— ¿Estás…estás seguro de esto? ¿Renunciarías a los derechos totales sobre el bebé? – le preguntó, aun con dudas de que esto solo fuera una broma cruel.— Nunca debí tenerlos todos tampoco. Tú eres su madre e incluso te mereces esos derechos más que yo, porque lo llevaste por nueve meses y lo diste a luz con mucho dolor y sacrificio.— Desde el inicio, no debí quererte separar de él— Steve confesó, porque no deseaba que esos asuntos quedaran entre ellos, que no le guardara ningún resentimiento.Al inicio no la conocía, ni sabía qué tipo de madre sería, incluso pensaba en darlo en adopción.Se la encontró en una situación tormentosa, con deudas que luego averiguó no eran de ella, pero en su primera impresión, nada le daba buena espina de la vida de Emma.Luego, comprendió que solo la desesperación la había orillado a eso, que Emma amaba a su bebé más que nada en el mundo.Steve sacó el lapicero electrónico y se lo dio para que firmara.Emma afirmó su mano que temblaba, porque este era e
La poca cordura de Steve, le decía que estaban en público y aunque había una tormenta afuera y este sitio estaba oscuro y desierto, no era correcto, hacer este tipo de cosas fuera de la intimidad.Pero la otra parte lujuriosa y salvaje, que nunca había experimentado este tipo de acto descarado y morboso, le dijo que solo unos juegos preliminares, no le harían daño a nadie.Así que un dedo pasó a dos y comenzó a penetrar la deliciosa y caliente funda, de la mujer que se moría por hacerle el amor, mientras sus besos bajaban de manera peligrosa hacia los rellenos senos de Emma.El vestido era bastante escotado y sencillo arriba, lo que facilitaba la invasión de Steve, que le bajó el tirante y por encima del brasier, comenzó a chupar los duros picos de los pezones y a mordisquearlos.Pero cuando una ligera esencia a leche dio en su nariz, reaccionó, dándose cuenta, de que ¡aquí comía su hijo!— Yo, ya me extraje la poca leche de hoy, no creo que … mmm… — Emma no terminó que dar su explica
Los dos iban en el auto en silencio.Era un poco raro cambiar de un momento tan intenso a uno tan tranquilo y además, con la expectativa de que la noche aún era muy joven y había promesas sin cumplir.Solo, que cuando se tiene un bebé a cargo, no valen planificaciones, todo gira, en torno a esa pequeña vida indefensa.— Sr. Brown, que bueno que ya llegó, estaba a punto de llamarlo, disculpe que interrumpa su tiempo de descanso— la enfermera enseguida se les acercó, a penas Steve y Emma pasaron primero a darle una mirada a su hijo.— ¿Qué sucedió? – Emma fue la primera en acercarse a la cunita con el corazón apretado en su pecho. Solo lo había dejado unas horas y algo había sucedido.— Sra. Green, el bebé estaba un poco majadero para dormir y pensé que quizás era porque la extrañaba, como usted es su nana habitual.— Pero luego comenzó a tener tosecita y ahora al ponerle el termómetro, pude darme cuenta de que tiene una leve fiebre— la enfermera comenzó a explicarse.Emma enseguida fu
— Pero…ese es su coche, solo me alejé, unos pasos, solo unos segundos – la enfermera en un puro temblor comenzó a justificarse.Emma revisó al bebé dormido adentro, obviamente no era su hijo, sin embargo, el coche era igual, pero no traía tampoco las cosas de Gabriel.— ¡Llama al de seguridad, enseguida! ¡Esa mujer que te detuvo hizo algo! ¡¿Dónde está mi Gabriel?! – Emma miraba como loca a su alrededor, llamando la atención de las pocas personas que había en la recepción.Comenzó a caminar entre las personas buscando el coche o a su hijo en brazos de alguien, pero claro, la que se lo había llevado con malas intenciones, no lo tendría a la vista.Solo un segundo, solo había sido un segundo de descuido. Enseguida el guardia se acercó a ver qué sucedía.— ¡Este no es nuestro bebé, es otro! ¡El coche es igual y todo, pero el niño, no es mi Gabriel! – Emma estaba desesperada con las lágrimas afueras.— ¡Pregúntale por la mujer que me hablaste, la que estaba sospechosa! - le gritó a la en
