Salimos de la habitación literalmente corriendo al escuchar el grito agudo de Caroline.
Llegamos abajo y mi corazón latía a mil por segundo.
—¡Dios Caroline! ¿Qué sucede? ¿¡Estás bien!? —preguntó mi madre al ver a Caroline en el suelo abrazándose a sí misma.
—N... N... No mamá ¡Ayúdame! ¡Tengo miedo! ¡Mucho miedo! — mi hermana lloraba y titubeava al hablar.
—Dinos que sucedió —dije en un intento fallido de parecer serena.
—Hay... Hay una serp... Serpiente... Ahí.
—¿¡Qué?! ¿Dónde?
—En esa caja —dijo señalando la caja que estaba a la par de la puerta principal.
Me acerqué con cautela y abrí la caja «mierda» pensé para mis adentros.
—Pues sí, es una serpiente... Por suerte está muerta.
Caroline siempre ha tenido una fobia muy fuerte hacia estos animales, desde que una se metió a la casa cuando ella tenía seis años y hasta se desmayó.
—¿Quién la trajo, hija?
—Solo tocaron el timbre y cuando salí estaba esa caja —decía Caroline mientras sollozaba —luego la tomé sin pensar demasiado y la abrí una vez que la metí a la casa.
—¡No puedo creer que alguien tan vil pueda hacer esto! Casi nadie sabe de tu fobia, Caroline, justamente para evitar este tipo de cosas, ¡Quien lo haya hecho se va a arrepentir! —decía mi mamá llena de furia —buscaré tus tranquilizantes —dijo y se levantó para ir a la habitación de la chica.
—Tranquila mamá —le dije mientras iba rumbo a las escaleras —yo misma voy a encontrar al que hizo esto. ¡Caroline tiene un problema demasiado grave con su fobia para que se queden las cosas así!
Subí las escaleras con mucho enojo dentro de mí, que se metan con migo todo lo que quieran pero no con mi familia, tomé la pistola de mi maleta, la metí en mi sudadera y salí a toda velocidad a encontrar al culpable de esto. Yo estaba muy molesta, exageradamente a decir verdad. Busqué entre los arbustos a ver si encontraba algo pero a la distancia vi algo o más bien a alguien que parecía conocido, caminé con cautela entre unos árboles y lo vi... Vi la silueta de un hombre muy parecido a Eduard, exageradamente parecido, está ahí tan cerca mío, lo tengo cerca otra vez pero esta vez un arma me acompaña, no se ha dado cuenta de mi presencia, estoy casi segura que es él y le llegó la hora. Tomo la pistola de mi sudadera y dudo un segundo, pero no puedo contenerme, la policía es una inútil, tengo que hacer algo yo misma, me levanto de mi escondite y voy hacia él, cargo la pistola y apunto, ese hombre se voltea y...
—¿¡Nina!?
—¿¡Josh!?
—¿Pero que mierdas estás haciendo?
—Yo... yo... ¿Qué estás haciendo ahí?
—Estaba aburrido y vine a caminar pero ahora veo que una maniatica quiere matarme con una pistola —dijo el chico señalándome con horror.
—Lo siento, pensé que eras...
—Sí, sí... ya sé, pensaste que era Eduard —asentí —pero tranquila, sabes que estamos juntos en esto, y ese hombre pagará pero debes tranquílizarte, siempre vez cosas que no son, cuando te alteras. ¿Por qué te alteraste esta vez? Ya sabes que no debes hacerlo, sabes bien que debes estar tranquila...
—Han sucedido cosas últimamente —suspiré pesadamente y me recosté en el tronco de un árbol.
—Cuentame —dijo mi mejor amigo cruzándose de brazos.
—Hace ya varios días están llegando cartas al buzón.
—¿Cartas... Amenazándolos?
—Sí... Cartas de "amor", flores y todo eso. Pero a mamá le llegó una amenaza muy concreta para Caroline.
—Eduard es un imbécil...
—Eso es seguro. Mamá encontró una carta amenazando a Caroline, como ya te dije, y hoy una serpiente nos llegó de "regalo".
—¿Una serpiente? —frunció el ceño.
—Sí, por suerte muerta.
—¡Pero, Nina! ¿¡Caroline la vio!? Ella está muy mal, tiene una fobia horrorosa hacia ellas ¿Y una amenaza!? —dijo haciendo ademanes con las manos.
Después de contarle todo a Josh, el pasó a ser el alterado, siempre me ha apoyado, es mi mejor amigo y trata de cuidarme a mí y a mi familia. Me arrebató la pistola e intentó salir en busca del culpable, pero lo detengo.
