El primer sorbo al Martini le dio una rara sensación en la boca. Presionó los labios y tomó otro trago ligero mientras la música le hacía eco en los oídos. Habían llegado hacía apenas unos minutos y tuvieron suerte de encontrar un solo espacio en la barra, por lo que, tan caballeroso como siempre, Alexander se lo dio. La cosa era que como era el único espacio libre, Alexander se estaba presionando contra su espalda mientras bebía su whiskey. Liam sonrió alrededor del borde de su copa.
Esto era ridículo.
Alexander no entendía el concepto de amistad ni el de espacio personal. En otras circunstancias, le habría encantado tenerlo a su lado todo el tiempo, pero siendo amigos, esto era una tortura. Y había creído que con la conversación que tuvieron más temprano, Alexander pondría un poco de distancia entre ambos, pero parecía más... pegajoso ahora.
"¿Deberíamos ir al centro?"
Giró su cabeza hacia atrás, mirándolo de reojo mientras balanceaba su copa. "Si hay alguien que te interese, deberías ir tú solo."
"Lo sé, pero aún así, vinimos a divertirnos, una noche de relajación." Su aliento le golpeó su oreja cuando habló. "No te dejaría solo aquí."
Liam le pidió otro Martini al bartender antes de girarse en su silla, al menos consiguió poner un poco de distancia entre ambos. El lugar estaba demasiado lleno, a donde mirara había alguien haciéndolo en una esquina o en la pista de baila, otros solo estaban tomando en sus mesas. Había una mesa donde unas chicas estaban mirando en su dirección. Obviamente ellas estaban mirando a Alexander desde allí y claramente estaban interesadas. Liam miró a Alexander, mirándolo de pies a cabeza. ¿Cómo podría no notar que Alexander se veía como una promesa de buen sexo y un sueño húmedo? El hombre exudaba masculinidad pura, y se veía sexy como el infierno.
Suspiró mientras veía al bartender acercarse con el trago en su mano. Le sonrió y le dio un guiño, apoyándose en la barra. "Hey."
"Hey," dijo, mirándolo a los ojos. Musculoso, brazos llenos de tatuajes y una pinta de chico malo. Liam sonrió mientras bebía un poco de su Martini. "Está perfecto."
"Solo lo mejor para lo mejor." Estiró su mano hacia él, vaya, incluso tenía tatuajes en las manos. Siempre consideró los tatuajes sexys, el resto de él también lo era. "Rhys. ¿Cuál es tu nombre, lindo?"
"Liam." Rhys no soltó su mano tan pronto.
Sonrió encantadoramente. "¿Estás solo, Liam?"
Miró de reojo a Alexander antes de inclinar la cabeza. "Estoy soltero, si es lo que estás preguntando."
"Eres una sexy cosita, ¿no es así?" Se rió mientras le daba un toquecito en la barbilla con un dedo. Buscó algo con su otra mano antes de deslizar un papel sobre la barra hacia él. "Puedes llamarme cuando quieras. Solo dime que eres tú. Incluso si quieres hacer algo más tarde, solo avísame." Le dio un guiño antes de irse al otro lado de la barra.
Cuando se giró, Alexander estaba mirándolo fijamente, su mandíbula visiblemente tensa. Liam suspiró, apoyándose en la barra para mirarlo también. "¿Qué?"
Sacudió la cabeza y miró el trago en su mano antes de terminarlo. Hizo una mueca y siseó dejando el vaso sobre la barra. "Nada. Solo... " se rió pasándose una mano por el cuello, mirando a un lado antes de apoyar los codos sobre la barra y mirarlo. "Creo que es el quinto tipo que he visto coquetear contigo."
"Es solo coqueteo, muy inofensivo." Guardó el papel en el bolsillo de sus skinny jeans negros y sorbió su Martini. Alexander lo estaba mirando todo el tiempo y parecía realmente incómodo. Liam jaló el borde de su camisa azul oscuro haciendo que lo mirara. "Tienes que dejar de hacer eso. Sino..."
"¿Sino qué?"
Liam se lamió los labios mirándolo intensamente, sintiendo su corazón correr más rápido. "Sino voy a besarte en cualquier momento por provocarme."
