Adeline cae rendida luego de un rato, aún con la mente embotada, tanto por la increíble mamada como por la maraña de extrañas sensaciones que se había instalado en mi pecho.
Así que, con cuidado, me aparto de la cama, era casi hora de irnos así que tenía que preparar todo, me pongo unos boxers y voy en busca de mi laptop, estaba perfectamente encriptada, mis hermanos y yo (principalmente Henry, pero jamás lo diríamos en voz alta) habíamos desarrollado un programa especial para usarlo en el ejército, con todos retirados, empezábamos a buscar alternativas.
De inmediato, hago una llamada de video, sorprendido cuando los cuatro aparecen en la pantalla, son l
Me había besado. Anthony me había besado. Lenta y sensualmente, mientras acariciaba mi vientre con delicadeza, los niños empiezan a moverse, era como si supieran que su padre estaba frente a ellos. - Hay que apresurarnos - dice acariciando mi mejilla, tiene una mirada extraña en su rostro, pero me ayuda a entrar a la ducha, abre la pluma, pero se deja los boxers mientras me ayuda a untarme jabón, suspiro aliviada al sentir sus manos firmes contra mi piel suave, incluso me lava el cabello - pensé que serías más brusco - admito, cuando me hace sentarme en el retrete y masa
Dejar a Adeline en la cafetería no me sienta demasiado bien, pero necesitaba conseguir comida decente, si quería conseguir que comiera algo, era mejor que fuera algo que le gustara, así que, en un movimiento desesperado, llamo a mi hermana- Connors - responde, de fondo puedo escuchar a mis sobrinos llorando- Eleanor, tengo una pregunta - murmuro, ella bufa, y puedo sentir su molestia a través del teléfono - vamos, Eli ¿no querías que consiguiera una mujer? ayúdame a mantenerla al menos- ¿De qué mierda hablas? - se queja - Los idiotas de tus mellizos no me dicen una mierda, y metiste a David en esto ¿Ahora me llamas?- ¿recuerdas a Otto Muller? - pregunto, llegando al supermercado, en busca de un par de alimentos frescos, y cosas para preparar en la cabaña - ¿y a su esposa, Adeline?- los mencionaste hace unos meses, luego de la boda -
— Y yo un militar, Muller, si vamos a estar juntos, más te vale acostumbrarte Decir que estoy sorprendida ante su declaración, sería un eufemismo, ¿estar juntos? ¿lo decía enserio. Aparto la mirada y me obligo a ponerme de pie, me dolían los pies y tenía calambres en las piernas, mis pequeños estaban de mal humor, llevaban cerca de veinte minutos pataleando con fuerza, así que definitivamente necesitaba descansar — No me siento bien— me quejo, haciendo una mueca cuando uno de los niños me maltrata en las costillas— Dios, mis costillas — Maldición— murmura Anthony, dejando las mochilas a un lado y arrodillándose frente a mí, acaricia mi vientre— Niños— su voz es firme, está hablando en inglés, por lo que solo entiendo la primera palabra, empieza a hablar con tranquilidad, acariciándolos con cuidado, hasta que de alguna manera, se quedan quietos, lo que se siente como un alivio, Ant
Llegamos a la cabaña media hora más tarde, aunque me alejo por un momento para asegurar el perímetro, el lugar estaba despejado y no había ninguna huella reciente que pudiera dar a entender que alguien había estado aquí en un tiempo, así que hago entrar a Adeline, quien está demasiado cansada y deshidratada como para seguir caminando, la mujer necesitaba descansar. — Ahhhhh — Me giro con el arma en ristre en cuanto escucho el grito, pero suspiro aliviado al ver que solo es una rata — Luuucas, una rata ¡Mátala! — Eres veterinaria y le temes a una rata — digo, levantando las cejas en su dirección y apartando al bicho con el pie, ella se estremece de asco — P
Me quedo dormida en los brazos de Anthony, lo sé porque en cuanto se aparta, despierto de inmediato, me giro con cuidado, solo para disfrutar de la vista, se vuelve a poner los pantalones y se quita la playera, sus cicatrices y tatuajes le dan un aspecto que podría ser incluso hostil, pero desde mi perspectiva está sencillamente cansado.Empieza a dar vueltas por el lugar, limpiando y poniendo todo en su lugar con sorprendente eficacia, deshace las maletas, me sorprendo al ver que hay un pequeño refrigerador en una esquina, así que guarda la mayoría de los alimentos y toma una ducha— Deberías dejar de mirarme y probarla por tu cuenta — dice llegando a mi lado, con la toalla en sus caderas, lo que me hace sentir calor de inmediato, el hombre era grande en todos los aspectos, con músculos firmes y cicatrices por todo su cuerpo, tiene quemaduras, balas, cortes...todo un repertorio de heridas, lo miro a l
Cierro los ojos y espero el golpe, pero nunca llega. Al abrirlos, él me está mirando, y tengo que resistir el odioso impulso de consolarlo, ya no podía hacer nada más por él. — Dímelo, Alena...por favor— pregunta, su voz es un susurro, está intentando manipularme, es el mismo truco de siempre, ojos tristes y expresión dolida, pero Scott era un sociópata siempre lo había sido, y cuando me niego a responder, grita— MADITA SEA ¡DIMELO! ¡DIME DONDE ESTÁN!— No lo sé— miento, no tengo que fingir el cansancio en mi voz, estoy cansada, llevo años estándolo&md
Una semana pasa sin que suceda nada extraño. Llamo a mis hermanos y consigo noticias de mi niña, está molesta aún, pero lo entiende. También hablo con David, el hombre tradujo lo que le pedí a pesar de no lucir demasiado contento con las partes que tenían que ver directamente con su prima.Había descubierto un par de cosas interesantes.Alena, Constantine, Max, Björn y la otra pareja de la fotografía (Kelly y Anthony) habían hecho parte de un grupo secreto del gobierno hace quince años, cuando una serie de atentados terroristas aterrorizó a Europa, ellos malditamente salvaron el mundo. Cuando se establece la conexión, me siento ansiosa, no conocía a la hermana de Anthony, pero sabía quién era, la mujer era la dueña del mundo, desde hace unos años, Harmond Inc. se había convertido en la empresa más importante del mundo y todos sabían quien era Anne Z. Connors. En cuanto la imagen se conecta, la imagen mental que me había formado de la mujer, se destruye por completo, tiene cabello rojo y rizado, pero corto y a la moda, una sencilla blusa a tiras con y piel blanca y pecosa, con ojos verdes que miran más allá de la cámara con irritación, está detrás de un escritorio y habla con alguien en inglés. — Zhevy, ya dije que no — dice en alemán, suspirando irritada antes de despedir a quien quiera que sea Zhevy con la man19. Adeline