De regreso a su habitación, Verónica no puede parar de darle vueltas al asunto, una y otra vez monta en su cabeza los escenarios que Teresa le relató ¿Cómo pudieron hacer todo eso delante de sus propios ojos? ¿Cómo pudieron ocultarle el hecho de que había tenido dos hijas en vez de una?Por más que intenta recordar, le es imposible hacerlo. Sabe que tuvo unos dolores de parto increíbles, ya le habían contado que eran fuertes pero ella nunca se los imaginó de esa dimensión. Recuerda también haber escuchado el llanto de su pequeña Elena cuando nació, pero, de ahí en adelante todo le resulta demasiado borroso, tuvo que haberse desmayado por la debilidad o algo así porque es incapaz de recordar un segundo llanto.Estuvo veinte años ¡Veinte putos años! Sin saber que tenía otra hija. No se podía evitar preguntar qué infancia había tenido, si había sido feliz, si había tenido amigos, verdaderos amigos y, sobre todo, si esa mujer se había portado bien con ella.En lo más profundo de su interi
De vuelta a la casa, Alejo no podía estar más contento, sí, tal y como están escuchando, contento, después de tantos días sintiéndose frustrado por no poder estar con Elena finalmente había llevado a cabo su prioridad número uno.Esta era la razón por la cual todavía tenía a esa prostituta en la casa con él; a pesar de que ella había intentado fugarse con su hija, en la cama hacía magia, le daba lo que ninguna otra podía darle, placer. “Elena es una chica con suerte” pensó, todavía podría perdonarle alguna que otra rebelión antes de pegarle un tiro en la cabeza, al menos hasta que encontrara alguna como ella.No sabía cómo, pero, desde el primer momento em el que la conoció en aquel club y aceptó darle un “baile” privado, ella supo lo que a él le gustaba. Nunca se quejó por los golpes que le dio con su cinturón, ni por la forma en que la arrastró por todo el suelo agarrándola por su cabello. Niumna sola lágrima salió de ella, sino que por el contrario, no le quitaba los ojos de encima
Antes de entrar al hospital, Pablo le advirtió a Amanda:—Verás al ginecobstetra y de allí iremos a la mansión.—No entiendo a qué te refieres.—Sabes a lo que me refiero, no visitas a tu madre. —Amanda enarcó su ceja izquierda.Ella caminó detrás de él con visible enojo. Llegaron hasta el consultorio del médico, inmediatamente fue atendida a pesar de que algunas pacientes esperaban antes que ella. Pablo como siempre había tenido que tocar algunas puertas antes de llegar allí, Fabián era una especie de ángel guardián para él.Amanda entró junto a Pablo, mientras le explicaban al médico lo que realmente necesitaban.—Necesitamos que la Sra Torres quede embarazada y el sexo del bebé sea masculino.—Bien, existe el procedimiento de inseminación intrauterina, la cual consiste en depositar el esperma directamente dentro del útero, en este caso habría que tomar la muestra del padre y escoger aquellos espetmatozoides con carga masculina. Es un procedimiento con ciertas probabilidades de un 8
Para la suerte de todos en esa enorme mansión, Alejo todavía se encuentra de muy buen humor, hasta se pasea de un lado a otro tarareando ua canción. Se encuentra tan animado que se dirige hasta la cocina donde le indica a Cristina que esa noche desea cenar acompañado de Elena.—Mujer —le dice llamando su atención, a Cristina le resulta muy raro.Hubo un tiempo en el que él siempre se dirigía a ella de esa forma, había pasado tanto que ella casi ni lo recordaba desde la muerte del pequeño Pablo. Alejo había cambiado mucho desde aquel trágico día.—Sí, patrón —le responde sorprendida—Esta noche quiero tener una cena romántica con Elena, ya sabes, prepara algo bonito, algo que la emocione, decide tú, sabes que yo no sé nada de esos temas, lo único que quiero es que quede deslumbrada.Alejo no estaba enamorado de Elena, lo sabía, él mismo se había jurado después de la muerte de su hijo que nunca más se encariñaría con nadie, que nunca más llegaría a sentir algo tan especial por una perso