Esperaba que Alexander se riera y bromeara al respecto, pero jamás lo hizo. Miró a Liam con la misma intensidad, siguiendo el movimiento de su lengua sobre los labios. "Esto no es normal, ¿cierto?" Se acercó a él hasta que estuvieron a unos centímetros de distancia. Liam sentía que estaba viendo a otra persona. Este Alexander parecía estar dispuesto a empujarlo sobre la barra. Su pene estaba completamente dispuesto a aceptarlo, solo la idea le causó una corriente de electricidad por el cuerpo. "Sé que te molesta cuando hablo de mis citas y también parecía que querías ir con esas chicas y arrancarles la cabeza." Sonrió de lado. "Eres igual a mi."
Liam se rió mientras asentía. "Tenemos que arreglar eso si queremos seguir siendo amigos. Si seguimos de esta manera ninguno de los dos podrá tener una relación normal otra vez."
Alexander no dijo nada, solo sonrió y dio un paso atrás. Liam bebió el resto de su Martini, moviendo la cabeza al ritmo de la música.
***
El bartender regresó un rato después a donde ellos estaban, miró a Liam antes de darle un guiño y se dio la vuelta hacia los demás clientes. El tipo era grande, bastante intimidante y lleno de tatuajes y estaba intentando llevarse a Liam a la cama. No era tan difícil decirlo dado que desde el otro lado seguía dándole miradas.
Alexander presionó la lengua contra el interior de su mejilla mirando a la multitud. Hizo breve contacto visual con las chicas de la mesa a unos metros de ellos y le sonrió solo por amabilidad. No estaba interesado en ellas. Liam murmuró la canción moviendo la cabeza con ritmo, haciendo que sus pendientes plateados de una cruz se mecieran. La camisa negra con flores rojas apenas tenía los tres primeros botones abiertos que dejaba a la vista parte de su pecho, pantalones apretados en sus largas piernas y botas negras también. El cabello que usualmente estaba atado, ahora estaba colgando alrededor de su rostro dándole un aspecto bastante etéreo. Se veía sexy, no había otra forma menos dura que pudiera explicarlo.
Ni siquiera era solo el bartender quien tenía los ojos en él, mujeres, otros sujetos, también lo estaban mirando con hambre. Y le molestaba. Por un lado, solo querían tener sexo con él y la otra parte era la estúpida posesividad que había desarrollado por él. Se había dado cuenta, en el trayecto de su amistad, que reaccionaba distinto al estar cerca de él. Claro que le parecía atractivo, no simplemente un chico atractivo, ni siquiera cerca a "el chico bonito que vive a mi lado", no. No. Ahora era más profundo que eso. Más oscuro que eso.
Liam jamás debió decirle que le gustaba. Alexander habría estado más tranquilo sin saberlo, ahora solo sabía que estaban en las mismas condiciones. Y no mejoraba nada. Todavía lo quería como su amigo. Seguía sin ser gay, le gustaban las mujeres todavía. Era solo Liam.
"¿Quieres ir a bailar?" preguntó, mirando al bartender de reojo mientras se acercaba a ellos.
Liam dejó su copa sobre la barra mientras asentía. "Está bien."
Se pegó a su espalda, manos sobre las caderas para poder deslizarse entre la multitud. Empujó las manos de un tipo que intentó meterse entre ambos y lo miró fijamente antes de seguir adelante. Los clubes nunca fueron su idea favorita, pero seguía siendo un buen lugar al que ir. Liam comenzó a mecer la cabeza cuando finalmente se detuvieron, su pálido cuello quedaba al descubierto cuando su camisa se deslizó sobre su hombro. Alexander tragó con fuerza e inhaló la colonia que usaba, incluso su cabello olía bien, fresco y limpio.
No se dio cuenta, pero estaba rodeándolo con los brazos, ambos meciéndose contra el otro, la espalda de Liam contra su pecho mientras él tenía los ojos cerrados, la cabeza enterrada en la nuca de Liam, dejándose llevar por la música.
Apenas estaba consciente de su alrededor, un poco preocupado por tener una erección que estaba frotándose contra el trasero de Liam y la forma en que Liam inclinó su cuello hacia un lado. Alexander se sentía enfebrecido, un poco ido, y no era por el alcohol, apenas había tenido un vaso de whiskey y sí tal vez eso le ayudó a soltarse un poco. Pero nada de eso tenía que ver conque estuviera presionando los labios contra la pálida piel del cuello de Liam, besándolo castamente, solo necesitaba sentirlo...
