El llanto de un bebé se escucha cerca de mi cuerpo, pero no lo logro verlo, la posición en la que me encuentro, me lo impide. No sé si ella está bien o está herida al igual que yo. Esta oscuro, los vidrios de las ventanas del auto están rotos y los pequeños fragmentos están esparcidos en mi regazo, metales prensan mi cuerpo, las respiraciones agitadas y asustadas de todos dentro del destrozado auto, es lo único que se escucha.
El olor a combustible y sangre invaden mis fosas nasales, mi piel arde. Puedo jurar que estoy cubierta de sangre. Con golpes en todas partes de mi cuerpo. Intento de enfocar mi mirada al frente. Pero la vista se comienza a tornar borrosa.
Estoy mal, estamos mal. No quiero entrar en pánico. Pero esta situación se complica más, a cada segundo que pasa.
Si no nos sacan a tiempo, todos moriremos incinerados. Y la torrencial lluvia no ayuda.
La voz de mi mamá tratando de tranquilizarnos me hace mirarla. Diciendo que todo va a estar bien. Mi papá, buscando su teléfono con manos desesperadas. Las sirenas de las ambulancias se escuchan lejanas aún de donde sé a presentado el aparatoso accidente. Todo ocurre en cuestión de segundos.
Las palabras de mi madre haciendo eco en mi cabeza diciendo que me ama y que cuide de Jessie. Que todo estará bien. No quiero que se vaya, ni ella ni mi padre, pero de pronto ellos se desvanecen y solo me quedo con la bebé en brazos. A las afueras de esa casa.
No sé lo que sucede después, solo soy una adolescente asustada con una bebé recién nacida entre mis brazos. Quien llora desconsoladamente, llamando la atención de los transeúntes.
- Tranquila, Jessie. Estaremos a salvo aquí. La policía dijo que ellas cuidaran de nosotras - Beso su frente roja por la fuerza con la que la contrae.
Cuando siente mis labios contra su piel, ella calma su llanto. Y me mira con sus ojos grisáceos.
Una mujer de vestimenta blanca y negra. Abre la puerta con una enorme sonrisa.
- Pero que criaturas tan hermosas. Tú debes ser Ciara y ella, la pequeña Jessie - Sale del recinto y se acerca hasta nosotras con una enorme sonrisa en su boca
Pensé que luciría terrorífica. Tenía miedo de presentarme en este lugar. Pero mi pierna no me dio otra opción que acudir a ellas.
- Si. Dijeron que cuidarían de nosotras - Apenas reconozco mi voz. Es aguda y está rota.
Y es así como me siento. Rota. No puedo retroceder el tiempo y prevenir ese accidente. No puedo tenerlos aquí conmigo una vez más.
La mujer asiente y nos invita a entrar.
Pero es en ese momento en que ella dice que por mi estado de salud y por ser una adolescente y Jessie siendo aún una bebé. Necesitamos separarnos. Para recibir cuidados diferentes.
Es cuando mi mundo se vuelve a desvanecer a mis pies. Por segunda vez en la semana.
No quiero que la alejen de mí. Ella es lo único que me queda en esta vida. Lo único que vale la pena por lo cual luchar y aferrarme después de la tragedia que me los arrebató.
No pueden hacer lo mismo con ella, con mi niña.
Grito y me retuerzo. Lastimándome la pierna. Que arde y duele, pero no más que mi corazón. Cuando esas palabras han sido pronunciadas.
No más que el dolor de no saber hasta cuando me permitirán estar con ella, me perderé las primeras palabras de ella, sus primeros pasos, los dientes de leche. Recordarle quien soy.
Me he vuelto loca, que ellas se ven obligadas a aplicarme una especie de sedante para controlar los desgarradores gritos que salen de mi garganta, para no asustar a los demás niños en el orfanato.
La aguja se clava en mi piel y el líquido recorre mi brazo y la oscuridad me consume viva y la desesperación por tener a Jessie en mis manos nuevamente desaparece porque no puedo hacer nada. Me acompañan hasta que me siento agotada. Ya no tengo ganas ni fuerzas para luchar y gritar.