Pablo se sorprendió de que justo cuando le dijo a Amanda que estuvo con Elena y Alejo en ese viaje, ella cortó la llamada sin darle explicaciones. Aún así sonrió, tal vez ella también sentía celos por él, tal vez también sentía algo tan intenso como lo que él estaba sintiendo por ella.Realmente sabía tan poco de Amanda, apenas lo que ella le había contado, pero cómo siendo tan bella no había estado con algún hombre. Alguien debía tener en su corazón, algún amor del pasado, quizás.Abrió la nevera ejecutiva de su habitación, sacó uma lata de cerveza, la destapó, tomó un cigarillo, y lo encendió, se sacó las botas y se recostó en su cama. Era su noche de descanso, necesitaba dormir un poco. Se concentró en el humo del cigarrillo y aquella imagen lo hizo recordar la noche que estuvo por primera vez con Elena en la habitación del hotel en Milán.Desde que Elena llegó a la mansión aquella noche de la mano de Alejo, Pablo quedó prendado de su belleza, era hermosa, sus rasgos perfectamente
—¿Cómo me puedes pedir eso? —la voz de Verónica es casi un grito en medio de aquella habitación de hospital—¡Shhhh! Verónica por favor, habla en voz baja, si Claudia pasa por aquí y nos escucha, estaremos en grandes problemas, ya tenemos suficientes con las sospechas que tiene, no nos podemos exponer tanto. Lo siento, pero me es imposible seguir llevándote a ver a Elena, ya tus chequeos diarios han acabado, ha pasado toda una semana y estás de maravilla, gracias a Dios ¿qué excusa daremos para sacarte de aquí? es imposible. Por favor, entiende, sabes que tengo razón en lo que estoy diciendo. Si nos descubren, de nada servirá que yo te haya contado la verdad, razona.Teresa tenía razón y Verónica lo sabía, pero no podía ser razonable cuando de su hija se trataba. Ahora se sentía más sola que nunca en toda su vida, siempre había estado acompañada de su hija y, a pesar de que ahora sabía que tenía dos, no podía verlas. Toda la situación era como un castigo por demás injusto para ella, A
—Sí, soy la madre de Elena también ¿quieres también que te diga toda mi línea familiar para que puedas dañar a todas? Escúchame bien, yo conozco a la perfección a los hombres como tú. Se creen llenos de poder, que pueden pisotear a quien deseen sólo porque tienen algo de dinero, se piensan que todos son inferiores y que les debemos cierta pleitesía, pero, lamento informarte que no es así. No pienses ni por un sólo segundo que me voy a quedar callada, no me importa con lo que me amenaces, he lidiado con otros más peligrosos que tú. —espetó.—Eso no puede ser cierto —por mucho que Verónica lo desafía, él sigue pensando en la declaración principal que ella le acaba de hacer— usted no puede ser la madre de Elena, ella me dijo que su madre había fallecido a causa de un cáncer, no puede mentirme. Ella y yo teníamos muy buena relación, éramos cercanos, sé todo sobre su vida y lo compleja que ha sido.—Sí, yo también pensaba saber todo sobre mi vida hasta hace sólo unos días. Yo soy su madre,
Después de la incómoda cena en el restaurante, Amanda siente que corre grandes riesgos si se vuelve a toparse con alguien que pueda conocer a Elena, no está segura de salir muy bien parada. Para ella era cada vez más complicado fingir alguien que no era, no sabe cuanto más pueda aguantar. Si no fuese por aquel sacrificio tenía como recompensa la vida de su madre, no se atrevería a tanto. Amanda amaba tanto a su madre, le debía tantas pero tantas cosas que no puede arrepentirse de nada.Alejo salió de la ducha y le pidió alistarse para ir a la celebración que uno de sus socios preparó para darle la bienvenida.—Arréglate mi reina, tenemos la invitación a la fiesta que nos hará Gino, se hará en plena alta mar en su yate de lujo.—¿Tengo que ir? No me siento bien, creo que voy a vo... —se levantó y fue corriendo hasta el baño. Tuvo que provocarse el vomito para ser lo más convincente posible y que Alejo no dudará en lo mínimo que ella se estaba realmente indispuesta. Tardó unos minutos y