Liam envolvió las manos alrededor de sus brazos y los apretó cuando Alexander se movió hasta besar el punto bajo su oreja. Liam murmuró algo, Alexander parpadeó lentamente antes de inclinarse para poder escucharlo.
"Si no vas a seguir esto hasta el final, detente aquí." Sonaba enojado, su voz tensa.
Alexander miró la pequeña marca que había dejado en el punto donde su cuello y hombro conectaban. "¿Qué harás, irte con el bartender?"
"Conseguiré a alguien que pueda darme lo que quiero."
Alexander presionó su entrepierna contra él, viendo la forma en que los labios gruesos y rojos de Liam se separaron. Sentía que su cabeza estaba nublada con deseo. ¿Cuánto había pasado desde que estuvo tan caliente por joder a alguien? Frotó su nariz en su cuello. "Puedo darte lo que quieres."
"Tú no eres gay," Liam gruñó, mirándolo de reojo.
"No." Besó húmedamente su cuello, estaba húmedo y frío, olía tan bueno. "Solo tu."
Liam gimió, dejando caer la cabeza contra su hombro. "No me hagas esto... Podría bajarme los pantalones aquí mismo para que me jodas, pero las cosas se volverán raras. ¿Qué pasó contigo? Pensé que solo éramos amigos."
"Te lo dije, no somos diferentes. Tengo esta... posesividad dentro de mi que no quiere que estés con alguien más si yo puedo satisfacer tus necesidades."
"¿Solo sexo?"
Alexander deslizó su mano bajo la camisa de Liam, frotando la mano sobre sus abdominales levemente marcados. Liam tembló visiblemente y Alexander quería hacerlo de nuevo, quería verlo estremecerse más. Deslizó su mano hacia abajo. La camisa había caído sobre ella así que al menos nadie podría ver algo indecente. Fue más allá del borde de los ajustados pantalones y la ropa interior. Estaba duro, como, increíblemente duro. Alexander pensó que iba a ser más raro. Era el primer pene de otro hombre que tocaba, pero la reacción de Liam ante su toque lo hizo sentir tan satisfactorio.
"Aquí no," Liam dijo, humedeciéndose los labios, girando el rostro para mirarlo. Sus ojos estaban húmedos y el rostro rojo, se veía casi desesperado. Tomó la muñeca de Alexander y sacó la mano de su pantalón, pero no la dejó ir. La deslizó sobre su pecho, garganta, hasta su rostro. Alexander apretó la mandíbula y contuvo su necesidad de frotarse contra él como un animal cuando Liam llevó dos de sus dedos y los metió en su boca, chupándolos.
"Joder."
Liam los sacó lentamente, besándolos antes de soltar su mano. "Vamos a casa."
Salieron rápidamente, pero todavía atrapó la mirada decepcionada del bartender. Alexander sonrió y dejó a Liam llevarlo entre la multitud hasta que salieron y fueron hacia su auto para ir al edificio. Se acomodó los pantalones mientras conducía, estaba tan duro que era incómodo estar sentado así.
Liam estaba muy callado. Le dio una mirada rápida, poniendo ambas manos en el volante.
"¿Estás bien?"
"Promete que nada se volverá raro entre nosotros."
Sonrió. "Te quiero alrededor por un largo, largo tiempo. No mentí cuando dije que me siento cómodo cuando estamos juntos. Nada va a volverse raro. Lo prometo."
"Tal vez sea una mala idea."
Alexander suspiró y se mantuvo en silencio el resto del camino hasta que estuvieron en los estacionamientos. Liam caminó primero y presionó el botón del ascensor. Alexander lo miró a su lado antes de deslizar su brazo por encima de los hombros de Liam. "Se pondría incómodo si ignoramos lo que pasó hoy."
"Las cosas de este tipo no suelen salir bien. Solo tienen dos opciones y ninguna de las dos son buenas." Liam suspiró y entró al ascensor cuando las puertas se abrieron. Alexander se apoyó en la pared y lo miró mientras Liam pasaba su dedo sobre la otra pared. "Las personas se alejan porque todo lo que querían eran una jodida rápida para sacarse la picazón o empiezan una relación. Y tú no eres gay, solo quieres sexo."
