El siguiente martes, Alexander sacudió su cabello fuera de sus ojos, había comenzado a crecer y también a volverse molesto. Se había cambiado de ropa y estaba saliendo de su apartamento con una bolsa de comida de un restaurante italiano. No había llamado a Liam para preguntarle si estaba libre, pero solo sentía que podía ir y compartir la cena como cualquier otra noche. Se había vuelto algo tan familiar y agradable que ahora le era aburrido comer solo. Con Liam, incluso el silencio, era cómodo mientras veían alguna serie o película.
Golpeó dos veces con los nudillos y esperó por un momento hasta que la puerta se abrió. Liam le dio una corta mirada antes de darse la vuelta y seguir hablando por su teléfono. Sin decir una palabra, entró y fue hacia la cocina. Miró a Liam mientras éste se frotaba el cuello y tenía los ojos cerrados. Parec&iac
Sábado al mediodía, Liam estaba sentado frente al mostrador de la cafetería, revisando su libro de recetas. Se frotó los ojos y bostezó con cansancio. Había dormido apenas un par de horas por estar viendo una serie de asesinatos. Alexander era, al parecer, un aficionado a esos documentales y arrastró a Liam a verla con él. Fue interesante, por eso el tiempo se fue tan rápido y cuando se dio cuenta eran las cuatro de la mañana. Durmió en el apartamento de Alexander hasta que fueron las seis y tenía que abrir la cafetería. Alexander seguía dormido cuando se despertó así que se deslizó en silencio del apartamento. Ahora casi se arrepentía. Tenía grandes problemas para concentrarse en leer y prestar atención a las palabras. Rita se compadeció del él y le preparó un latte cargado. "Gracias," dijo con una sonrisa mientras alcanzaba el vaso. Ella sacudió la cabeza. "Está bien. Te ves cansado hoy. Deberías regresar pronto, puedo cerrar." "Solo estaré un rato
Alexander abrió la puerta de su antigua habitación y bajó las escaleras hacia la cocina. La noche anterior, después de que Liam se fuera, él regresó a su apartamento y acomodó algunas cosas en una mochila antes de ir a la casa de sus padres. Ellos jamás se deshicieron de las cosas que habían dejado en sus habitaciones, diciendo que iban a regresar en algún momento otra vez. Y era agradable.Sus padres tenían una casa grande y amplia. Ellos habían estado en los negocios antes de conocerse así que podría decir que su familia era adinerada. La casa era la misma en la que crecieron, apenas algunos cambios y pintura nueva, pero seguía siendo el mismo hogar de su niñez.Escuchó varias voces mientras más se acercaba. Lisa estaba ahí, tomando el desayuno con sus padres. Su hermana mayor estaba usando ropa cara, así que supuso q
"Oye, viejo, feliz cumpleaños." Damian golpeó el muro de su escritorio. Tenía una enorme sonrisa en los labios mientras se apoyaba sobre el muro para ver. Chocaron puños. Alexander sonrió. "Gracias." "Entonces," el otro hombre levantó las cejas. "¿Planeas hacer algo hoy? ¿No cumples veinticinco? Tienes que celebrarlo, hermano." "Solo quiero descansar. No tengo planes." Era cierto. Era sábado, casi seis de la tarde y él estaba en la oficina todavía terminando un informe. Lo hizo para compensar el día que faltó para ayudar a su hermana a mudarse. Suspiró y revisó la hora en su reloj. Ya estaba por salir. "Solo iré a casa." Damian levantó las manos hasta los hombros. "¿Si yo invito? Hay un club genial a unas calles de aquí." "Solo déjalo." Apagó la computadora y organizó los archivos en las gavetas del escritorio. Se puso de pie y tomó su saco y maletín. "Pero gracias. Quizás otro día." "De acuerdo. Ten un buen fin de semana, al men
Liam golpeó la puerta de Alexander dos veces y esperó. Movió el cuello de su camisa un poco y exhaló. Estaba nervioso. Jodida mierda. Realmente estaba nervioso. Había dado tantas vueltas en su cabeza, tantos pensamientos de cómo esto podía arruinar su relación, algo podía salir mal o solo podían darse cuenta de que no eran tan compatibles como lo creían y caminarían en direcciones diferentes. Hasta que se dijo que tenía que dejar de pensar tan duramente.Quería que funcionara. Quería pasar tanto tiempo con Alexander como fuera posible. Quería estar con él. Y le asustaba. No podía recordar haber estado tan interesado en alguien. Su último ex y él no estaban tan relacionados emocionalmente, ahora podía estar seguro de eso. No fue nada parecido a como se sentía con Alexander. Ah, maldición. Los sentimientos eran co