Solo tranquilidad y ellos vuelven a mi mente diciéndome que haré un buen trabajo.
Que cuide de esa pequeña. ¿Cómo voy a lograrlo si ellas me han separado de mi pequeña?
¿Cómo voy a logar brindarle lo mejor si cuando despierte volveré a gritar y ellas me sedaran?
¿Por qué no solo puedo ir con ellos? ¿Por qué no puedo despertar de esta pesadilla?
El sueño parece eterno. Interminable.
Y es el mayor error que han cometido estas mujeres, porque vuelvo a revivir el accidente. Una y otra vez.
Sin poder identificar cual es la realidad.
El sonido de la alarma y los ligeros golpes en la puerta de mi habitación taladran mis oídos y me vuelven a la realidad. Sacándome de la pesadilla que me persigue desde hace siete años.Maldigo mentalmente. Despabilándome para poder abrir la puerta que está siendo tocada con cierta desesperación.¿Cuándo podré superarlo? ¿Hasta cuándo dejara de ser un horrible y triste recordatorio de que esa noche los perdí para siempre?Es sábado, el día más difícil de la semana. Tanto en el trabajo como en mi departamento.Son las seis y diez de la mañana y Jessie ya está despierta.Me siento en el borde de la rechinante cama y agarro mi viejo teléfono para darle fin a la tortuosa alarma. Froto mi cara con ambas manos, estoy agotada tanto física como mentalmente.Me levanto arrastrando los pies en suelo y dirig
Debía llamar a Stephen, levantar nuevamente a Jessie, ducharla, preparar el desayuno e ir directo al trabajo.Aun envuelta en la toalla amarilla, entro al interior del departamento, caminando a la habitación de Jessie.Abro la puerta con cuidado, enciendo la luz de su habitación y camino hasta la pequeña cama.-Jess, cariño – Muevo su pequeño y menudo cuerpo y escucho un murmuro.-¿Ciara? – Pregunta soñolienta. Restregándose los cojos con la mano.-Si, cariño. Ven conmigo. Te duchare, vendrás conmigo al restaurante – Su sueño parece desaparecer y abre los ojos en grande.-¿Pasaremos el día juntas? –-Eso parece. La señora Olivia enfermo y Luke tiene que ir a terminar algunas cosas pendientes de la escuela. Y no puedo dejarte en el departamento sola. –-Voy a g
Una vez detrás de la puerta que me separa de la vista de los clientes. Suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo desde que me alejé de ese hombre.Mis pulmones se liberan y vuelven a llenarse de aire fresco, bueno, no tan fresco porque se mezcla con los olores de la cocina.-¿Por qué tan nerviosa, Ciara? – Zaheera coloca las manos a cada lado de mi cabeza. Acorralándome, tiene una mirada acusatoria y la ceja oscura bien levantada.-¿Nerviosa yo? Para nada – Intento sonar tranquila. Pero el nerviosismo en mi voz me delata.-El hombre al que acabas de atender. Es tan caliente – Mueve su boca lenta y meticulosamente. Tiene goma de mascar y hace una bomba muy cerca de mi rostro.-¡Zaheera! ¡Por dios! Controla tus órganos sexuales – Abro los ojos, sorprendida por mi uso de palabras en el trabajo. Ella me mira divertida.-&n
Me despido de los chicos en el restaurante y Stephen me detiene antes de que salga del restauranteMe ofrece llevarme a casa, viendo que Jessie se ha quedado dormida y se me dificulta caminar con ella entre mis brazos.Saben lo que me sucedió en la pierna durante el accidente. Algunos nervios no funcionan del todo y muy pocas personas han notado que cojeo de mi pierna izquierda.Una de mis principales inseguridades.-Puedo hacerlo. No te preocupes. Solo son dos calles – Me cuelgo la mochila en el hombro.-Eres una necia, Ciara – Zaheera intenta arrebatarme a Jessie de los brazos para introducirla en el auto de Stephen.-Los llamare cuando llegue a casa – No me espero para que me den una respuesta.Salgo a la fría y oscura noche de noviembre. Mientras los escucho protestar a mis espaldas.Los ignoro y camino por Greenwich, por la misma acera donde se encuentra el restaurante.
