— ¿A quién le diste tu virginidad, Zaid? —la voz de su padre Lucas, le hizo dar un salto sobre la cama—, ¿Tu hermano tuvo que ver en eso?
— ¿Qué estás diciendo, mamá? —se sentó en la cama, completamente nervioso.
— El sábado cuando llegamos tus padres y yo olías muy fuerte ab una fragancia masculina en todo tu cuerpo y más aun a sexo recién hecho —se cruzó de brazos—. Soy un híbrido igual que tu, Zaid, no te confundas.
— En verdad...
— La ropa que está en el cesto de ropa no es tuya y tampoco de Alex —se colocó frente al menos, aun manteniendo su posición—. No me mientas, Zaid &mdash
Alex se marchó del hospital desde que tuvo la oportunidad de hacerlo, no volvió el resto de la semana, se reportó enfermo. Le valía un pepino el no tener la nota que necesitaba, no le importaba que la novia de Mikhail no saliese del hospital... estaba mintiendo miserablemente, porque llamaba tres veces en las tardes para saber si el mayor estaba solo, pero le daban la misma respuesta.Por otro lado, Mikhail no podía negar que extrañaba que el menor no anduviese de promiscuo a su alrededor. Había tenido el sexo con su prometida, pero no en el consultorio como lo había hecho con Alex, no sabía cómo explicarlo, pero extrañaba al niño pervertido.En ese momento había quedado con su hermano otra vez, pero esta vez en un club más "privado" aunque eso último lo dud
Alex miraba con los ojos entrecerrados a Mikhail, su cabello corto y recogido en un moño que prácticamente estaba desordenado fue el causante de muchas miradas indiscretas.El menor cruzó sus piernas y luego sus brazos, viendo como el mayor también lo observaba con ojos calculadores y frívolos. Sabía que si hablaba éste se pondría a la defensiva y más aún si se trataba de su novia la lesbiana, la cual se encontró extremadamente raro el que no estuviese cerca.— ¿Nos vamos a quedar aquí toda la noche? —tomó la copa que el mayor de dejó en la mesa para él—. No tengo el deseo de perder el tiempo para estar contigo y menos...— ¿Puedes dejar de decir cosas estúpidas
Alex, había pedido un sin número de veces un traslado a otra área, pero Mikhail les había pedido que no lo hicieran, ya que el chico tenía que estar cerca de él, por órdenes de la escuela. Mentira, fue todo lo que pensó Alex.Todavía recordaba los azotes que su trasero recibió, y deseaba matarlo. Lo miraba de lejos, y sus ganas de estrangularlo no se iban. Mikhail estaba consciente de que el chico tenía ganas de querer matarlo con cada paso que daba, por lo que optó por llevarlo a una de sus rondas en el área de pediatría, donde había niños en grados críticos.— Llevas más de una semana sin hablar conmigo, no vienes a las pasantías y ahora que estamos en una área concurrida, te pones así —dijo Mikhail, to
Zaid pasó saliva, mirando a sus padres, luego a Max y por último a Bruno, quien no podía quitar el rostro de asombro al verlo entrar de esa forma tan dramática a la sala de reuniones. Ya se le hacía extraño el que ellos estuviesen encima de él durante los últimos días, que su padre Lucas esté regañándolos por cualquier cosa que hicieran.Todo su cuerpo se encontraba tenso y sin deseos de continuar con todo. Con pasos vacilantes extendió su mano hacia Max, y éste tomó el dispositivo.— Lamento haber entrado de esa forma —sus mejillas estaban rojas—. Es sólo que el señor Max dejó eso en mi cubículo...— ¿Por qué no se quedan con nosotros? —preg
Alex miró a Mikhail con los ojos agrandados, y sin poder creerlo todavía al escucharlo decir esas palabras.Su cabeza dolía horrores por el fuerte jalón de cabello que éste le dio para que entrara, por lo que estuvo a nada de gritarle, pero su mirada no se despegó de la de Mikhail por nada del mundo y mucho menos cuando se quitó la bata y el cinturón.— Mira —pasó saliva—. No sé qué demonios pretendes hacer, pero si es por el golpe que te di...— No es sólo por eso —ladeó la cabeza—. Eres un niño muy mal hablado y tengo para decirte que por tu actitud debes de ser castigado.— ¿Castigado? —preguntó, incrédu
Alex mordió la uña de su dedo sin poder evitarlo, sentía que se desmayaría en el instante que su correo terminara de entrar a la red, en ese momento se preguntó qué demonios hizo en la vida para encontrarse con dos hombres que usaron el chantaje, el primero el chantaje emocional y el otro usaba sus cosas para hacerlo caer a sus pies.En cuanto el correo abrió, fue rápidamente al área de recibidos, viendo el más reciente que era de un correo que nunca había visto, ya que los demás, en su mayoría, eran de sus redes sociales, cosas de la universidad o de sus clases extras que tomó para acabar la secundaria.Observó la habitación, colocándose los audífonos para escuchar el audio del vídeo. Sus manos se movieron de forma inquietante mi
Zaid se sentó en el cubículo y se mantuvo a la espera de que algo pasara. Quedaban al menos unas horas para poder salir e irse a su casa. Durante el día se quedó a la espera de algún mensaje de Bruno desde que había llegado a la empresa, pero nada llegó. Se preguntó mentalmente qué había hecho mal, pero descartó esa idea en el momento que le llegó un mensaje de él, pidiéndole que suba.Un simple no, fue lo único que le mandó, no tenía caso el que el chico anduviese de perro faldero detrás de él. No tenía muchos deseos de hablar con Bruno porque sabía cómo terminaría todo, lo único que podía desear era sentarse frente a su computadora y llenar la solicitud de universidad. Lo pensó dos veces y mejor se puso a llenarla en su &aacu
Zaid estaba saliendo de la oficina de Bruno, ya un poco más sereno y caminaba de forma moderada, porque ni eso podía hacer sin que sus piernas temblaran. Caminó hacia el elevador y se encontró con Johan y Max, saliendo de su oficina.Le dio una pequeña sonrisa y siguió su camino.— ¡Zaid! —llamó Johan—. ¡Espera!— ¿Si? ¿Sucede algo? —presionó el botón del elevador.— No, para nada, es sólo que quería preguntarte si deseas tomar algo conmigo —jugó con sus dedos—. Es que Max estará un buen rato con Bruno en su oficina y me voy a aburrir solo en la casa.— No t