—Me di cuenta de que el tipo estaba haciendo un favor a mi padre, por lo que se tomó el doble de tiempo del que era necesario para explicar cómo limpiar y eliminar un atasco. Recuerdo que me moría de aburrimiento,— Edmond sonrió con tristeza. —Pero valió la pena porque la noche antes de mi doceavo cumpleaños, mi madre me dio un rifle de aire comprimido,— Edmond se detuvo a sonreír por el recuerdo. —Me lo dieron antes porque yo había planeado pasar mi cumpleaños haciendo una guerra de Airsoft con mi amigo y los amigos de su hermano. Lo primero que hice cuando me dieron el rifle fue llamar a Jimmy y le conté lo pesado que era y lo lento que iba a ir con él. Pasamos toda la mañana siguiente practicando, pero yo aún era muy lento. Jimmy tenía una pistola pequeña y me gustaba como funcionaba su arma más que la mía, así que nos turnamos usándolas.—Edmond se detuvo de pronto en su historia. La dificultad que suponía continuar fue evidente en la forma en que sus ojos comenzaron a llenarse de
Edmond podía sentir Belinda revolverse mientras soñaba a su lado. Aun estaba acostada sobre su brazo, y sin abrir los ojos, la apretó más contra él.Tal vez después de una noche de sueño reparador, después de tener la oportunidad de procesar todo lo que él le había contado, Belinda decidiría que Edmond no era alguien que quería en su vida. Tal vez diría que necesitaba tiempo para pensar las cosas y que quizás deberían tomarse un pequeño descanso el uno del otro. Tal vez esta sería la última vez que la sostenía en sus brazos, por lo que, quizás debería abrazarla un poco más fuerte, por el bien de los recuerdos.Sus dedos se contrajeron contra un trozo de piel, expuesta en la noche por la activa forma de dormir de Belinda.Sorprendentemente, ella apretó su abrazo contra él, también.Edmond no estaba seguro de si Belinda estaba despierta o no, así que con su mano libre, pasó sus dedos suavemente por el brazo. Ella respondió apretándose aun más contra él y enterrando su cara en su cuello.
Aunque Edmond entendía que las familias generalmente querían estar juntas en las celebraciones, no pudo evitar la sensación de que los padres de Belinda habían sido muy inoportunos. Aparte del hecho de que habían interrumpido un momento de intimidad, él y Belinda tampoco habían tenido la oportunidad de realmente discutir la reciente revelación del pasado de Edmond. Antes de estar demasiado cómodo y avanzar, quería asegurarse de que Belinda seguía bien con todas las cosas. Realmente no era una conversación que Edmond quería mantener por teléfono, pero cuando él y Belinda hablaron esa noche, una broma inocente descubrió sus verdaderos pensamientos.—Bueno… ¿disfrutando de tus padres?— Edmond reprendió.—En realidad… sí. Después de que el shock de verles en la puerta desapareció, me di cuenta de que ha pasado algún tiempo desde que tuve una conversación con ellos. Es agradable,— dijo Belinda.—¿Qué te preguntaron sobre mí?— Edmond preguntó a quemarropa.Belinda dejó escapar una risa suav
—Jayden—. De repente, la conversación fue interrumpida por la voz impetuosa de Ariana. —Has estado al teléfono casi diez minutos y aún no le has preguntado a Edmond sobre mañana. Ya te dije que tengo más llamadas que hacer.——¿Cómo sabes cuanto llevo al teléfono?— Jayden preguntó como si fuera totalmente normal que ellos mantuvieran esa conversación estando Edmond en la línea con ellos. —¿Estas escuchándonos?——¿Por qué iba a querer escuchar tu aburrida conversación telefónica con Edmond?— preguntó Ariana. —Aunque, Edmond, si hubieses aceptado mi ayuda cuando la ofrecí, no estaría sufriendo este calentón.——Lo que tu digas, Ariana,— Edmond puso los ojos en blanco. Esperaba que Jayden pusiera firme a su mujer por su improcedencia. Pero Jayden no hizo tal cosa. Por alguna razón, consideraba que Edmond era tan amigo de Ariana como suyo. Por lo tanto, le cedía la palabra cuando tenía algo que decir.—¿Lo que yo diga?. Lo digo en serio. Belinda probablemente se esté preguntando a que se de
