— No —dijo Zaid, caminando hacia la salida de la escuela—. Imposible que haga algo como eso.
— Oh, vamos —Jade pateó el suelo—. Hazlo por nosotras, es nuestra última noche aquí antes de que viajemos a Canadá.
— Ya dije que no —se cruzó de brazos—. No voy a salir de la casa.
— Tienen dieciocho años y no salen de la casa —dijo Aurora, cruzándose de brazos—. A veces pienso que Zaid se morirá virgen y casto.
Zaid no dijo nada más, sus labios se movieron, pero prefirió mantenerse callado. Suspiró, saliendo del recinto y llegando hacia la camioneta que siempre los iba a buscar a la salida de la escuela. Angie le dio un golpe en la cabeza a su hermana y corrió detrás de Zaid. Éste ya estaba con sus audífonos puestos mirando hacia la ventana.
Su hermano Alex se sentó a su lado y Angie frente a él.
— No le hagas caso a la loca de nuestra hermana —dijo Alex, tomando su mano—. Si no quieres salir con nosotros esta noche podemos hacer algo en casa.
— No quiero sus lastimas —apartó su mano—. Salgan ustedes, no es la primera vez que me dejan solo en casa. No entiendo cuál es la razón por la cual me están pidiendo que me quede ahora.
— Una vez al año que salgas no le hace daño a nadie —dijo Aurora—. Es nuestra última noche aquí, debes de ir con nosotros.
— Está bien —accedió al fin—. Aunque, estoy seguro de que nuestro padre sólo los dejaría salir de la casa conmigo.
— Eres tan buen hermano —Alex lo abrazó—. Que nos dejaras vestirte como deseemos.
— ¿Qué?
No le dieron tiempo de decir otra cosa, ya que comenzaron a hablar sobre a dónde irían esa noche y ya Zaid comenzaba a arrepentirse de esa decisión.
Sus hermanas estaban realmente emocionadas por la noticia de que se irían lejos de ese lugar y que conocerán a más personas, ya que estaban seguras de que era mejor dejar a sus hermanos solos que ellas estando allí.
La única condición que les pusieron a sus padres fue nada más que debían salir con su hermano menor o no salían. La última vez que salieron juntos fue un caos total y tuvieron que sacarlos de la delegación. Llegaron a su casa y salieron disparados hacia el interior, dejando a Zaid atrás, como siempre. Alex miró a su hermano caminar, y giró hacia él para rodear su brazo con sus manos, sonriéndole.
— Debes de estar feliz —pellizcó su mejilla—. Al fin conocerás el mundo nocturno.
— La última vez que salimos los cinco, no nos fue nada bien.
— No tienes que recordar lo de ese día —hizo una mueca—. Eso ya pasó y quedó en el olvido —entraron a la casa—. Esta noche nos divertimos como nunca, aprovecharemos que sólo nos queda una semana de clases y este lunes iniciamos nuestras pasantías.
— Muchos pensaban que yo estudiaría enfermería y que tú leyes —rió—. Están equivocados.
— Dime algo que no sepa —subió y bajó las cejas—. Siempre he tenido fantasías sexuales...
— No quiero saberlo —se soltó de su agarre—. Tu vida sexual es para ti.
— Con un doctor en su consultorio, practicar todo el kamasutra e inventar nuevas posiciones —dijo, pícaro, y Zaid infló las mejillas—. Aww, te has sonrojado. Tengo que decirte que algún día lo harás.
— Ninguna persona querrá tener una relación con una persona que es híbrido, hombre y mujer a la vez —negó, con la cabeza—. Debo de ir...
— Hey, ya están aquí —Lucas apareció luciendo un traje y seguido de él entraron Edward y James—. Sus hermanas nos han dicho que Zaid accedió a salir esta noche.
— Así es —dijo Zaid, incómodo—. Sólo será esta vez, ya que es la despedida de las chicas.
— Bien, nos alegra que salgas a divertirte —James sonrió—. Cualquier cosa llaman a mis padres.
— Sólo esperaron a que cumpliéramos dieciocho y ya nos están abandonando.
— Agradezcan el que no pueda tener más hijos, porque entonces los estaríamos dejando en el olvido —dijo Lucas, guiñándoles un ojo.
— Gracias al señor que no seguiste la tradición de esta familia en tener cinco hijos —murmuró Alex, entre dientes—. Como Zaid va con nosotros podemos llegar en la mañana...
— Los quiero aquí a las doce ni un minuto más —dijo Edward, interrumpiendo a su hijo y éste gruñó.