—Wow— le digo —creo que es mejor que dejemos las cosas así, la última vez que alguien se alteró casi mata a un inocente con una pistola y ese inocente eras tú.
Le quité la pistola nuevamente y la guardé en mi sudadera. Él suspiró e intentó tranquilizarse.
—Bien... Pero esto es el colmo Nina, la policía es una mierda, no sé cómo no atrapan a ese tipo, me da asco —pasó sus dedos por su cabello con frustración.
—No los culpo, ese tipo es escurridizo como una maldita rata y desaparece como un fantasma no sé cómo mierdas lo hace.
—Ya sé... Mejor vuelve a casa Nina, no es seguro aquí, yo también me iré y dile Caroline que se cuide mucho, dile... Dile que la quiero mucho.
Yo fruncí el ceño —mmh... ¿Ok? —él por algún motivo se sonrojó y tragó saliva incómodo.
—Ya vete.
Puse los ojos en blanco, yo ya sabía que él gustaba de mi hermana pero no me gusta hablar de eso con ninguno de los dos.
—Gracias por todo Josh... Te voy a extrañar mucho —dije segundos antes de abrazarlo fuertemente.
—Yo te voy a extrañar más mi pequeña, pero prometo buscarte.
—No Josh, yo te buscaré a ti, recuerda que por eso no puedo darte mi nueva dirección, no puedes arriesgarte, cuando todo esté mejor yo te buscaré. ¿Entiendes?
—Prométemelo. Promete que me vas a buscar, la última vez estuviste un año desaparecida.
—Lo sé, pero es que quería estar segura que todo estuviera bien.
—No lo haz prometido.
—Lo prometo —sonreí.
Nos despedimos y corrí a casa, al igual que Josh a la suya. Pero aún así sentía una mirada penetrante sobre mí y no era de Josh.
Llegué a casa y cerré la puerta con seguro para caminar hacia la habitación de Caroline.
—¿Cómo sigues? —le pregunté al entrar.
—Los tranquilizantes hacen efecto rápido —me respondió con una sonrisa cansada —¿A dónde fuiste?
—Yo... Fuí a buscar al culpable de que te hayas puesto así.
—Yo no quería que fueras, no quiero que te pongas en peligro por culpa mía. No te pude detener porque mis nervios me dominaron pero enserio no vuelvas a hacer eso.
—No puedo permitir que te hagan daño.
—Si te hacen daño a ti me harían daño a mí —dijo viendo al suelo.
—Oye, estoy bien. No hay peligro afuera —sonreí.
—¿Estás segura?
Asentí aunque en el fondo sabía que el peligro estaba por todos lados, no podía contarle lo de la carta que encontró mamá, se pondrá muy mal.
—Claro, aunque...
—¿Aunque qué?
—Hay peligro de amor allá afuera —la codee divertida.
Ella frunció el ceño —¿De qué hablas?
—Hablo de Josh.
—¿Josh?¿Tu amigo Josh?¿El chico alto, ojos verdosos y de cabello desordenado? ¿Tu mejor amigo Josh? —ella rió.
—Mmh... Sí, ese Josh.
—Josh no me gusta ni un poco.
—Pero tú a él sí.
—No sé si sabes pero él es mayor 3 años osea que es mayor de edad.
—¿Y eso qué?
—¿Te imaginas que le haga caso? ¡Eso sería estupro!
Rodé lo ojo —Eres una exagerada, aparte que estás muy mal informada.
—¿Por qué?
—Se considera estupro cuando una menor y un mayor tienen sexo.
Ella se sonrojó de inmediato —Ah... No lo sabía.
—Pues ya lo sabes, y ustedes dos no tendrán sexo hasta casarse —bromee.
—¡Nina! Josh ni siquiera me llama la atención.
—Es un buen chico.
—Sí, y también como de la familia, eso sería super raro.
Mamá entró y nos vió con los ojos entrecerrados.
—¿Acaso escuché que le gustas a Josh?¿Josh?¿El chico alto, ojos verdo....
—Sí, ese mamá —la interrumpí y rodé los ojos, ya sabía de memoria como era Josh —Está muy enamorado de Caroline aunque nunca lo diga.
—Hija, le hubieras de hacer caso —dijo mi mamá apoyándome.
—¿Ya ves? Mamá también está de acuerdo.
—Pero yo no. Y papá lo va a odiar si lo ve cerca de mí con ese tipo de...—ella lo pensó un momento —intenciones.
