Cuando tocan la puerta, mi corazón se detiene, había jodidamente bajado la guardia, alguien había conseguido llegar hasta la cabaña sin que lo notara, incluso si alguien se había molestado en tocar, era un descuido que podría costarnos la vida
— escóndete en el baño — digo a Adeline, ella no lo piensa dos veces antes de correr hacia el baño y cerrar la puerta.
— Sé que estás dentro, Anthony — doy y respingo al reconocer la voz ¿era una jodida broma? Tomo el arma...solo por si acaso, al a
Maximilian y Anthony me miran fijamente, esperando mi decisión, conseguimos salir del bosque y ahora estamos en la carretera, frente una enorme camioneta, tienen un mapa extendido en el capó, es momento de decidir a donde ir— No lo sé... ¿podríamos salir de Austria? — propongo, ellos se miran, es una opción, pero mi ánimo decae cuando ambos niegan— Sería lo que nosotros haríamos — explica Max — quedarnos cerca de la zona podría despistar, pero es demasiado riesgoso— escoger un sitio al azar en el mapa es un inicio, para asegurarse de que no sepa donde
Padre. Soy padre otra vez. Han pasado seis horas desde que nacieron, y no puedo despegar la vista de ellos, son dos diminutos pelirrojos, con pañales que les quedan demasiado grandes (no sabía que las malditas cosas venían por "etapas") están dormidos y tan tranquilos, sin saber el peligro en el que se encontraban. — Anthony — llama Adeline, me había hecho pasar un susto de muerte al desmayarse momentáneamente luego del parto, pero estaba cansada y dolorida, y yo estoy traumatizado de por vida, pero valió malditamente la pena. — ¿sí? — digo girándome con cuidado de no despertar a los niños, están en la otra cama de la habitación, rodeados de almohadas y ma
Ethan Connors es definitivamente idéntico a Anthony, incluso la forma distraída en que se pone la mano en la cadera cuando está mirando por la ventana, la forma en que aprieta los labios, la única diferencia evidente está en su mirada, que, si bien es del mismo verde intenso, los ojos de Ethan tenían un brillo divertido y relajado, sí, la sombra que dejaba la guerra estaba allí, pero en Anthony, esa mirada era más profunda y oscura— ¿sorprendida por el parecido? — pregunta con diversión, se estira perezosamente — espera a vernos a los cinco— Debe ser divertido en las fiestas — digo abrigándome con la manta, hace varia
- DEBE SER UNA PUTA BROMA - grito furioso, quiero saltar sobre Ethan, pero David se interpone- Hey, Hey, no hay que alterarse - insiste, gruñendo me aparto de un empujón- ¡Te dije que la protegieras maldita sea! - me quejo, furioso con mi hermano, sabía que él podía sentir mi ira de la misma forma en que yo sentía su incomodidad- Lo sé, lo sé, pero ella saltó a los brazos de Alena - se queja, Max, al escuchar la mención de su esposa se pone tenso Me mantengo en silencio todo el trayecto en el coche, Alena no me mira en lo absoluto, sencillamente me metió en el asiento del pasajero con sorprendente cuidado. — ajusta el vientre, tengo que mandarle evidencias a Scott — dice luego de lo que parece una eternidad, la miro con sorpresa — Llevo días siguiéndolos, esperé a que Max y el hermano de Anthony sacaran a los bebés — añade mirándome con comprensión — soy madre Adeline, y a diferencia de lo que pueden pensar, tengo limites — ¿por qué haces esto? — pregunto, ajustando el vientre sintético — soy tu amiga ¿no? Su risa es seca y sin gracia — No es cuestión de amistad, solo hago lo necesario para salvar a mis hijos, igual que tu — detiene el coche bruscamente a un lado de la carretera y abre la puerta, se ha puesto pálida de repente y no puedo evitar preocuparme, vomita violentamente en cuanto pone un pie en el suelo — Dios, Alena — salgo del coche y lo rodeo hasta llegar a su lado, sostengo25. Adeline
Taliana se enteró de sus hermanos.Y ahora estoy en medio de una "conferencia" con mi hija de dieciocho años mirándome como su propia madre lo había hecho da saber que tuve las pelotas para estar con otra mujer. En verdad es perturbador.— Al menos tienes la decencia de parecer avergonzado — gruñe mi hija, cruzándose de brazos, junto a ella está su tía Anne, quien había llegado a NY y ahora estaba rodeada de bebés dormidos — ¿qué mierda papá? — se queja, señalando a los gemelos— Si te hace sentir mejor, yo tampoco lo sabía — digo, carraspeando, Anne se ríe y carraspea, en un vano intento de disimular, mi hij
En cuanto cuelgo el teléfono, mi estomago se aprieta, tengo una sensación extraña y los nervios me causan un ligero mareo, el timbre suena otra vez y me aseguro de que todo esté en su lugar, Alena está preparando la cena, y me aseguró que nadie sabía dónde estábamos, excepto Max y Anthony. Haber escuchado la voz de Anthony había sido reconfortante, pero ahora, el miedo me recorría como una descarga eléctrica. Al llegar a la sala, Alenna está a punto de abrir la puerta, me mira con aprehensión antes de girar la perilla, doy un grito ahogado al ver a la persona al otro lado de la puerta, con una sonrisa de tiburón y ropas oscuras, está Scott Constantine, el hombre que me quiere muerta
No me considero un hombre violento, solo una vez en toda mi vida me refugie en la violencia para calmar mi ira, y esconder el dolor. Ahora, estoy totalmente de acuerdo con Max cuando grita. — VOY A MATAR A ESE HIJO DE PUTA — Da un puño a la pared y destroza media habitación con dos furiosas patadas. Constantine está en la casa. Otto está vivo. Alenna acaba de ser golpeada de forma brutal. Cuando veo a Constantine arrojar una maleta pequeña en el rostro de mi chica, yo también estoy a punto de explotar. — Era una maldita trampa — me quejo, sintiendo la urgencia de golpear a alguien, Ethan me mira con preocupación — Llegamos a Múnich y ellas