Steve se arregló la corbata de su traje corporativo hecho a medida, antes de bajarse de su auto.Miró a las nuevas oficinas de Deluxe Sweets, este gigante innovador alimenticio, que había surgido de la nada y avanzó a pasos agigantados este año pasado.Se especulaban toda clase de cosas de su dueño. Que era un tipo gruñón, inaccesible y antisocial.Nadie lo había visto, pero a Steve eso le importaba poco, no iba a enamorar al CEO, sino a convencerlo de invertir en su compañía.Apretó el maletín de cuero donde estaba su proyecto y entró al enorme edificio.Tenía esperanzas y muchas, porque si le enviaron un fax en específico, era porque la buena reputación que le quedaba a su compañía, había jugado un papel.Pero cuando la recepcionista le dijo el piso de la reunión y las puertas del elevador se abrieron. Su confianza renovada comenzó a tambalear.Había aquí como diez representantes de empresas, dedicadas igual al diseño y construcción de proyectos.Esto parecía un concurso y Steve se
¿Sería que tenía tantas ganas de verla que ya estaba alucinando con ella?— Si usted entra en este gran proyecto no tendrá mucho tiempo de acompañarlo, ¿cree que no fallará en su compromiso con mi empresa?— ¿Quién va a cuidar a su hijo? ¿Su nana, su nueva novia o su madre, la panadera de los suburbios?— Espere un momento… no le admito que hable así de mi…espera…¿Emma?— ¿Qué haces aquí? —cuando la luz subió, reveló a la hermosa e imponente mujer sentada a la cabecera de la mesa, con un elegante vestido de tubo negro, maquillaje sencillo, pero labios rojos pasión.— Hola, magnate Brown, cuanto tiempo sin verle – la sala cayó en una cueva de hielo y parecía que el mundo se había puesto en pausa.Solo existían ellos dos ahí y ahora. Steve estaba asombrado y se quedó mudo, solo mirándola. El sentimiento de anhelo en su alma se hizo más fuerte, ella estaba tan hermosa, pero a la vez, tan diferente.La calidez y sencillez que le habían enamorado de Emma ya no se encontraban allí, era un
— No quiero hablar ahora de Gabriel, eso es un tema que tocaremos después, ahora dime, ¿para qué enviaste el fax a mi compañía?, ¿para ridiculizarme? - Steve comenzó a avanzar hacia ella.Su perfume caro con notas florales lo estaba hechizando, pero no cedería ante ella, no después de haberlos abandonado a él y a su bebé todo este tiempo, ni siquiera una vez vino a ver a su hijo en este año.— ¿Te estás divirtiendo mucho ahora que crees que me tienes bajo tus pies, con esa actitud de millonaria superior? Se acercó tanto, que su aliento caliente daba en la cara de Emma, que lo miraba como una tigresa, una, que ya tenía las bragas mojadas y sin ser tocada siquiera.— Debo admitir que si se siente muy bien, se siente genial, tenerte debajo de mí… — Emma quería provocarlo para que se enojara, pero esa frase, simplemente no sonó como ella deseaba. — Digo, ahora dependes de mí y eso… es bueno para mí.Se estaba poniendo completamente nerviosa y el hecho de que Steve estuviese tan cerca, a
— ¿Qué? ¿Estás segura de lo que me dices? – Amaia se levantó de su silla, mirando a su asistente con el ceño fruncido.— Sí, señorita, escuché que es ella, regresó y armó todo un revuelo en el hotel Luxury y también escuché que al Sr. Brown le había llegado una propuesta de negocios de una famosa compañía de comida y ¡esa señora es la dueña!No podía ser cierto. De verdad lo logró, esa mosquita muerta se ganó el premio mayor y vino a quitarle a Steve, Amaia lo sabía.Eso de que la había olvidado y la odiaba era mentira. Este año se había esforzado, como nunca, de todas las maneras posibles para conquistarlo, para que se enamorara de ella y no había conseguido más que decepciones.Incluso trataba a su hijo como una madre y él no lo apreciaba para nada. Steve no la tocaba, si acaso contadas veces algunos roces íntimos muy superficiales. Amaia incluso se le había aparecido una noche por sorpresa, vestida solo con sexy body en su cuerpo y tapada con un abrigo largo hasta casi los tobi
