Dejo que observarla y decido hablarle.
— hola — le doy mi más grande sonrisa. — qué tal si me cuantas tu historia de cómo lograste estar con un brazo enyesado - su rostro se ensombrece, pero decido continuar — estoy aburrida y no sé cuánto tiempo tenga que estar acá.
Suspira, y me regala una sonrisa, y deja de observarme para ver su brazo.
— solo si me cuentas también lo que te ocurrió, cuando llegaste estuviste a punto de irte al otro lado, los doctores se volvieron como locos, pero lograron estabilizarte — estoy asombrada, casi me voy.
— está bien.
— cando llegue al subterránea me pusieron con una compañera de cuarto, todo iba bien hasta cuando los doctores empezaron a suministrarle medicamentos para su recuperación, ella sufría de depresión, y cuando la llevaban a los laboratorios para los exámenes, volvía estresada y se perdía en sus pensamientos, lloraba en las noches y no salía en días de la habitación un día cuando volvió, la notaba distinta, de un momento a otro sus ojos se volvieron rojos y su respiración errática, comenzó a cortarse y cuando intente detenerla me ataco, su fuerza era descomunal y se movía como un león hacia su presa, me golpeo tan fuerte que perdí el conocimiento y cuando desperté ya estaba aquí, lo único que me dijeron fue que mi compañera murió. — el recuerdo de los ojos de los gorilas inunda mi mente, no puede ser coincidencia que ellos también tuvieran sus ojos rojos cuando se volvieron agresivos — ahora dime como es que resultaste casi muerta.
Esta chica me trasmite confianza y eso es lo que me da el valor de hablar de lo sucedido.
— estaba tranquilamente en mi habitación ,no me asignaron compañero, entonces estaba con una enfermera cuando de la nada unos pacientes del doble de mi tamaño entraron golpeando y dañando todo a su paso, tenían unas pinzas y metal en sus manos, no sé de dónde lo sacaron, mi acompañante fue a pedir ayuda mientras yo me enfrentaba a los gorilas una cosa llevo a la otra hasta que toda la habitación estaba bañada en sangre dos cadáveres y una casi moribunda y pues cuando desperté estaba aquí postrada con un dolor de m****a por todo mi cuerpo.
— Ah por cierto mi nombre es venus, si como la diosa, no sé qué rayos estaban pensando cuando me pusieron ese nombre — las risas inundan la sala, se siente tan relajante hablar con alguien que se encuentra en las mismas condiciones que tú.
— mi nombre es Tania
Así paso durante el resto del día entre charlas triviales, risas y bromas, enfermeras y doctores entraban cada tanto pasa ver cómo nos encontrábamos, se sentía tan normal que por un momento me olvide en donde me encontraba y disfrutaba.
El cansancio nos pasó factura a las dos y caímos rendidas sin darnos cuenta que lo que se avecinaba
…
Estoy disfrutando de una ducha relajante después de levantarme, ya han pasado dos días y mi cuerpo necesitaba sentir la deliciosa agua fría para quitar la suciedad de mi cuerpo.
Los golpes en la puerta hacen que, de un respingo, y me cabrea que me estén vigilando.
— ya voy dejen que, aunque sea me dé una ducha relajante
— apúrate, que no tengo todo el día para perderlo contigo — esa odiosa enfermera es un dolor de cabeza no me deja ni un solo segundo porque según ella soy peligrosa.
Tomo la toalla y seco mi cuerpo con delicadeza de no hacerme más daño, me pongo el uniforme blanco y salgo viendo la mirada asesina de me da la señora enfermera, la ignoro pasado por su lado y cojeando me dirijo hacia mi cama.
Venus hace unas horas le dieron de alta y le asignaron otra habitación, pues la anterior se encuentra en arreglos. Nos prometimos volvernos a ver, aunque no estoy tan segura pues nunca antes la había visto en el comedor o pasillo en el que me encuentro.
Gracias a Allison sé que el bloque A, hay aproximadamente cincuenta pasillos y en el bloque B cuarenta pasillos. La clínica la construyeron para pacientes problemáticos, violentos, y hay una cárcel no muy lejos de la clínica donde se practica la tortura para aquéllos que no pueden ser controlados por la clínica, todo esto en una isla de aguas canadienses.
Son muy pocos los del gobierno que saben sobre esta clínica, mantiene oculta la parte de la prisión y el subterráneo para no causar pánico ni conflictos por lo que se realiza en esta, solo muestran la primera planta donde los pacientes son un poco pacíficos y controlables con los medicamentos.
