La mañana siguiente, Alejo despierta un tanto aturdido. No recuerda mucho de la noche anterior con claridad, asume que se debió al exceso de drogas y coñac que bebió. Un sincope agudo por la combinación de ambas sustancias, eso le dijo Alejo y él confia plenamente en Pablo, siempre ha sido así desde que lo conoció hace tres años atrás. Se levanta, se dicha y apenas baja a tomar un café para salir antes de que Amanda venga a desayunar con él. Sale en compañía de Rubén quien también le tiene información de Facundo Dominguez, su adversario y rival de territorio para narcomenudeo.—¿Hacia dónde vamos, patrón? —pregunta el chofer.—Vamos a la zona sur, tengo dos clientes que no han querido pagar y hoy mismo me encargaré de dejarle al resto una pequeña advertencia.El chofer conduce hasta el barrio donde le indicó Alejo. Rubén en tanto, no deja de pensar em la manera de hacerle saber a su jefe que su empleado de confianza lo está traicionando con su mujer.Alejo amaneció esa mañana revivien
Amanda está sentada cuidando de la bebé. Tocan a la puerta, Pablo entra y se acerca a ella. Observa con ternura a la pequeña Emma, quien ya quiere balbucear y lo mira con sus grandes ojos y largas pestañas.—¡Es hermosa! ¿No crees? —comenta ella.—Todos los niños lo son. Tienen lo más importante de todo, inocencia.Amanda se sorprende de las palabras de Pablo ¿Cómo siendo tan inteligente, podía trabajar con aquel hombre tan cruel?—¿Puedo preguntarte algo? —él la observa y sonríe.—Dime, ¿qué quieres saber ahora?—¿Cómo supiste que le ocurría a Alejo y qué debías hacer?—Intuición, tal vez. —ella lo mira con suspicacia. No puede creer que cualquier persona pudiera actuar tan rápidamente sin estar preparado para ello.—No me dices la verdad —lo increpa.—Digamos entonces, que sé un poco sobre primeros auxilios, es básico saber sobre reanimación cardio pulmonar —responde él, pensando que con ello se libraría de las preguntas de la astuta joven.—¿Y por qué volviste tan rápido para salva
De regreso a su habitación, Verónica no puede parar de darle vueltas al asunto, una y otra vez monta en su cabeza los escenarios que Teresa le relató ¿Cómo pudieron hacer todo eso delante de sus propios ojos? ¿Cómo pudieron ocultarle el hecho de que había tenido dos hijas en vez de una?Por más que intenta recordar, le es imposible hacerlo. Sabe que tuvo unos dolores de parto increíbles, ya le habían contado que eran fuertes pero ella nunca se los imaginó de esa dimensión. Recuerda también haber escuchado el llanto de su pequeña Elena cuando nació, pero, de ahí en adelante todo le resulta demasiado borroso, tuvo que haberse desmayado por la debilidad o algo así porque es incapaz de recordar un segundo llanto.Estuvo veinte años ¡Veinte putos años! Sin saber que tenía otra hija. No se podía evitar preguntar qué infancia había tenido, si había sido feliz, si había tenido amigos, verdaderos amigos y, sobre todo, si esa mujer se había portado bien con ella.En lo más profundo de su interi
De vuelta a la casa, Alejo no podía estar más contento, sí, tal y como están escuchando, contento, después de tantos días sintiéndose frustrado por no poder estar con Elena finalmente había llevado a cabo su prioridad número uno.Esta era la razón por la cual todavía tenía a esa prostituta en la casa con él; a pesar de que ella había intentado fugarse con su hija, en la cama hacía magia, le daba lo que ninguna otra podía darle, placer. “Elena es una chica con suerte” pensó, todavía podría perdonarle alguna que otra rebelión antes de pegarle un tiro en la cabeza, al menos hasta que encontrara alguna como ella.No sabía cómo, pero, desde el primer momento em el que la conoció en aquel club y aceptó darle un “baile” privado, ella supo lo que a él le gustaba. Nunca se quejó por los golpes que le dio con su cinturón, ni por la forma en que la arrastró por todo el suelo agarrándola por su cabello. Niumna sola lágrima salió de ella, sino que por el contrario, no le quitaba los ojos de encima