—Bien —me dí por vencida —si no quieres nadie te va a obligar.
—Nina... ¿Puedes ir a tirar... —mi mamá se interrumpió a sí misma —digo, a empacar.
Fruncí el ceño, asentí y salí de la habitación para ir a la mía.
—Hey Nina, ven —me habló mamá antes de que pudiera entrar a mi cuarto.
—¿Qué sucede?
—¿Podrías ir a tirar la serpiente esa allá por los árboles? Es que... Me da un poco de miedo al igual que a Caroline.
Rodé los ojos —¿Y por qué no me lo dijiste frente a ella?
—No quiero ni mencionar la palabra "serpiente" frente a ella, podría ponerse nerviosa.
—A veces eres una mamá exagerada. Pero está bien, ya voy.
Bajé las escaleras y tomé la caja donde estaba el animal, palpé mi sudadera y me fijé que aún llevaba mi pistola, pensé en ir a guardarla pero decidí hacerlo al regreso.
Salí de la casa, caminé unos cuantos metros y tiré la serpiente entre unos arbustos, solo le puse un poco de nieve encima, ya iba de regreso hacia el interior de la casa, pero una vos a mis espaldas me detuvo en seco.
—Hey, hey... Tiempo sin verte primor —escuché y con el corazón palpitando a mil por segundo volteé a todos lados en busca de esa voz...
Mi valor se había esfumado por completo...Cuando por fin logré visualizarlo, sentado sobre una roca con esa estúpida sonrisa el valor me volvia al cuerpo y la ira también.—¿Ahora que demonios quieres? —pregunté con vos algo entrecortada pero fuerte.—Hey, tranquila, solo vine a dejarle un obsequio a tu queridísima hermana. Espero le haya gustado —dijo con voz burlona.—Dijiste que nos ibas a dejar en paz la última vez que te vimos, ¡no sé porqué nos odias tanto! —dije metiendo mi mano en mi sudadera y apretando el arma sin sacarla aún.—¿Quieres saber por qué? ¿Es en serio? —rió sarcástico.No dije nada pero él prosiguió —Te diré porqué: en primer lugar eres una idiota ¿Pensaste que después de ser novios me ibas a dejar así como así? Pues claro que no. Y en segundo porque eres una zorra, dos meses después que me dejaste corriste a los brazos de Damián, me das asco.—¡Ya cállate Eduard! ¿De qué demonios estás hablando? ¡Estás demente! Tú y yo nunc
—¿Me hablas a mí? —pregunté un poco confundida a un chico pelinegro sentado en el banco tras de mí.—Sí.—¿Te puedo ayudar en algo?—Sí.Me empezaban a irritar sus monosílabos, ¿Qué diablos quería? No andaba de muy humor para aguantar gente así.—¿En qué? —pregunté intentando ser lo más amable posible.—No puedo ver el pizarrón, baja la cabeza.—¿Era eso? —dije rodando los ojos con molestia.—Sí.—Cambiemos de asiento entonces —dije.—No estoy tan ciego, solo baja la cabeza.—No puedo, tengo que ver al frente —dije con obviedad.—Escucha... —habló haciendo un ademán para que yo dijera mi nombre.—Nina, Nina Smith.—Escucha Nila Smith...—¡Es Nina!—Como sea, tengo un día del demonio, hoy vine a esta
Llegué a casa con mis emociones a mil, no pensaba volver a ver a Damián en toda mi vida, se sentía raro todo esto.—¿Qué te sucede ahora? —me preguntó Caroline sentada en la parte baja de la escalera al verme entrar y quedarme recostada en la puerta viendo a la nada ni siquiera me había dado cuenta que estaba ahí.—¿Eh?—Estás ahí como tonta, como si estuvieras en otro universo.—Es solo... No me acostumbro a este lugar —mentí y me acerqué a ella.—Llegamos hace muy poco, nadie de nosotros lo ha hecho.Asentí —¿Sabes para dónde va papá en la noche?—¿Papá? Ni siquiera lo sabía, no me dijo nada.—Tampoco a mí, lo escuché hablando junto a mamá sobre que hoy saldría o algo así.—Que metiche eres.—¡Oye! —ella rió —los escuché por casualidad.—Aunque... Creo que se verá con un señor que vive por aquí.
