Después de la incómoda cena en el restaurante, Amanda siente que corre grandes riesgos si se vuelve a toparse con alguien que pueda conocer a Elena, no está segura de salir muy bien parada. Para ella era cada vez más complicado fingir alguien que no era, no sabe cuanto más pueda aguantar. Si no fuese por aquel sacrificio tenía como recompensa la vida de su madre, no se atrevería a tanto. Amanda amaba tanto a su madre, le debía tantas pero tantas cosas que no puede arrepentirse de nada.Alejo salió de la ducha y le pidió alistarse para ir a la celebración que uno de sus socios preparó para darle la bienvenida.—Arréglate mi reina, tenemos la invitación a la fiesta que nos hará Gino, se hará en plena alta mar en su yate de lujo.—¿Tengo que ir? No me siento bien, creo que voy a vo... —se levantó y fue corriendo hasta el baño. Tuvo que provocarse el vomito para ser lo más convincente posible y que Alejo no dudará en lo mínimo que ella se estaba realmente indispuesta. Tardó unos minutos y
El trayecto de regreso de Italia hasta Venezuela se le hizo eterno a Amanda, para su suerte, a Pablo se le había ocurrido la brillante idea de engañar a Alejo diciéndole que ella no podía tener relaciones sexuales de ningún tipo hasta que todo el proceso de la inseminación artificial no hubiera terminado, eso la libró de tener que soportar situaciones no deseadas por ella. Tan solo de tener que dormir al lado de Alejo con ese hedor a alcohol y tabaco mezclados, le era suficiente para provocarle náuseas y repulsión.A pesar de que tuvo que soportarlo por todo un fin de semana y de estar en un constante estrés por el miedo a ser descubierta, no puede negar que fue una experiencia maravillosa, sobre todo para ella, una chica que nunca había salido de Caracas, nada podía compararse con la capital italiana.En Milán, había magia en las calles, el aire que se respiraba era diferente, más libre, más fresco, más limpio, todo estaba impecable y, ni hablar de la moda de alta costura, por suerte
Justo en el momento que Pablo iba a contarle todo, se arrepiente de las pocas palabras que le ha dicho. “¿Qué estás haciendo Pablo? ¿De pronto se te ocurrió que contarle todo a Amanda era la mejor idea en estos momentos? Acaban de tener una pelea por lo imbécil que estás siendo y, ahora que la has logrado tranquilizarla y que te perdone ¿vas a soltarle esta bomba? ¡No puedes!”Pablo discute consigo mismo, sabe que, si le cuenta a Amanda que Elena es su hermana repercutirá directamente sobre ella, se sentirá abrumada y mucho más preocupada de lo que ya está, es demasiado el estrés que lleva tan sólo con despertar todos los días en aquella casa, viviendo una vida que no le pertenece, como para que también tenga que preocuparse por el hecho de que está ocupando el lugar de su hermana.También le preocupa enormemente lo que pueda pensar Amanda cuando descubra que él lo sabía y nunca se lo contó, sin mencionar de que se volverá loca cuando ate cabos y se de cuenta de que Elena y Pablo habí
Amanda espera la orden de Alejo para iniciar los trámites de la inseminación, no puede ocultar el pánico que aquello le genera; una cosa era tener a la pequeña Emma como hija, otra diferente era pensar que dentro de ella, se gestara un pequeño ser. Las dudas la atacan en ese instante, realmente era ese objeto sexual y procreativo que Alejo buscaba. Ahora entendía por qué Elena huyó de allí. Pensar en tener un hijo y que este tuviera el mismo final de su padre, ser el jefe de una de las mafias más importantes del país, eso no era lo que una madre que ama a su hijo espera.Sintió compasión por Elena, su muerte parecía ser lo mejor que pudiera pasarle. Salió de sus pensar cuando desde la ventana de su habitación vio a la nueva empleada, en el jardín hablando coquetamente con Pablo. ¿Por que Alejo la había traido desde Italia? Realmente no necesitaban otra empleada, pensó. Lo que si notó fue un poco de desinterés de Alejo hacia ella, eso la tranquilizaba. Mas, Sandra era una mujer excesiv
