Brock Habíamos pasado tanto tiempo aquí que ya me sentía que era uno con el polvo y las telas de araña. Pasamos días emocionados desde que la noche larga nos había brindado las pistas para encontrar esta habitación secreta, y yo tenía la idea de que con el tiempo nos empezaríamos a cansar, que los chicos se fueran a aburrir o a sentir desesperanzados. Pero eso no había sucedido, si se quiere todo lo contrario. Cada día encontrábamos algo nuevo, muchas cosas no las entendíamos, y yo francamente no era el mejor para este tipo de cosas. Póngame una espada y una hacha y yo pelearé con quien sea, pero entre libros, idiomas que no entiendo, e historia, era terriblemente incapaz. Gracias a la diosa, este par de mocosos eran buenos en esto y cada día sacaban algo que me dejaba impresionado. A veces ni dormíamos, vigilando toda la frontera del templo, Areta, por un lado, y yo, por el otro. Mi loba se sentía inquieta, se habían ido los soldados, pero el mundo estaba siendo diferente desde
Naiara Mi vida había un dado vuelco desde que me había reunido nuevamente con mi caballero. Parecía que una parte de mí estaba apagada, y que solo se iluminaba cuando él estaba a mi lado. Esto era algo si se quiere, hasta... literal. Yo ya empezaba a creer que estos destellos de luz que salían de mi cuerpo se debían principalmente a él, o quizás tenían que ver con mis emociones. Layne, afortunadamente, me había empezado a enseñarme a controlarlas, respirando y concentrándome, lo que era bastante difícil, por cierto, teniendo sus manos y labios sobre mí. Pero en general, teniendo como consecuencia... los momentos más fantásticos que ha experimentado mi vida. Mi caballero y yo nos besábamos en la biblioteca, en ese cuarto de reliquias del reino, en los jardines, en la noche, o las pocas veces que él se colaba a las afueras de mi habitación. A cada momento yo sentía que mi corazón se me salía del pecho. Me sentía viva, él me hacía sentir como si todos estuviera bien en el mundo solo p
Dashi —¡Dashi! Estas noticias Son increíbles, ¡realmente increíbles! Me alegra tanto de que el Duque se haya encontrado con Kira. Ella debe estar tremendamente emocionada con estos descubrimientos. Han tenido momentos tan difíciles y sé que ahora se han replegado por miedo a un nuevo ataque. También recuerdo los sacerdotes del sol a cuando fui a Haggard, y me prometieron luchar por mí, ¡qué buen grupo! Estoy cada vez más segura de que van a encontrar esos secretos y ese tesoro, lo que haya dejado la hermosa estrella Hadar, para nosotros, para salvar el imperio— decía Naiara contenta. Desde hace varios días Naiara se veía totalmente diferente, todo en ella había cambiado, con todo y que teníamos pésimas noticias, el hecho de que estábamos juntos nos alegraba todos inmensamente. Yo sé que en el fondo ella nunca había dudado de que nosotros seguíamos trabajando por ella... pero sabía también que la relación de ella con su caballero era particularmente especial, y yo hacía todo lo po
Dashi Todo había sucedido demasiado rápido, tanto que no tuvimos tiempo para reaccionar. En pocos minutos habíamos sido arrastrados por los pasillos del castillo. Mi cuervo había salido volando y yo tenía fe de que llegara a donde el caballero, ¿habría forma de explicarle que algo andaba mal? Nos tenían las muñecas amarradas detrás de la espalda, a mí me habían empujado, pero al señor Rise lo habían golpeado. Nos lanzaron de una especie de calabozo, oscuro, pero fue por poco tiempo. Los soldados nos veían con odio, y parecía que intentaran quebrar nuestra confianza. —¡Ladrones! ¡Extranjeros! ¡Criados!— gritaba uno de los soldados. —Ojalá su Majestad acaba con ustedes antes de que comience el día— nos decía otro mientras golpeaba los barrotes de nuestra celda. Está todo tan oscuro que no puedo ver ni una salida. Yo tenía la esperanza de que ya para mañana tuviéramos ayuda. Pero no había pasado ni un par de horas cuando, nos sacaban a rastras de nuevo. Ni siquiera yo siendo esclav
