Sus ojos se abrieron de par en par, quedo estático, el tic—tac del reloj se hacía largo y perpetuo en el tan solo instante de leer aquellas simples palabras, que no eran tan simples pero que entendía tan bien. Prueba de ADN: positiva Compatibilidad de parentesco: 99,4% ¡Habla de una vez maldito hombre! ¡Me tienes los nervios de punta como jamás lo habías logrado! –grito el rubio tirándose el cabello de la desesperación de no ver hablar al azabache y quedarse allí quieto en estado de shock frente a todos— Subió su mirada mirando a todos mientras una leve sonrisa de medio lado apareció en su rostro. Y nuevamente lo que nadie podía acostumbrar a ver apareció, de los ojos del Maxwell, los cuales brillaban de emoción, volvieron a salir dos pequeñas gotas aisladas las cuales se hacían más frecuentes, tanto que incluso tuvo que torcer la mueca de sonrisa para no sollozas de emoción. Positivo –fue lo único que pudo pronunciar Frank con lo apretada que tenía la garganta, tan solo un segun
Terminaron de tomar aquella taza de café y leche, respectivamente, al mismo tiempo, soltando un suspiro de satisfacción, se miraron divertidos por la acción, si antes podían notar sus semejanzas, ahora realmente se reían por ser casi completamente iguales, desde en las costumbres y gestos, hasta en el físico, solo dos cosas los hacían diferentes El ya era un hombre algo mayor, mientras el pequeño solo 5 Y que su cabello negro hacia juego al cabello rojo del pequeño Era la mañana de un día como cualquiera, apenas el día anterior habían confirmado que eran padre e hijo tanto de sangre como de alma, no podían estar más felices en ese momento, el año no podía estar terminando mejor Si podía Falta la última de las pruebas ¿entonces me vas a ayudar o no? –pregunto el mayor de ambos hombres con una sonrisa de medio lado bastante peculiar según el pequeño pelirrojo— Nos espera un día muy largo –suspiro le pequeño dando a entender que si, lo divertido fue que a pasar de ser un suspiro d
Caminaban, uno de ellos tenía una venita en la sien y el otro sonreía nervioso mirando la portada de una revista, no cualquier revista, esta tenía una peculiaridad bastante extraña para ambos pares de ojos.Se titulaba: “El primogénito perdido aparece”En la portada, salían ellos dos, no entendían cuando y donde les sacaron la fotografía, esos malditos periodistas eran escurridizos, unos metiches de primera, recién el día anterior habían ellos confirmado su parentesco y ya a esa hora de la mañana la noticia había sido publicada, ni que fuera una figura pública de farándula.¡Ya no se tenía privacidad!Sale un articulo bastante extenso de nosotros dos papá, también uno sobre mamá –comento el pequeño sonriendo nervioso logrando que el azabache le mirara de forma asesina y sacándole una gota en la cabeza por la actitud tan “social” que su padre tenía respecto a los medios de comunicación— oye, yo solo te informaba, no me culpes –reclamo el pequeño dirigiéndole la misma asesina mirada al
Se bajo de su automóvil pegando un portazo. Estaba indignada, nadie se había burlado así de ella, jamás en su vida. Camino a grandes pasos hasta aquella puerta, llevaba en su mano una revista, la extraña que alguna vez haya podido ver en su vida, la leyó con indignación total.Salía cada detalle de lo sucedido hace 5 años durante el divorcio de ella y del Maxwell.El desenlace de cómo el Maxwell busco a su hijo durante 5 añosTambién un reportaje de cómo la rubia les había ganado en la demanda por el apellido de su familia porque casualmente ella era quien cuidaba a ese pequeñoSaltándose la parte desconocida del orfanato, sus vidas más personales, sus sufrimientos, hasta llegar donde se mencionaba que el Maxwell le había ofrecido trabajo a esta y se hicieron novios al poco tiempo¡Y dejándola como la villana de la película!Estaba más que indignada, ¡Furiosa!Toco el timbre de aquella mansión una, dos y tres veces, muchas más con desesperación, nadie le hacía eso a Susan Relish y se
