Paige se encargó de rizarme el cabello, que normalmente es lizo. Dándole volumen con el fijador, mientras que Tara aplicaba ligeras capas de maquillaje. Con aspecto natural, un poco de brillo rosado en los labios, rubor, rímel en las pestañas y sombras doradas en las cuencas de mis ojos.
- Vaya, señorita Ciara. Esta muy guapa. Claro usted tiene una belleza natural y sin gota de maquillaje ya es lo bastante preciosa. Pero con maquillaje parece una modelo – Nos miramos a través del enorme espejo del tocador.
- Por favor, Paige. No es para tanto. Solo quería cenar de manera normal. Pero parece que a Valentino no le gustan las informalidades – Es extraño tener que arreglarme para cenar con él.
Cuando visitaba mi departamento, cenábamos sushi, hamburguesas, pizza o alguna comida rápida y mi vestimenta parecía no importarle.
Porque siempre llegaba del restaurante con
- ¿Por qué me pides enamorarme de ti, si después piensas dejarme ir? – Realmente estoy confundida.- Porque quiero en mi cama – Dice, sin más.- ¿Lo haces para que me acueste contigo? – Ahora estoy más confundida que hace unos instantes.- Sí – Es suficiente.Su propuesta es totalmente descabellada.No puede hacer que me enamore de él solo para tener acceso a mi cuerpo cada vez que a él se le plazca.Me merezco esa libertad. Porque siempre la he tenido.No soy su prisionera.Él no me puede retener en contra de mi voluntad.Recorro la silla hacia atrás, levantándome lentamente de ella. Su mirada puesta en mi rostro impasible.Esperando una respuesta, un insulto o un golpe de mi parte, algo que me haya provocado sus ideas disparatadas.Lo dejo ahí, sentado. Tan impresionado siguiéndome con
- No vuelvas a entregarme una rosa como estas jamás. Porque si lo haces, terminara calcinada al igual que tu preciosa mansión. No se puede enamorar a una mujer solo para follársela. Esta misma noche regreso a mi departamento. –- No puedes volver – Su mandíbula se tensa y la arruga en su frente hace acto de presencia.- Claro que puedo – Rio, sarcástica.- No sabes en donde estamos – Se burla y eso aumenta mi furia.- Lo voy a averiguar – Cualquiera en esta casa estaría dispuesto a ayudarme a escapar de Valentino.- ¿Con quién? No conoces a nadie en este lugar – Levanta una ceja, confiado que no tratare de escapar.Rio por dentro.Idiota.- Con Tara, Paige o Abby. Parecen odiarte tanto como lo hago yo – Su sonrisa arrogante, desaparece en cuestión de segundos.- No te dirán nada. Ellas trabajan para mí,
- Deja de pensar demasiado, Ciara – Sentirlo así de cerca de mi cuerpo, solo me hace desearlo más moviéndose dentro de mí. Tomándome y poseyéndome de la forma en que más se le plazca.Su erección apretada entre mi trasero. Provoca que mi cabeza de vueltas.- Si dejo de resistirme, ¿Qué recibiré a cambio? – Pregunto, con la voz más ronca de lo habitual.Sé que trama algo.La última vez no estaba muy convencido de follarme.Enamorarme no es su principal objetivo.Todo hombre poderoso necesita asegurar su puesto. Sea cual sea.Y Valentino no es la excepción.- Satisfacernos. Ofrecernos placer – Susurra en mi odio. Sus labios rozan mi cabello. Provocando que cierre los ojos y entre abra los labios.Se lo que se siente estar empapada por el solo roce de su enorme miembro en mi entrada.Y habí
Una punzada en mi corazón me dice que he sido una idiota al dejar que Valentino utilizara mi cuerpo en un momento de debilidad entre ambos.Vuelve a actuar al Valentino frio y distante.Quería acurrucarme a su lado y dormir toda la noche abrazada a su cuerpo, como aquella noche en el hotel. Sentirme a salvo entre sus brazos, saber que dentro había un corazón que me guardaba un poco de cariño.No quería sentirme como un objeto sexual. Que desechan después de haber cumplido su función.Él me ha hecho sentirme viva de nuevo.Me levanto rápidamente de la cama. Recogiendo lo primero que encuentro en el suelo.El vestido.Me aferro a la arrugada tela y camino deprisa a la puerta.Ya se ha vuelto costumbre salir con el corazón roto de una habitación que comparto con Valentino.- Espera, Ciara – Su voz me hace detenerme, rígida y ale