Alexander se acercó a él y lo rodeó con los brazos, sintiendo que Liam se relajaba contra su cuerpo. "Prometo que nada será raro. Volveremos a cenar juntos, a ver películas juntos, incluso te dejaré seguir rellenándome como un cerdito." Lo escuchó reír y sonrió. "Mañana podríamos ir a ver una película por la noche."
"¿Cuál?"
"Es de terror."
"Podría ser..."
"Pagaré la cena."
Liam estaba sonriendo cuando levantó la cabeza. "Tienes un trato."
"¿Los besos son demasiado?" Le preguntó, sus manos cayendo sobre la curva de su trasero. Miró los labios rojos y luego sus ojos. "Soy del tipo de besar, pero si eso sobrepasa los límites..."
"Cállate."
Liam envolvió una mano en su nuca y lo bajó hasta que sus labios se encontraron. Sabía dulce y a alcohol. Sus labios eran suaves, tan suaves. Deslizó su lengua dentro, saboreando el dulce sabor, empujando contra la lengua de Liam. No era un beso sucio, pero profundo y húmedo que estaba haciendo que su erección se volviera dura, presionada contra el abdomen de Liam, podía sentir la dureza contra su muslo. Gimió, sus manos cubrieron ambas mejillas, apretándolas con fuerza. Liam separó sus labios y jadeó.
Las puertas se abrieron en su piso y ambos salieron, sonriendo como idiotas. Liam sonrió, sacando sus llaves del bolsillo delantero de su pantalón. Abrió la puerta y sonrió dejándola abierta para él.
Se apresuró y entró, cerrando y dejando las llaves sobre la pared colgando. Sus ojos estaban puestos en Liam, mientras él se quitaba las botas. Le dio una mirada antes de darse la vuelta. Bajó sus pantalones y la ropa interior de un solo golpe, tirándolo a un lado. Pero no se quitó la camisa que bajaba hasta la mitad de sus nalgas. Solo caminó por el pasillo de esa forma, sabiendo que Alexander lo seguiría.
Entró en la habitación principal, su habitación, y encendió las luces antes de sentarse en el borde de la cama king. Abrió las piernas y le dio una mirada intensa.
Alexander se quitó la camisa, tirándola en el piso antes de acercarse a él, empujándolo hacia la cama.
"Siempre creí que eras bonito," dijo mientras tomaba uno de los botones restantes y lo abría, mirando la piel suave y pálida. Liam se lamió los labios, dejando los brazos a un lado. "Pero eres sexy. Cada parte de tu cuerpo, de ti, es tan... " soltó los botones restantes, abriendo la camisa de par en par. Se lamió los labios deslizando sus manos sobre la piel de su abdomen, mirando el duro pene casi rojo, cayendo sobre su cadera. "Eres solo... " Alexander bajó el rostro a su abdomen, inhalado sobre la piel antes de dejar húmedos besos y chupones en la pálida piel. "Quiero joderte tan bueno y profundo. Tan profundo dentro de ti que no puedas hablar." Se puso de rodillas, empujándolo más cerca del borde hasta que su trasero estaba cerca de su rostro. Liam gimió, tomando su pene en su mano comenzando a masturbarse. No era asqueroso, era tan erótico, era caliente, Liam era erótico, cada parte de él. Levantó las piernas y las sostuvo sobre sus hombros, mirándolo bajo sus pestañas. "Quiero consumirte."
"Hazlo. Joder." Liam gimió mirándolo fijamente. "Solo hazlo."
Alexander se sentía casi drogado mientras besaba los muslos firmes, la suave piel del interior de los muslos era su nueva obsesión. Dejó marcas, mordidas, lo besó y lamió hasta que Liam era un lío tembloroso. Oh, pero ni siquiera había empezado.
Liam gimió, jodiendo su puño, pero tenía una sonrisa en los labios. "Me gusta el sexo. Así que es raro que alguien pueda cumplir mis expectativas."
"También me gusta el sexo." Levantó la pierna derecha, lamiendo una marca antes de chupar y besarla. "A veces me preocupa que seamos tan parecidos."
Liam rió suavemente mirándole el rostro mientras se masturbaba. "No entiendes. Me gusta el sexo."
"¿Como a un ninfómano?"
"No creo que a tal extremo, solo me gusta y puedo hacerlo todo el día." Tenía una relajada expresión en el rostro, pero sus ojos azules estaban oscuros. Se pasó una mano por el vientre mientras se masturbaba. "¿Crees que puedes seguirme el ritmo?"
