SEBASTIAN Estoy ayudando a Sofía a acomodarse en la habitación de mi mansión. Permanecimos una semana en la clínica, hoy le dieron el alta. A pesar de que no me gusta dormir en la misma cama con nadie, eso incluye a mi rosa.. pero... Accedí a las súplicas de su parte, referente a mudarse a mi cuarto. Todavía está convaleciente y debo consentirla al menos un poco. Me dirijo al vestidor, para colgar en perchas las prendas de mi prometida junto a mis camisas y de repente... El perfume favorito de Sofía, se impregna en mis fosas nasales. Recuerdo como antes, a mí también... ¡me encantaba tanto!... que me excitaba de solo sentirlo, y ahora no puedo evitar compararlo con la fragancia corporal y natural que desprende mi pequeña. Cierro los ojos.. me transportó a esa noche... sus besos tan dulces e inocentes que me vuelven loco de las ansias... Deseo ir a buscarla para terminar lo que inicie en el buque, pero ¡No puedo! me contengo por Sofía. Debo permanecer a su lado, hasta que mejore, aunq
CATA Tres semanas que no se nada de el. Prácticamente eh vuelto a mi monotomía, lo único diferente es que encontre un muy buen compañero de cenas, charlas y risas. Aunque, Joaquín intento avanzar conmigo en el plano amoroso, cada vez que se le presentaba la oportunidad, tuve que confesarle con amabilidad que solo lo veo como un gran amigo, casi como el hermano que no logré tener. Pero, lo que no me esperaba era su reacción de disgusto al ser rechazado, tanto así, que hace días que no recibo ni un msj, ni llamadas y no más sorpresas a la salida del trabajo de su parte, esperando por mí. Suspiro al bajar del último colectivo, que me deja justo a unas cuadras de mi departamento. Mientras camino paso por la famosa esquina, donde se juntan todos los vagos, delicuentes que desperdician su vida en drogas y alcohol. Día y noche, dónde también reparten el botín de lo robado a gente humilde y trabajadora como es mi caso, entre otras. Cuando paso por su lado, me saludan, como todas las noches.
CATA Salimos sigilosamente del departamento con yesi, escapandonos de la casera, debido a que solo se admite una persona por departamento. Mi amiga lleva sus estilettos de diseñador en la mano, preocurando no emitir ningún sonido. La detallo de pies a cabeza, parece una diva con sus anteojos de sol dorados, y su conjunto de pollera entallada y corset morado. Siempre maquillada y peinada impecable, al contrario de mi, con mi uniforme de empleada y mis zapatos negros simples que no dicen nada. Bueno la diferencia entre nostrosas, es que yo, no me preocupo ni un poco por mi aspecto. Mi única preocupación es trabajar, para hacer plata por qué lo necesito para subsistir. En cambio, Yesi, lleva toda ropa de marcas importadas, zapatos de diseñadores y carteras que valen el doble o triple de mi sueldo. Su sugar hasta un salario mensual le brinda, Pero ella insiste en trabajar. Largo el aire que tenía contenido, cuando veo que vamos a salir a la calle, pero antes de cantar victoria escuchamos
CATA Un escalofrío me recorre entera al escuchar salir esas palabras de sus labios. Comienzo a sudar y mi cuerpo tiembla levemente por el dolor que me atraviesa. Abatida doy la vuelta para enfrentarlo – Entonces... ¡ Es verdad ! ¿ Mandaste a incendiar el edificio donde habitaba ? ¡¿Querías matarme?!. Con mi corazón expectante, tomo valor y lo miro a la cara, pero el, esquiva mi mirada. Su expresión se mantiene impasible. En esta situación, no puedo soportar, que no me mire ni me diga nada, me saca de quicio.Con mis manos me aferró a su camisa y lo sacudo, para que reaccione o eso intento. Le gritó. – habla de una puta vez... Comportate como un hombre y admití tus acciones. Voltea a verme con una frialdad que me congela la sangre. Con lentitud, toma una a una, mis manos y las quita de su camisa. Me da la espalda y se aleja, dejándome ahí, de pie. Sebastián, se encamina a una especie de sillón largo y rojo, y se sienta. Al frente hay una mesita de roble, que contiene una botella de w