— Está bien, papá —rodó los ojos—. Tengo que ir a poner reluciente a Zaid, así que permiso y disfruten de su noche.
El mencionado miró a sus padres buscando una salida de ese problema, pero no encontró nada.
*****
Zaid mordió su labio mirándose en el espejo de cuerpo completo de su habitación. Se veía tan raro a su parecer que temía que esa persona que estaba en el espejo fuese él, pero de otra vida. Su hermano Alex estaba vestido de la misma forma que él, con la única diferencia de que el color de su vestimenta era diferente y además el peinado.
— Te ves hermoso, Zaid —dijo Alex, colocándole una cadena de oro con las iniciales
Z.H.J— .Ahora si estas como toda una princesa.— Me siento tan raro —sacudió la cabeza—. No creo que esto sea buena idea.
— Claro que lo es —Alex sonrió, acomodando el cabello de Zaid—. Nadie sabrá que eres un chico y además, luces hermoso.
— Muchas gracias —dijo apenado—. Estoy nervioso, ¿Y si mi cola se sale de la ropa? ¿Y si alguien se da cuenta de que tengo dos cosas aquí abajo en lugar de una?
— Nadie se dará cuenta —negó con la cabeza—. Sólo coquetearás un poco y si algo se sale de control, nosotros estamos aquí para ayudarte.
Zaid asintió no muy convencido, estaba seguro de que sería un caos el salir de fiesta ese día.
El lugar donde sus hermanas iban a celebrar su despedida estaba repleto, había personas haciendo fila para poder entrar. Jade ya conocía al guardia que estaba en la puerta, sólo tuvo que guiñarle un ojo y ya estaban dentro del local.
Alex, rodeó la cadera de su hermano, al verlo tan perdido dentro del lugar. Parecía un perrito mojado mirando a todas las personas bailar. Lo apretó más a su cuerpo cuando un hombre que estaba bailando con un grupo de personas le agarró las nalgas, tocando su cola brevemente.
— Al parecer el VIP está lleno de gente rica —dijo Aurora, haciendo un puchero—. Tenemos que sentarnos en uno de los sillones que están allí —señaló—. Fue lo único que pude reservar cuando llamé, por si no había VIP vacío.
— Está bien —dijeron todos, mirando hacia donde estaban los VIP.
— Aunque, puede que alguien nos vea y nos invite allí para ya saben...
— No voy a tener sexo con alguien sólo para subir allí arriba —dijo Zaid serio—. Y por favor, vámonos de aquí.
Alex apretó el cuerpo de su hermano contra el suyo y se abrieron paso entre las demás personas. Se sentaron y de inmediato recibieron bebidas cortesía de la casa.
— No puedo creer que estemos aquí después de todo contigo Zaid dijo Angie, bebiendo de su vaso—. ¡Al fin decidiste salir y tengo que decirte que te ves hermoso!
— Todo esto es gracias a Alex —besó la mejilla de su hermano, si no hubiese sido por él no estaría aquí vestido así.
— Creo que debemos de salir a bailar un rato —propuso Angie, colocándose de pie y caminando hacia la pista de baile.
Zaid miró sus pies, los cuales estaban acompañados de unos tacones, los cuales no lo ayudaban a tener la altura que deseaba. Por primera vez en mucho tiempo Zaid se dejó llevar por la música.
En el VIP, se encontraban los hermanos Blake miraban despreocupados a las personas que querían entrar a donde estaban ellos, lo cual era imposible esa noche. Mikhail estaba con el ceño fruncido mirando a un punto fijo de la pista de baile, su mirada no podía alejarse de la hermosa muchacha de cabello castaño y vestido coqueto que estaba bailando con la que parecía ser su gemela, con la única diferencia de que esta parecía ser más reservada.
Bruno a su lado soltó un silbido llamando su atención por completo, y alejando la mirada de ambas chicas.
— No me digas que ahora quieres ligarte a esa chica de allí —bromeó.
— No es para tanto —rodó los ojos—. Sólo tiene que mirarla, es hermosa y coqueta.
— ¿Cuál de las cinco es? —dirigió su vista hacia donde estaban cinco chicas bailado sin acompañantes del sexo contrario.
Mikhail señaló y su hermano alzó las cejas impresionado, estaba casado, pero no casto y mucho menos dejaría pasar una oportunidad como esa para tirarse a alguien. Además, su esposa no se enteraría nunca de algo como eso.
Le contó a su hermano lo que tenía que hacer y éste asintió gustoso.
Los chicos después de durar varios minutos bailando, fueron a sentarse otra vez, menos las trillizas, las cuales se fueron con unos amigos.