— hola Tania — Allison aparece en mi campo de visión y le regalo mi mejor sonrisa
— hola, que te trae por aquí
Se ve un poco ojerosa y cansada, sé que lo de su hermano la atormenta.
— mi hermano ya ha sido trasladado a este bloque y por lo que pude observar…nada ha cambiado durante estos dos años, y me frustra no saber que hacer para ayudarlo — un sollozo se le escapa y la abrazo, al principio me incomodaba mostrar afecto, pero me acostumbré porque Allison es una persona muy cariñosa y muestra sus sentimientos muy abiertamente.
— no te preocupes, debes ser fuerte por tu hermano y todos los que te necesitan
— lo se… por cierto lo te cambiaron a otro pasillo
— y cuál es el pasillo
— el 11, no debes preocuparte, en ese pasillo no ocurren tantos accidentes, creo que en ese mismo han trasladado a tu nueva amiga venus, podrás verla más seguido y desaburrirte cuando yo no puedo acompañarte.
Las horas se pasan volando y cuando llega el momento de dirigirme hacia mi nueva habitación, me poner unas molestas esposas en mis muñecas y me escoltan dos guardias con cara de póker.
Cuando vamos pasando por lo que parece ser una sala oscura, se escuchan gritos desgarrados que hace que mi cuerpo tiemble de miedo ante lo que ocurre dentro de esas puertas metálicas, acelero el paso para llegar lo antes posible a mi habitación y refugiarme.
No puedo conciliar el sueño, cada vez que cierro mis ojos, siento que en cualquier momento alguien va a entrar y matarme. … Me despierto exaltada, no sé en qué momento de la noche me quede dormida, pero agradezco que nada malo me haya pasado. Mi cuerpo está más cubierto por vendajes que por cualquier cosa, parezco una momia y sé que con ver mi rostro se asustarían los pacientes, estos días han sido un martirio, golpes vas y viene, heridas sanan y otras llegan, la sangre corre y otras veces está seca, no sé cómo he resistido tanto tiempo en este puto infierno. Escapar ha estado en mis planes, pero no recuerdo nada como para salir y pedir ayuda, mi vida es frustrante y soy una persona con problemas de agresión, eso me perjudicaría más en el mundo fuera de esta isla. —es hora de tomar el desayuno, por favor diríjanse al comedor para empezar su día con toda la energía. — se escucha por los enormes parlantes, cada mañana es lo mismo,
Las puertas se cierran, y veo como un humo blanco llena la habitación donde antes me encontraba, uno a uno va cayendo en el suelo y la alarma de la cual no me había dado cuenta que sonaba dejo de hacer el ruido molesto para encender una luz azul en el comedor. El humo deja de salir y tanto los amigos de venus como nosotras nos encontramos viendo tras las puertas, todos han regresado a sus habitaciones o a la sala roja por motivos de seguridad. — por favor vuelvan a sus habitaciones, nosotros nos encargaremos de esto — un enfermero pasa por nuestro lado mientras digita unos códigos a lado de la puerta haciendo que este deje abrir la reja que se encuentra al otro lado del comedor dando paso a un pasillo con aproximadamente veinte personas cubiertas por un extraño traje de plástico. Somos empujados por el enfermero y salimos de nuestro trance, lo último que alcanzo a ver es como los ponen en camillas y salen hacia aquel pasillo. … Estoy acostada
en las dos horas que llevo despierta me han suministrado unos seis sedantes para poder dormir, pero ninguno ha hecho efecto en mi sistema, parece somo si fuera inmune. — eres la primera paciente que nos ha dado más trabajo dormir — un enfermero se sienta a mi lado en la silla metálica. — no tengo la culpa que mi cuerpo combata contra lo que me suministraron — hablo arrastrando las palabras. Una carcajada retumba por la habitación, y me percato del color peculiar de sus ojos, son de un color violeta intenso. Cuando se percata de mi mirada, su semblante cambia a uno serio y espeluznante. — en el laboratorio ocurrió un accidente haciendo que algunos que se encontraban allí les afectara algunas partes de su cuerpo, como en mi caso cambio el color de mis ojos — se levanta de la silla y se acerca a paso amenazante a mi lado. Uno de sus dedos juega con algunos mechones de mi cabello mientras el otro recorre mi rostro y cuellos, cada toque suyo hace q
