"El día llegó más rápido de lo que esperaba."
Liam murmuró mientras se acercaba a él y sostenía su corbata. La soltó y comenzó a arreglarla. "Sí, supongo. Pero tus padres se ven emocionados. Incluso tu papá." Sonrió y terminó el nudo antes de tirar y meter la corbata dentro de su saco. Presionó su mano sobre su pecho y lo miró a los ojos. "Andrew sigue mirándolo como si quisiera cortarle la cabeza, pero es un poco tarde parase eso."
"Sí." Su humedeció los labios antes de acunarle el rostro con una mano. Liam se inclinó en su toque de inmediato, sus ojos brillantes y claros contra la luz de la tarde. "Te ves hermoso."
"¿Solo hoy?"
Bajó la cabeza para darle un suave beso en los labios. "¿Te pusiste algo?" pasó su lengua sobre sus propios labios y lo miró a los ojos, poniendo sus manos sobre sus caderas flojamente.
"Un poco de bálsamo." Se veían un poco más rojos de los usual y sus ojos tenían un poco de sombra. "¿Te gusta?"
Alexander son
Alexander apartó la mirada de su recién abierta botella de vodka cuando escuchó el timbre de la puerta resonar en el apartamento. Suspiró y volvió a dejar la botella sobre la mesita de café antes de apoyar las manos sobre las rodillas y ponerse de pie. Frotó su estómago e hizo una mueca cuando sintió que un eructo subía por su pecho antes de explotar con fuerza. Tal vez no debió comer esa pasta antes de los pop tarts, o solo no comer los pop tarts.Abrió la puerta y parpadeó cuando no vio a nadie ahí. Asomó la cabeza hacia los lados afuera, pero el pasillo estaba completamente vacío, solo iluminando con las luces rojas que el dueño del edificio se había esmerado en poner para celebrar el día. Se encogió de hombros y dio un paso atrás para ver la caja envuelta en plástico, con un nombre desconocido.Confundido, s
Alexander por primera vez después de varias semanas, empezaba a sentirse como su viejo yo. Ya podía dormir mejor, también se dio cuenta de que sonreía más en el trabajo, incluso aceptó salir con Elle. Ella era bonita, tenía una suave voz y podía decir que realmente estaba interesada. Damian le dio un guiño cuando lo vio hablando con ella en el almuerzo. Era un idiota la mayor parte del tiempo, pero se alegraba de haberle prestado atención. Las puertas del elevador de abrieron y Alexander apretó los labios mientras salía, mirando a Liam besar a un chico bajo el marco de su puerta. Apartó la mirada y buscó sus llaves en los bolsillos, fingiendo que no los estaba viendo. Los sonidos húmedos de los besos le hicieron arrugar la cara mientras se paraba frente a su puerta. "Adiós," escuchó decir a Liam. Alexander metió la llave en la cerradura y estaba a punto de entrar. "Hey, ¿qué tal tu día?" Sonriendo de lado, Alexander lo miró. "De seguro no tan bien como
Liam estaba teniendo un mejor día ahora. Desde la semana pasada había estado buscando una persona extra para ayudar en la cafetería. Una chica consiguió el puesto y probablemente había sido la mejor opción, ahora estaba más tranquilo con todo el asunto del personal y las cuentas. Estaba revisando el libro de cuentas, tomando sorbos del nuevo café que estaban introduciendo a los clientes. Amargo, con un increíble aroma fuerte y duro. Con crema y azúcar era más que delicioso y suave al paladar. Levantó el pulgar hacia Rita, la chica nueva, que estaba esperando su respuesta. Presionó los labios juntos y le sonrió. "Es bueno." Ella suspiró. "Gracias. He estado rodeada de café casi toda mi vida por mi familia. Me alegro de que te gustara, Jefe. Le llevaré un vaso a Daniel mientras trabaja con las galletas." A Liam realmente le gustaba su trabajo, y le agradaban sus trabajadores. Eran buenos chicos con gran energía que podían transmitir a los clientes. Rita e