CATA Al salir del antro, me agachó en la vereda, haciéndome un ovillo y lloro como una Magdalena. No se, cuánto tiempo transcurre, pero mi llanto solo cesa, cuando percibo, un auto lujoso estacionarse a mi lado. De este, baja un hombre de traje oscuro y me mira fijamente para decirme. – Señorita, el jefe, ordenó que me asegure de llevarla a su casa a salvo. Salgo de mi estado perplejo para asentir, sin importar que este hombre, puede ser un loco, violador o asesino serial . Me levanto con su ayuda. Subo a la parte trasera del vehículo dirigida por el desconocido. Mientras viajo, miro a través de la ventanilla baja. Las luces de la noche, Los carteles de comercios luminosos. La gran avenida principal, inundada por la multitud de personas. Algunos caminando, dialogando entre ellos, otros sonriendo tomados de la mano. El sentimiento de angustia vuelve a invadir mi interior. Cierro mis ojos, afligida y sin darme cuenta me quedo así, quieta hasta caer en un sueño profundo. Oigo que a l
CATA Al chocar mí espalda contra la pared. Furiosa, miro a Sebastián frente a mí. El, se agacha hasta quedar a mí altura y respira agitado en mí oído, causando que mí piel se erize. – Tranquila, pequeña. Soy yo, no te asustes.– Por eso mismo, es por qué sos, precisamente vos. Que me alteró tanto. ¿ Que haces acá ? ¿ Cómo me encontraste?Al demente se le dibuja una media sonrisa, tan perversa como atractiva. Su belleza oscura, sorprendentemente, nunca deja de impactar en mi interior. El, elude mis preguntas y eleva su rodilla, para separar mis piernas abruptamente e incorporarse entre mis muslos, haciéndome notar su excitación, cuando se pega a mí. Lanzo un jadeo involuntario, debido a la euforia que me consume. Cierro los ojos, avergonzada de mí debilidad, ante está vorágine de sensaciones. Mí conciencia dice no, pero mí cuerpo me traiciona... tiene vida propia y me delata. Sebastián apreta con sus dedos mis mejillas y su aliento cálido, hace vibrar mís huesos al demandar. – Abrí t
CATA Suelto la mano de Sebastián, para caminar con decisión hasta el centro de la habitación. Me detengo y respiro hondo, luego hablo para todos los presentes. – Agradezco infinitamente el apoyo económico, asi como la contención emocional que me brindaron los anfitriones de esta hermosa casa. Me abrieron las puertas de su hogar sin reparo, me cuidaron, me pretegieron.. Sobre todo .... – Dirijo mí vista al rostro de yes, que me observa atentamente sin emitir palabras, debido a la emoción que se carga. Sabe todo de mí, hasta lo más mínimo, jamás tuve secretos con ella. Por eso, es tan sobreprotectora, más que una hermana a veces parece una madre con sus retos, aunque también, sabe reconfortarme en mis días malos, comparte junto conmigo mis logros y fracasos... Y lo que más admiro de ella, es que toma mi sufrimiento como propio. Es fuerte pero de corazón bondadoso. Yesi, conoce a fondo mí carácter débil, sensible y lo manipulable que puedo llegar a ser si caigo en las manos equivocadas.
CATA Esta depresión me está consumiendo en vida. No sirvo más que para llorar y permanecer tirada en la cama. A medida que los minutos y las horas transcurren, el tiempo es una tortura que juega en mí mente, llevándome al límite de la cordura. Y está maldita ansiedad hace que mi angustia aumente y no me deje respirar, provocando estragos en todo mi ser. Miro el reloj digital en mi habitación justo cuando suena anunciando las 18:00 pm. Y caigo en la cuenta que desde ayer hasta hoy... me la pasé dentro de estás cuatro paredes sin alimentarme, ducharme e ir al baño para hacer mis necesidades... las acciones necesarias que todo un ser humano normal, generalmente haría. Aunque me duela admitirlo... ya nunca más, volveré a ser la misma chica ingenua que llegó a esta ciudad, con un solo objetivo de progresar .... Desde que conoci a ese mafioso de mierda. Dirijo mi vista hacia la puerta, cuando por esta ingresa mi amiga, vestida de gala con un peinado y maquillaje a juego inmaculado. Al choc