—¡Lluvia!De repente, una voz me sacó de mis pensamientos. Fue Samuel quien me había encontrado.Me sentí como si me hubieran dado un golpe repentino, despertando del estado inconsciente.—No iba a …—Lo sé, lo entiendo…Me llevó a un hotel. Él me abrazaba, con una mirada llena de preocupación.—No tienes que decir ni una sola palabra. Te entiendo todo…Sus besos eran tan ardientes, acariciando mis cejas y labios, atrapando con mucho cuidado mi lengua temblorosa. Jugueteaba con mis labios, murmurando:—No te preocupes, aún me tienes a mí.Me quedé dormida en su abrazo. Al día siguiente, fui despertada por el grito agudo de Nieve.Mamá había instalado un localizador en mi celular. Antes, solía dejar el celular en casa, pero esta vez no lo hice porque fue un accidente inesperado.Mamá levantó las mantas y me golpeó tan fuerte, dejándome grandes moratones a su paso.—¡Mal**ta despreciable! ¿Por qué tengo una hija como tú? ¡Zorra sin vergüenza!¿Quién podía salvarme en ese momento…? Miré a
Eso me hizo sentirme satisfecha.Pero, al darse cuenta de que no había nadie más cerca de allí, la mujer abrazó a la niña y se fue corriendo.Escuché vagamente a la mamá regañando a la niña, diciéndole que no hiciera más cosas tan peligrosas en el futuro. A medida que se alejaba, no me miró ni una sola vez. Yo, yacía en el suelo, sintiendo el paso del tiempo y también la pérdida total de mi vitalidad. Pasaron algunos curiosos cerca de la escena, pero solo sacudieron la cabeza y suspiraron aliviadas. Podía escuchar los flashes de las cámaras, pero simplemente nadie llamó a una ambulancia… Poco a poco, perdí toda la sangre y mi cuerpo también iba a enfriarse. Finalmente, en este mundo ya no existía una persona llamada Lluvia López.*** Estaba muerta, en un lugar donde no le importaba a nadie.Morí con una expresión horrible, con los ojos de par en par y un gran agujero en mi abdomen; mis piernas estaban torcidas y enredadas, y un brazo yacía solo en el borde de la carretera.Era ciert
No entendí por qué no pidieron mis opiniones para inscribirme en la competencia, ni por qué no necesitaron mi consentimiento antes de traerme al mundo.Frente a mi serie de interrogaciones, ella guardó silencio, sin la ira que esperaba desde un comienzo.Después de un tiempo, ya fuera de asuntos grandes o pequeños, siempre se tomaba la molestia de preguntar mi opinión, lo que me hizo sentir que había ganado terreno.A menudo pensaba que, en realidad, mamá también me amaba, pero al mismo tiempo, me ignoraba. Odiaba a mis padres, sin entender porque no podían simplemente amarme o ignorarme por completo. Siempre me daban esperanzas y luego las destruían.Más tarde, escuché la conversación de ellos y me enteré de que mi mamá solo intentaba evitar molestarme durante el período de la competencia.—No esperaba que esa inútil ni siquiera pudiera entrar en la final —dijo ella después de la competencia.Escondida bajo las mantas, lloré desconsolada toda la noche. Después de aquel día, ella nunca
Quería que me sonriera a mí, como lo solía sonreírle a Nieve. Envidiaba más a Nieve, porque había crecido como una princesa. Debido a la sensación de culpa, papá y mamá siempre cumplían sus caprichos, aunque a veces sus acciones me lastimaban demasiado.De vez en cuando pensaba que, qué bien si fuera yo quien hubiera sufrido el accidente. Ese había sido mi deseo desde pequeña. Nieve, por eso, me odiaba, sintiendo que fui yo quien le robó sus piernas.***Ellos revisaron atentamente la grabación de la habitación. Al verme viva, me provocó una sensación algo extraña.En el vídeo, parecía estar dormida, pero incluso en sueños, estaba inquieta. De repente, mi cuerpo se sacudió; mi rostro temblaba incontrolablemente. Mis ojos no lograron enfocarse y solo golpeaba una y otra vez la cabeza contra la pared. Cuando salí de la habitación, miré la cámara, como si les estuviera diciendo adiós.Mamá lloraba en los brazos de mi papá cubriéndose los ojos, pero aún así, las lágrimas se escapaban entre