— Era de esperarse que nos dejaran solos —Zaid bufó, y se quitó los tacones, luego subió sus pies sobre el regazo de su hermano—. No me gustan los tacones —hizo un puchero—. Dame un masaje.
— Te daré un masaje cuando estemos en la casa, no aquí —quitó los pies de su regazo.
— Buenas noches —un camarero llegó hacia donde estaban ellos con una botella en las manos—. Me han pedido que le entregue esto a la señorita.
— ¿A cuál de las dos? —preguntó Alex, con el ceño fruncido—, ¿Y quién mandó esto?
— A ambas —corrigió, con una sonrisa ensayada—. No puedo decir sus nombres, pero dejaron dicho que si desean, pueden subir al VIP, solo deben de decir sus nombres para que los dejen pasar.
— Está bien, muchas gracias... —dijo Zaid, confundido.
Alex abrió la botella sin esperar y le brindó a su hermano. Zaid estaba por negarse, pero se dio cuenta de que estaba llamando la atención de alguien por primera vez en su vida.
En cuestión de media hora la botella estaba vacía, sin una sola gota de alcohol. Zaid hizo un puchero gracioso cuando intentó seguir bebiendo de la misma. Bufó enojado, y luego miró a su hermano, quien entendió el mensaje. Estaban por colocarse de pie, pero dos personas se sentaron a cada lado, impidiendo sus pasos.
— ¿Por qué se van tan rápido? —preguntó el hombre, que estaba al lado de Alex—. Si apenas acabamos de llegar.
— Estábamos solas y bien —Zaid se puso de pie, saliendo del agarre del hombre que se sentó a su lado, ya que este comenzó a tocarlo—. Nosotras nos vamos.
— Pero miren nada más, si tienes la voz de un chico afeminado — Zaid dio pasos hacia atrás cuando éste se puso de pie.
— Tu hermana no parece tener mucha resistencia —dijo el otro, colocando su mano muy cerca de la zona íntima de Alex.
— ¡No me toques! —gritó Alex, colocándose de pie y llamando la atención de algunas personas que estaban cerca de ellos—. No me pongas tus asquerosas manos encima o no respondo de lo que haga.
— Wow, me gusta que tengan agallas —lo agarró por la cadera—. Espero que también seas así en la cama.
— ¡Y una mierda! —tomó la botella vacía y se la pegó en la cabeza—. ¡Y si me vuelves a poner otro dedo te cortaré lo que te hace hombre!
— ¡Hija de perra! —el hombre se llevó una mano a la cabeza—. ¡No te la acabas conmigo por esto!
Intentó volver a tocarla, pero Zaid le tiró los vasos que estaban vacíos en el rostro, antes de que el otro hombre lo agarrara por detrás, impidiendo que se moviese de su lugar. Las personas no parecían darse cuenta de lo que estaba pasando en ese punto fijo de la discoteca, estaban tan bebidos que no tenían idea de lo que pasaba.
Zaid se removió buscando la forma de ayudar a Alex a salir de aprieto, pero le era imposible y más aún cuando él era mucho más débil que el hombre que lo tenía sujetado.
De un momento a otro fue liberado de forma brusca, y si no fuese por unos fuertes brazos que rodearon su cuerpo se hubiese caído con todo contra el piso.
— Al parecer la señorita no quiere que la tenga agarrada, ¿No?
Y Zaid se sintió seguro en sus brazos.