Alexander se rió. "Ya veremos."
Liam le dio un guiño.
Volviendo a mirar su cuerpo, Alexander tomó la parte trasera de sus piernas y las dobló hacia él, mirando el agujero limpio de vellos, rosa y pulsando. No debió ser tan caliente. "¿Te depilas?" preguntó mientras presionaba el pulgar sobre el agujero. Necesitaban un tipo de lubricante.
"Um, no. Nunca tuve. Piel de bebé, supongo." Miró hacia abajo antes de suspirar. "Espera un momento. Estoy seguro de que está por aquí." Se dio la vuelta, estirándose sobre la cama y abrió uno de los cajones. Alexander miró abiertamente lo que estaba frente a él.
"Tu trasero debe ser el mejor que haya visto en toda mi vida." Se levantó y lo sostuvo así contra la cama, masajeando las gordas mejillas. Liam lo miró por encima de su hombro masticándose el labio inferior y dejó la botella media usada a un lado. Alexander desabrochó su pantalón, pateado sus botas lejos antes de abrir las mejillas y hundir el rostro en medio. Liam gimió, bajando los hombros.
Sabía limpio y de alguna manera olía bien también. Besó el botón rosa antes de lamerlo y chupar alrededor. Lo escuchó murmurar algo, pero no podía entenderlo. Se tomó su tiempo para probar y chupar marcas en sus mejillas. No le había pasado por alto el tatuaje en la mejilla derecha, tampoco el que tenía sobre el pectoral izquierdo. Era un beso. Lo besó. "¿Cuál es la historia?"
Liam se quejó. "Ah, eso. Perdí una apuesta cuando estaba en la universidad. Podemos hablar de eso luego. Ahora sigue."
"Mandón."
Le dijo que levantara la cadera más, pero Liam de hecho de puso de rodillas, apoyándose en sus brazos para sostenerse. Mucho mejor así. Alexander lamió una línea hasta el punto cerca de sus testículos y chupó en ese punto del medio. Liam se estremeció, jadeando. Sonrió y volvió a ese lugar, solo molestándolo lo suficiente como para escucharlo maldecir.
"Por favor, solo... "
Envolvió los brazos alrededor de sus piernas y enterró la cabeza en su agujero, hundiendo su lengua en la sensible parte. Liam gritó, literalmente gritó, sus manos se apoyaron en la cama mientras se mecía contra él. Alexander quería ver su rostro, pero por ahora le daría lo que quería. Lo jodió con su lengua hasta que su mandíbula dolió y Liam era un desastre de gemidos. Se había rendido, sus brazos no pudieron sostenerlo más y cayó contra la cama. Alexander lo dejó ir, dándole un último beso al ahora suave y resbaladizo agujero antes de quitarse los pantalones y boxers.
Miró las marcas que había dejado sobre la pálida piel y sonrió, le gustaban. También llamó su atención que Liam tenía esos hoyuelos encima de las nalgas, una cintura pequeña y ligeramente musculosa espalda. Liam lanzó un paquete a un lado antes de girarse sobre su espalda. Miró a Alexander mordiéndose los labios. Estaba sonrojado, una mirada vidriosa y el cabello era un desastre. Sonrió dejando caer la cabeza hacia atrás, luego comenzó a reírse.
"¿Qué?" preguntó deslizando el condón en su pene y alcanzando el lubricante.
"M****a." Se rió otra vez. "Sabía que era grande. Dios, lo sabía."
"¿Mi pene?"
Liam asintió y se apoyó en los codos para mirarlo de arriba a abajo. Su pene se movió antes de que lo envolviera en su mano. "Te gusta pasearte mucho en chandales, qué creías. Es bastante difícil no mirar."
"Pervertido." Entrecerró los ojos antes de deslizarse a su lado. "¿Por qué no se siente raro?" preguntó, envolviéndolo con los brazos, besando su hombro. "No éramos más que amigos unas horas atrás."
Liam murmuró, estirando su mano hacia atrás para ponerla en la cabeza de Alexander, empujando su boca más cerca. "No lo sé. Pero no es sexo normal, sé que en otro caso no estaría hablando ni riendo tanto al mismo tiempo." Empujó su trasero hacia atrás.