De repente, me convertí por completo en el centro de atención de la familia. Toda la familia giraba en torno a mí. Ellos reorganizaron mi habitación y todas mis sábanas, cobijas y muñecas estaban muy limpias. Esa habitación oscura que odiaba tanto ya no estaba, porque instalaron luces en ella. Finalmente se cumplió mi anhelado deseo de infancia, que en esa habitación hubiera luz.Sin embargo, las emociones de Nieve se volvían cada vez más extrañas. Me miraba con desprecio en mi foto. Sabía que en ese momento ella debía estar furiosa. Lo que más odiaba era que le robara la atención que le pertenecía.Comenzó a caer de manera premeditada, hiriéndose de forma intencional. Fue en ese preciso momento que me di de cuenta de que ella también tenía problemas psicológicos.Finalmente, una vez, mientras mamá organizaba mis pertenencias, Nieve estalló por completo, arrojando enloquecida todas mis cosas al suelo.—Mamá, no la mires más… —Nieve le rogó con voz suplicante, tirando de la manga de mam
Entre ellos sucedió una pelea más grave, lo cual nunca hubiera imaginado. Se acusaban entre ellos, enumerando uno a uno sus “delitos” sobre cómo me habían maltratado. Después de ver la ruptura de esa relación familiar, entendí la fragilidad de ese supuesto cariño y de repente, ya no sentí nada más de rencor.Qué cansancio sentía… Resultó que esa era la cosa que había anhelado más en el mundo.***Nieve se mudó de casa y fue a vivir con Samuel. Estaba locamente enamorada de él porque era tan amable, atento y apuesto que siempre atraía miradas de envidia.Pero esta vez, su novio ideal cambió por completo. No regresaba a casa por la noche y, cuando lo hacía, olía a alcohol y a perfumes baratos.Nieve se quejó de eso y Samuel, que antes era amable frente a ella, le dio una fuerte bofetada. Luego, como si de repente recuperara la consciencia, se arrodilló y se disculpó con ella.Después de eso, las cosas solo empeoraron cada vez más. Samuel comenzó a llevar mujeres a casa, sin preocuparse
Salí del hospital en completo silencio y con el informe de evaluación psicológica en mis manos.Me dijeron que tengo depresión aguda. Pero el médico muy amablemente intentó cuidar mis sentimientos y me consoló: —Es bastante severa, pero, no te preocupes. Si recibes el tratamiento adecuado, todo irá bien.Cabizbaja, con mi vista perdida en el infinito. Solo afirmé ligeramente, sin decir nada.En mi mente apareció la expresión ansiosa de mamá. Sabía que a ella no le gustaría mi estado. —Has perdido mucho tiempo en recibir el tratamiento. Debes informar a tus familiares para que te ayuden con el proceso.El médico descubrió mis preocupaciones.Guardé bien el informe y luego regresé a casa, donde mamá estaba preparando la cena.Al verme, me miró con gran enojo y me preguntó:—La profesora me llamó y dijo que no habías asistido a la clase de ballet. Dime por qué.No le respondí directamente, solo la llamé con voz bajita:—Mamá…Intenté acercarme a su abrazo, pero ella solo me empujó despe
Mamá reaccionó primero. Apartó mi mano furiosa mientras me gritaba:—¿¡Cómo te atreves!? Si no fuera por tu hermana, ¡ni siquiera habría llegado a este mundo!Ellas me miraron con un rencor e incredulidad tan natural. Todo mi ser se quedó en un estado impotente.Cuando Nieve nació, mamá tenía grandes expectativas en ella. Esperaba que su hija se convirtiera en bailarina. Nieve no le falló a mamá. Era muy talentosa en el baile. Según su profesor, si seguía con el aprendizaje, sería bailarina a nivel nacional.Mamá, tan alegre aquel día, decidió comprarle a Nieve vestidos nuevos. Y el accidente ocurrió en ese preciso momento: un auto que perdió el control iba a chocar con mi mamá, y Nieve la empujó para salvarla, pero ella quedó inconsciente por el choque. En el hospital, le informaron a mamá que estaba embarazada de dos meses.Al principio, papá quiso que ella abortara, porque no quería que Nieve se sintiera triste. Sin embargo, tras numerosos conflictos, llegué por fin al mundo. Desde