Hola a todos! ¿Qué opinan de la vida de casada de Naiara? Si pueden dejarme comentarios y sus recomendaciones me ayudaría muchisimo a que mi historia llegue a más personas :) Bso! Kika
Layne Ya teníamos el paso que tanto habíamos buscado, y se supone que lo demás tendría que ser bastante claro: debemos prepararnos para volver al imperio. Casi podría imaginar a mi primo diciéndome eso, que ya había llegado el momento y que teníamos que actuar, también yo lo pensaba, pero no era tan fácil. Quedaban aún las cuestiones de estrategia y diplomático, que lamentablemente tanto eran necesarias. Con todo eso yo casi podría pensar como Brock, lo entendía muy bien. No quería estar aquí, no quería hablar con nadie más, y sobre todo, no quería que ella estuviera con su ahora esposo. Había tratado de llevar esto lo mejor que podía, por lo menos para un hombre que veía que la mujer que más quería estaba casada ahora con otro hombre. Recientemente, habían pasado 24 horas y ya las decretaba como las peores en toda mi existencia. Yo había visto la boda de lejos, sintiendo como en mi corazón se formaba una especie de armadura como si fuera una herida tan grande que se empieza a ci
Dashi —¡No puedo creer que esto esté sucediendo!— decía Layne mientras estamos en nuestro pequeño estudio. Hay planos y cosas desparramadas, nuestra investigación y planes siguen en proceso… pero sin muchos avances. Mer seguía con la traducción de lo que encontramos en Sarassea, pero parecía solo darle dolor de cabeza. —La princesa parece estar involucrada ahora en cualquier cantidad de cosas y eventos... de tal manera que es imposible reunirnos con ella por ahora— digo yo leyendo las palabras escritas en la carta, ahora en mi mano. El rey mismo le escribió a Layne que Naiara estaba con muchas “responsabilidades”, luego de que el caballero pidiera una reunión con ella. Como si Naiara fuera alguien extraño para nosotros. —No solo eso... ¡Si no por toda la semana!— decía él furioso. Mer suspiraba cansada apoyando sus codos en la mesa. —A mi me han involucrado en lo del templo, he pasado todo el día allá, veo muy buenas intenciones, pero tampoco quiero dejar mis responsabilidades a
NaiaraHabía pasado días yo andando de un lugar al otro. Si no eran visitas a los pueblos cercanos, reuniones con los señores en donde yo prácticamente no hablaba, sino que simplemente sonreía y me sentaba al lado de Kai, hasta cenas interminables, bailes en casas de las familias más importantes del reino, inspecciones a los jardines, sesiones de costura y tejido con las damas que ahora eran mis compañeras, hasta pequeñas lecciones de historia de Bhaltar... parecía que el objetivo era tenerme ocupada. Aunque no es que hiciera mucho la verdad, solo… estar presente y si acaso elegir algo.Por supuesto que yo me había imaginado que al ser reina iba a tener muchos deberes, embargo, nunca pensé que iba a ser de esta manera. La verdad es que me sentía sola, estaba la mayoría del tiempo rodeada de personas, pero... vacía. Solo de vez en cuando veía a Dashi, casi siempre en la mañana, Mer sabía que estaba en el templo y casi no la había visto. A mi caballero solo en la noche, pero mi esposo
LayneJuro que no lo podía soportar un momento más. Yo me creía un hombre fuerte, había luchado contra todo, había logrado que hombres poderosos se pudieran de rodillas ante mi tío, el conde, había luchado junto a Brock y alzaba mi lanza plateada contra lo que pudiera. Pero nada se comparaba con el hecho de tenerla lejos, y lo que era peor, es que cuando la veía… estaba con él. Nunca había conocido un sufrimiento tal. Prácticamente, yo era un mero observador, un espectador ante el despliegue de la relación de mi princesa con su nuevo esposo. Yo prometí llevarla a lo más alto, a lo que se propusiera. Pero ya no podía más. Kai besaba y tocaba a Naiara cuando le provocaba, la miraba y hacía comentarios casi íntimos de su esposa, como si convivieran como esposos. Eran pareja, eso era verdad, pero yo no podía dejar de pensar que lo hacía a propósito, como si quisiera marcar, que ella era de él. Y seguramente en su cabeza… ella era de él. Ella era de sangre imperial, no una persona cualq
