— ¿Estás seguro de que el bebé puede viajar en avión? – Emma volvió a preguntarle a Steve con un poco de preocupación.— Tranquila, tú misma estabas presente cuando el pediatra dijo que sí. — Además, serán pocas horas y en un jet privado, donde solo estaremos nosotros— Steve le volvía a asegurar, camino al hangar donde despegarían a sus próximas vacaciones.Al final, Emma cedió a la compra de toda la nueva ropa, zapatos y accesorios.Se sentía un poco reacia, aceptar todo eso sin una relación definida entre ella y el magnate, pero Steve la convenció con el argumento de que saldrían a varios sitios y quería que ella, no volviera a sentirse como el día en la tienda.Al final, cedió por miedo a avergonzarlo con su ropita de mercadillo.Tomaron su vuelo y en todo el viaje, papá Steve se encargó de entretener a Gabriel para que no llorase. Emma lo miraba a un lado, con el corazón lleno de ternura, ante la imagen del imponente hombre haciendo voces infantiles y cargando a su pequeño bebé,
Eran condones y una botella de lubricante.Había que ser demasiado lenta para no darse cuenta de lo que significaba que un hombre llevara esto en su equipaje, obviamente era porque pretendía utilizarlo.Lo guardó, como mismo lo había encontrado, dentro de la maleta, sin siquiera desempacarlo y su mente daba vueltas, a todo tipo de pensamientos.Si Steve le había dicho que podía tocar sus pertenencias, sabía que ella daría con esta bolsita y vería el contenido.Era una clara insinuación de las cosas que quería hacerle.El pensar donde iría ese condón y luego en la parte de su cuerpo que se sumergiría, la hicieron comenzar a calentarse.Tragó, intentando despejar todo tipo de escenas para mayores de 18 años que asaltaban su mente.Hablaría con Steve, posiblemente esta noche y después, pensaría muy bien en qué tipo de relación se estarían involucrando.Siempre con su hijo por delante y luego su placer detrás. *****— Señor Carl, de verdad no sabe cuánto le agradezco este favor que me ha
Emma miraba a su alrededor, un poco desconcertada. Era un restaurante, eso parecía obvio, pero nada de lo extravagante y asfixiante que se imaginaba.— Ella debe de ser tu hermosa chica, bienvenida a mi humilde restaurante – saludó a Emma con confianza total y le dio dos sonoros besos, uno en cada mejilla.— Cuídalo mucho, que te has llevado a un gran hombre. — Más de una aquí te va a mirar con envidia, pero tú, tranquila, que cuando este chico se enamora, es peor que caballo con anteojera.Emma solo saludó, sonriendo con timidez, pero nadie desmintió que ellos eran pareja. La señora, que al parecer era amiga de Steve, lo llevó a una mesa discreta, pero que daba muy bien al espectáculo, en el que se especializaba este pequeño, pero muy demandado restaurante- pizzería.Las pequeñas mesas redondas, también con manteles a cuadros, estaban todas en el mismo salón, pero a una distancia agradable para la conversación privada.Emma miraba fascinada hacia detrás de un largo mostrador, dond
— ¿Estás…estás seguro de esto? ¿Renunciarías a los derechos totales sobre el bebé? – le preguntó, aun con dudas de que esto solo fuera una broma cruel.— Nunca debí tenerlos todos tampoco. Tú eres su madre e incluso te mereces esos derechos más que yo, porque lo llevaste por nueve meses y lo diste a luz con mucho dolor y sacrificio.— Desde el inicio, no debí quererte separar de él— Steve confesó, porque no deseaba que esos asuntos quedaran entre ellos, que no le guardara ningún resentimiento.Al inicio no la conocía, ni sabía qué tipo de madre sería, incluso pensaba en darlo en adopción.Se la encontró en una situación tormentosa, con deudas que luego averiguó no eran de ella, pero en su primera impresión, nada le daba buena espina de la vida de Emma.Luego, comprendió que solo la desesperación la había orillado a eso, que Emma amaba a su bebé más que nada en el mundo.Steve sacó el lapicero electrónico y se lo dio para que firmara.Emma afirmó su mano que temblaba, porque este era e
