Dios… sálvame por favor… —rogaba cierto rubio hecho piedra— Tarado –pensó el pelirrojo quien se sentaba a su lado mirando a su mejor amigo con una gota en la cabeza, no todos los días lo veía babear como un idiota, aunque la situación era ya común— Se preguntarán, ¿Qué situación?, pues si se ve de lejos, la escena es un salón de clases. Todos estaban muy concentrados en aquel papel blanco que yacía en sus bancos, bueno, casi todos, la excepción como podrán adivinar era el pequeño rubio Douglas a quien le salía el alma por la boca, sin duda alguna esa era su peor pesadilla. Si, acertaron. Examen de matemáticas No podía ser… ¡Apenas había pasado de grado! ¡¿Cómo esperaban que supiera hacer solo ecuaciones? Hacerlas con la ayuda de Armand, aunque en realidad el hiciera sus tareas a cambio de que realizara las de ingles de este, era una cosa, y ponerlo a hacerlas solo era un castigo. ¡Debieron inventar las matemáticas como medio de tortura medieval! Penso el pequeño Douglas quien ten
Sus grandes ojos jades se veían cansados, pero aun así sonreía como no recordaba haberlo hecho en mucho tiempo. Allí no habían muchas personas, solo estaba el rubio Douglas quien hizo de chofer para ellos cuando las contracciones habían comenzado, y el Maxwell quien tuvo que aguantarse todo sus dolores hasta que llegaron a la clínica, realmente había sido una odisea. No importaba, ahora veía feliz aquella escena donde Frank tenía entre sus brazos aquel pequeño bultito de color rosa mientras con una de sus manos tomaba la pequeña mano de aquella bebita. Habían comprado todo de rubia, desde que el medico les dijo que era niña, claro que la habitación ya estaba pintada, ese pequeño travieso con complejo de adivino realmente había dado en el blanco, otra vez, debería cobrar por hacer predicciones. Los ojos de todos se centraron en la puerta cuando pasos acelerados se escuchaban, casi como si una multitud estuviera corriendo por los pasillos. La puerta se abrió de golpe dejando ver al p
Su tic nervioso aumentaba a medida que recorría su figura en el espejo. Miro a su lado a quien le veía, es decir, cuando tu padre te ve con esa sonrisa de diversión demencial y los brazos cruzados jamás puedes evitar que un aura depresiva te rodee junto a un color azulado en tu frente. Se mantenía quieto mientras un tipo raro que jamás esperaba a ver en su vida le tomara medidas, su padre tenía toda la razón del mundo cuando dijo que pagaría ayudándole a salir del problema, ahora se arrepentía de ser tan honesto y decir sus deseos tan libremente, aprendería a callar algunos de ellos por su propio bien. Extendió los brazos como le dijeron, tomando más medidas, las mangas le quedaban algo largas, al igual que el pantalón, pero eso se arreglaría, para ello dejaba que ese tipo raro le tomara medidas, pronto seria su turno de molestar a su padre, lástima que no lo disfrutaría tanto como su padre si disfrutaba del sufrimiento ajeno. &n
Su risa no paraba en ningún momento, ver la cara de maniaco feliz del azabache y el aura depresiva de su pequeño pelirrojo sin duda alguna era algo que no se veía todos los días, es decir, usualmente a ella o al azabache les tocaba tener esa aura por cualquier cosa o acción con las que Armand les matara el punto, debía darle crédito a Frank por lograr lo imposible De verdad sí que son padre e hijo ¡Deja de reírte!–pidió el pelirrojo exasperado y con el rostro rojo, por primara vez quería ocultarse bajo la mesa o que la tierra se lo tragara— ¡Alguna vez que me toque reírme hijo!–Exclamo aun más divertida Emily, estaba a punto de caerse de la silla al suelo y revolcarse en el suelo solo para intentar contener la risa— ¡Es tu culpa!–apunto Armand a su padre quien sonrió más de medio lado, recordaría esa etapa de su vida con mucha vergüenza y encima de todo estaba seguro que su padre lo molestaría de por vida— Te atendrás a las consecuencias–aseguro Frank, ahora si el aura deprimente