Sus manos toman posesión se mis senos, mientras muerde mi abdomen, nada de esto causa efecto en mí, pero hago que salgas suspiros y jadeos para que siga concentrado en mi cuerpo. Cuando siento como mi muñeca es liberada de una correa y sigo con la otra y acelero el movimiento, cada toque en mi cuerpo es más combustible para la ira que va creciendo. Cuando me he zafado de las correas de mis brazos y pecho, la verdadera aventura comienza. Agarro el pequeño objeto en mi mano derecha y apuñalo su espalda, el hombre se separa un poco perturbado por lo que acabo de hacer. — pero que mier... — antes de que termine de hablar, vuelvo a clavar el bisturí en su pectoral, la sangre mancha su tez blanca. El demonio cae al suelo, mientras preciosa la enorme heria de su pectoral, y antes de que pueda reaccionar, quita la correa de mi cuello y las del resto que incomoda tanto a mi cuerpo. Cuando estoy por las correas de mi tobillo derecho, siento como agarran
Siento como si miles de agujas traspasaran mi cuerpo, me quejo del insoportable dolor que estoy sintiendo, mi garganta arde al pasar saliva, y mi boca parece como si estuviera cosida, mis parpados revolotean para abrir los ojos poco a poco, pero la hinchazón de estos me lo pone difícil pero no imposible. Cuando logro abrir mis ojos, lo primero que veo es el techo blanco de mi habitación, y escucho los pasos de los pacientes en el pasillo, no puedo mover mi cuello, pues este esté atado con una delgada correa como si fuera un puto perro. Estoy muy incómoda y me pica la punta de la nariz, pero mi cuerpo está más atado que cualquier otra cosa, me frustra no saber cómo hacer para satisfacer a mi pobre nariz que sufre por la molesta picazón que tiene. Con mi lengua intento alcanzar mi nariz, pero es casi imposible. Estoy tan concentrada en mi nueva tarea que me asusto cuando la puerta es abierta abruptamente y por esta entra el viejo canoso del cual ni se su nombre
Grito hasta quedarme sin voz, y lloro hasta quedarme sin lágrimas, casi cayendo sin poder ver más que oscuridad, las risas no han dejado de sonar, y tambores que en un principio sonaban en la lejanía, ahora se unen a la horrorosa armonía, y alboroto formado por aquellos demonios que habitan mi mente, alimentándose de lo bueno y malo. Les he dado poder de dañarme y no sé cómo hacer para que me dejen en paz, no siento ninguna otra emoción más que tristeza y miedo. No sé qué paso con la Tania consumida por la ira y que arrasaba con todo a su paso sin importar que sea. Me encuentro con miedo, tristeza y sufrimiento abrazando mi interior. Los minutos pasan, cuando mi ropa es rasgada por unas fuertes y filosas garras que no logro ver, En el proceso no solo rompe mi ropa sino también en algunos momentos mi piel que todavía siente como quema mi interior. Los minutos son eternos donde caigo sin llegar a un fondo, mi cuerpo tiembla por la poca falta de ropa, y
POV ALLISON Estaba muy preocupada por Tania cuando me dijeron que la habían llevado al laboratorio para empezar su tratamiento.Gracias a Dios volvió en una sola pieza y no perdió su cabeza, con venus entramos a la habitación y la encontramos postrada en su cama con miles de correas atando su cuerpo a este, por seguridad es mejor dejar a los pacientes 72 horas amarrados con las correas por si se salen de control, ya que el medicamento que se suministran es desconocido para muchos y es ultra secreto, pero se puede ver los efectos negativos que tiene con algunas personas, se vuelven violentos o mueren en el proceso.No se que sustancias son, pero nada en este psiquiátrico da buena espina, desde sus trabajadores hasta sus instalaciones.Venus y yo pasamos un buen rato acompañando a Tania, en este corto tiempo me di cuenta que venus es una gran persona cuando está en sus cinco sentido
TANIA Al despertar veo como mi a Allison sentada en una incómoda silla de metal que se encuentra a mi lado mientras que su cabeza reposa en la cama. Me pican los ojos, y siento un calor incesante en todo mi cuerpo, llevo mi vista a la puerta que se encuentra semiabierta, en el pasillo pasan los pacientes perdidos en sus mundos. Desvió la vista cuando escucho la voz de Allison inunda mis oídos, me trasmite tranquilidad, desde el principio supe que se convertiría en alguien importante para mí, veo bondad y valentía en su mirada, me hace sentir tantas emociones que pensé que eran abrumadoras, pero son hermosas, me hace sentir un ser humano normal, sin problemas ni ataduras que queman en cada momento de mi vida. — no sabes cuan preocupada estaba de ti, ¡¡Dios me diste un susto de infarto!!, no vuelvas hacer eso. — recibo su abrazo gustoso, pero un quejido sale de mis labios cuando mi cuerpo comienza a doler, parece como si