Un sonido me despertó. Al abrir los ojos, un mar azul se presentó frente a mí. Su ceño estaba fruncido, y su boca era una línea fina.
—Por fin.
—Yo…. Entraré –comenté e intenté apartarme de su presencia. Sostuvo mi mano, y me obligó a sentarme. —¿qué quieres?
—Dejé a Lila –comentó y lo observé sin comprender –el bebé… no es mío. Bueno, si teníamos sexo y eso pero..
Levanté la mano, sin querer oírlo –No me interesa.
—Ailín. Te amo –comentó y mis ojos se encontraron con los suyos ¿Acaba de confesar que me ama? No entendía nada, entonces comencé a reirme como una loca.
Es que él, me volvía así.
—Es una broma muy mala –comenté y él negó –no m
La muerte, había esperado ver un túnel como anunciaban en las películas. Quizas… algún familiar querido visitándonos. Sin embargo, nada de eso pasó porque…No morí.Pude abrir los ojos. Sentía una fuerza increíble. Aquello me sorprendió, entonces me senté. Me sorprendí al verme al espejo. Me mostró una hermosa mujer de cabello largo y tez blanca. Sonreí, ya no era palida y tenía cejas.—Tengo… cejas –cubrí mi rostro emocionada. Me levante sin dificultad y mis ojos se cristalizaron –puedo caminar.—¿Y qué le dirás? –escuché y me giré sorpendida. Pero no había nadie a mi alrededor. ¿Cómo era posible que escuchara?—Que la convertí… en contra de su voluntad –escuché la voz de Zane. Y luego la puerta se a
————————————Al día siguiente, creo, que venía la parte mas difícil: hablar con Yes.Estaba frente a su habitación, y mis manos temblaban. Suspiré y me dí la vuelta, justo cuando la puerta se abrió.—Mamá… —comentó Yes, y me giré para observarla con tristeza –sabía que volverías…—Mi hijita –comenté temblorosa y la envolví entre mis brazos. Lloré en silencio, mientras le llenaba de besos y caricias, que no había podido darle nunca.—Mamá ahora estás aquí y es lo único que importa –susurró e ingresamos a su habitación –me he sacado muchas fotos mientras crecía. Quiero… que las veas a todas.—No debiste… sacrificarte tantos sigl
—Cariño hablemos ¿por qué…? –preguntó Zane pero ella levantó la mano. Sostenía el cofre que anteriormente me había entregado.—Solamente el alma de mi mamá… puede abrirlo. Siempre… les hice la prueba a todas las humanas que traje. Sin embargo, contigo no… —comentó con la voz quebrada y empezó a llorar. No entendía nada, pero se quitó las lágrimas y dijo: —eres una impostora. Confié en ti. No eres… ¡No eres mi madre! –gritó señalándome con el dedo.Zane, dejó de sostener mis manos y se apartó.—Zane…—Largo ¡Saquen a esta mujer de aquí! –exclamó Zane y abrí los ojos con sorpresa ¿estaban bromeando conmigo?William y Lucía se acercaron a mí. Zane, furioso, me tomó d
Una enfermera encuentra a una niña congelada en el exterior de su hospital y la rescata. Después de atenderla, descubre que la pequeña tiene un don mágico que le permite curar heridas y predecir el futuro. La niña la lleva a su manada, y se desarrolla una tensa relación con su cruel padre, el Rey de la Manada.Ailín.Observaba con aburrimiento, los vendajes que acomodaba mientras tarareaba una canción. El día, estaba bastante gris señalaba que una lluvia aterrizaría sobre nuestras cabezas. —Solamente me faltan dos horas más –susurré intentando darme ánimos, pero obtuve lo contrario. Comencé a pasearme por todas las habitaciones, percatándome si alguien necesitaba ayuda.Al terminar la ronda, me senté junto a la encimera de la cocina. No había nadie, todos se habían marchado a excepción de Carlos, el guardia. Odiaba estos turnos rotativos, pero ¿cómo me escucharían? Si era la mujer sin hijos, disponible según ellos. Solamente tenía a mis padres, y el recuerdo de mi difunta hermana gem
