Kathlyn está encumbrada y esperando a Mauricio; que llega en moto se detiene y se quita el casco.—¡Hola!—¡Hola, no estoy preparada para subir a tu moto!, ¿me das un segundo para cambiarme?—¡Si entonces, paso en cinco minutos!Mauricio arranca de nuevo, da unos giros y regresa, Kathlyn ahora sí está lista, con bota y chaqueta de cuero, y un casco de su hermano.—¡Okey vamos!Mauricio arranca y ella se abraza a el con cálido entusiasmo. Ahora si se está perfilando muy bien los resultados de su trabajo. Mauricio se estaciona en una taberna marisquería, y entran al lugar.—¡Buenas noches!—¡Buenas noches!Kathlyn pasa adelante.—¡Mauricio me gustaría que nos sentáramos en una mesa!El mesonero responde… —¡Si, si, pasen, en aquella al final del gran ventanal, podrán oír música y conversar!—¡Dos cervezas por favor y entremeses!.—¡De inmediato señor!Mauricio abre la silla, Kathlyn se sienta y el rodea la pequeña mesa y se sienta.—¡Buena música!—exclama Kathlyn.—¡Roc
Kathlyn está asomando la posibilidad de que Mauricio le firme un poder.—¡No, no eso no es necesario!, no voy ausentarme tanto tiempo, asume la dirección, prueba tu liderazgo y tráeme resultados, por estos días solamente—sin perder el control—¡Espero que sea así, por poco tiempo!...—Te llamaré entonces para la entrega de la información y ponernos de acuerdo.**** Mauricio no quería sino concentrarse en buscar a Reishel, hoy se le ocurrió entrar al barrio de La Cementera; puede ser que se encuentre con algunas de las personas que Reishel le presentó. Y arranca a toda velocidad. Como siempre los mirones , vagos y malandros en las zonas neurálgicas, dónde todo se sabe y todo se ve. Luisa Camacho por cosas de Dios estaba bajando la pendiente cuando Mauricio pasa por la calle.—¡Señora Luisa!—¿Quién?..¡Pero…usted…es…el compañero de la Pelirroja!...¡De mi amiga Reishel!—¡Necesito hablar con usted es importante!, ¿la puedo llevar? —¡Si por supuesto!Luisa Camacho sube a la moto
La noche se hace eterna en las calles vacías por dónde Mauricio pasa con su moto. Marcela su madre está ahora en una permanente zozobra, porque su hijo no deja de llegar tarde a casa… ¡buscando a Reishel!Las frías horas de la madrugada son altamente peligrosas, pero la bruma de la nostalgia no permiten que Mauricio se centre en la realidad. La fuerza con que se despliega por las carreteras es como para convulsionar; la estampida bárbara deja un celaje adornado de piruetas al paso de su velocidad. A veces se ocupa toda una tarde dedicado a su búsqueda, se detiene, y cruza por las esquina para luego caer en alguno que otro barrio vecino cerca, dónde vivía Reishel con su mamá. Pero nada. Nadie le sabe decir ningún detalle sobre el paradero de su mujer. Habla con extraños, desconocidos, le muestra la foto, le cuenta quien es ella, todo lo que puede; que es una bella chica pelirroja, médico veterinario, que es maestra de artes marciales y que su mamá se llama Amapola…—¡No señor!...¡L
La conversación está muy amena. A Randy le agrada el carácter de Mauricio a pesar de su tristeza; disfruta mucho de la conversación de Randy, de los cuentos y aventuras, de sus viajes, de las maravillas que vivió en los pueblos que visitó por el Asia. Ahora se sorprende, porque le acaba de preguntar por Reishel, la mejor alumna de su padre.—¡Pero hombre!..¡Yo también la estoy buscando!—¡Entonces…¿no sabes nada de ella?!—¡Siendo sincero Mauricio, pregunté a unos amigos, y me dieron muy poca información, me contaron que se fue con un novio rico, que cambió su vida, pero nadie sabe, dónde está, también me dicen eso…que... la extrañan…porque ella los ayudó mucho, en este barrio peligroso, y no sé si supiste, que mi padre apareció muerto en la cañada; eso fue terrible, el asesinato de mi papá, ¡mi gran maestro!, ¡fue muy doloroso!, por eso me fui , para olvidar, y despegarme de este deseo de vengarlo… pero, amigo trato de no pensar en eso…—¡Disculpa Randy no era mi intención, lo la