El primer sorbo al Martini le dio una rara sensación en la boca. Presionó los labios y tomó otro trago ligero mientras la música le hacía eco en los oídos. Habían llegado hacía apenas unos minutos y tuvieron suerte de encontrar un solo espacio en la barra, por lo que, tan caballeroso como siempre, Alexander se lo dio. La cosa era que como era el único espacio libre, Alexander se estaba presionando contra su espalda mientras bebía su whiskey. Liam sonrió alrededor del borde de su copa.Esto era ridículo.Alexander no entendía el concepto de amistad ni el de espacio personal. En otras circunstancias, le habría encantado tenerlo a su lado todo el tiempo, pero siendo amigos, esto era una tortura. Y había creído que con la conversación que tuvieron más temprano, Alexander pondría un poco de distancia entre ambos, pero parecía m&aa
Liam le sonrió al hombre que le sostuvo la puerta de ascensor cuando iba a entrar. El sujeto lo revisó de pies a cabeza por un momento, todavía sosteniendo la puerta con su mano, asintió y sonrió antes de irse por el pasillo del lobby. Liam suspiró, moviendo su cabello detrás de su oreja mientras la puerta se cerraba. Acaba de salir del trabajo, casi eran las seis de la tarde y estaba hambriento. Un martes ocupado, muchas órdenes y pedidos, una masa de clientes, pero estaba agradecido de que el negocio estuviera yendo bien. Al menos podía presumirle eso a sus padres en la cara.El ascensor se movió rápidamente hasta su piso, completamente vacío, solo él. Suspiró mientras salía, deseando que la tina de su baño estuviera lista y perfecta para él, mm, una copa de vino a un lado y velas aromáticas. Perfecto.Miró hacia la puerta
Alexander tomó un sorbo de su café mirando a la nueva pareja comprometida. Su hermana mayor, Jenn, y su novio, Adam. Eran la típica pareja que olvidaba que habían personas frente a ellos. Ella estaba casi metida en su regazo, mientras que Adam la cubría como un ave con su ala. Ni siquiera quería saber qué estaba susurrándole. Alexander suspiró y miró por la ventana a la concurrida calle afuera de la cafetería. Sí, él los había citado, para felicitarlos por su compromiso, pero al menos esperaba que hablaran con él. La cena que tuvieron una semana atrás en casa de sus padres fue divertida, aunque la tensión entre su padre y los novios de sus hermanas no fue tan divertida. En todo caso, su otra hermana, Lisa, se iba del país a trabajar y su novio la seguiría. Así que su padre no estaba tan feliz. Todo pasando en la misma semana lo puso de mal humor. Andrew también lo estaba, pero Alexander no veía el problema. Si eran felices, qué importaba. Miró otra vez a
El siguiente martes, Alexander sacudió su cabello fuera de sus ojos, había comenzado a crecer y también a volverse molesto. Se había cambiado de ropa y estaba saliendo de su apartamento con una bolsa de comida de un restaurante italiano. No había llamado a Liam para preguntarle si estaba libre, pero solo sentía que podía ir y compartir la cena como cualquier otra noche. Se había vuelto algo tan familiar y agradable que ahora le era aburrido comer solo. Con Liam, incluso el silencio, era cómodo mientras veían alguna serie o película.Golpeó dos veces con los nudillos y esperó por un momento hasta que la puerta se abrió. Liam le dio una corta mirada antes de darse la vuelta y seguir hablando por su teléfono. Sin decir una palabra, entró y fue hacia la cocina. Miró a Liam mientras éste se frotaba el cuello y tenía los ojos cerrados. Parec&iac
Sábado al mediodía, Liam estaba sentado frente al mostrador de la cafetería, revisando su libro de recetas. Se frotó los ojos y bostezó con cansancio. Había dormido apenas un par de horas por estar viendo una serie de asesinatos. Alexander era, al parecer, un aficionado a esos documentales y arrastró a Liam a verla con él. Fue interesante, por eso el tiempo se fue tan rápido y cuando se dio cuenta eran las cuatro de la mañana. Durmió en el apartamento de Alexander hasta que fueron las seis y tenía que abrir la cafetería. Alexander seguía dormido cuando se despertó así que se deslizó en silencio del apartamento. Ahora casi se arrepentía. Tenía grandes problemas para concentrarse en leer y prestar atención a las palabras. Rita se compadeció del él y le preparó un latte cargado. "Gracias," dijo con una sonrisa mientras alcanzaba el vaso. Ella sacudió la cabeza. "Está bien. Te ves cansado hoy. Deberías regresar pronto, puedo cerrar." "Solo estaré un rato