—Te lo he estado diciendo durante dos días,— Gerard gritó desde la sala de estar. Se estaba emitiendo un partido de fútbol. Lo más probable el mismo que Edmond había escuchado de fondo en casa de Jayden cuando había llamado para pregunta sobre el pago de vacaciones.—¡Anthony!— Berenice gritó mientras se inclinaba para darle un envolvente abrazo. —Espero que tengas hambre. Hice mi famoso pastel de batata de postre.—Berenice señaló el plato al que hacía referencia y Anthony no se molestó en ocultar el desprecio que sentía hacia el espécimen de color naranja brillante.—¿A qué se sabe?— preguntó, inclinándose para ver si podía olerlo.—Esta bueno, Anthony,— dijo Belinda mientras caminaba detrás de él. —Yo tampoco pensé que me iba a gustar, pero probé un pedazo pequeño y ahora es uno de mis favoritos entre mayoría de cosas de comer.—Anthony miró entre Belinda y su madre antes de decidir. —Probaré un trozo pequeño.—Berenice se movió para cortarle un trozo de la fuente, pero Belinda det
Ernest se aclaró la garganta como si necesitara recordar a la pareja que él y Jayden estaban todavía en la habitación. Edmond no se molestó en poner fin al beso, pero le ofreció a su amigo un saludo con un solo dedo para hacerle saber que le había oído.Cuando Ariana y Anthony regresaron, todo el mundo salió puerta principal, hacia los respectivos vehículos hacia el restaurante.A pesar de que Ernest insistió en que Beth, la amigable manager, que se encargaba de su comida esa noche, era sólo eso, una amiga, Edmond pudo ver a Belinda y Ariana mirándola dudosamente, comparándola con Camille.Y cuando Beth se inclinó y le susurró algo al oído de Ernest antes de soltar una risa calurosa, Edmond observó con humor como Ariana y Belinda intercambiaban miradas.—Me siento un poco rara viendo a Ernest coquetear con otra mujer. Como si estuviese traicionando a Camille o algo,— le susurró Belinda a Edmond cuando nadie estaba prestando atención.—Bueno, al menos Ernest no lo está haciendo delante
—¿No quieres?— Edmond sonrió mientras Belinda se acercaba a él y pasó las manos descaradamente por debajo del borde de su camiseta.—Mm-uh,— ella negó.—Bueno, ¿y qué querrías hacer?— el brusco susurro de Edmond llenó la boca de ella mientras se inclinaba para besarla.Belinda se tomó su tiempo antes de romper ese beso para responder. —Bueno… un poco más de esto,— suspiró sensualmente mientras participaba en dos besos más. —Y un poco de esto,— ella deslizó labios a través de su mandíbula hasta el cuello, donde succionó y mordisqueó suavemente la piel blanda. —Y tal vez algo de esto,— alzó la boca a su oído y suavemente tomó el lóbulo entre los dientes.—Mmm …— Edmond se tensó. Nadie le había hecho eso antes y no tenía ni idea de lo mucho que le iba a gustar.Cuando su boca volvió a la suya, Edmond se apresuró a llenarla con su lengua, empujando, frotando y acariciando – un anticipo de lo que quería hacerle en otras áreas.—¿Quieres subir?— preguntó Edmond. Había estado duro en sus pan
—Bueno, ahora sé porque no he escuchado ni pío de ti en las últimas semanas,— murmuró Berenice Gardener tan pronto como Edmond había salido por la puerta delantera de Belinda.—Mamá, no empieces,— advirtió Belinda.—¿No empieces? ¿Qué no empiece?— Berenice miró a Gerard. —¿Me estás tomando el pelo? Viajo hasta aquí, para encontrarme a mi hija en la cama con un hombre del que nunca he oído hablar, y no me hagas empezar sobre el hecho de que él ya tiene una familia hecha…——¿Ves? Estamos de acuerdo. No te hagamos que empezar,— Belinda dijo con ligereza. Miró a su padre y se sentó a su lado en el sofá. —¿Cómo estás, Papá?——Oh, ya me conoces. Estoy satisfecho,— dijo Gerard. Miró a Belinda y le guiñó un ojo. Conocía ese guiño. Quería decir ‘déjalo estar, niña’.Belinda usó la excusa de su nueva condición de anfitriona para distraer a sus padres de la situación en la que le habían encontrado. Arregló su habitación, cambiando las sábanas (ignorando el comentario de su madre acerca de si deb