Capítulo 7. “Un destino ligado imposible de romper”.

Azize.

Despacho Presidencial, Edificio Osman, cede en Estados Unidos del Grupo Osman Global, abril, 2016.

-” Lamentablemente, señor, no sabemos nada de la futura señora Osman”- la voz de Burak Sari, me golpeo en la cabeza como un maldito tren de mercancías sin frenos.

Muchas cosas habían pasado esa noche que estuvimos juntos, entre ellas, el que alguien hubiera planificado que mi mujer fuera drogada y enviada a mi habitación, esa persona debía de ser alguien de mucho poder, porque inexplicablemente había desaparecido todas las grabaciones del hotel de esa noche, y del día siguiente, era como si nunca hubieran existido, literalmente se habían borrado, o sustraído de la sala de control de seguridad del hotel. 

Era como si alguien quisiera tapar o esconder la identidad de la joven que había dormido en mi habitación. 

-” ¿Quién eres Hada? ¿qué poder tienes para ocultarte de mí? ¿No sabes que cuanto más te escondes, más ganas tengo de encontrarte? ¿Más ganas tengo de tenerte?”-pensé mirando mi ordenador. 

La frustración que sentía era la mayor que había sentido en mi vida, era increíble que en un ser como yo, que desde que había nacido, lo había tenido todo, y más, el que esa mujer se me resistirá, se me negará, me creará este estado de ansiedad, y frustración, ni siquiera mis altos conocimientos como hacker, me había ayudado, a esa mujer se la había tragado la tierra.

Tampoco ayudaba que no recordara como era físicamente, excepto por dos lunares muy atractivos y tentadores, que tenía en la base de su pecho derecho. 

-” ¿Se sabe algo de los departamentos de obstetricia de todos los hospitales de Washington?” - pregunté en un gruñido. 

-” No señor, aún nada. Salvo por las fotos que yo ya le he enviado, y que usted ha rechazado.”- dijo Burak bajando la cabeza en forma de arrepentimiento.

-” ¿Les recordaste a que tenían que prestar especialmente atención?”- le volví a preguntar.

-” Sí, como ya ha visto por las fotos, todas esas mujeres comprenden la edad que estamos buscando, y todas tienen dos lunares en el pecho derecho, pero ninguna coincide con la que, según usted, es la futura señora Osman.”- me dijo Burak, un gruñido agudo salió de mi boca en el justo momento que, como siempre, y sin anunciarse, entró Haul en mi despacho.

Haul al mirarme, supo enseguida que había llegado en mal momento, y sin decirle nada, alzó las manos en alto en señal de rendición, sólo le faltó sacar la bandera blanca, y ponerse de rodillas, con las manos sobre la cabeza, como un prisionero de guerra. 

-” ¡Eh! ¡Alto el fuego! ¡Alto el fuego!, ¿vale? Que yo sólo acabo de entrar, gran magnate.”- me dijo y yo tras mirarle con intensidad, y advertencia, dirigí mi mirada a Burak para que nos dejara solos, cosa que fue a hacer mi fiel asiente de inmediato. 

-” Burak, pon un aviso en la red oscura, con un gran aliciente económico, que se incremente cada cierto tiempo, hasta que sea encontrada, ya sabes lo que tienes que poner.”- le dije sin mirarlo, mientras me centraba en los documentos que tenía en mi mesa, ignorando al incomodo invitado que había entrado en mi despacho, sin pedir permiso.

-” Si. señor Osman, lo haré ahora mismo.”- me dijo saliendo de inmediato, y dejándome en mi despacho con un asombrado Haul, mirándome como si fuera un ser de otro planeta.

-” ¿Aún la estas buscando? Pensé que, ante el fracaso de encontrarla, te olvidarías de ella.”- me dijo ese ejecutivo pesado, sentándose en el enorme sillón de mi despacho, como siempre tomándose más atribuciones de las que tenía derecho a tener. 

No le respondí, esas preguntas no merecían ninguna respuesta. Seguí leyendo el contrato de fusión que tenía entre mis manos, sin prestar atención al molesto autoinvitado.

-” Sabes que eso conmigo no te funciona, hombre de hielo, no soy tu mejor amigo si no se soportar esa fría mirada, y esa aura de hielo que te rodea, Azize Osman. Así que responde porque no pienso irme, sin que me respondas, además he venido como emisario del jefe supremo, así que te jodes.”- me dijo el muy estúpido repantigándose como si estuviera en el salón de su casa, en mi caro sillón de cuero negro.

Al oír que hablaba del gran Jefe Supremo, me levanté con hastío, dejando el contrato bien colocado sobre mi mesa, y con un profundo suspiro, me dirigí hacía donde él estaba sentado.

-” ¿No crees que estas tentado mucho tu suerte, idiota?”- le dije dirigiéndome al sillón que estaba al lado de ese pesado de Haul. 

Cuando pase junto a él, para dirigirme a mi sillón, con mi rodilla enganche las dos piernas que ese idiota tenía sobre mi caro sillón, e hice que bajara los pies al suelo de golpe, casi levantándolo del sillón, para que se sentara de forma correcta.

