encontrado ha podido entrar a las tierras y hacer lo que hizo con ayuda desde afuera. Esta parece ser una buena oportunidad para entender a nuestros enemigos— me explican.—¿Tienen algún punto dónde comenzar?— pregunto, con autoridad. — Sí, princesa, estamos considerando ir un pequeño grupo mañana al mercado y consultar de dónde provinieron algunos de los alimentos utilizados en la cena, de ahí vino la planta de la que se preparó el veneno. Y luego de