—Hola Nicolás —dije y seguí caminando.—Soy Nick, pero en fin ¿Cómo estás? —hablaba atras mío.—¡Ah! Hoy ya andas de buenas por lo que veo.—Perdón por lo de ayer ¿Okay? Fue un día pésimo.—Lo noté ¿Pero que culpa tenía yo de que tu hermano haya chocado ayer con una tont... —en ese comento me di cuenta que tal vez esa tonta había sido yo — Olvídalo. Pero ¿Qué fué la cosa tan importante que perdió tu hermano? Te enojaste mucho por eso —dejé que me alcanzara.—¿Ah? —dijo con un poco de sobresalto —nada importante.—A mí sí me parece que fue importante, mírate, estás... ¿sudando?Lo ví con el ceño fruncido, este chico era muy raro.—¿Yo?—Sí, tú ¿Quién más?—Estas locas Nina, no estoy sudando. O tal vez un poco, voy tarde a clase, ¡Nos vemos después!Y diciendo esto salió co
Marqué el número de Nick y lo llamé, rodé los ojos con diversión al ver "Nick el hermoso" en la pantalla, al rato lo cambiaría.—¿Hola? —Escuché al otro lado del teléfono.—Nick, soy Nina ¿Dónde estás?—Llegando a casa, ¿Ya te decidiste?—Sí, ven a mi casa en una hora para que hagamos el proyecto.—Mandame la dirección, ahí estaré.Tarareé un «mmh» —Mejor ve al parque, ahí estaré y te llevaré a mi casa.—No es necesario...—Te veo allá —y corté la llamada rápidamente."Espero que todo salga de acuerdo al plan" pensé un tanto preocupada mientras bajaba las escaleras para buscar a mamá.—Mamá, me duele mucho el estómago —mentí por milésima vez en el día.—¿Qué? Oh hija, ve a recostarte, te prepararé un té, seguro comiste algo que te hizo mal — habló con preocupación acercándoce a mí.
—Nina, ¿Me puedes recordar por qué tengo una sábana amarrada en mi cintura? —habló Nick viéndome confundido y asustado —¿Tu padre es celoso?—¿Celoso? —pensé un momento... Eso era la excusa perfecta —¡Ah, sí! ¡Super celoso! Ahora ven, es hora de que salgas por la ventana.—¡Oh, vaya! Tu papá sí que tiene un problema, ¿Tanto miedo le tienes?—Deja de hablar y sal por la maldita ventana.—Ay, ya voy. Pero me debes una —dijo señalándome.—¿Yo?—Te estoy salvando de tu padre.—Como sea —dije mientras sujetaba con más fuerza la sábana a su torso —aparte que te estoy salvando yo a ti.—Esto es demasiado tonto, Nina, voy a morir.—Son menos de 5 metros, no inventes.—Soy delicado.—¿Vas a salir o no?—Bien, pásame mi mochila.—Toma —dije pasandosela
—Dios, Damian... Lo tienes aún. —dije viendo el brazalete color azul oscuro con nuestras iniciales grabadas en él, que había sacado del estuche dorado.—Sí, lo he tenido guardado por estos últimos cuatro años junto con el mío —dijo sacando otro brazalete igual de su bolsillo — ¿Recuerdas cuando te llamé para decirte que ya los había conseguido? Me dijiste que ya no lo querías y me cortaste la llamada —mencionó bajando al mirada al suelo pero volvió a verme a los ojos —... Fueron... Meses difíciles para mí después de eso... Pero por lo menos me alegra haber estado equivocado.—¿Equivocado?El chico tomo mis manos aún con el brazalete entre ellas.—Sí, equivocado, siempre pensé que te habías ido así como así porque realmente no te importaba. Pero ahora que ya sé que no fué así y que lo hiciste para protegerme estoy dispuesto a protegerte a ti Nina Smith, no importa lo que suceda.Yo quedé anonada
Un pésima mañana, un pésimo día, me levanté de muy mala gana, me preparé para ir a la universidad y bajé las escaleras.—Buenos días mamá.—Buen día hija —dijo mi mamá mientras cocinaba.—¿Y papá?—Salió temprano a buscar trabajo otra vez. Toma, come tu desayuno antes de irte.—No tengo hambre, luego comeré algo.—Te ves pálida —dijo tocándome la frente.—Seguro me resfriaré —dije pensando en lo que realmente pasaba, en los miles de problemas que me abrúmaban.—Tienes que comer algo ahora.—Enserio, no es necesario, al ratocomeré algo.—Bien, pero que sea en serio.—Sí, sí. Adiós mamá —dije caminando hacia la puerta.—Adios Nina.Salí de casa rápidamente, eran un poco menos de las 7:00 am, el clima era frío y ya se me estaba haciendo tarde para