-” Eres un maldito muermo. ¿lo sabías?”- me dijo con una sonrisa burlona en los labios, que no me engaño para nada, él sabía que yo odio que la gente haga cosas incorrectas, soy un maldito controlador, para mi mente todo tiene un orden determinado y correcto, cualquier otra forma de hacerlo, colocarlo, o moverlo es incorrecto, y me disgusta, justo por eso, a ese estúpido, le encanta sacarme de mis casillas. 

Ignoré su cometario, y tras sentarme lo miré esperando que soltara lo que mi abuelo le había ordenado que me dijera. Era muy normal que el Gran Jefe Supremo de los Osman recurriera a terceros para llegar a mí. Teníamos caracteres muy iguales, dos malditos Alfas de una misma manada, que nunca querían dejarse vencer, justo por eso nos queríamos y nos respetábamos, yo veía en él un ejemplo a seguir, junto con mi padre, era mi gran héroe desde pequeño, y él, por su lado, en mí, veía su legado, su adorado nieto.

Eso no quería decir que no nos gustara enfrentáramos para ver quien era el primero en agachar la cabeza, era un maldito juego en donde todo valía, hasta utilizar a un idiota incordio y agobiante como era Haul Sezer, una de las armas que más le gustaba lanzar a mi abuelo, contra su adorado nieto.

-” No pienso soltar nada hasta que tú no me expliques porque aún la estás buscando, ¿No sabes lo que significa “una cana al aire”? Esa chica sólo fue eso un rollo, una zorra que…”- no lo deje terminar de un movimiento me levante y lo cogí por la pechera de su chaqueta ejecutiva, levantarlo del sillón. 

-” Ni se te ocurra volver hablar de ella así, es mi mujer, y nadie se dirija así, en esos términos, cuando habla de mi mujer, solo la quiero a ella, a ninguna más, te has enterado.”- mi voz era baja, casi un susurro, pero eso no evitaba que reflejara todo el peligro que llevaba impresa, cada una de mis palabras.

-” Ok de acuerdo, hombre de hielo, puedes soltarme.”- me dijo levantando la mano, mientras yo tras escucharlo, volví a dejarlo en el asiento, para yo sentarme en el mío. -” Es increíble, nunca te había visto así, al parecer la futura señora Osman te ha dado fuerte en ese corazón de hielo que tienes.”- me dijo, y yo lo miré serio, al escuchar su último comentario.

-” No es el corazón, es el orgullo, y eso es algo que le voy a hacer pagar toda su vida.”- dije en forma de sentencia, mirado al frente mientras fijaba mi mirada en el infinito, La risa burlona de Haul me hizo mirarlo.

-” No sé porque estoy preocupado, hombre de hielo, si tu corazón es como tu carácter, bien si puedo hacer algo para encontrarla dímelo.”- me dijo intentando subir las piernas a mi cara mesita de café, sabiendo que eso me haría saltar, yo sólo gruñí en forma de advertencia, haciendo que el volviera levantar las manos mientras retiraba las piernas.

-” Por ahora no ha habido resultado, es como si alguien, o ella misma, intentara que no la encontrara. Ni siquiera ha ido a los servicios de ginecología y obstetricia de ningún hospital, por ahora, así que eso sólo puede significar que esa noche no tuvo consecuencias.”- le dije, aunque en realidad más que hablar con él, estaba hablando conmigo mismo, intentando aclarar mis ideas, para ver qué otra cosa podía hacer para encontrarla.

-” No sé porque te sorprende que no hubiera consecuencias, recuerda que los varones de tu familia no son de las más prolíficos en cuanto a decendencias, tu abuelo de todos sus parientes es el único que tuvo dos hijos, pero sólo lo pudo tener con dos mujeres diferentes, con tu büyükanne, y tras la muerte de esta, con büyükanne Salite, la madre de tu tío Zeki, sólo han podido tener un, o ninguno descendiente, como es el caso de tu tío Zeki, justo por eso tuvo que adoptar al trepador de tu primo postizo Cemal. Además, no tienes la edad adecuada, la mayoría de los varones de tu familia han sido padre a partir de los treinta y muchos. Así que dudo que esa muj... digo la futura señora Osman haya quedado embarazada.”- esas explicaciones de Haul eran muy ciertas, era casi un hecho científico, y, por un lado, escuchar eso me tranquilizo, pero por otro, tuve una ligera sensación de decepción, que acallé enseguida.

-” Bien, ¿Cuál es el recado de te mando el Gran Jefe Supremo que me dijeras?”- le pregunté al fin.

-” ¡Cásate!”- dijo Haul imitando de forma exagerada, pero muy acertada, a la voz del abuelo Osman.

-” Ya estoy casado lo que ella aún no lo sabe, cuando la encuentre, y le informe de su actual estado civil, se la presentaré al abuelo, dile eso tal como te lo he dicho, y se calmará.”- fue la sentencia final que hizo que Haul sólo suspirara con cansancio, mirándome como si fuera un experimento imposible de resolver.

-” Eres imposible, hombre de hielo, totalmente imposible, ya siento pena por la señora Osman.”- fue lo último que dijo con aburrimiento, el mayor incordio de mi vida, antes de salir de mi despacho para cumplir el encargo que yo le había dado.

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