Bruno llamó un sin número de veces al teléfono de Zaid, pero sonaba fuera de cobertura.
No podía dejar de ver el video, nunca lo vio llegar por parte del menor, se veía tan entregado en el momento que no le pareció extraño que su comportamiento haya acabado tan rápido.
Le dio una última mirada a la casa, y emprendió el viaje hacia su casa. Sus manos estaban temblorosas, las mismas palabras que no se atrevió a decirle a Zaid en su momento estaban en su boca.
No sabía si debía de ir con su hermano o esperar un poco más para pedirle ayuda, ahora que había dejado al lado su noviazgo por Alex. Sus ojos se elevaron al cielo al ver el carro de su esposa en la casa, ni siquiera podía deshacerse de ella.
Mikhail limpió las lágrimas de Xander, mientras caminaban hacia la casa de sus abuelos, mejor dicho los padres de Alex. Había pasado un mes completo desde que había iniciado una relación formal con el promiscuo, que le parecía mentira que su paciencia estuviese intacta y que cumplió lo que se propuso al momento de decirle que no iban a tener sexo de forma seguida.Alex se había mudado poco a poco a su casa, hasta que parte de su ropa y la de Xander estaban allí, que ahora le pertenecía a ellos también.Sabía de la reputación que tenía esa familia, que eran de muchas armas tomar y que podían matarlo si decía algo fuera de lugar. Pasó saliva cuando los vio en la entrada de la casa y frunció el ceño, no se esperaba que fueran tres.
Bruno salió de su oficina después de otro largo día de trabajo, estaba decidido a hablar con su hermano Mikhail después de tantos meses. Y más aún si se iba a casar con ese chico que cada vez que lo veía se ponía a llorar porque le recordaba a Zaid en todos los sentidos, ¡Eran gemelos! Y el ver a Alex en cada revista o periódico le daba envidia de una forma que no podía descifrar.Apestaba miserablemente a alcohol, la empresa iba cuesta abajo, y ni hablar de la firma de abogados. Le dijo a su chofer que podía irse a su casa sin problemas, que después lo llamaría para pagarle la mensualidad.Fue en busca de su hermano, sus padres lo habían llamado para que lo hiciera recapacitar de haber roto el compromiso con Fabiola, pero ya estaba harto de que ellos vivan l
Alex estaba esperando que Mikhail llegara a la casa, pero el mayor nada que llegaba y tampoco contestaba sus llamadas ya se le estaba terminando la paciencia, que el pervertido ese no contesta.Empezó a andar de un lado a otro, habían quedado de cenar con su hermano hoy; Mikhail sabía cuánto detestaba él que lo dejaran plantado. Su teléfono sonó haciendo que dejara de pensar en qué hacer para vengarse después.Apenas vio que era a quien estaba esperando hace más de una hora.— ¿Es enserio, Mikhail? Me dejaste plantado ¿Dónde mierdas estás?— Alex, no estoy con ganas en estos momentos de escuchar tus reclamos —dejó salir un suspiro— En verdad lo
Días más tarde, Bruno ya podía moverse con normalidad. Con ayuda y paciencia de Zaid, sus piernas se movieron, aunque caminara cojeando, ya era un avance. Había sentido a su hija moverse, patear su mano con fuerza cada vez que le hablaba, se detenía cuando el menor se lo pedía porque le dolían las costillas.— ¿Crees poder salir hoy sin caerte? —preguntó Zaid, recogiendo la ropa que estaba sobre el mueble—. Tu hermano dijo que pueden sacarte sin problemas.— Si, lo sé —se bajó de la cama—. Ya deseo salir de aquí, detesto estar encerrado.— Lo sé —le dio un casto beso en los labios—. Tampoco me gustan los hospitales, la sangre me parece asquerosa. Luego de aquel video filtrado los padres de Alex y Zaid hicieron de todo un poco para poder sacar de los medios las fotos y el vídeo de su hijo. El cual hizo que los híbridos se dieran a conocer que ya no se escondieran más.Noah junior tenía un plan perfecto para poder acabar con el escándalo de los híbridos, un desfile de modas, su tío Jedward se le unió, pero no expondría sus modelos, todo lo contrario. Buscó los medios necesarios para que todas las cámaras estén sobre ellos.Pero, eso no era lo más importante, a las afueras de la ciudad, se encontraban dos mujeres amordazadas de manos y pies, lo único que tenían libre eran sus bocas.Ellas estaban realmente asustadas, no sabían cómo habíaEpílogo.
Zaid nació con cualidades físicas que le llevaron de a poco a cambiar su forma de ser, siendo algo que no le gustaba. Nada del otro mundo, sin prestar atención de que en verdad era un niño que nació con Hermafroditismo en su cuerpo, y que también es un híbrido.Tiene cuatro hermanos, tres mujeres que decidieron irse a otro lado, para explorar nuevas cosas y oportunidades. Quedando solamente él y su hermano Alex, quien también es un híbrido.Apenas son unos adolescentes que desean terminar la escuela con buen pie, y que mejor forma que hacer las pasantías en lugares y personas diferentes.Mientras que Alex se la pasa metido durante tres meses en un hospital, donde conoce a un doctor que pondrá su mundo de cabeza, llamado Mikhail Black.Y su hermano Zaid, decide pasar esos tres meses, trabajando con Bruno Black.Sus horarios son escasos, es hacer todo mientras est&aac
— No —dijo Zaid, caminando hacia la salida de la escuela—. Imposible que haga algo como eso.— Oh, vamos —Jade pateó el suelo—. Hazlo por nosotras, es nuestra última noche aquí antes de que viajemos a Canadá.— Ya dije que no —se cruzó de brazos—. No voy a salir de la casa.— Tienen dieciocho años y no salen de la casa —dijo Aurora, cruzándose de brazos—. A veces pienso que Zaid se morirá virgen y casto.Zaid no dijo nada más, sus labios se movieron, pero prefirió mantenerse callado. Suspiró, saliendo del recinto y llegando hacia la camioneta que siempre los iba a buscar a la salida de la escuela. Angie le dio un golpe en la
El cuerpo de Alex fue jalado hacia atrás, chocando con el fuerte pecho de un hombre que hasta su olor era delicioso. No pudo contener la desfachatez de sentir unpoquitoel paquete del hombre. Al sentir semejante musculatura en su trasero. El chico se golpeó mentalmente, y se alejó rápido de él.— ¿Es qué todos los hombres quieren meterme mano? —entrecerró los ojos, hacia el hombre que lo había agarrado—. Alejen sus asquerosas manos de mí.— ¡Oye! — El tipo se cruzó de brazos — Te estamos salvando.— Tenía todo bajo control —también se cruzó de brazos—. No sé