Asintió, dándole la razón. No se sentía como sexo normal. Era más alegre de alguna forma. Sacudió la cabeza antes de poner lubricante sobre sus dedos. "Abre las piernas para mi."
"Te gusta hablar sucio, ¿eh?" Liam levantó la pierna derecha poniéndola sobre las de Alexander para darle espacio. Empujó un dedo sin problemas, Liam lo tomó bien, suspirando en cortos movimientos. Tenía los ojos cerrados, el regordete labio inferior metido entre los dientes. "Sí, así. Otro, por favor."
Alexander lo hizo, tragando con fuerza. Ahora se sentía más apretado, pero Liam estaba tomándolo bien. "¿Otro?"
"Mm, sí."
Pronto estaba quejándose, tomando su pene y masturbándose solo por sus dedos. Alexander estaba dolorosamente duro, pero tenía que prepararlo bien o sino podría lastimarlo. Era grande, sí, Liam tenía razón, pero jamás fue un bruto, y no lo iba a ser ahora. Entreabrió los dedos mientras empujaba hasta que Liam dijo que estaba listo.
"¿Seguro?"
Asintió, todavía con los ojos cerrados. "Sí, estaré bien."
La sensación fue alucinante. Alexander se perdió por un instante en el profundo placer del agujero húmedo, cálido y apretado alrededor de su pene que no parecía poder enterrar tan profundamente como necesitaba. Lo rodeó con los brazos sintiendo los estremecimientos en el cuerpo de Liam.
"M****a. Ah, tan grande."
Gruñó, mordiéndole el hombro. "Liam."
"Oh, joder." Se rió entre jadeos. "Lo siento. Se siente tan grueso."
"Deja de decir esas cosas." No creía poder ponerse más duro, pero tal vez lo haría si Liam seguía alimentando su ego. Enterró la cara en el espacio entre su hombro y su cuello cuando al fin estuvo completamente dentro. "Apretado."
"Hazlo."
No tuvo que decirlo otra vez. Fue tortuosamente lento al inicio, dándole tiempo de acostumbrarse a su tamaño. Salió de él casi por completo antes de empujar con fuerza.
"Jodida m****a." Liam gritó y golpeó la cama. Alexander sonrió contra su costado, levantando su trasero un poco más antes de comenzar a penetrarlo con fuerza y rápido. "Alex, ah, Alex..." Dejó caer la cabeza a un lado, estirando una mano para aferrarse al brazo de Alexander. Una sonrisa se extendió en sus labios. "Eres tan bueno. Nunca salgas de mi."
"Estaré metido todos los días dentro de tu caliente agujero. Y estarás listo para mí, ¿verdad? Solo para mi."
Liam gimió. "Solo para ti."
No le tomó importancia. Eran cosas que se decían en el sexo. Pero joder si no quería permanecer dentro de Liam para siempre. Era apretado y caliente, húmedo, era perfecto ahí. Estaba tan duro, se sentía borracho ante la sensación, los sonidos. Liam era ruidoso, hablaba mucho y también maldecía un montón, pero la forma en que se movía contra él lo estaba volviendo loco. Estiró su mano para tomar el pene de Liam solo para que se corriera justo cuando lo tocó.
"Demonios." Alexander los giró hasta que estuvo encima de él, abriendo un espacio entre sus piernas e inclinándose para besarlo mientras conducía su pene de regreso dentro de Liam. Lo jodió con fuerza, sus besos apenas eran un borrón húmedos y gemidos.
Liam lo miró a los ojos mientras se movía sobre él. Sus ojos parecían negros por el placer. "Hazlo dentro de mi." Tiró de su cabeza hacia abajo antes de tomar una de sus manos y meter dos dedos en su húmeda boca. Alexander gimió, apoyándose en el otro brazo para no aplastarlo, sus embestidas disminuyeron la velocidad, pero fue más profundo y duro mirándolo chupar sus dedos con una cara de éxtasis. Sus ojos, joder. Tenía la más sensual expresión en el rostro mientras lo tomaba tan bien, sus pecaminosos labios envueltos alrededor de sus dedos.
