Capítulo 2
Mamá reaccionó primero. Apartó mi mano furiosa mientras me gritaba:

—¿¡Cómo te atreves!? Si no fuera por tu hermana, ¡ni siquiera habría llegado a este mundo!

Ellas me miraron con un rencor e incredulidad tan natural. Todo mi ser se quedó en un estado impotente.

Cuando Nieve nació, mamá tenía grandes expectativas en ella. Esperaba que su hija se convirtiera en bailarina. Nieve no le falló a mamá. Era muy talentosa en el baile. Según su profesor, si seguía con el aprendizaje, sería bailarina a nivel nacional.

Mamá, tan alegre aquel día, decidió comprarle a Nieve vestidos nuevos. Y el accidente ocurrió en ese preciso momento: un auto que perdió el control iba a chocar con mi mamá, y Nieve la empujó para salvarla, pero ella quedó inconsciente por el choque. En el hospital, le informaron a mamá que estaba embarazada de dos meses.

Al principio, papá quiso que ella abortara, porque no quería que Nieve se sintiera triste. Sin embargo, tras numerosos conflictos, llegué por fin al mundo. Desde bien chica, yo sabía que no había llegado a este mundo con expectativas, sino por una terquedad. Mi existencia es solo el resultado de la terquedad de mi mamá.

***

Nunca he tenido derecho a rechazar nada.

Mis explicaciones representan simplemente la rebelión; si guardo silencio, en sus ojos estoy haciendo berrinches; cuando obtengo malas notas, seré la inútil en sus palabras; si lloro, se reirán de mi fragilidad.

—Todos pueden soportarlo, ¿por qué tú no?

Mamá apresurada me encerró en la habitación, donde solo se podía ver un tenue destello rojo en la esquina. De vez en cuando, se escuchaba el sonido de una cámara moviéndose. Por el sonido, sabía que mamá estaba vigilándome.

Abrazando mis rodillas, me acurruqué temerosa en la esquina. Odio más esta habitación, pero también es donde paso más tiempo. Cada vez que mamá está enfadada, me encerrará en esta habitación hasta que olvida por completo su enfado.

Una vez, me dejó en la habitación durante tres días enteros. Parecía que toda la familia me había olvidado; por más que gritara y llorara, afuera todo estaba en absoluto silencio. Cuando finalmente me recordaron, ya me había desmayado, al borde de la muerte.

***

«Todo está bien. Debo dormir. Si me quedo dormida, no me sentiré más decepcionada», me consolé.

Al instante, perdí la consciencia.

Cuando desperté, ya estaba en el hospital. Me toqué la frente y descubrí la venda, sintiendo un dolor punzante.

¿Qué fue lo que me pasó?

El pabellón estaba muy tranquilo, incluso podía escuchar la pelea fuera de la habitación.

—¿Por qué Dios no comprende mis dificultades? ¡No debería haberle dado la luz!

—Ella solo está haciendo el berrinche de siempre. Inventó la enfermedad para amenazarte. O tal vez, todo eso es solo un espectáculo para engañarnos.

Cuando oí esas palabras, incluso podía ver en la mente qué expresión tenía papá en ese momento.

La que hacía ecos fue Nieve:

—Exacto, ha sido una buena actriz.

Me reí con ironía. Bueno, para ellos, siempre he sido buena en actuar desde pequeña.

Recuerdo que una vez, mis padres perdieron diez dólares. Nieve les dijo con seguridad que fui yo quien robó el dinero.

—¡No fui yo! —intenté defenderme.

Les mostré todas mis cosas: la mochila, el cajón y la almohada. Sin embargo, ellos encontraron el dinero justo en mi mochila… Papá se enfureció demasiado y me dio una gran bofetada, mientras Nieve se reía descarada, diciendo que yo era una mentirosa. Pero nunca había robado el dinero, de verdad.

Días después, me enteré de que todo eso fue una broma cruel de Nieve. Fue una vil trampa suya porque me odiaba. No quería que yo tuviera todas las expectativas de mamá, y me guardaba rencor porque creía que yo le había quitado el amor paternal.

Por el daño físico que ella había recibido, todas sus acciones habían sido aceptables en esta familia.

—Lluvia, Nieve solo no podía aceptar la realidad. Además debía entenderla.

—Solo te dio unos golpes. ¡Eres tan cruel!

Mientras pensaba, el entorno se volvió cada vez más borroso, y el ruido a mi alrededor aumentaba. Las gotas de sudor caían por mis delicadas mejillas, y mi estómago seguía revuelto.

Si mi existencia es solo un error, ¿por qué me trajeron a este mundo? No logré entenderlo…
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App