Úrsula está sola esta noche en su apartamento bebiendo cointreau; y despidiendose de su gran amor.

Escondida en la penumbra de su soledad, la rabia infinita la embarga y se asoman dos lágrimas hijas del dolor y de la amargura. La venganza era supuestamente su gran consoladora, pero aún así, llegaba a su imaginación… los amantes felices tomados de la mano, abordando el helicóptero…¡pero ya a esta hora deben estár juntos en el otro mundo!

Lanza un grito que emerge de las entrañas partiendo el vaso contra el suelo…

—¡Mald…a sea!

Se limpia la boca y se estruja la cara y se agarra la cabeza con las dos manos.

<<¡Esperaré, a qué aparezca la noticia!>> y se levanta

Está noche es infinita como infinito el ángel oscuro que acosa su mente.

<<¡Se acabó Mauricio!, se acabó tu vida, se acabó tu éxito, todo se acabó, ¡ya no te burlas más de mi!>>

Ella daba todo por hecho, el plan salió como lo había diseñado.

Todo a su alrededor era extraño, vacío, pero tampoco podía dejarse llevar por la ansie