El celular de Thoma comenzó a vibrar mientras él intentaba ignorarlo, este era el momento que él había estado esperando, el momento en el que Adele le permitiera acercarse una vez más. Era el momento perfecto, uno de los tantos que se presentarían en el futuro si el destino decidía actuar a su favor, si su destino era estar juntos.
—¿No piensas contestar?— preguntó Adele ladeando la cabeza. El móvil de Thoma estaba sonando por cuarta vez y el mayor permanecía en su deseo de prestar toda la atención a Adele. Él sacudió su cabeza de un lado para otro, entre tanto observaba con firmeza a su menor, podría devolver la mirada en cualquier momento.
Después de aquella cena para nada tranquila, Thoma llevó a Adele a dar un pequeño pas
Las palabras de Adele se detuvieron, permanecía aquel estado de trance en ella lo que no le permitía sentir la pesadez que estaba en el ambiente. Cada uno de los presentes percibía aquel enorme nudo en su garganta, parecía que no podían decir ninguna palabra, como si ellas no tuvieran la fuerza suficiente para salir por entre sus labios. La confusión reinaba, y mucho más que confusión, podría decirse que el dolor comenzaba a arder entre sus pechos. No habían pensado que la última versión de Adele iba a ser incompleta, Thoma no lo había pensado de esa forma, y ahora, podrían asegurar de que Broun fue el responsable de ambos accidentes.Los señores habían sido advertidos de que los recuerdos que Adele pudiera tener, podrían estar fragmentados o podrían estar lejos de la re
Thoma continuaba en el mismo lugar a pesar de que Adele no pudiera continuar con su trabajo gracias a la presencia de su mayor. —¿Acaso me permitirías trabajar?— preguntó ella girando en dirección del mayor, sus rostros quedaron tan cerca que podían sentir con facilidad la respiración del otro.El gesto de sorpresa de Adele se mantuvo tan solo un par de segundos, después de eso su mirada se posó en los labios de Thoma, el cual no despegaba la mirada de los de Adele. Parecía como si el tiempo se hubiera detenido y no hubiera interés en ninguno de ellos dos de regresarlo a la normalidad, sus corazones con lentitud se estaban sincronizando al igual que su respiración.La mano del mayor de ambos se posó en la mejilla de Adele, nada más había una cosa en sus
—Espera voy por mi abrigo y paraguas— respondió Adele siguiendo el juego de Federic. Se colocó de pie e hizo parecer que era cierto que iría con su mayor.—¿De verdad me dejarás aquí?— preguntó Thoma con un gesto de desaprobación —si sales ahora, podrías resfriarte— sonrió ladino —y si te resfrías, no podrás estar tan cerca de Joel, podría enfermarse de regreso— añadió.—Eso es ser chantajista— se quejó Adele sentándose de regreso. —Lo siento Federic, tendremos que esperar hasta que haga sol para tener nuestra cita— suspiró fingiendo lástima.—Si mami quiere, puede ir con el tío Federic. Cuando regrese
Por otro lado, Naomi estaba decidida a poner en marcha su plan de venganza, aquella idea que su mente había concebido, estaba en su cabeza sin poder salir de ella. Parecía ser el plan perfecto, un poco cruel, pero perfecto, al fin y al cabo. Para poder ejecutarlo necesitaba que alguien se ensuciara las manos y tenía a la persona indicada para eso: Su hermano. —¡Federic! ¡Hermanito! — llamaba Naomi al otro lado de la puerta, sin embargo, nadie respondía a esta. Las llaves las había tomado la señora Weber para evitar que su hijo escapara, cuando hubiese terminado su tarea, entonces podría salir. Con lo que la señora no contaba, era que su hijo se había vuelto experto en escapar por la ventana, una información que en lo absoluto debería llegar a sus oídos. El silencio que reinaba al otro lado le hacía creer a la menor de los Weber que su hermano estaba realmente furioso con ella, así que comenzó a hacerle un par de promesas que, si Federic estuviera del t**o
— ¡Desearía poder tenerlo frente a mí y depositar cientos de golpes en su enorme y arrugada cara— expuso Adele apretando uno de sus puños! —Es increíble que aun tenga la osadía de confesar todo eso en una llamada telefónica— expuso Adele bastante frustrada.—Lo hizo porque estaba seguro de que lo eliminaría de su lista— suspiró Thoma. —Sin embargo, tu padre nos dejó una gran información para dejarlo tras una reja ¿Quién podría negarse ante semejante acusación teniendo las pruebas necesarias en tu contra? — sonrió de lado. —Tenemos trabajo que hacer, pero, tenemos la ayuda de tu padre, aunque no esté físicamente con nosotros.Thoma posó una de sus manos en el rostro de la m&aacut
Con los archivos revisados y las pruebas clasificadas, cada uno de ellos había regresado a su respectivo hogar. Adele estaba corrigiendo los documentos además de sus historias y por fin había llegado el tiempo en el que podría verlos con facilidad, sin haber ningún cambio en las contraseñas ni ningún ruido de niños que se interpusiera. Thoma estaba en el piso superior junto a su hijo preparando algo para la cena, Mónica se había encerrado en el baño para tomar una larga y desestresante ducha.—Ahora sí podremos ver de qué se trata esto— se dijo a sí misma con una curiosa sonrisa. Se sentó de una mejor manera para comenzar a leer aquellas páginas que había avanzado, ella no recordaba nada de lo que había escrito y parecía que lo leyera como por primera vez. —
Naomi había llegado al parque en el que Thoma y Adele acostumbraban a llevar la pequeño Joel, sin embargo, estaba una persona más: Mónica, ella observaba en todas las direcciones como si estuviera en busca de algo importante —ah, que tonta soy. Mi hermano se llevó a al pelinegro— lanzó un pequeño suspiro entre tanto se acercaba con disimulo, no podrá hacerlo directamente, más estaba esperando un pequeño descuido de los mayores para poder tomar a Joel consigo. —Solo será mientras terminan los juicios y los ganamos, después de eso regresarán con sus familias, si algo malo no les pasa antes— sonrió.Angie buscaba desesperada a su hijo en las tiendas, mientras que Adele y Thoma lo hacían en los parques favoritos de Samuel, Mónica se había encontrado con ellos hace poco mientras preguntaba en cada estación o almacén que se le
—¿No creen que es un poco tonto hacerlo? Digo, enviarlo a la guarida de los leones— intervino Mónica observando a su hermana. —No tenemos ninguna certeza de lo que vaya a suceder, así que podría sucederles cualquier cosa, estoy preocupada por los niños— expuso con seguridad sacudiendo su mano. Era una de las maneras que Mónica tenía para tranquilizarse, aquella chica no podía ocultar el hecho de que aquellos niños se habían vuelto muy cercanos a ella. —Esa… no es una buena manera de darme ánimo— susurró Adele tragando grueso. —Samuel está ahí y no podríamos sacarlo así nada más y Federic, no supongo que sea tan tonto como para permitir que algo malo les suceda a los niños— mascullaba para sí misma, como si tuviera que convencerse de que lo que estaba haciendo era lo correcto. —él ha estado en medio de ellos, se le hará un poco más fácil predecir cómo van a actuar. Nada más es un día, después de eso, los t