La brisa fría de la mañana hace que me estremezca en la banca de concreto, observando a Jessie perseguir a un grupo de burbujas que vuelan por todas partes encima de su cabeza. Tratando de alcanzarlas y reventarlas con sus dedos.Está feliz, jugando, disfrutando del aire fresco y olvidándose por un par de horas de la tragedia y la soledad que nos persigue desde hace seis años.Se persigue con los demás niños que están en el parque.Ella es el reflejo de una niña plena y feliz. A falta de recursos económicos en nuestra vida. Lo es. Y no quiero que eso cambie nunca.Estoy muy orgullosa por la increíble niña que he educado. Amable, cariñosa, respetuosa, con un gran corazón que debe ser adorara y bien cuidado y es muy extrovertida. Mucho más que yo a su edad.Mis padres deben de estar orgullo de mí. De ambas.- Así es mucho m&aa
Valentino es bastante atractivo, parece estar soltero y disponible. Lo sé porque he mirado su mano en repetidas ocasiones y no hay rastro de un anillo de casado. Pero algo me dice que me aleje. Que este hombre no me conviene en lo absoluto.Mantengo la boca cerrada y me limito a asentir despacio.- Es un verdadero placer que ella sea como usted, señorita Ciara – Sus ojos me miran sonrientes.- En realidad, ella es mucho mejor que yo a su edad – Y ahí lo tienen. Estoy compartiendo un poco de información a un completo desconocido. Y lo peor de todo es que es sobre mi infancia.Donde recuerdo de una niña feliz, sin preocupaciones y con ambos padres aún vivos, me golpea en el rostro como el frio viento de esta mañana.Jessie fue privada de esos seres maravillosos por aquel hombre borracho y por mi culpa.- Ciara, ¿se encuentra bien? – Su cálida mano se posa en mi ro
He llamado a Zaheera en cuanto hemos entrado al departamento. Acordando con ella en ir a un bar en la noche.Ni siquiera sé porque lo he hecho. Pero a ella pareció no importarle y ha aceptado encantada a llevarme a un bar y emborracharme.Siendo la primera vez en años que no lo hacemos.Necesito distraerme y pedirle consejos a Zaheera sobre Valentino que me ha proporcionado su número y nada más que su nombre.Sin apellido ni a que se dedica y la proposición de cenar con él esta noche. Estoy echa un lio.Es una tontería, pero en el fondo, quería decirle que sí. Pero mi sensatez me hizo caminar con dignidad hasta casa.- ¿Me estás diciendo que el hombre de aspecto intimidante y ojos preciosos y tan caliente como el pan recién salido del horno, te invito a cenar? – Esa caminando de un lado a otro por mi habitación. Sin creer que estuve a puno
No reconozco a la mujer que esta frente al pequeño espejo de cuerpo completo de mi habitación. Estoy tan poco acostumbrada en llevar el cabello suelto, los ojos ligeramente maquillados con sombra café chocolate, realzando más el azul de mis ojos, los labios rosas y las mejillas con un poco de rubor.- Por dios, Ciara. Deberías bañarte más seguido – Observo a Zaheera a través del espejo y ruedo los ojos con una sonrisa resplandeciente.El vestido y el maquillaje son poco extravagantes de lo que imaginaba cuando Zaheera me hizo meterme en él.Me hacen sentir segura y empoderada.Realmente me siento hermosa y sin miedo a que la enorme cicatriz en mi pierna se vea debajo del corto vestido. Ni me siento insegura de mostrar mi cuerpo voluminoso.- Te ves exquisita, Ciara – Está orgullosa de su obra maestra.- Tú tampoco te ves mal. Mira ese trasero – Hag