Las puertas se cierran, y veo como un humo blanco llena la habitación donde antes me encontraba, uno a uno va cayendo en el suelo y la alarma de la cual no me había dado cuenta que sonaba dejo de hacer el ruido molesto para encender una luz azul en el comedor.
El humo deja de salir y tanto los amigos de venus como nosotras nos encontramos viendo tras las puertas, todos han regresado a sus habitaciones o a la sala roja por motivos de seguridad.
— por favor vuelvan a sus habitaciones, nosotros nos encargaremos de esto — un enfermero pasa por nuestro lado mientras digita unos códigos a lado de la puerta haciendo que este deje abrir la reja que se encuentra al otro lado del comedor dando paso a un pasillo con aproximadamente veinte personas cubiertas por un extraño traje de plástico.
Somos empujados por el enfermero y salimos de nuestro trance, lo último que alcanzo a ver es como los ponen en camillas y salen hacia aquel pasillo.
…
Estoy acostada
en las dos horas que llevo despierta me han suministrado unos seis sedantes para poder dormir, pero ninguno ha hecho efecto en mi sistema, parece somo si fuera inmune. — eres la primera paciente que nos ha dado más trabajo dormir — un enfermero se sienta a mi lado en la silla metálica. — no tengo la culpa que mi cuerpo combata contra lo que me suministraron — hablo arrastrando las palabras. Una carcajada retumba por la habitación, y me percato del color peculiar de sus ojos, son de un color violeta intenso. Cuando se percata de mi mirada, su semblante cambia a uno serio y espeluznante. — en el laboratorio ocurrió un accidente haciendo que algunos que se encontraban allí les afectara algunas partes de su cuerpo, como en mi caso cambio el color de mis ojos — se levanta de la silla y se acerca a paso amenazante a mi lado. Uno de sus dedos juega con algunos mechones de mi cabello mientras el otro recorre mi rostro y cuellos, cada toque suyo hace q
Sus manos toman posesión se mis senos, mientras muerde mi abdomen, nada de esto causa efecto en mí, pero hago que salgas suspiros y jadeos para que siga concentrado en mi cuerpo. Cuando siento como mi muñeca es liberada de una correa y sigo con la otra y acelero el movimiento, cada toque en mi cuerpo es más combustible para la ira que va creciendo. Cuando me he zafado de las correas de mis brazos y pecho, la verdadera aventura comienza. Agarro el pequeño objeto en mi mano derecha y apuñalo su espalda, el hombre se separa un poco perturbado por lo que acabo de hacer. — pero que mier... — antes de que termine de hablar, vuelvo a clavar el bisturí en su pectoral, la sangre mancha su tez blanca. El demonio cae al suelo, mientras preciosa la enorme heria de su pectoral, y antes de que pueda reaccionar, quita la correa de mi cuello y las del resto que incomoda tanto a mi cuerpo. Cuando estoy por las correas de mi tobillo derecho, siento como agarran
Siento como si miles de agujas traspasaran mi cuerpo, me quejo del insoportable dolor que estoy sintiendo, mi garganta arde al pasar saliva, y mi boca parece como si estuviera cosida, mis parpados revolotean para abrir los ojos poco a poco, pero la hinchazón de estos me lo pone difícil pero no imposible. Cuando logro abrir mis ojos, lo primero que veo es el techo blanco de mi habitación, y escucho los pasos de los pacientes en el pasillo, no puedo mover mi cuello, pues este esté atado con una delgada correa como si fuera un puto perro. Estoy muy incómoda y me pica la punta de la nariz, pero mi cuerpo está más atado que cualquier otra cosa, me frustra no saber cómo hacer para satisfacer a mi pobre nariz que sufre por la molesta picazón que tiene. Con mi lengua intento alcanzar mi nariz, pero es casi imposible. Estoy tan concentrada en mi nueva tarea que me asusto cuando la puerta es abierta abruptamente y por esta entra el viejo canoso del cual ni se su nombre