— ¿Emma? – Amaia se hizo la sorprendida por la aparición de la mujer, pero por dentro estaba feliz de la cara celosa, que era evidente en Emma.— Emma, ¿por qué viniste a la compañía? - Steve reaccionó alejándose un poco de Amaia, aunque sabía muy bien, lo que había parecido toda esta escena.— Hola, Señorita Amaia – la saludó entre dientes, intentando calmarse — Creo que te dije que hablaríamos de negocios, pero dado que estás muy ocupado, lo vemos otro día.Y le tiró una carpeta que llevaba en la mano encima de la mesita, para dar media vuelta e irse.— ¡Espera, Emma! – Steve se adelantó y la tomó del brazo para detenerla, por supuesto no la dejaría irse así.— Amaia solo se lastimó el pie y la estaba ayudando – el magnate le explicó en voz baja.— ¿Se lastimó el pie o la boca? – Emma lo miró con burla evidente.Sabía muy bien que se estaba comportando como una mujer celosa, quería ser más fría e indiferente, pero sentía un fuego de ira interior que la estaba devorando.— Steve ya
— ¡¿Cómo te atreves a golpearme maldit4?! – le gritó a Emma e incluso Steve se quedó asombrado por la fiereza de la pelinegra.— Escúchame muy bien lo que te voy a advertir Amaia Regio, todas me las vas a pagar y no te imaginas en lo que convertiré tu vida – Emma comenzó a caminar amenazante hacia la chica que se había quedado congelada ante tanta agresividad.— Ninguno de tus sucios trucos te van a servir esta vez, porque ya no soy esa inocente mujer que no sabía nada de la vida y tú manipulaste a tu antojo Amaia dio un paso atrás con un poco de temor al mirar los ojos llenos de odio de Emma, pero el escritorio detuvo su retirada.— Steve… — llamó al magnate que observaba todo de cerca, pero no intervenía.— ¡No lo llames, malnacida! ¡Si tuviste los ovarios para meterte entre nosotros, ahora te aguantas! – Emma la agarró con fuerza del cabello y la hizo mirarla a la cara— Corre a llamar a tu papito y pídele ayuda porque la van a necesitar. — Y no se te ocurra estar más cerca de mi
— Bebé hermoso de mamá— Emma enseguida cargó a Gabriel y le cayó a besos.Su hijo le sonrió con dulzura, en realidad siempre había sido un niño tranquilo y sociable.— Hijo, vámonos con mami, te voy a apapachar toda la noche – Emma lo besaba y lo mecía en sus brazos, a pesar de que Gabriel ya pesaba lo suyo.Steve los miraba desde la puerta del cuarto del bebé con el corazón pesado. Después de su reunión en la empresa, le propuso traerla a la mansión para que se llevara a Gabriel unos días.Él nunca quiso separarlos y si actuó como actuó fue por puro despecho, porque se sintió abandonado y se aferró a la única personita que podía hacer que Emma regresara a él.Sin embargo, en este año nunca volvió ni una vez y solo hacía algunas llamadas por teléfono a Gabriel.Se obstinó en no entregárselo y pensó incluso que ella ya ni siquiera quería a su hijo, pero al verla ahora, Steve tenía más dudas. ¿Por qué si se notaba que moría por estar con Gabriel, nunca hizo la fuerza de venir a enfren
¡PAF!Steve se llevó una cachetada en la cara, pero solo se pasó la mano por la mejilla y se quedó mirando impasible con sus profundos ojos negros, a la mujer que tenía rabiosa frente a él.— ¡Así que al final, si me vas a dejar por esa mujerzuela barata! – Amaia no se pudo aguantar más la rabia que llevaba por dentro.— ¡Cuida tus palabras Amaia Regio! ¡Te permito que me ofendas lo que quieras, pero deja a los demás fuera de esto! – Steve le habló con frialdad.Sabía muy bien que esto sería todo un drama, por eso la trajo precisamente al origen de todo. El restaurante donde ella y su padre le hicieron la encerrona hace más de un año atrás.— Más bien, dejo al amor de tu vida fuera de esto, ¡de verdad que estúpida me siento! – Amaia se rio con sarcasmo de ella misma— ¡Yo tratando de ayudarte, hablando incluso con mi padre para que apoyara esa porquería de compañía que tienes!— ¡No me menciones más a tu padre, o sus contribuciones a mi empresa, porque en este año lo único que me han