Amanda no deja de mirar aquel hermoso detalle de Pablo era algo excesivamente especial para ella, mucho más después que él le contó que había visto a Verónica y le había llevado medicamentos y comida para la dieta estricta que ella debía llevar, aunque no podía ir a verla, le satisfacía saber que por lo menos ella, estaba bien. Se acostó, abrió por enésima vez la cajita de música y observó girar y girar a la bailarina y como en una máquina del tiempo, recordó su adolescencia.—Mandy —la llamó Karina, su amiga de la secundaria, ella volteó emocionada al oír su voz.—Karina —fue hasta ella, y la abrazó.— ¿Cómo hiciste para venir?—Javier me ayudó a salir de casa sin que mis padres se dieran cuenta, ya sabes que no desean que mantengamos una amistad. Dicen que no gano nada al lado de la hija de una simple empleada. ¿Cómo está mi Vero?—No muy bien, sigue sintiéndose mal. Ya no sé qué hacer.—Pues yo sí, vamos al gimnasio a bailar.Amanda y Karina corrieron emocionadas, tomadas de la mano
A la mañana siguiente, los ojos de Elena se estaban abriendo nuevamente, por unos segundos, se le había olvidado completamente que no podía hablar por mucho que lo intentara. Claudia estaba enfrente de ella revisando sus signos vitales, asegurándose de que todo estuviera en orden y aplicando los medicamentos matutinos que les tocaba.Elena quería preguntarle tantas cosas, necesitaba más detalles, estaba demasiado frustrada, la vida no había tenido suficiente con arrebatarle la voz, también tenía que quitarle sus recuerdos más recientes, dejándola a medias y más vulnerable de lo que había estado jamás. No sabe qué es peor, si la incapacidad de hablar, o el hecho de no poder recordar los hechos que la habían llevado hasta allí.Se sentía débil, siempre había tenido el control de su vida, para bien o para mal, había tomado sus propias decisiones desde que fue lo suficientemente mayor como para hacerlo, ahora no se había convertido en más que una inútil, una carga para ella misma, estaba
Amanda siente que algo está ocurriendo y Pablo no quiere decírselo, nota su preocupación y lo alienado que parece estar de la realidad. Sin embargo, ella de siente un poco más tranquila, mientras Alejo se entretiene con la nueva empleada.—Sólo espero que ese interés por Sandra le dure por un buen tiempo —conversa con Emma quien la mira con sus grandes ojos y enormes pestañas.Cristina toca la puerta, Amanda le da la orden para que entre, la mujer abre la puerta y los deseos de Amanda se esfuman cuando esta le da aquel mensaje:—Elena, el patrón desea verte, está en la biblioteca.—¿Ahora? —pregunta ella con asombro.—Sí, ahora. Dame a la niña y ve. Recuerda que no soporta que lo hagan esperar. —Amanda le entrega a la niña en brazos y sale rumbo a la biblioteca.Minutos después, toca a la puerta, él le pide que pase, ella abre sigilosamente y escucha la voz grave y repugnante de él.—Termina de entrar carajos.—Hola —se acerca a él, se inclina y lo besa en la mejilla, él la sujeta del
Amanda se había tomado su tiempo para arreglarse, realmente deseaba interpretar el papel de Elena lo mejor posible. La reacción de Alejo y su halago sorprendió a Amanda; Alejo no se caracterizaba por ser tan amable, ni mucho menos caballeroso.A sólo unos pasos detrás de Alejo, ella logra divisar a Pablo con sus brazos cruzados sobre su pecho y, aunque no quiere hacerlo para no levantar sospechas, él se ve obligado a mirarla, Amanda está radiante esa noche. Ella se puede dar cuenta de la molestia en su mirada, sabe que hubiera deseado acampañarla esa noche, pero iba a ser imposible por haberse compr9metido con cubrir al Greco.Alejo no era un hombre que se sorprendiera de forma fácil, sólo la belleza de ella pudo hacer que se olvidara de su mal humor y su boca se abriera por unos segundos. La cola del vestido color piel que finalmente había elegido Amanda, arrastraba por el suelo detrás de ella mientras caminaba, la abertura en su pierna dejaba ver la blancura de su piel y el escote e