Llegaron por fin a casa, se habían retrasado bastante por la hora, es que la pasaron tan bien que se distrajeron demasiado y se dieron cuenta de la hora cuando ya era eso de las siete de la tarde siendo que salieron como a las diez de la mañana. No podían quejarse, fue un día de esos que recordarían toda la vida, estaban seguros, fue la primera vez que andaban solos como padre e hijo, los que ahora sabían que realmente eran. Bajo alegre de aquel automóvil en el que habían llegado, no podía esperar para contarle a su madre lo bien que se la había pasado, no podía esperar para ver como esta sonreía al decirle lo feliz que él estaba. Y ya no podía esperar para que llegara el momento de darle aquel regalo Veía con una sonrisa a aquel pequeño niño, el cual ya no era tan pequeño, caminaba con impaciencia hasta aquella puerta. El plan era, que ese pequeño distrajera a la rubia mientras él iba a esconder aquel regalo, tenía que dárselo y sabia cuando quería hacerlo, el más oportuno de los
Para él engañar a los adultos era más que sencillo Para engañar a tus enemigos primero debes engañar a tus amigos Ese niño era de armas tomar En la guerra y el amor todo se vale Y si ella quería guerra, guerra tendría ¿Qué tal si adelantamos un poco la conversación?, seria divertido, ¿no Relish? –pregunto con malicia el pequeño apretando los mismos botones en ambos aparatos— “no es porque no quiera, sencillamente no puedo decírtelo porque ya mandé a deshacerme de ese niño, dudo que siquiera siga con vida” “lo hiciste desaparecer, mandaste a alguien a que lo hiciera por ti” “podría ser niñito, podría ser, pero eso es algo que no te importa” “claro que si, ¿Por qué no le dices de una vez que ese niño está muerto para que dé una vez deje de ilusionarse con algún día encontrarlo?, espera… no puedes, porque sabes que se te acusaría de asesinato indirecto dependiendo de las causas de su muerte” “no eres más listo que yo mocoso, ¿acaso seria yo la culpable de un accidente?” “No lo
Los recuerdos venían y venían a su mente, no podía dejar de mirar aquel papel que traía en la mano, no podía… Estaban bajo la copa de ese gran árbol mirando el cielo, era su entretención favorita desde hace años, se la pasaban allí días enteros de relajo, otros jugando bajo ese árbol y otros simplemente dormían allí, aquellas noches de verano siempre estarían en su mente con sus dos mejores amigas pasando aquellos tranquilos momentos. Aunque en ese instante solo estaba con una de sus amigas, ambas relajadas mirando el cielo, era la única forma que tenían de soñar, de ver el mundo de otra forma en vez de aquellas crueles realidades en las que siempre vivían, ya que aquellos sueños de que una familia se las llevara eran solo sueños, a sus edades no podían desear aquello, siempre se llevaban a los más pequeños para ello. Y ellas eran quizás demasiado jóvenes… Los pasos apresurados de alguien alejo sus miradas del cielo, sentándose para mirar como su otra amiga llegaba corriendo junto
Acababa de salir del baño del aeropuerto, se sentía horrible, no recordaba haberse sentido tan mal la última vez que viajo, seguramente el estrés mental hacia estragos con ella, eso y que no había comido nada en todo el día pues ni hambre le había dado. Miro la hora, había pasado casi una hora allí encerrada. Suspiro, al menos se sentía mejor, lo único que había comido era el desayuno y ahora ni eso tenía en el estómago. Tomo de uno de sus bolsillos el comprobante para ir a buscar sus maletas y se fue directo donde estaba el mesón de las maletas. Al retirar un bolso, el cual cabe decir que no era demasiado grande, se dirigió a la salida de aquel inmenso lugar, debiendo pasar por un detector de metales y la seguridad policial. Uno de ellos se paró frente a ella impidiéndole el paso, su gorro de guardia tapaba su rostro solo dejándole ver su mueca de sonrisa de superioridad y diversión, se estreso más por ello, no estaba para el juego de nadie. No se enoje señorita, solo procedimient