Steve bajó las viejas y oscuras escaleras del edificio y se sentó en el auto de lujo que lo esperaba y desentonaba por todos lados con este barrio pobre.Al llevar tantos años bajo sus servicios, Héctor ya conocía a su jefe y más, al verlo bajar solo sin la Sra. Green.Se quedó sentado como si fuese una estatua en su asiento y esperó las órdenes del magnate, que estaba pensativo en el asiento trasero.Solo se escuchaba el sonido de la calefacción en ese día tan frío.Steve miraba por la oscura ventana, pero no veía la desgastada fachada del edificio, su mente era un caos total de pensamiento.Cerró los ojos con cansancio y ahora que había pasado la rabia, se arrepentía de haber tratado así a Emma.Ella decía que todo era por interés, sin embargo, había abandonado una vida de lujos, la ropa buena, joyas caras y las tarjetas de dinero, por meterse en esta pocilga.Incluso, dejó de estar al lado de su hijo, cuando supuestamente, eso era lo único que le interesaba.Para ser la mujer calcu
Fue asignada a acompañar a otra de las empleadas, una mujer más joven que Emma, pero muy enérgica y conversadora, enseguida entró en confianza con ella.Al inicio, Emma estaba algo cortada, pensando que la iba a menospreciar por su falta de conocimientos, pero la chica se mostraba muy accesible y le enseñaba los manejos bien y en detalle.Era joven, pero habilidosa y responsable.— Mira Emma, cosas como estas, son normales en este hotel. — No te lo tomes a mal, no estoy acusándote de nada, yo también vengo de un origen humilde. Mi padre se sacrificó mucho para que yo estudiara— la camarera la llamó, para que se acercara a una cómoda tocador, en el cuarto que estaban arreglando.Emma se asombró al encontrarse un joyero abierto, con algunos collares de perlas esparcidos sobre la cómoda que estaba segura, no eran imitaciones.Botellas de perfumes que se veían bien caros y joyas tiradas como si nada.— Emma, aunque te estés muriendo de hambre y en la calle, nunca se te ocurra ni darle un
— Eloísa no estoy para tus estupideces y acertijos ahora mismo, ¿de qué me estás acusando ahora? – Steve se giró para enfrentar a su madrastra.— ¿Estupideces? ¡¿Acaso no has visto las noticias?! – la mujer vociferó sin medir que estaba en el pasillo del hospital.— ¿Noticias?— ¡Estás tan metido en tu romance, que ni siquiera te has cuidado de las cámaras y estas, son las consecuencias! — ¡Tu padre vio las noticias y por eso le dio esta crisis! ¡Si muere, todo será tu culpa!— Por favor, no puede estar gritando aquí dentro del hospital y menos a las afueras del salón de cirugía— salió una enfermera y requirió a Eloísa que la miró con molestia, pero al fin cerró la boca.— Héctor, pásame el Tablet— Steve le pidió y se alejó un poco para buscar, de qué hablaba la arpía de su madrastra.No tuvo que indagar mucho, porque estaba en la búsqueda caliente de internet. Un conjunto de noticias, de hecho. Primero, que los cimientos de la compañía Brown se tambaleaban porque el patriarca estab
— Steve, de verdad lo siento. No sé qué decir para consolarte en esta situación tan compleja— Amaia lo enfrentó con la expresión complicada— Sé que de la primera persona que va a sospechar es de mi padre, pero lo acabo de llamar y él me juró que no tenía nada que ver con esas noticias…— Srta. Regio, sea cual sea el culpable, ya saldrá a flote. Ahora mismo estoy más preocupado por la salud de mi padre. — Le agradezco que haya venido, pero creo que debería regresar – Steve le habló con dureza.No se creía para nada que su padre, con lo cabreado que estaba, no tomara acciones para darle una lección y demostrarle que necesitaba del dinero de su familia.— Pero yo, quizás pueda…— Esto es un asunto familiar y no creo que le corresponda estar aquí— Steve la interrumpió y la joven bajó la cabeza avergonzada— De verdad, no quiero tratarla mal, pero entienda, que en estos momentos tengo muchos asuntos en mi cabeza.— Además, recuerde que quedó pendiente entre nosotros la conversación sobre