Los días transcurrían. Mauricio comenzó a frecuentar a Randy. Dos y tres veces a la semana. Reishel aparecía de vez en cuando, y practicaba también con Randy después de las cinco de la tarde en el gimnasio. Randy por supuesto los alternaba de tal manera que no coincidieran así no habría problema.Los combates con Reishel los disfrutaba; pero a veces la subestimaba…. —¡¿Estás lista?!—¡Cuando quieras!...La velocidad de las piernas de acero de Reishel era imbatible aunque Randy había aprendido una que otra técnica nueva, muy pocas veces lograba dejar a Reishel inmóvil pero jamás fuera de combate…los ruidos eran una comparsa en la gran danza del Kung fu. Randy se atrevía a considerarla vulnerable por ser mujer, pero que va, la pasión que siente Reishel por las artes marciales es colosal, está muy clara en su mente, así como sus piernas son imbatibles, su concentración también lo es.—¡Jup, jup, jup!—¡Ajaaa aquí te lo dejo!Después de varios giros en el aire, Reishel cae y Rand
Randy junto a su hermana Lilly, se esmeraron en acondicionar el gimnasio de La Cementera para el mini torneo de Kung fu que será mañana domingo a partir de seis de la tarde. Le arreglaron algunos detalles, iluminación, además de hacerle la guerra al polvo, de lo que se encargó muy bien Lilly. Que conversa mientras se afana con la limpieza. —¡Todo está quedando espectacular hermano y lo mejor de todo, con poco presupuesto! Llegaron otros amigos y alumnos para terminar de montar una valla de tela inmensa, que decía a todas luces… ”I MINITORNEO DE KUNG FU 2024”…. —¡Listo!—les dice Fabián bajando las escaleras. Se ve muy bien. Todos se comienzan a despedir, después de haber colaborado. —¡Gracias chicos, los esperamos ¿si?!...¡Ánimo todos están muy bien preparados!... Todos se fueron menos Fabián López, el alumno y exnovio de Reishel que hasta los momentos se ha mantenido como el insigne de todos los aprendices de Randy que se ha esmerado también en dar lo mejor de si. —¡Oh Sí fu, m
La multitud se mueve en olas de gritos y emoción. Reishel se ve apretada por la colisión humana sobretodo de hombres, sudorosos, olorosos a licor y a tabaco. Pretende movilizarse sin ser reconocida hacia un lugar que le favorezca mejor la vista. La moto la dejó cuidando a un chico que sabe que es decente, para que se la cuidara. Ella le hablo al chico con una voz falseada para que no se diera cuenta que era ella. Logró desplazarse y se sienta en la tribuna un poco más alto y cerca del ring. Comienza la pelea. Los golpes resonaban en el aire…. —¡JUP!...¡JUP!...¡JUP!... —¡Que bien Fabián!...¡¡Estás irreconocible!!...¡Esooo!—Reishel no perdía detalle de los movimientos de Fabián que estaba manejando muy bien las caderas y sus piernas. Todos eran buenos y difíciles, pero Fabián se veía sobresaliente. —¡Increíble, increíble!, ¡Bravo!—aclamaba Reishel, y ya, ha estás alturas se está sintiendo arrepentida por no haberse inscrito. —¡JUP!...¡JUP!..los combatientes vestidos con sus trajes d
Reishel sintió vuelcos en el corazón, cuando vio a Mauricio pelear. La vida la sorprendió. Pudo haber imaginado cualquier cosa menos que Randy lo estaba entrenando para que participará en el torneo. Las imágenes no dejaban de ser en su mente. Caminó hacia el lugar donde había dejado su moto. El muchacho que se la cuidó la estaba esperando con ilusión…. —¡Señora!...¡Aquí está su moto sana y salva!...¿Que le pareció la pelea?—Reishel no responde pero el prosigue—...¡Estuvo buenísima!—le dijo con emoción— ¡Ahora Mauricio Villacastín es nuestro nuevo héroe!—¡Gracias por el favor y cuídate, así como cuidaste mi moto!Reishel le coloca en sus manos una propina y ve como se ilumina su rostro con una medio sonrisa, se coloca su casco y monta su monto.—¡Gracias amigo!Arranca y se aleja del bullicio y de la algarabía, de los gritos de los apostadores, y del nombre que erigían en grandes ecos, en el gimnasio, en las calles, y en cada esquina, del medio popular…¡Mauricio Villacastín, el