Naiara Yo ya no sé si alguno de nosotros tenía la culpa, o yo simplemente estaba desesperanzada. A veces en la noche, en la soledad de mi cuarto, me sentía desagradecida: tenía lo que deseaba de alguna manera, había perdido gente, sí… pero había conseguido una prima, gente hermosa, devota a mí, y un esposo que parecía apreciarme. Estaba bien, estaba cómoda… quizás quería demasiado de la vida. Claro que había algo que no tenía. Layne me veía angustiado, agotado, los ojos hinchados. Parecía que habían pasado tantas cosas de las que yo era ignorante. Odiaba sentirme así. —¿Te importa tanto el rey?— me pregunta. —¡Por supuesto que no! Es solo que… ¡Tengo días haciendo tonterías! ¡Revisando… estúpidos recados y decoraciones! ¡Acompañando a Kai a un sinfín de reuniones! ¡Y prácticamente no crucé una palabra contigo! — le digo desesperada. Él me mira como si no pudiera creer lo que escucha. —¡Tengo días pidiendo reuniones contigo! ¡Una simple charla!— dice él furioso. —¡Imposible! ¡
Layne Odiaba que no fuera yo el que enfrentara las consecuencias de mis actos, no me gustaba esconderme y mucho menos que ella se pusiera de alguna manera en peligro, pero yo mismo sabía que no había otra manera. Si el rey se enteraba de lo que había sucedido aquí, de cómo yo había tocado y acariciado con placer a su esposa... Si, su esposa así sea solo en papel. Sin duda alguna iría a la horca. Los reinos, y en general todos los gobernantes, eran bastante flexibles cuando los hombres con poder hacían lo que quisieran, pero bastante estrictos cuando las mujeres lo hacían. Y yo la había tentado, seducido, mi amor no era culpable. Yo, Layne Isaac, el hombre más correcto, era un ser llevado por sus deseos.—Esposo... simplemente estaba viendo las reliquias que hay en la sala, nada en especial— la escucho decir con voz tranquila. Había salido justo en el momento en que el señor Rise nos había dado la alerta de que venía el rey, y rápidamente había sacado una excusa. —Naiara... siempre
Brock Habíamos pasado tanto tiempo aquí que ya me sentía que era uno con el polvo y las telas de araña. Pasamos días emocionados desde que la noche larga nos había brindado las pistas para encontrar esta habitación secreta, y yo tenía la idea de que con el tiempo nos empezaríamos a cansar, que los chicos se fueran a aburrir o a sentir desesperanzados. Pero eso no había sucedido, si se quiere todo lo contrario. Cada día encontrábamos algo nuevo, muchas cosas no las entendíamos, y yo francamente no era el mejor para este tipo de cosas. Póngame una espada y una hacha y yo pelearé con quien sea, pero entre libros, idiomas que no entiendo, e historia, era terriblemente incapaz. Gracias a la diosa, este par de mocosos eran buenos en esto y cada día sacaban algo que me dejaba impresionado. A veces ni dormíamos, vigilando toda la frontera del templo, Areta, por un lado, y yo, por el otro. Mi loba se sentía inquieta, se habían ido los soldados, pero el mundo estaba siendo diferente desde
Naiara Mi vida había un dado vuelco desde que me había reunido nuevamente con mi caballero. Parecía que una parte de mí estaba apagada, y que solo se iluminaba cuando él estaba a mi lado. Esto era algo si se quiere, hasta... literal. Yo ya empezaba a creer que estos destellos de luz que salían de mi cuerpo se debían principalmente a él, o quizás tenían que ver con mis emociones. Layne, afortunadamente, me había empezado a enseñarme a controlarlas, respirando y concentrándome, lo que era bastante difícil, por cierto, teniendo sus manos y labios sobre mí. Pero en general, teniendo como consecuencia... los momentos más fantásticos que ha experimentado mi vida. Mi caballero y yo nos besábamos en la biblioteca, en ese cuarto de reliquias del reino, en los jardines, en la noche, o las pocas veces que él se colaba a las afueras de mi habitación. A cada momento yo sentía que mi corazón se me salía del pecho. Me sentía viva, él me hacía sentir como si todos estuviera bien en el mundo solo p