En cuanto el hombre detrás de mi cae, corro hacia Anthony y lo abrazo con fuerza, hecha un manojo de nervios.
— Vamos — me insta, dándome una palmadita en la espalda antes de cargarme y maldecir de dolor
— Anthony — me quejo, le habían disparado en el brazo, perdía sangre y estaba golpeado — estás herido, bájame, no debes...
— Shhh — aprieto los labios, ya lo reñiría luego, pero comprendía que debíamos salir de aquí. Me lleva a un lugar apartado del estacionamiento y me mete a toda prisa en el asiento del conductor de un auto — no...no creo poder conducir — dice, casi disculpándose.
— Ya pasó — asegura Adeline, su mirada es tan dulce y reconfortante, que por un segundo recuerdo cuando era pequeño, cuando mamá me arrullaba luego de una pesadilla o cuando por andar de bromista terminaba con las rodillas raspadas y llorando — Todo está bien — me asegura Adeline, limpiando el sudor de mi frente.Cierro los ojos de nuevo, las imágenes de mis niñas muertas en medio de los escombros, el cuerpo de mi esposa embarazada sosteniendo a nuestro pequeño en brazos, esas imágenes estaban grabadas con fuego en mi cerebro, y dudaba que desaparecieran alguna vez.Había soñado con la explosión, había visto a mis niñas correr hacia mi desde la entrada, yo me arrodillé para esperar a que se arrojaran sobre mí, incluso Henry daba torpes pasos detrás de sus hermanas, Sharon sonreía desde la entrada.Luego había
Despierto sintiéndome excitada y tensa, con los brazos de Anthony rodeándome, su mano en mi cadera y su…erección presionando contra mi trasero. Había soñado con la noche que estuve con él, sin poder evitarlo, y sintiendo la profunda necesidad de tenerlo cerca, me aprieto contra él, sorprendida cuando su mano se tensa y suspira ente dientes. Estaba tan despierto como yo. — Deja de moverte, preciosa — gruñe con voz ronca, enviando un escalofrío alrededor de mi cuerpo, aprieto los labios, pero el gemido escapa de mis labios igualmente. Anthony suspira, puedo sentir su corazón latiendo con fuerza en mi espalda — Que me aspen — murmura antes de mover las caderas, embistiendo contra mi trasero — ¿que haré contigo, Adeline? — Lo que haces ahora, me gusta — digo temblorosamente, sintiendo su mano acariciar mis piernas y besa mi cuello con delicadeza — mucho — él gruñe algo que no entiendo bien antes de posicionarse sobre mí, sus ojos verdes me
Adeline cae rendida luego de un rato, aún con la mente embotada, tanto por la increíble mamada como por la maraña de extrañas sensaciones que se había instalado en mi pecho.Así que, con cuidado, me aparto de la cama, era casi hora de irnos así que tenía que preparar todo, me pongo unos boxers y voy en busca de mi laptop, estaba perfectamente encriptada, mis hermanos y yo (principalmente Henry, pero jamás lo diríamos en voz alta) habíamos desarrollado un programa especial para usarlo en el ejército, con todos retirados, empezábamos a buscar alternativas.De inmediato, hago una llamada de video, sorprendido cuando los cuatro aparecen en la pantalla, son l
Me había besado. Anthony me había besado. Lenta y sensualmente, mientras acariciaba mi vientre con delicadeza, los niños empiezan a moverse, era como si supieran que su padre estaba frente a ellos. - Hay que apresurarnos - dice acariciando mi mejilla, tiene una mirada extraña en su rostro, pero me ayuda a entrar a la ducha, abre la pluma, pero se deja los boxers mientras me ayuda a untarme jabón, suspiro aliviada al sentir sus manos firmes contra mi piel suave, incluso me lava el cabello - pensé que serías más brusco - admito, cuando me hace sentarme en el retrete y masa
Dejar a Adeline en la cafetería no me sienta demasiado bien, pero necesitaba conseguir comida decente, si quería conseguir que comiera algo, era mejor que fuera algo que le gustara, así que, en un movimiento desesperado, llamo a mi hermana- Connors - responde, de fondo puedo escuchar a mis sobrinos llorando- Eleanor, tengo una pregunta - murmuro, ella bufa, y puedo sentir su molestia a través del teléfono - vamos, Eli ¿no querías que consiguiera una mujer? ayúdame a mantenerla al menos- ¿De qué mierda hablas? - se queja - Los idiotas de tus mellizos no me dicen una mierda, y metiste a David en esto ¿Ahora me llamas?- ¿recuerdas a Otto Muller? - pregunto, llegando al supermercado, en busca de un par de alimentos frescos, y cosas para preparar en la cabaña - ¿y a su esposa, Adeline?- los mencionaste hace unos meses, luego de la boda -
— Y yo un militar, Muller, si vamos a estar juntos, más te vale acostumbrarte Decir que estoy sorprendida ante su declaración, sería un eufemismo, ¿estar juntos? ¿lo decía enserio. Aparto la mirada y me obligo a ponerme de pie, me dolían los pies y tenía calambres en las piernas, mis pequeños estaban de mal humor, llevaban cerca de veinte minutos pataleando con fuerza, así que definitivamente necesitaba descansar — No me siento bien— me quejo, haciendo una mueca cuando uno de los niños me maltrata en las costillas— Dios, mis costillas — Maldición— murmura Anthony, dejando las mochilas a un lado y arrodillándose frente a mí, acaricia mi vientre— Niños— su voz es firme, está hablando en inglés, por lo que solo entiendo la primera palabra, empieza a hablar con tranquilidad, acariciándolos con cuidado, hasta que de alguna manera, se quedan quietos, lo que se siente como un alivio, Ant
Llegamos a la cabaña media hora más tarde, aunque me alejo por un momento para asegurar el perímetro, el lugar estaba despejado y no había ninguna huella reciente que pudiera dar a entender que alguien había estado aquí en un tiempo, así que hago entrar a Adeline, quien está demasiado cansada y deshidratada como para seguir caminando, la mujer necesitaba descansar. — Ahhhhh — Me giro con el arma en ristre en cuanto escucho el grito, pero suspiro aliviado al ver que solo es una rata — Luuucas, una rata ¡Mátala! — Eres veterinaria y le temes a una rata — digo, levantando las cejas en su dirección y apartando al bicho con el pie, ella se estremece de asco — P
Me quedo dormida en los brazos de Anthony, lo sé porque en cuanto se aparta, despierto de inmediato, me giro con cuidado, solo para disfrutar de la vista, se vuelve a poner los pantalones y se quita la playera, sus cicatrices y tatuajes le dan un aspecto que podría ser incluso hostil, pero desde mi perspectiva está sencillamente cansado.Empieza a dar vueltas por el lugar, limpiando y poniendo todo en su lugar con sorprendente eficacia, deshace las maletas, me sorprendo al ver que hay un pequeño refrigerador en una esquina, así que guarda la mayoría de los alimentos y toma una ducha— Deberías dejar de mirarme y probarla por tu cuenta — dice llegando a mi lado, con la toalla en sus caderas, lo que me hace sentir calor de inmediato, el hombre era grande en todos los aspectos, con músculos firmes y cicatrices por todo su cuerpo, tiene quemaduras, balas, cortes...todo un repertorio de heridas, lo miro a l