"M****a." Alexander juró ver estrellas cuando se corrió dentro del condón. Definitivamente uno de los orgasmos más duros que tuvo en toda su vida. Salió con cuidado, haciendo una mueca y se dejó caer a su lado, intentando llevar el aire a sus pulmones otra vez. Parpadeó y lo miró, todavía estaba chupando sus dedos sin prisa, solo chupándolos. Alexander se estiró para dejar una marca en su cuello mientras Liam dejaba ir su mano. Le dio un guiño antes de atraerlo por un beso lento y saciado. Finalmente se separó para quitarse el condón.
Liam tenía una expresión pensativa en el rostro pero no dijo nada mientras Alexander se levantaba para ir al baño y tirar el condón a la b****a. También tomó una toalla pequeña y la humedeció para limpiarse.
Cuando salió, Liam seguía en el mismo lugar en la cama. Lo miró a los ojos antes de darse la vuelta, abrió las piernas y no dijo nada. Era una silenciosa invitación.
Alexander acaba de correrse hacía unos minutos atrás, pero estaba poniéndose duro otra vez mientras se acercaba a la cama, metiéndose entre las piernas de Liam, deslizando el condón que estuvo a un lado, esperando. Enterró el rostro en la nuca de Liam mientras volvía a la calidez de su interior.
Iba a ser una larga noche.
Liam le sonrió al hombre que le sostuvo la puerta de ascensor cuando iba a entrar. El sujeto lo revisó de pies a cabeza por un momento, todavía sosteniendo la puerta con su mano, asintió y sonrió antes de irse por el pasillo del lobby. Liam suspiró, moviendo su cabello detrás de su oreja mientras la puerta se cerraba. Acaba de salir del trabajo, casi eran las seis de la tarde y estaba hambriento. Un martes ocupado, muchas órdenes y pedidos, una masa de clientes, pero estaba agradecido de que el negocio estuviera yendo bien. Al menos podía presumirle eso a sus padres en la cara.El ascensor se movió rápidamente hasta su piso, completamente vacío, solo él. Suspiró mientras salía, deseando que la tina de su baño estuviera lista y perfecta para él, mm, una copa de vino a un lado y velas aromáticas. Perfecto.Miró hacia la puerta
Alexander tomó un sorbo de su café mirando a la nueva pareja comprometida. Su hermana mayor, Jenn, y su novio, Adam. Eran la típica pareja que olvidaba que habían personas frente a ellos. Ella estaba casi metida en su regazo, mientras que Adam la cubría como un ave con su ala. Ni siquiera quería saber qué estaba susurrándole. Alexander suspiró y miró por la ventana a la concurrida calle afuera de la cafetería. Sí, él los había citado, para felicitarlos por su compromiso, pero al menos esperaba que hablaran con él. La cena que tuvieron una semana atrás en casa de sus padres fue divertida, aunque la tensión entre su padre y los novios de sus hermanas no fue tan divertida. En todo caso, su otra hermana, Lisa, se iba del país a trabajar y su novio la seguiría. Así que su padre no estaba tan feliz. Todo pasando en la misma semana lo puso de mal humor. Andrew también lo estaba, pero Alexander no veía el problema. Si eran felices, qué importaba. Miró otra vez a
El siguiente martes, Alexander sacudió su cabello fuera de sus ojos, había comenzado a crecer y también a volverse molesto. Se había cambiado de ropa y estaba saliendo de su apartamento con una bolsa de comida de un restaurante italiano. No había llamado a Liam para preguntarle si estaba libre, pero solo sentía que podía ir y compartir la cena como cualquier otra noche. Se había vuelto algo tan familiar y agradable que ahora le era aburrido comer solo. Con Liam, incluso el silencio, era cómodo mientras veían alguna serie o película.Golpeó dos veces con los nudillos y esperó por un momento hasta que la puerta se abrió. Liam le dio una corta mirada antes de darse la vuelta y seguir hablando por su teléfono. Sin decir una palabra, entró y fue hacia la cocina. Miró a Liam mientras éste se frotaba el cuello y tenía los ojos cerrados. Parec&iac