La poca cordura de Steve, le decía que estaban en público y aunque había una tormenta afuera y este sitio estaba oscuro y desierto, no era correcto, hacer este tipo de cosas fuera de la intimidad.Pero la otra parte lujuriosa y salvaje, que nunca había experimentado este tipo de acto descarado y morboso, le dijo que solo unos juegos preliminares, no le harían daño a nadie.Así que un dedo pasó a dos y comenzó a penetrar la deliciosa y caliente funda, de la mujer que se moría por hacerle el amor, mientras sus besos bajaban de manera peligrosa hacia los rellenos senos de Emma.El vestido era bastante escotado y sencillo arriba, lo que facilitaba la invasión de Steve, que le bajó el tirante y por encima del brasier, comenzó a chupar los duros picos de los pezones y a mordisquearlos.Pero cuando una ligera esencia a leche dio en su nariz, reaccionó, dándose cuenta, de que ¡aquí comía su hijo!— Yo, ya me extraje la poca leche de hoy, no creo que … mmm… — Emma no terminó que dar su explica
Los dos iban en el auto en silencio.Era un poco raro cambiar de un momento tan intenso a uno tan tranquilo y además, con la expectativa de que la noche aún era muy joven y había promesas sin cumplir.Solo, que cuando se tiene un bebé a cargo, no valen planificaciones, todo gira, en torno a esa pequeña vida indefensa.— Sr. Brown, que bueno que ya llegó, estaba a punto de llamarlo, disculpe que interrumpa su tiempo de descanso— la enfermera enseguida se les acercó, a penas Steve y Emma pasaron primero a darle una mirada a su hijo.— ¿Qué sucedió? – Emma fue la primera en acercarse a la cunita con el corazón apretado en su pecho. Solo lo había dejado unas horas y algo había sucedido.— Sra. Green, el bebé estaba un poco majadero para dormir y pensé que quizás era porque la extrañaba, como usted es su nana habitual.— Pero luego comenzó a tener tosecita y ahora al ponerle el termómetro, pude darme cuenta de que tiene una leve fiebre— la enfermera comenzó a explicarse.Emma enseguida fu
— Pero…ese es su coche, solo me alejé, unos pasos, solo unos segundos – la enfermera en un puro temblor comenzó a justificarse.Emma revisó al bebé dormido adentro, obviamente no era su hijo, sin embargo, el coche era igual, pero no traía tampoco las cosas de Gabriel.— ¡Llama al de seguridad, enseguida! ¡Esa mujer que te detuvo hizo algo! ¡¿Dónde está mi Gabriel?! – Emma miraba como loca a su alrededor, llamando la atención de las pocas personas que había en la recepción.Comenzó a caminar entre las personas buscando el coche o a su hijo en brazos de alguien, pero claro, la que se lo había llevado con malas intenciones, no lo tendría a la vista.Solo un segundo, solo había sido un segundo de descuido. Enseguida el guardia se acercó a ver qué sucedía.— ¡Este no es nuestro bebé, es otro! ¡El coche es igual y todo, pero el niño, no es mi Gabriel! – Emma estaba desesperada con las lágrimas afueras.— ¡Pregúntale por la mujer que me hablaste, la que estaba sospechosa! - le gritó a la en
Andrew estaba un poco nervioso, pero esta era una oportunidad que le estaba robando a su hermano, así que tenía que hacerlo bien.— Entiendo, entonces, supongo que sabrá de qué iba esta reunión, porque la verdad es que no me gustan las informalidades, ni que me hagan perder mi tiempo— ¿Trajo alguna propuesta para mí? - Víktor ya de entrada tuvo muy mala impresión de Steve Brown.No sabía que tan urgente podía ser el asunto, para que lo dejase plantado y le mandara al niñato este, que se notaba, estaba bien nervioso, a hacer negocios serios.Pero si su enojo era superficial, se volvió un cabreo total, al ver la propuesta que le había traído Andrew.— ¿Este es el negocio espectacular que me tenía su empresa preparada? — Más bien por qué no saca ya un cuchillo y me asalta de frente para quitarme mi dinero – lo miró desafiante, tirando la carpeta a la mesita del medio, donde todas las hojas se esparcieron regadas por la fuerza del impacto.— Sr. Smirnov, solo le traje la propuesta que p