Al intentar apartarlo, no pude. Mis manos, estaban atadas y comencé a llorar desesperada. Sollocé y él, intentó besarme.—¡Ayuda! –grité.—Esperé… este momento ayer durante todo el día. Pero… apareció esa maldita niña –comentó y gruñó.Pero cuando cerré los ojos para esperar mi triste destino, el peso de su grotezco cuerpo desapareció. Al abrir los ojos, me encontré con la niña frente a mí. Parecía sana, sus heridas estaban aún vendadas. Pero su mirada, causó escalofríos en mí.—Niña… ¿te sientes bien? –quise saber y ella asintió, se acercó para liberar mis manos y suspiré de alivio. Al girar el rostro, observé perpleja que Carlos estaba muerto en contra la pared —¿Cómo…?—Hay que irse –anunció y negué.—No podemos salir, por la nieve –susurré y ella se giró soltándome de manera brusca.—Te llevaré con mi padre –comentó y la observé sin entender –Yo… ahora tendré una nueva madre.Confundida, la seguí. Mis pasos se volvieron inestables, hasta que me topé con ella. Avanzamos durante tod
Me tomó del cuello, sus uñas largas y filosas recorrieron mi vena. Sentí temblores ligeros, y de pronto su boca se acercó a mi piel. Abrí los ojos con sorpresa y emití un gemido al sentir su boca tan cerca.—Imposible –espetó lanzándome a dos metros de distancia. Caí en el suelo, observando confundida al hombre.—Ella me ayudó padre –comentó Yes colocándose en frente de mí, su modo protector causó alivio aunque también me sentí sumamente nerviosa.—Es una humana asquerosa ¡Debe morir! –exclamó y ella negó, comenzó a llorar.—Por… favor…—¡Encierrenla en la habitación C! –exclamó y no comprendí. Me tomaron de los brazos, luego que la puerta fuera abierta. —¡No! ¡Ayuda! –exclamé, pero fue en vano. Pronto me empujaron contra una habitación oscura. La luz se encendió y me sorprendí enormemente. Era preciosa, con colores que quizás nunca había apreciado.El suelo, estaba cubierto por una alfombra y la cama, era de princesa. No pude observar nada más, cuando de pronto, alguien abrió la pue
Tenía una mordedura horrible en la pantorrilla. Gemí asustada, cubriendo mi rostro. Pero de igual forma, me impulsé para seguir corriendo. Mis pasos se detuvieron al escuchar un alarido de dolor. Al girarme, contemplé que el lobo dorado, había podido con todos y se retiraron. Sin embargo, él, quedó sobre el suelo de nieve. Me giré dispuesta a retirarme, algo me detuvo en ese instante. Cerré los ojos y tragué saliva en seco. Estaba corriendo en la dirección de aquel lobo herido. Me cubrí la boca soprendida, estaba desangrándose. Dos mordeduras se encontraban en su cuello.Me hinqué de rodillas frente a él. Acaricié su pelaje, hasta llegar sobre su cabeza. —Estarás bien –comenté temblorosa sin saber que hacer ¿Cómo podría cargar un lobo tan pesado? Mis pensamientos me invadieron, hasta que con las pocas fuerzas que tenía, se puso de pie.Comenzó a caminar, la tormenta se intensificaba sobre nuestras cabezas. “Vamos ¿quieres congelarte humana?”, preguntó otra vez y asentí sin entender
—Yo soy tu cambio —me dijo el hombre lobo —. Te encuentras ante la frontera de una nueva vida, una nueva era, una nueva forma de vida.Tragué saliva con fuerza, lo observé dudosa sin comprender sus palabras.—¿Qué estás diciendo?—Te convocaré a ser una loba —dijo él.—¡Por favor, piensa un poco más en ti mismo! —dije.—¡No puedo dejar que te vayas! —gruñó el hombre lobo— . ¡Debes convertirte en una loba!—¡¿Por qué?!—No me importa si odias a los humanos —dije —. ¡No tengo por qué convertirme en una loba!El hombre lobo gruñó, su cara se ensombreció más. Pero entonces me alejé, él, me observó a la distancia y juré ver una sonrisa en la niebla. Por fin había llegado al hospital, suspiré de alivio al ver que estaba rodeado de policías. Dí mi declaración, comentando que él había intentado asesinarnos a todos, las cámaras mostraron el momento exacto que el se golpea contra la pared, pero… no aparecía la niña.Aquello me pareció confuso. Pero no pude decir nada más, por suerte no había