"Hace calor." Alexander se rió. "Eso sucede en verano." Le tendió una botella de agua fría y se sentó en el borde de su silla mirando hacia el lago donde sus hermanos estaban nadando. Llevaba puestas gafas de aviador, sin camiseta y con bermudas con estampados de piñas. Se veía como su próxima comida. Liam sonrió para sí, tomando un trago de agua. "¿No piensas entrar al agua? Está fría." "Quisiera ayudar a tus padres con la comida, en realidad." "Ya te dijeron que no." Alexander sonrió y le dio una palmada en la pierna antes de comenzar a frotarla lentamente. "¿Emocionado por impresionar a tus suegros?" Sonrió, sabiendo que él estaba disfrutando esto. "No. Solo quiero ayudar." "Mamá nunca te dejaría." Se ajustó las gafas oscuras y apretó los dientes, girando la vista hacia él. "Tu mamá... ella estaba mirándome cuando llegamos." "¿A qué te refieres?" "Mm." Se frotó el torso y ladeó la cabeza. "Como si quisiera preg
Liam se quejó mientras empujaba la cara contra la suave almohada. Su boca sabía horrible, pero no había dolor de cabeza ni nauseas. No estaba seguro de si eso era bueno o no. Se movió hasta que sus pies colgaron fuera de la cama y se dirigió al baño rápidamente para limpiarse. Tomó una ducha y se cepillo los dientes, haciendo una mueca al ver las ojeras bajo sus ojos. Parecía un desastre. Alexander realmente limpió su maquillaje. Sonrió con suavidad. Eso fue tierno de su parte. Se secó rápidamente y volvió a la habitación. Alexander estaba dormido sobre su estómago. Su rostro descasaba sobre la almohada con una pacífica expresión. Liam se metió a la cama nuevamente y se pegó a él, dando suaves besos sobre su rostro. Eran pasadas de las diez de la mañana. Ellos tenían que reunirse con la familia y después salir hacia la ciudad otra vez. Ambos tenían trabajo el día siguiente y tenían que descansar un poco. "Despierta." Deslizó sus manos sobre la amplia espa
"¿Quieres comer algo?"Alexander dejó el libro que estaba leyendo a un lado y miró a su hermana. Ella lo veía todavía con esa mirada de lástima y su voz era suave, como si estuviera tratando con un animal abandonado. Se frotó la nariz y asintió. "No tienes que cocinar para mi, lo sabes.""No me molesta. Además, tengo tiempo libre." Se apoyó contra el marco de la puerta de su habitación y miró alrededor antes de chasquear los labios. "¿Qué harás hoy?""Solo estaré leyendo por el resto de la tarde. Pero voy a salir en la noche."Lisa lo miró fijamente antes de asentir. "Está bien." Sus miradas se encontraron por un momento, pero ninguno dijo nada. "De acuerdo. Puedes salir en cualquier momento a comer.""Gracias."Cuando ella se fue, cerrando la puerta detrás de sí, Alexander lanzó el libro sobre su
"El día llegó más rápido de lo que esperaba." Liam murmuró mientras se acercaba a él y sostenía su corbata. La soltó y comenzó a arreglarla. "Sí, supongo. Pero tus padres se ven emocionados. Incluso tu papá." Sonrió y terminó el nudo antes de tirar y meter la corbata dentro de su saco. Presionó su mano sobre su pecho y lo miró a los ojos. "Andrew sigue mirándolo como si quisiera cortarle la cabeza, pero es un poco tarde parase eso." "Sí." Su humedeció los labios antes de acunarle el rostro con una mano. Liam se inclinó en su toque de inmediato, sus ojos brillantes y claros contra la luz de la tarde. "Te ves hermoso." "¿Solo hoy?" Bajó la cabeza para darle un suave beso en los labios. "¿Te pusiste algo?" pasó su lengua sobre sus propios labios y lo miró a los ojos, poniendo sus manos sobre sus caderas flojamente. "Un poco de bálsamo." Se veían un poco más rojos de los usual y sus ojos tenían un poco de sombra. "¿Te gusta?" Alexander son