El cuerpo de Alex fue jalado hacia atrás, chocando con el fuerte pecho de un hombre que hasta su olor era delicioso. No pudo contener la desfachatez de sentir unpoquitoel paquete del hombre. Al sentir semejante musculatura en su trasero. El chico se golpeó mentalmente, y se alejó rápido de él.— ¿Es qué todos los hombres quieren meterme mano? —entrecerró los ojos, hacia el hombre que lo había agarrado—. Alejen sus asquerosas manos de mí.— ¡Oye! — El tipo se cruzó de brazos — Te estamos salvando.— Tenía todo bajo control —también se cruzó de brazos—. No sé
Alex se cruzó de brazos mirando las calles iluminadas de la gran Bretaña, su hermano Zaid al fin esa noche dejaría de ser virgen, y se sentía como si él fuese la madre orgullosa de que sus hijos lograron algo. El tipo que estaba a su lado, después de salir del club comenzó a notarse tenso y ni hablar de que cada vez que Alex se giraba para verlo, éste se ponía más nervioso.— Bien, suelta la sopa —dijo en cuanto se detuvieron en un semáforo—. Sé muy bien que sabes que soy un vivo.— ¿Qué?— So —rodó los ojos—. No te hagas el estúpido, por el amor de Dios, sé que tu hermano también lo sabe. Por lo que sospecho que me llevarás a un lugar donde na
Zaid apretó la camisa de Bruno en cuanto éste comenzó a acariciar sus piernas hasta posarse en medio de estas. Pensaba que ningún hombre lo tocaría de esa forma, siempre pensó que cuando eso sucediera sería en un lugar especial. Nunca en un club.En un movimiento ágil, Zaid quedó sobre la mesa donde estaban las bebidas. El zorro lo miró sin entender lo que pretendía hacer, hasta que levantó su vestido y entró la cabeza entre sus piernas, bajando su ropa interior hasta sus tobillos, seguido de eso, quitándola de su cuerpo.Bruno estaba realmente sorprendido con lo que estaba viendo. Era cierto, en lugar de sentirse asqueado por ver las partes íntimas de Zaid, se vio hipnotizado por las mismas. Colocó de forma correcta sus manos en los muslos del chico,
Zaid rodeó con su cola el cuerpo de Bruno cuando una de las embestidas lo sacudió por completo logrando que su cabeza casi diera de lleno con la cabecera de la cama.— No cierres los ojos... —ordenó Bruno, sin dejar de embestirle—. Tus ojos son hermosos y encantan —besó castamente sus labios, dejando que la cola intrusa se envolviese alrededor de su cuerpo.El chico le sonrió de forma cansada, tenían bastante rato haciéndolo que estaba seguro de que no podría caminar en mucho tiempo si seguía así. El sudor que caía sobre su cuerpo era el vivo ejemplo de que Bruno estaba haciendo mucho esfuerzo en no correrse de una vez por todas.Pero Bruno sabía que el chico debajo de su cuerpo estaba realmente cansado y m&aa
Alex se coló en la habitación de su hermano, ya que éste tenía dos días completos sin salir de dicho lugar. Le parecía extraño el que anduviese por los alrededores. Al no recibir respuesta de su hermano al llamarlo y sólo escuchar sus sollozos le pareció extraño, ya que en la cena se notaba callado y no participaba, las respuestas que le daba a su padre, eran cortantes.— ¿Zaid? —llamó, acercándose a la cama—, ¿Estás bien?— Quiero estar solo —se limpió las mejillas.— Hey, cuéntame —se sentó a su lado, pasando una de sus manos por el cabello del chico—. Estás apagado desde ayer, después... Zaid se despidió de su padre con un beso en la mejilla y alzó ambas cejas al ver el semejante edificio que tenía enfrente. Al menos no estaría comenzando a trabajar en el último piso de ese lugar. Fue hacia recepción donde estaba un chico hablando sin pausas por un teléfono de bluetooth.El chico lo miró de arriba hacia abajo, y le señaló la puerta detrás de él. Zaid asintió, ajustando su mochila a su hombro y entró donde le decía, había un grupo de estudiantes de la misma escuela que él, esperando que le tiraran la foto para el carnet de estudiante que pedían en ese lugar.Cuando llegó su turno pensó que quizás no podía mostrar la mínima sonrisa, por lo que el sujeto que estaba encargado de hacer los cCapítulo 7.
Bruno pasaba las yemas de sus dedos por la espalda del chico de forma distraída, sabía que éste estaba a nada por quedarse dormida encima de él, pero debía de sacarlo de su ensueño. El chico era de esos que cumplían las reglas al pie de la letra, y eso era algo que le gustaba y que haría lo que fuese para quitar eso de él.Era oscuro, aunque en esa época del año las cosas cambiaban, no podía ser más de las siete de la noche, lo único que cubría sus cuerpos era una sábana de seda fina, y estaba sobre el cuerpo de Zaid.No podía creer que había conseguido más de lo que esperaba de ese chico, pensó que quizás éste se negaría, pero por lo que había visto el chico quería con demasía su t
— ¿A quién le diste tu virginidad, Zaid? —la voz de su padre Lucas, le hizo dar un salto sobre la cama—, ¿Tu hermano tuvo que ver en eso?— ¿Qué estás diciendo, mamá? —se sentó en la cama, completamente nervioso.— El sábado cuando llegamos tus padres y yo olías muy fuerte ab una fragancia masculina en todo tu cuerpo y más aun a sexo recién hecho —se cruzó de brazos—. Soy un híbrido igual que tu, Zaid, no te confundas.— En verdad...— La ropa que está en el cesto de ropa no es tuya y tampoco de Alex —se colocó frente al menos, aun manteniendo su posición—. No me mientas, Zaid &mdash