El llanto de un bebé se escucha cerca de mi cuerpo, pero no lo logro verlo, la posición en la que me encuentro, me lo impide. No sé si ella está bien o está herida al igual que yo. Esta oscuro, los vidrios de las ventanas del auto están rotos y los pequeños fragmentos están esparcidos en mi regazo, metales prensan mi cuerpo, las respiraciones agitadas y asustadas de todos dentro del destrozado auto, es lo único que se escucha.El olor a combustible y sangre invaden mis fosas nasales, mi piel arde. Puedo jurar que estoy cubierta de sangre. Con golpes en todas partes de mi cuerpo. Intento de enfocar mi mirada al frente. Pero la vista se comienza a tornar borrosa.Estoy mal, estamos mal. No quiero entrar en pánico. Pero esta situación se complica más, a cada segundo que pasa.Si no nos sacan a tiempo, todos moriremos incinerados. Y la torrencial lluvia no ayuda.La voz de mi
El sonido de la alarma y los ligeros golpes en la puerta de mi habitación taladran mis oídos y me vuelven a la realidad. Sacándome de la pesadilla que me persigue desde hace siete años.Maldigo mentalmente. Despabilándome para poder abrir la puerta que está siendo tocada con cierta desesperación.¿Cuándo podré superarlo? ¿Hasta cuándo dejara de ser un horrible y triste recordatorio de que esa noche los perdí para siempre?Es sábado, el día más difícil de la semana. Tanto en el trabajo como en mi departamento.Son las seis y diez de la mañana y Jessie ya está despierta.Me siento en el borde de la rechinante cama y agarro mi viejo teléfono para darle fin a la tortuosa alarma. Froto mi cara con ambas manos, estoy agotada tanto física como mentalmente.Me levanto arrastrando los pies en suelo y dirig
Debía llamar a Stephen, levantar nuevamente a Jessie, ducharla, preparar el desayuno e ir directo al trabajo.Aun envuelta en la toalla amarilla, entro al interior del departamento, caminando a la habitación de Jessie.Abro la puerta con cuidado, enciendo la luz de su habitación y camino hasta la pequeña cama.-Jess, cariño – Muevo su pequeño y menudo cuerpo y escucho un murmuro.-¿Ciara? – Pregunta soñolienta. Restregándose los cojos con la mano.-Si, cariño. Ven conmigo. Te duchare, vendrás conmigo al restaurante – Su sueño parece desaparecer y abre los ojos en grande.-¿Pasaremos el día juntas? –-Eso parece. La señora Olivia enfermo y Luke tiene que ir a terminar algunas cosas pendientes de la escuela. Y no puedo dejarte en el departamento sola. –-Voy a g
Una vez detrás de la puerta que me separa de la vista de los clientes. Suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo desde que me alejé de ese hombre.Mis pulmones se liberan y vuelven a llenarse de aire fresco, bueno, no tan fresco porque se mezcla con los olores de la cocina.-¿Por qué tan nerviosa, Ciara? – Zaheera coloca las manos a cada lado de mi cabeza. Acorralándome, tiene una mirada acusatoria y la ceja oscura bien levantada.-¿Nerviosa yo? Para nada – Intento sonar tranquila. Pero el nerviosismo en mi voz me delata.-El hombre al que acabas de atender. Es tan caliente – Mueve su boca lenta y meticulosamente. Tiene goma de mascar y hace una bomba muy cerca de mi rostro.-¡Zaheera! ¡Por dios! Controla tus órganos sexuales – Abro los ojos, sorprendida por mi uso de palabras en el trabajo. Ella me mira divertida.-&n