Grito hasta quedarme sin voz, y lloro hasta quedarme sin lágrimas, casi cayendo sin poder ver más que oscuridad, las risas no han dejado de sonar, y tambores que en un principio sonaban en la lejanía, ahora se unen a la horrorosa armonía, y alboroto formado por aquellos demonios que habitan mi mente, alimentándose de lo bueno y malo. Les he dado poder de dañarme y no sé cómo hacer para que me dejen en paz, no siento ninguna otra emoción más que tristeza y miedo. No sé qué paso con la Tania consumida por la ira y que arrasaba con todo a su paso sin importar que sea. Me encuentro con miedo, tristeza y sufrimiento abrazando mi interior. Los minutos pasan, cuando mi ropa es rasgada por unas fuertes y filosas garras que no logro ver, En el proceso no solo rompe mi ropa sino también en algunos momentos mi piel que todavía siente como quema mi interior. Los minutos son eternos donde caigo sin llegar a un fondo, mi cuerpo tiembla por la poca falta de ropa, y
POV ALLISON Estaba muy preocupada por Tania cuando me dijeron que la habían llevado al laboratorio para empezar su tratamiento.Gracias a Dios volvió en una sola pieza y no perdió su cabeza, con venus entramos a la habitación y la encontramos postrada en su cama con miles de correas atando su cuerpo a este, por seguridad es mejor dejar a los pacientes 72 horas amarrados con las correas por si se salen de control, ya que el medicamento que se suministran es desconocido para muchos y es ultra secreto, pero se puede ver los efectos negativos que tiene con algunas personas, se vuelven violentos o mueren en el proceso.No se que sustancias son, pero nada en este psiquiátrico da buena espina, desde sus trabajadores hasta sus instalaciones.Venus y yo pasamos un buen rato acompañando a Tania, en este corto tiempo me di cuenta que venus es una gran persona cuando está en sus cinco sentido
TANIA Al despertar veo como mi a Allison sentada en una incómoda silla de metal que se encuentra a mi lado mientras que su cabeza reposa en la cama. Me pican los ojos, y siento un calor incesante en todo mi cuerpo, llevo mi vista a la puerta que se encuentra semiabierta, en el pasillo pasan los pacientes perdidos en sus mundos. Desvió la vista cuando escucho la voz de Allison inunda mis oídos, me trasmite tranquilidad, desde el principio supe que se convertiría en alguien importante para mí, veo bondad y valentía en su mirada, me hace sentir tantas emociones que pensé que eran abrumadoras, pero son hermosas, me hace sentir un ser humano normal, sin problemas ni ataduras que queman en cada momento de mi vida. — no sabes cuan preocupada estaba de ti, ¡¡Dios me diste un susto de infarto!!, no vuelvas hacer eso. — recibo su abrazo gustoso, pero un quejido sale de mis labios cuando mi cuerpo comienza a doler, parece como si
Mi cuerpo toma un poder desconocido que incomoda, las llamas de mi ser consumen mi cuerpo haciendo que comience a doler todas mis extremidades. Grito haciendo que en menos de lo esperado el pasillo se encuentre desierto y en este solo nos encontremos aquel castaño junto conmigo y lo que sea que quema. Abro los ojos, los cuales no me di cuenta en qué momento cerré. Me siento mas fuerte, pero mi cárcel mental sigue intacta, entonces si mis demonios no tomaron el control que si lo hizo o solo soy yo. Veo al castaño y sus ojos siguen del mismo color rojo, pero su expresión muestra miedo, no se que es lo que causa eso en él, pues hace segundo su mirada era retadora, amenazante y poderosa. — tu-u… eres el demonio en persona, eres el miedo de muchos — su voz se escucha entre cortada con cada palabra que sale de su boca. _ no se de que hablas, pero si se que seré tu maldito miedo y peor pesadilla. Con rapidez y agilidad, me lanzo encima de su
La habitación se siente un poco caliente, pero con el mismo color que el resto del lugar. Es espacioso con un fuerte olor a medicamento, sangre y clorox, lo único distinto es que frente hay un enorme espejo, por el cual monitorean a los pacientes. Me encuentro sola en la habitación, pero al ingresar alcance a ver que hay cuatro camillas más, lo que me hayan suministrado ya está pasando el efecto, ahora puedo mover mi cabeza con libertad. Antes de poder mover otra extremidad de mi cuerpo, siento como una aguja rasga mi piel en busca de mi vena, de esta sacan sangre, un rojo oscuro casi negro, no presto atención pues mientras unos me sacaban sangre, otro me está inyectando un sedante. Cuando voy a dejar mi cuerpo un segundo sin agujas chuzando a cada momento, cuando voy a dejar de estar en peligro en cada paso que voy dando. DIOS cuando voy a poder tener un descanso de toda esta locura en la que estoy metida. Las voces se van yendo cada vez más lejanas, y con e