Sábado al mediodía, Liam estaba sentado frente al mostrador de la cafetería, revisando su libro de recetas. Se frotó los ojos y bostezó con cansancio. Había dormido apenas un par de horas por estar viendo una serie de asesinatos. Alexander era, al parecer, un aficionado a esos documentales y arrastró a Liam a verla con él. Fue interesante, por eso el tiempo se fue tan rápido y cuando se dio cuenta eran las cuatro de la mañana. Durmió en el apartamento de Alexander hasta que fueron las seis y tenía que abrir la cafetería. Alexander seguía dormido cuando se despertó así que se deslizó en silencio del apartamento. Ahora casi se arrepentía. Tenía grandes problemas para concentrarse en leer y prestar atención a las palabras. Rita se compadeció del él y le preparó un latte cargado. "Gracias," dijo con una sonrisa mientras alcanzaba el vaso. Ella sacudió la cabeza. "Está bien. Te ves cansado hoy. Deberías regresar pronto, puedo cerrar." "Solo estaré un rato
Alexander abrió la puerta de su antigua habitación y bajó las escaleras hacia la cocina. La noche anterior, después de que Liam se fuera, él regresó a su apartamento y acomodó algunas cosas en una mochila antes de ir a la casa de sus padres. Ellos jamás se deshicieron de las cosas que habían dejado en sus habitaciones, diciendo que iban a regresar en algún momento otra vez. Y era agradable.Sus padres tenían una casa grande y amplia. Ellos habían estado en los negocios antes de conocerse así que podría decir que su familia era adinerada. La casa era la misma en la que crecieron, apenas algunos cambios y pintura nueva, pero seguía siendo el mismo hogar de su niñez.Escuchó varias voces mientras más se acercaba. Lisa estaba ahí, tomando el desayuno con sus padres. Su hermana mayor estaba usando ropa cara, así que supuso q
"Oye, viejo, feliz cumpleaños." Damian golpeó el muro de su escritorio. Tenía una enorme sonrisa en los labios mientras se apoyaba sobre el muro para ver. Chocaron puños. Alexander sonrió. "Gracias." "Entonces," el otro hombre levantó las cejas. "¿Planeas hacer algo hoy? ¿No cumples veinticinco? Tienes que celebrarlo, hermano." "Solo quiero descansar. No tengo planes." Era cierto. Era sábado, casi seis de la tarde y él estaba en la oficina todavía terminando un informe. Lo hizo para compensar el día que faltó para ayudar a su hermana a mudarse. Suspiró y revisó la hora en su reloj. Ya estaba por salir. "Solo iré a casa." Damian levantó las manos hasta los hombros. "¿Si yo invito? Hay un club genial a unas calles de aquí." "Solo déjalo." Apagó la computadora y organizó los archivos en las gavetas del escritorio. Se puso de pie y tomó su saco y maletín. "Pero gracias. Quizás otro día." "De acuerdo. Ten un buen fin de semana, al men
Liam golpeó la puerta de Alexander dos veces y esperó. Movió el cuello de su camisa un poco y exhaló. Estaba nervioso. Jodida mierda. Realmente estaba nervioso. Había dado tantas vueltas en su cabeza, tantos pensamientos de cómo esto podía arruinar su relación, algo podía salir mal o solo podían darse cuenta de que no eran tan compatibles como lo creían y caminarían en direcciones diferentes. Hasta que se dijo que tenía que dejar de pensar tan duramente.Quería que funcionara. Quería pasar tanto tiempo con Alexander como fuera posible. Quería estar con él. Y le asustaba. No podía recordar haber estado tan interesado en alguien. Su último ex y él no estaban tan relacionados emocionalmente, ahora podía estar seguro de eso. No fue nada parecido a como se sentía con Alexander. Ah, maldición. Los sentimientos eran co
"Hace calor." Alexander se rió. "Eso sucede en verano." Le tendió una botella de agua fría y se sentó en el borde de su silla mirando hacia el lago donde sus hermanos estaban nadando. Llevaba puestas gafas de aviador, sin camiseta y con bermudas con estampados de piñas. Se veía como su próxima comida. Liam sonrió para sí, tomando un trago de agua. "¿No piensas entrar al agua? Está fría." "Quisiera ayudar a tus padres con la comida, en realidad." "Ya te dijeron que no." Alexander sonrió y le dio una palmada en la pierna antes de comenzar a frotarla lentamente. "¿Emocionado por impresionar a tus suegros?" Sonrió, sabiendo que él estaba disfrutando esto. "No. Solo quiero ayudar." "Mamá nunca te dejaría." Se ajustó las gafas oscuras y apretó los dientes, girando la vista hacia él. "Tu mamá... ella estaba mirándome cuando llegamos." "¿A qué te refieres?" "Mm." Se frotó el torso y ladeó la cabeza. "Como si quisiera preg