Antes de entrar al hospital, Pablo le advirtió a Amanda:—Verás al ginecobstetra y de allí iremos a la mansión.—No entiendo a qué te refieres.—Sabes a lo que me refiero, no visitas a tu madre. —Amanda enarcó su ceja izquierda.Ella caminó detrás de él con visible enojo. Llegaron hasta el consultorio del médico, inmediatamente fue atendida a pesar de que algunas pacientes esperaban antes que ella. Pablo como siempre había tenido que tocar algunas puertas antes de llegar allí, Fabián era una especie de ángel guardián para él.Amanda entró junto a Pablo, mientras le explicaban al médico lo que realmente necesitaban.—Necesitamos que la Sra Torres quede embarazada y el sexo del bebé sea masculino.—Bien, existe el procedimiento de inseminación intrauterina, la cual consiste en depositar el esperma directamente dentro del útero, en este caso habría que tomar la muestra del padre y escoger aquellos espetmatozoides con carga masculina. Es un procedimiento con ciertas probabilidades de un 8
Para la suerte de todos en esa enorme mansión, Alejo todavía se encuentra de muy buen humor, hasta se pasea de un lado a otro tarareando ua canción. Se encuentra tan animado que se dirige hasta la cocina donde le indica a Cristina que esa noche desea cenar acompañado de Elena.—Mujer —le dice llamando su atención, a Cristina le resulta muy raro.Hubo un tiempo en el que él siempre se dirigía a ella de esa forma, había pasado tanto que ella casi ni lo recordaba desde la muerte del pequeño Pablo. Alejo había cambiado mucho desde aquel trágico día.—Sí, patrón —le responde sorprendida—Esta noche quiero tener una cena romántica con Elena, ya sabes, prepara algo bonito, algo que la emocione, decide tú, sabes que yo no sé nada de esos temas, lo único que quiero es que quede deslumbrada.Alejo no estaba enamorado de Elena, lo sabía, él mismo se había jurado después de la muerte de su hijo que nunca más se encariñaría con nadie, que nunca más llegaría a sentir algo tan especial por una perso
Pablo se sorprendió de que justo cuando le dijo a Amanda que estuvo con Elena y Alejo en ese viaje, ella cortó la llamada sin darle explicaciones. Aún así sonrió, tal vez ella también sentía celos por él, tal vez también sentía algo tan intenso como lo que él estaba sintiendo por ella.Realmente sabía tan poco de Amanda, apenas lo que ella le había contado, pero cómo siendo tan bella no había estado con algún hombre. Alguien debía tener en su corazón, algún amor del pasado, quizás.Abrió la nevera ejecutiva de su habitación, sacó uma lata de cerveza, la destapó, tomó un cigarillo, y lo encendió, se sacó las botas y se recostó en su cama. Era su noche de descanso, necesitaba dormir un poco. Se concentró en el humo del cigarrillo y aquella imagen lo hizo recordar la noche que estuvo por primera vez con Elena en la habitación del hotel en Milán.Desde que Elena llegó a la mansión aquella noche de la mano de Alejo, Pablo quedó prendado de su belleza, era hermosa, sus rasgos perfectamente
—¿Cómo me puedes pedir eso? —la voz de Verónica es casi un grito en medio de aquella habitación de hospital—¡Shhhh! Verónica por favor, habla en voz baja, si Claudia pasa por aquí y nos escucha, estaremos en grandes problemas, ya tenemos suficientes con las sospechas que tiene, no nos podemos exponer tanto. Lo siento, pero me es imposible seguir llevándote a ver a Elena, ya tus chequeos diarios han acabado, ha pasado toda una semana y estás de maravilla, gracias a Dios ¿qué excusa daremos para sacarte de aquí? es imposible. Por favor, entiende, sabes que tengo razón en lo que estoy diciendo. Si nos descubren, de nada servirá que yo te haya contado la verdad, razona.Teresa tenía razón y Verónica lo sabía, pero no podía ser razonable cuando de su hija se trataba. Ahora se sentía más sola que nunca en toda su vida, siempre había estado acompañada de su hija y, a pesar de que ahora sabía que tenía dos, no podía verlas. Toda la situación era como un castigo por demás injusto para ella, A