Era un reloj y por su aspecto, parecía muy lujoso y caro, como casi todo lo de este hotel.Emma lo pulió un poco con un paño limpio suave y lo dejó encima de la cómoda.No sabía su lugar exacto y era mejor no fisgonear de más, en eso, la puerta de entrada de la habitación, se abrió de repente.— … seguro se cayó con tanto apuro. Busca en el auto, porque ese reloj es un obsequio de mi padre. Me pondré otro, ni modo.— Disculpe, Señor, pensé que estaba desocupada la habitación, ya estoy finalizando o puedo regresar más tardeEmma se puso un poco nerviosa al encontrarse con un hombre entrado en canas y actitud seria e intimidante pasando en el cuarto.— Tranquila, siga en su trabajo, solo vine a buscar algo y me retiroVíktor vio a la mujer pelinegra y sin prestarle mucha atención se dirigió al cuarto que hacía de closet, donde guardaba una caja llena de relojes de lujo.Emma recogió todas sus cosas de limpieza y las acomodó en el carrito. Por un segundo se quedó mirando la espalda del
— En el trabajo— respondió en voz baja, preocupada por enfurecerlo de nuevo.— Bien, sigue haciendo tus cosas tranquilas y no deambules, ve directo a tu casa, que la ciudad está muy violenta, ¿para qué me llamabas?— Puedo…puedo pasar hoy por la hacienda a ver al bebé, por favor, hace días que no lo veo y lo extraño demasiado – ella le suplicó y Steve casi le pregunta si a él no lo había extrañado también, sin embargo, ahora mismo, no tenía ganas de más dramas.— Héctor lo va a llevar a tu casa y lo recoge en la mañana, pasa la noche con él. Gabriel también te extraña.«Y yo también»— ¡¿En serio?!— Emma exclamó de repente de la felicidad, llevándose la mano a boca y mirando a la puerta, esperando que nadie la haya escuchado— ¿Cuándo te he mentido? – Steve suspiró pellizcándose el puente de la nariz.Emma sospechaba que las cosas no iban bien. De la alegría pasó de nuevo a la preocupación, pero ¿qué podía hacer?¿Darle su apoyo emocional? Eso sonaba muy lindo, pero era inútil.Lo que
— Ya le he dicho varias veces, yo solo entré a hacer la limpieza y vi al señor en el suelo sufriendo un ataque.— ¡Si hubiese entrado a robar, cree que me quedaría a socorrerlo!— Emma ya estaba un poco alterada, por tanto cuestionamiento y haber repetido lo mismo una y otra vez.Se encontraba asustada porque ese hombre era demasiado importante y si moría sin aclarar este asunto, alguien tendría que pagarlo y quién mejor que la pobre camarera del hotel.— Cálmese Señora y a mí no me suba la voz— el oficial la trató de la misma manera brusca y fría desde que llegó y la metieron en una pequeña salita a tomarle la declaración.— Disculpe, es que le he explicado varias veces, no entiendo por qué llevo horas aquí…— Tendrá que explicarlo las veces que sea necesario, porque hay muchos detalles en su historia que no cuadran— el hombre la interrumpió con molestia.El jefe había llamado, que este caso involucraba a una persona relevante y esta mujer era, por ahora, la sospechosa principal.Inoc
El teléfono de Steve había comenzado a vibrar dentro del bolsillo de su saco, pero él no tuvo de tiempo de atenderlo, porque ahora mismo, estaba entrando a la habitación del hospital donde su padre agonizaba.Sabía que este momento llegaría algún día, pero a pesar de todo, se sentía sofocado y triste. Su padre era la única familia cercana que le quedaba, porque para él, su medio hermano era algo así como un desconocido.Cuando muriera, se quedaría completamente huérfano.— Steve, no frunzas tanto el ceño o parecerás un viejo amargado, como yo— escuchó la voz débil del hombre que se consumía en la cama.Steve tragó y camino hasta sentarse en la silla a su lado.— Padre, ¿cómo te sientes?— ¿En serio me vas a hacer esa pregunta? – Augusto se permitió sonreír, qué más daba aparentar fortaleza, ya para qué— Me estoy muriendo y me siento fatal, para qué decirte otra cosa.— Padre…— Steve. Te he llamado aquí, hijo, porque el tiempo se me acaba – Augusto suspiró entrando en el tema. — La