Brock No habían mentido con el hecho de que el pueblo del este había sido arrasado por el emperador Markus. Si aquí hace décadas había un pueblo floreciente y asentado, prácticamente lo que quedaban ahora eran ruinas. Todos caminábamos entre los escombros y piedras caídas sin realmente encontrar nada que no sirviera. Aparte de que ahora éramos testigos de que algo horrible había sucedido aquí. Tenemos ya un par de días y ahora… no sabíamos qué hacer. — Deberíamos ir a las montañas— mencionaba mi sobrino — O ir a buscar la laguna— decía la sacerdotisa. El servidor Kabu nos hacía señas en el mapa de dónde podría estar la laguna. Yo temía que de repente hubiese desaparecido o se hubiese evaporado y ya no tuviéramos más pistas. — Tenemos que tener esperanza que la diosa nos va a guiar donde sea— decía Kira. Yo no perdía la fe, pero me preocupaba que el tiempo se nos acababa. Como si fuera poco, yo recibía también mensajes de mi esposa donde me decía que ya estaba tomando medidas
Naiara Estaba en una reunión con mis damas, una aburrida de simple bordado, cuando nos dijeron que había una especie de ataque en las fronteras. Cada quien fue a sus habitaciones inmediatamente… y yo me quede en mi cuarto, sola. Mi lobo caminaba de aquí para allá y esperábamos noticias.Y me habían mantenido prácticamente presa desde entonces. Nadie venía a explicarme qué sucedía, solo había soldados en mi puerta que decían que era por mi seguridad. Y una que otra criada que me traía agua, preparaban mi baño y me daban comidas. Pero me sentía como una prisionera… y tenía la horrible sensación de que algo terrible había sucedido. Desde esa noche en que él me enseñaba todo el poderío de su ejército, Kai se había vuelto cada vez más extraño y pocas veces salía del castillo. Parecía estar obsesionado con el tema de la seguridad del castillo, como si estuviéramos bajo un asedio y peligro constante. Pero no habían gritos de guerra, no habían alarmas, no había nada que dijera que algo iba
—¿Qué demonios sucedió? ¿Cómo está ella?— preguntaba yo camino al castillo mientras me encontraba con Mer. Ella también había visto el resplandor a larga distancia, era un brillo particular, no sabía si otros lo habían sentido, pero yo lo sentía como un golpe en mi pecho desde que apareció. Me doy cuenta de que algo andaba mal, me lo recriminaba ahora ya sin sentido. Primero me había ido yo, a averiguar qué era lo que sucedía a las afueras del reino y que se suponía que eran estas incursiones extrañas, que eran preocupantes… pero que nadie decía quienes eran estos enemigos, y yo necesitaba saber con quién nos enfrentábamos. Luego me enteré de que Mer había sido enviada lejos, nos había separado y alejado. Al inicio teníamos comunicación con la princesa y Dashi... un tiempo para acá, solo silencio. Había una razón, igual de alarmante. Había perdido una cantidad inusual de cuervos, eran animales extremadamente fieles, podría creer que algunos se haya perdido o hayan decidido hacer
—Kai... por favor— le digo con la voz temblorosa. —Querida... tienes que hacerlo. Has colocado todo el castillo en peligro, ¿eso es lo que quieres? ¿Que todos te tengan miedo? Una reina debería ser amada por sus súbditos... no mirada con terror— decía él mientras me daba otra cucharada de esa poción espantosa. Las criadas me veían como si yo fuera una cosa extraña, y revoloteaban cerca de mí, pero prácticamente ni me tocaban. Dashi estaba lejos cuidándose, Mer en el templo, Rise recuperándose... y mi caballero venía a verme siempre que podía, pero Kai siempre se lo impedía. Le había dicho esas palabras tan horribles que ahora me arrepentía y no habíamos vuelto a hablar del tema. Kai me había encerrado aún más, había alejado a mi lobo de mí, y casi no sentía los animales. Me sentía tremendamente débil y todo había comenzado desde el momento del resplandor. Mer me escribía y decía que en ese momento en que perdí el control, había significado un gran esfuerzo y que tenía que recupera