Capítulo 12
Adriana le miró, dijo con un tono poco amable:

—¡Cállate!

Manuel se rio sarcásticamente:

—¿Y qué? Lo que dije era la verdad de Perogrullo. Hace tres años, Caeiro Jiménez, el presidente de la mayor fábrica de electrónica de la ciudad, fue encarcelado por violación. Fue un escándalo tan impresionante, todo el mundo lo sabía.

—¡Mi padre no lo hizo!

Adriana se enojó mucho y defendió a su padre. Pero la defensa sin prueba era relativamente inconvencible.

La gente comenzaron a chismear.

—Es la hija de Caeiro Jiménez, ¿eh? ¡Madre mía! ¿Cómo se atrevió a asistir a una gala benéfica? ¡Ridiculísimo!

—Probablemente, quería hacer algo de caridad para expiar los pecados de su padre.

—¡Caras vemos, corazones no sabemos! Ese Caeiro, era una persona decente en apariencia, ¡pero resultó ser una escoria de la humanidad! Seguramente, su hija sea igual que él.

—¿Sabes qué? Dicen que después del encarcelamiento de Caeiro, su hija empezó a prostituirse...

—¡Vaya! El padre violó y la hija se prosti
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