Andrew estaba un poco nervioso, pero esta era una oportunidad que le estaba robando a su hermano, así que tenía que hacerlo bien.— Entiendo, entonces, supongo que sabrá de qué iba esta reunión, porque la verdad es que no me gustan las informalidades, ni que me hagan perder mi tiempo— ¿Trajo alguna propuesta para mí? - Víktor ya de entrada tuvo muy mala impresión de Steve Brown.No sabía que tan urgente podía ser el asunto, para que lo dejase plantado y le mandara al niñato este, que se notaba, estaba bien nervioso, a hacer negocios serios.Pero si su enojo era superficial, se volvió un cabreo total, al ver la propuesta que le había traído Andrew.— ¿Este es el negocio espectacular que me tenía su empresa preparada? — Más bien por qué no saca ya un cuchillo y me asalta de frente para quitarme mi dinero – lo miró desafiante, tirando la carpeta a la mesita del medio, donde todas las hojas se esparcieron regadas por la fuerza del impacto.— Sr. Smirnov, solo le traje la propuesta que p
— ¡Steve! – Emma encontró su ancla de apoyo en cuanto vio al imponente hombre aparecer por la puerta del hospital.— Cálmate Emma, hay algún avance?, ¿dónde está la seguridad del hospital? – Steve enseguida iba a revolucionar este sitio, pero en eso, apareció el jefe de seguridad para mostrarle los videos de las cámaras de recepción.En ellos se mostraba a la enfermera como dijo hablando con una señora y luego la llevó hasta el guardia de seguridad. No se había demorado unos segundos, como ella confesó, sino que estuvo al lado de la mujer durante un tiempo.En esos minutos, otra mujer con un coche exactamente igual al de Gabriel y cerrado también al frente, lo había dejado estacionado muy cerca, prácticamente los dos cochecitos uno al lado del otro.La supuesta madre del bebé, fue al cesto a dejar un jugo que tomaba y al regresar, como si nada, agarró uno de los coches y era obvio, que su bebé no era el que estaba adentro. Ni siquiera lo revisó o dudó de si se había equivocado.— ¿E
— ¡No tengo pruebas para acusarla, ni tampoco le voy a seguir llenando los bolsillos para que confiese, porque yo sé muy bien la verdad!— Espero que su consciencia la atormente por haberse vendido de esa manera. A mi lado podía haber sido siempre la cuidadora de mi hijo.— Yo le estaba pagando bien, incluso podía haberla ayudado si se acercaba a mí a hablarme de su situación, pero prefirió el dinero rápido a un trabajo digno.— Ahora aténganse a las consecuencias y dé gracias que estoy siendo bien suave con usted ¡Héctor, sácala de mi vista! – y por mucho que rogó, intentó arrodillarse a suplicar, el guardaespaldas la sacó de la habitación y le tiró sus pertenencias al pasillo.Estaba arrepentida por haber aceptado ese soborno, pero ahora solo podía callarse, porque delatar a la Sra. Brown no le iba a traer el perdón del magnate y sí más problemas.Miró su celular, en lo que bajaba por el elevador, llorando y vio la suma que le había llegado a su cuenta.La primera vez que se lo prop
— ¿Me puedes explicar qué significan estas fotografías? - fue la bienvenida de Augusto a su hijo, mientras lo miraba desde la cama del hospital.Steve recogió las fotografías esparcidas al pie del colchón y aunque se asombró un poco, había aprendido a guardar sus emociones delante de su padre.— Creo que no hay mucho que explicar, las fotos hablan por sí solas, ¿ahora también vigilas mi vida personal? – volvió a dejar las fotografías de Emma y él cariñosos en la calle, el día que iban al restaurante.Incluso medio escondidos en el estacionamiento subterráneo y aunque no se observaba nada en claro por la lluvia, no había que ser muy lumbrera, para darse cuenta de lo que hacía esa pareja en la oscuridad.— No las hice yo, sino Eloísa. Las envió a un importante periódico sensacionalista, pero el director ha hecho negocios conmigo y me debe algunos favores. — Fue inteligente al no quererse meter en un escándalo con nosotros – su padre lo miró y le habló muy pausado, pero Steve lo conocía