Aclaración: El ultimo capítulo no esta repetido, fue un error de la app que en unas horas quedara corregido, ya se aviso. ¡AH!–Soltó un enorme grito sentándose en su cama con el pulso cardiaco completamente acelerado y unos segundos después escuchar golpeteos bastante fuertes en su puerta—¡Armand abre la puerta o la tumbo!–escucho la voz exaltada del azabache de su padre, inmediatamente se paro casi automatizado y abrió el pestillo de su puerta y enseguida sentir el abrazo protector de su madre rubia—¿Qué paso hijo?, ¿estás bien?, ¿no te paso nada?–comenzaron la típicas preguntas una vez separada de él y mirándole d pies a cabeza, el estado del pequeño obviamente no era el mejor—Si… estoy… bien–soltó apenas el pequeño con la garganta algo apretada, lo peor que notaron ambos padres, es que ni siquiera se esforzó en ocultar su estado como usualmente lo hacía—¿Qué te paso hijo?–pregunto Frank agachándose a ver al pelirrojo quien seguía sudando frio y temblando levemente—Nada, no se
Volvió a sentir como golpeaban la puerta, aunque ni le importaba, estaba muy ocupada para atender. Se miro al espejo, veía su peinado el cual Alice recién había hecho, algo desarmado, veía su maquillaje algo corrido e incluso el colorete ya no surtía efecto, estaba completamente pálida. ¡Emily sal del baño ahora! –escucho la voz impaciente de su rubia amiga quien no dejo jamás de golpear la puerta, al contrario, los golpes se hacían más fuertes— ¡Mira cómo me apuro Michelle! –le respondió en el mismo grito escuchando bufar a su amiga— Su molestia duro solo un momento, al otro su rostro de nuevo se colocó verde y sintió el estómago retorciéndosele y su garganta abrirse contra su voluntad, logrando que nuevamente su cabeza bajara hasta el lavado de manos que tenía frente a ella. ¡¿Estás bien Emily? –escucho la pregunta de su amiga de ojos perlas desde detrás de la puerta— ¡Vaya pregunta! ¡Es obvio que no lo esta! –Le respondió a Claudia otra voz, la cual nuevamente resultaba ser la
La historia de su vida… Aquella que le mantenía con un aura depresiva tan enorme como la sonrisa de medio lado del aabache de su padre, la sonrisa nerviosa de su tío Jhon y la carcajada descomunal de su pequeño amigo que entre todos, alguien allí debía tenerle compasión— Armand no es para tanto –animo la pequeña rubia de ojos perlas quien le sobaba la espalda al pelirrojo tratando de animarlo, mismo acto que la pequeña Jonson también imitaba— pareceré niñita… —susurro depresivo el pequeño viéndose vestido con un lindo traje blanco hecho a su medida, el color no hacía más que resaltar su cabello, inclusive sus zapatos eran blancos— error… ¡Ya pareces niñita! ¡Jajajajajajajaja! –seguía riendo Carlo a grandes carcajadas hasta que cierto golpe lo hizo callar dejándole estampado en el suelo y pronto siendo tomado por el cuello de su chaqueta formal por el mismo Armand— ¡En primer lugar dime que haces aquí! Tio Jhon es el padrino, Marian y Minerva son damas de compañía, yo… bueno… ¡Tú no t
Las risas de esos pequeños no hacían más que avivar su aura depresiva, sabía que pagaría caro las consecuencias, sobre todo porque a la boda fueron invitados casi todos, inclusive sus compañeros de escuela, los cuales ahora le apodaban…¡Niño Flor!Exacto…Quiero morir… —susurro el pelirrojo, sobre todo porque después de la boda quería una cosa, sacarse ese estúpido traje de color blanco, pero que cosas, sus padres en venganza por la vergüenza en el altar, no lo dejaron—Aprendería a omitir comentarios de una vez por todasTranquilo, solo lo hacen de fastidiosos, no los tomes en serio, te ves muy bien Armand –animo la pequeña Douglas con una nerviosa sonrisa, lo único que quería era reírse por las bromas, pero era la única que animaba al pequeño así que no se podía dar ese lujo—No mientas para hacerme sentir mejor, ríete si quieres –hablo Armand con su aura depresiva creciendo a cada momento, incluso el veía como la pequeña ojos castaños intentaba que su risa no saliera de su boca, p